La página de la Poesía

La Página de la Poesía

"Nunca me ha gustado la poesía porque repta y tropieza a cada renglón, porque le hacen falta las alas de la música."
Arthur Rubinstein, violinista (My young days)

Qué locura estar siempre hablando y hablando
siempre de cosas que muchas veces
poco logramos comprender.
En un afán de liberar nuestra propia inquietud
que está semioculta en una nube de recuerdos
que se pierden en el horizonte de los años verdes.

Qué locura es estar vomitando algo
que al intestino de las experiencias no le acomoda.
Estar desechando siempre
en la cloaca de lo que no puede ser,
lo que vivimos y nos duele no volver a vivir.

Qué locura es estar siempre bla, bla, bla,
y no poder decir nada.
Sentir que nos estamos ahogando
y que las palabras se devuelven de nuestra boca
sofocando nuestro delirio
que no va más allá de nuestra propia personalidad.

Diciembre 16 de 1982

Golo Padilla

Algunos de los pensamientos a continuación expresados pueden ser considerados como de "mal gusto" por algunas personas de refinada educación. De ser usted una de ellas, presione el botón BACK y regrese por donde vino. Los que se queden y sigan leyendo reconocerán que en múltiples ámbitos de nuestra vida diaria estamos rodeados de esta clase de objetos, muchas veces con voluntad y movimiento propios, basta leer cualquier diario para saber de ellos. Con respecto a otro de los ámbitos donde los encontramos alguien comentó que: si los excrementos fueran fosforecentes, el país no requeriría de alumbrado público durante las noches.

Ahora continuemos con la poesía...

Canto a las cacas

Por todas las cacas del mundo olvidadas
levanto ferviente mi humilde cantar;
ya sean cacas secas o cacas aguadas,
tendrán de mi lira algún verso al pulsar.

Hay cacas gigantes que infunden pavuras,
las hay tan pequeñas que dan compasión,
hay cacas compactas, en extremo duras,
y hay cacas tan blandas que no hacen montón.

Hay cacas plebeyas tan solo formadas
con pobres deshechos de la digestión,
pero existen otras que están adornadas
con blancas semillas de chile y melón.

Las hay amarillas, con tintes de oro,
las hay de pitaya, de rojo rubí.
Hay otras tan verdes cual plumas de loro
y cafés, como ámbar, de oscuro matiz.

Hay cacas que toman las formas graciosas
de riatas enormes para lazador,
pero existen otras de pasta viscosa,
sin forma ni gracia y con muy mal olor.

Hay unos cerotes en poses sensuales,
como cortesanas faltas de pudor
que asqueadas quedaron de las bacanales,
de orgiásticas fiestas, de sueños de amor.

Hay otros cerotes que enhiesta levantan
orgullosa testa de altivo sultán;
los puercos se acercan y al verlos se espantan
y en vez de gustarles, cohibidos se van.

Por todas las cacas aquí enumeradas
levanto esta justa y ferviente oración.
¡Oh pobres! ¡Humildes! ¡Oh buenas cagadas!
El mundo os desprecia sin tener razón.

Autor anónimo

Algunas de mis favoritas

Finalmente: un obsequio para los visitantes de esta página: el "mini how-to" Cómo escribir "lírica" contemporánea.

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