Mediocracia - Capítulo I


Todo parece indicar que la lucha sin cuartel por los despojos del poder, a la que se disponen el gobierno federal, los partidos, y dentro de éstos los grupos, tribus y facciones, pueden conducirnos a una especie de crisis terminal de nuestra inacabada y maltrecha democracia. La paz y estabilidad del país está en juego.

Del inminente secuestro de la nación por el narcotráfico, el 'gobierno del cambio', ocupado en destruir con todo el poder del estado a sus oponentes, los partidos, envueltos en sus disputas internas, hablan poco o nada pese a que se sabe que los procesos de transición a la democracia engendran, casi necesariamente por el desmembramiento natural del tejido social que traen consigo, un periodo de inestabilidad social, de peligroso y natural descontrol que se transforma en caldo de cultivo para el crecimiento exponencial del crimen organizado. Pero para qué mirarse en otros espejos -que los hay y muchos en Europa del Este- si para ocupar un puesto, lograr un escaño, colocarse en una candidatura sólo debe mirarse la propia imagen. Narcisismo ciego, imbécil y al parecer inevitable el de nuestra clase política a la que el país, a fuerza de disputarse cotos de poder, se le escapa entre las manos.

Atentos a las engañosas cifras de la macroeconomía: toda va bien si va bien en la bolsa de valores que no en el bolsillo de los ciudadanos comunes y corrientes. Obsesionados con los índices de popularidad, mirándose en el espejo empañado de una televisión que no cuenta el país que somos y para la que el país no cuenta. Escuchando sólo el canto mil veces replicado de los ayatolas radiofónicos, su mismo canto al fin de cuentas, los políticos de todos los partidos dal la espalda a las graves amenazas que nos acechan, y hablan un lenguaje que al grueso de la población parece sólo uno, y suena cada día más hueco y más lejano. Se pierden los matices, las diferencias ideológicas no cuentan ya, se diluyen las causas. Un candidato u otro dan lo mismo. La democracia, para muchos, comienza a parecer sólo un pretexto, un estorbo más, el botín de unos cuantos y la legalidad una mera utopía, pura retórica, más aún cuando el gobierno mismo, con sus burdas conspiraciones, se encarga de hacerla pedazos.

El imperio del crimen organizado en amplias zonas del país, el colapso de las formaciones políticas tradicionales (ninguna se salva), la frustración generalizada por el cambio que nunca llegó, la persistente falta de oportunidades para millones de mexicanos cuya única esperanza es cruzar la frontera, la especie de nostalgia por el autoritarismo ("prefiero al PRI que a estos pendejos" dice la gente en la calle) debida a la brutal ineficiencia del gobierno federal y al discurso irresponsable y en el fondo totalmente antidemocrático del foxismo, y la desesperación que lleva a muchos a pensar que de todas maneras de poco o nada sirve recorrer el camino electoral, producen una mezcla explosiva muy volátil y peligrosa.

Epigmenio Ibarra
(v.pág.15 del periódico Público del 31 de diciembre de 2004).


Yo sé que me van a odiar en Televisa y TV Azteca, porque cada que hay elecciones a ellas les llega, automáticamente y casi nada más por su linda cara, una asquerosa fortuna en campañas políticas.

Pero mi quinto deseo es que algo muy grande pase en el cerebro de nuestros gobernantes para que no se tire ese dinero, que nos pertenece a nosotros, los mexicanos, y que en lugar de que todos esos miles de millones de pesos se gasten en "spots" inútiles, se inviertan en infraestructura y actividades de responsabilidad social para el presente y el futuro de nuestra nación.

Alvaro Cueva
(v.pág.3 del suplemento "¡Hey!" del periódico Público del 31 de diciembre de 2004).


Está uno seguro que no entienden, no valoran, no dan significado al título que buscan: servidor es el que sirve, del mismo modo que mandatario equivale a mandadero; o sea, que en su puesto deben servir, deben actuar como diligentes mandaderos de la sociedad. Ellos voltean la expresión: buscan y quieren mandar, ser servidos en honor, autoridad y jugosos ingresos.

A tal grado y en tal medida sueñan con un airoso título como servidores públicos que estos señores, con tal de alcanzar lo que pretenden, son capaces de todo: dispuestos a quitarse la camiseta, esto es, a renunciar a principios, convicciones, lealtad que pudieron tener dentro de tal o cual línea política, a la cual, lo menos que debieron dar fue lealtad, fidelidad, honor.

Allí está el caso triste y vergonzoso de muchos nombres, de muchos políticos que quisieron figurar en el servicio público y cuando no lo consiguieron, fueron capaces de brincar la barda, de saltar al lado contrario y luchar desde allá a ver si en el corral del frente, a donde se avienta la basura, logran lo que tanto han pretendido. Mucho de esto hay en cierto Pe-Erre-De.

Luis Sandoval Godoy
(v.pág.4-A de El Informador del 28 de diciembre de 2004).


La publicidad de políticos, instituciones y organismos públicos es un imperdonable derroche que se está gastando en anunciar hasta la saciedad lo que hacen y lo que dicen que hacen, o les corresponde hacer, a las secretarías e instituciones del gobierno.

En otros tiempos, por los conductos y en la forma adecuada, se hacía breve anuncio de la puesta en servicio de una obra importante o se exhortaba a cumplir alguna obligación pública. Hoy, en forma general y con perfil comercial, se da publicidad a los funcionarios o a cosas genéricas e indefinidas. Un gasto absolutamente inútil.

No se debe perdonar ese desperdicio y mucho menos lo que por ese renglón gasta el señor Fox. El presupuesto de publicidad de la Presidencia es una dolorosa ofensa para los millones de miserables; para derroches, basta y sobra lo que cuesta su incesante viajar. Nos asombraría el monto de los gastos de desplazamiento de él, su cónyuge y el personal de asesoría y seguridad.

Alberto Orozco Romero, licenciado en Derecho y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A de El Informador del 27 de diciembre de 2004).


Luego de los linchamientos de Tláhuac, la inaudita reacción de todos los posibles y presuntos responsables: ninguno acepta su escandalosa ineptitud ni su criminal pasividad ni su miserable oportunismo. Si fuéramos una sociedad dispuesta a la rendición de cuentas, desde un primer momento hubiéramos visto la renuncia espontánea, por simple cuestión de decencia y de principios de varios personajes. Después de todo, lo que ocurrió fue un hecho monstruoso y, digo yo, es difícil vivir con algo así en la conciencia. Pero no: se aferran al cargo y, a semanas de distancia, se siguen echando la culpa los unos a los otros, se acusan mutuamente de "politizar" un hecho que, en principio, nada tiene que ver con cuestiones de pertenencia a un bando sino con la simple eficacia en el ejercicio de la administración pública. De seguir así las cosas, la eficiencia ya no será una obligación, un parámetro exigible -por todos, incluidos los ciudadanos- sino algo opcional, un favor que nos harán -un regalo, tal vez- y que, por supuesto, deberemos de agradecerles en vez de considerar que están haciendo su trabajo y nada más. La crítica, que no es otra cosa que la supervisión de su desempeño, estará bajo sospecha de ser un ataque propiciado, desde luego, por oscuros intereses políticos. Y es que, desde que gobernar se volvió asunto de esperanza, ya no hay manera de pedirles que cumplan con su deber ni mucho menos de exigirles que se vayan cuando se equivocan. Lo que es tan claro para nosotros, una negligencia gravísima, ellos lo han convertido en una oscura dialéctica de exorbitantes argumentaciones: que si la distancia, que si la oscuridad, que si la muchedumbre enardecida, que si los usos y costumbres. Si estuviéramos en guerra, te dirían que los adversarios ¡vienen armados! Qué cosa.

Por cuenta de las imperfecciones del modelo en vigor en algunas sociedades como la nuestra, subsisten todavía muchos ejemplares de caudillos especializados en la administración personal de lo público, a todos los niveles.

Tal vez, nuestra condición de pueblos de dudosa madurez cívica nos hace merecedores de estos paladines de pacotilla. De cualquier manera, hay también mucho hartazgo y, por ahí, los argentinos han salido a las calles a gritar "que se vayan todos" para dejar bien claro su rechazo hacia su clase política. Vistas las cosas, sería también algo que nos podría ocurror a nosotros los mexicanos.

Román Revueltas Retes
(v.pág.3 del periódico Público del 26 de diciembre de 2004).


El cambio formal: hoy es posible, en la democracia, observar en la televisión sin censura ni control gubernamental los actos ilícitos de los políticos, hasta ese momento paladines de la honradez y la rectitud de intenciones; se opone al inmovilismo del fondo: los grupos políticos siguen considerando al país cual botín para quien llegue primero y muestre más habilidad, no mayores virtudes.

Miguel Bazdresch Parada
(v.pág.15 del periódico Público del 26 de diciembre de 2004).


Las tendencias de los liderazgos dentro de todos los partidos no es promover buenos candidatos, sino promover y proteger los intereses de ciertos individuos dentro de estos partidos.

Y conste, que no estoy discriminando ya que estoy hablando de todos los partidos.

Entonces, vale la pena preguntarse, si dentro de los partidos son incapaces de crear consensos y hacer decisiones para el bien común, ¿qué esperanzas podemos tener de que las estructuras actuales tengan la capacidad y el interés patriótico de buscar consensos entre los partidos, pensando en el bien común de la nación?

¡Gulp!, analizando lo que nos espera y viendo la caballada de candidatos deseosos de reemplazar al presidente... si no hay un cambio dramático en las barajas de los candidatos, y por más que se critique a la administración Fox, -vale más malo por conocido que peor por conocer- ahora sí me asusta el pensar que solamente queden dos años más de Vicente Fox...

Los partidos y los gobernantes no representan a México. A este país lo representan personas buenas y trabajadoras.

Ana María Salazar, académica del ITAM
(v.pág.4-A de El Informador del 25 de diciembre de 2004).


No se trata sólo de transferir a diputados y senadores la responsabilidad por la falta de resultados de su gestión, de presentarlos como un obstáculo permanente. Fox va más allá. Su discurso va cimentando entre los ciudadanos, cuyas esperanzas de cambio y mejoría se han visto frustradas, la percepción de que el congreso, de que los políticos, de que la política no sirven para nada; y alentando la peligrosa ilusión de que un régimen sin las molestas ataduras de la democracia sí podría resolver los graves problemas nacionales.

Ciertamente la clase política mexicana, los partidos, los legisladores oficiales y de oposición dejan mucho que desear, pero ceder a la tentación de darles una patada en el trasero por inoperantes, por irresponsables, por kafkianos, misma a la que el discurso foxista induce continuamente, sería fatal para nuestra ya de por sí frágil democracia. Más que socavar al congreso, hay que renovarlo, fortalecerlo, obligarlo por la vía de la rendición de cuentas a operar con eficiencia y patritismo. Ningún futuro tiene la democracia en México si las instituciones del estado no recuperan la majestad perdida.

Epigmenio Ibarra
(v.pág.17 del periódico Público del 24 de diciembre de 2004).


Decirles "necios" a los diputados no es, desde luego, ningún insulto, es una descripción muy prudente y moderada acerca de la actitud bloqueadora de los diputados a todo lo que huela a un avance estructural propuesto por Vicente Fox. Se le dice "necio" a cualquier político o a cualquier persona por menos motivos y menos razones de las que ha tenido don Vicente Fox para llamarles "necios" a los diputados del PRI y del PRD.

Enrique Canales
(v.pág.5A del periódico Mural del 23 de diciembre de 2004).


México está pasando por una de sus peores etapas; desde luego, la paz -por encimita- existe... la tranquilidad -aparente- se da, pero bajo esa capa artificialmente armada por los interesados de que "nada pase", hay fuertes corrientes que chocan, confluyen y se disparan, una actividad social subterránea que emerge en cuanto la capa superficial se escinde, en cuanto los ocupados de que "nada pase" se distraen con sus ineptitudes, lo que ya ocurre con mucha frecuencia, y, el fondo de esta fuerte actividad social: rabia e impotencia de una población castigada sin culpa, acorralada sin salidas alternativas, y conminada, no sólo a la pobreza, sino al abandono social... enojo que emerge en varias formas, una de ellas: los linchamientos ocurridos no sólo el reciente, sino los anteriores, violencia soterrada, expresiones incontroladas que dicen lo mucho que está pasando sin que las autoridades lo reconozcan... porque los ocultamientos son parte de esa capa que se desea negar, en lugar de enfrentar, la problemática política social y económica existente.

Quienes tienen la responsabilidad de gobernar, no desean ver la caldera social que se desgasta... prefieren sus burbujas de clima artificial en las que transcurren sus vidas y toman sus decisiones, siempre considerando esa delgada capa del México de las bonanzas... un México que sólo existe para 10% de la población... del otro porcentaje del mayoritario 90 que padece la doble muerte, no quieren saber nada porque lo miran con miedo.... porque sólo se acercan a él a través de los medios de comunicación electrónicos en una retroalimentación con el poder y se desentienden del ciudadano. Autoridades, las de hoy, que sólo se acercan a ese 90% de la población en tiempos de campaña... después: el olvido, la negación, más aún: la traición.

Pero la sociedad, hacedora de sistemas, de autoridades, puede encontrar otras salidas, no la de la violencia que lastima por partida doble, sino la de la construcción de una nueva forma de participación, la activa, la que construye, porque la sociedad mexicana, está arraigada en la vida, no en la muerte provocada por este sistema que la tiene presa, que la tiene sujeta.

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A de El Informador del 22 de diciembre de 2004).


Este intercambio oral entre los machos mexicanos del legislativo, envalentonados en bola en contra de lo que diga y piense el ejecutivo sólo para cancelar aquellos proyectos propuestos para beneficio de la población, para evitar que luego los ande cacareando en ese afán publicista que domina al ejecutivo desde que empezó -en la prehistoria- su campaña, mientras vemos estas reacciones de algo que puede ser una regresión democrática o que marca el fin de la real independencia de los tres poderes.

Martín Casillas de Alba
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 21 de diciembre de 2004).


Muy poco -si es que algo- de lo que dicen ahora los políticos, al calor de las posadas y los brindis, tiene una fiel correspondencia con la realidad que hemos padecido los mexicanos a lo largo de los 354 días que han transcurrido de este tormentoso y convulso 2004. Si hacemos un repaso de lo que han hecho funcionarios, legisladores, dirigentes partidistas y burócratas de carrera, durante este año, difícilmente encontraremos un día en el que nos hayan demostrado que tuvieron la decisión, el interés, la responsabilidad de trabajar en conjunto y mirando por los objetivos de largo plazo.

Durante todo el año, la mira de los políticos ha estado puesta en un gran objetivo y una meta inmediata: el objetivo es ganar la elección presidencial del 2006; la meta es aniquilar a los otros competidores sin reparar en las formas, y sin medir el daño que esto puede ocasionar a los ciudadanos que, en principio, sólo aspiramos a tener un gobierno honesto y eficaz, que nos brinde seguridad y que propicie mejores condiciones de vida.

Está visto que es mucho pedir. Hemos asistido al año de los enconos, en el que los videoescándalos de corrupción y los linchamientos de policías, son sólo muestras que reflejan cuán indolentes han sido nuestros políticos, esos que hoy se mandan mensajes de conciliación y brindan por el bien que han hecho al país.

Víctor E. Wario Romo
(v.pág.4-A de El Informador del 20 de diciembre de 2004).


Pienso en todo esto, sintiendo algo parecido a una gran molestia que me invade totalmente, al leer y ver cómo los diputados pierden jornadas enteras sin hacer nada útil, dicen bobadas. El espectáculo que ellos y el presidente están ofreciendo día tras día es desolador, el presupuesto de egresos es un pretexto que nos demuestra la pugna existente entre esos dos bandos.

Cuando reparo en esa pérdida de tiempo por un lado y por otro me pregunto: "¿Y por esta clase de gente votamos como servidores nuestros que nos protegerían y harían bien?".

Les otorgamos con nuestro voto un empleo envidiable, no sólo por la paga que reciben sino por la posiblidad de mejorar al país, el cual ve sin entender cómo nadie puede ni quiere, en esta situación, hacer algo que beneficie a todos los mexicanos.

¿Qué puede interesarle a un desocupado, a un obrero de escaso sueldo, esas peroratas aburridas que nos lanzan los políticos día tras día?

Lo conveniente sería que tanto unos como otros se reunieran con el ánimo firme de captar qué es lo que le interesa a México y cooperar todos: enmendar lo que enmienda precisa, rehacer lo mal hecho y lograr acuerdos que vayan beneficiando a todos los mexicanos, quienes somos los verdaderamente importantes para esos señores a los que colocamos en altos puestos.

Parece que todos esperan oír lo que dicen los de la acera de enfrente para contestar "no" y aducir artículos de la constitución que ¿han leído o la saben de oídas?

Y pasa el tiempo con toda su riqueza irrecuperable y el pueblo mexicanos ve y escucha como si estuviera en Babia y, tal vez, se pregunta: "¿Y yo qué pinto aquí si para eso todos los mexicanos que votamos somos don Nadie?".

Pues sí. El pueblo mexicano se entera de que ese presupuesto se pasea de unos a otros, los cuales tienen el propósito de no estar de acuerdo en antemano y formar un pugilato de "a ver quién puede más y pone en ridículo al otro".

¿Y el pueblo de México? preguntamos los mexicanos. Y los políticos contestan con: ¿Pero hay pueblo?

Gabriel Paz, escritora
(v.pág.4-A de El Informador del 20 de diciembre de 2004).


Ya ven cómo son estos políticos mexicanos, que les gusta decir y presumir el dinero de las obras públicas como si ellos lo pusieran, como si fuera de ellos y no de la pobre gente a la que exprimen.

(Nada más óigalos hablar entre ellos: "no alcanzo", "no voy a meterle", "no me querían dar", "no me ajusta", y lo peor es que acaban por creerse que es dinero suyo y de sus parientes).

Ineptos y corruptos políticos que al frente de sus "tribus" nada más andan viendo cuánto le sacan a la gente, por la buena o por la mala.

Gregorio González Cabral
(v.pág.9A del periódico Ocho Columnas del 19 de diciembre de 2004).


Los promocinales de los políticos que, según ellos, están haciendo las cosas bien. ¿Qué no para eso fueron elegidos? Y, además, les pagamos bastante... ¿Quizás demasiado?

Quien desee promoverse para otro puesto, que lo haga con recursos propios. Con los millones gastados en comunicación social bien se pueden realizar obras de verdadero interés social, y no tirándolos en "videoclips" y en "spots" de radio.

Arq.Rubén Pérez García en "Buzón de nuestros lectores"
(v.pág.11-E de El Informador del 18 de diciembre de 2004).


La conducta de nuestros políticos nos haría reír, como los viejos sainetes españoles o las antiguas farsas para marionetas de la commedia dell'arte italiana, si no fuera porque esa conducta causa tan graves daños al país.

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.pág.5A de Mural del 16 de diciembre de 2004).


De todos los políticos actualmente en boga no se hace uno; los que no son ineptos son corruptos y la mayoría son como las familias modernas: disfuncionales.

Paco Navarrete
(v.pág.3B del periódico Mural del 16 de diciembre de 2004).


"Mucha política y poca administración", contrario a lo que recomendaba don Porfirio Díaz. En general, los aspirantes que no ostentan cargos públicos se mueven con mayor libertad que los funcionarios en ejercicio, pero es evidente que con tanta política preelectoral el servicio público queda relegado a un segundo término.

Javier Medina Loera
(v.pág.4-A de El Informador del 15 de diciembre de 2004).


Amanecieron por aquí unos señores [panistas] con ansias desatadas, con fervor generoso de darse a la población, con anhelo ardiente de alcanzar el alto mando de Jalisco. Y no muestran pena, parece que no les da vergüenza, no dan señales de pudor; se creen con méritos, con una cartilla limpia y efectiva de servicio a la comunidad, para merecer lo que pretenden.

La gente los ve, los oye y como que le da risa… o lástima, por esos soñadores a quienes Dios no les dio ni tantita capacidad para verse a sí mismos, recordar sus fechorías, y quieren que los electores olviden sus mentiras, sus patrañas, los palos de tonto que dieron al aire.

Cómo es posible que se diga lo que se está diciendo, que aparezcan los nombres que andan saliendo al escenario, cuando hay tantos reproches ganados en su historial, tanta corrupción, tan blandujas y pobres acciones en su antecedencia política: mentiras que tiene de qué presumir.

Luis Sandoval Godoy
(v.pág.4-A de El Informador del 14 de diciembre de 2004).


El Senado de la República estudia una propuesta del senador panista Alfredo Martín Reyes, para que la Cámara de Diputados se integre con 400 legisladores, en lugar de 500, y que el Senado tenga 96 miembros y no 128, como ocurre actualmente.

De acuerdo con esta iniciativa, que analizan las comisiones de Puntos Constitucionales, Gobernación y Estudios Legislativos, la Cámara de Diputados sumaría 300 de mayoría relativa y 100 por el principio de representación proporcional, en tanto que el Senado contaría con 96 legisladores, tres de cada estado y del Distrito Federal, quienes serían elegidos dos por el principio de votación mayoritaria relativa y uno asignado a la primera minoría.

No es la primera vez que surgen proyectos de esta naturaleza para reformar la legislación electoral federal a fin de suprimir la totalidad o parte de los legisladores de representación proporcional, lo que permitiría mejorar la organización del congreso, agilizar la discusión y aprobación de proyectos de ley, lograr consensos, reducir los costos de operación del poder legislativo y ponerlo al corriente en lo que respecta al desarrollo democrático del país.

Sin embargo, hasta la fecha las diversas iniciativas han tropezado con la oposición de sectores que resultan beneficiados con la designación de legisladores plurinominales, principalmente de los círculos burocráticos de los partidos políticos que aprovechan tales posiciones en beneficio de amigos o incondicionales, quienes jamás ganarían una elección por el principio de mayoría relativa.

Incluso resulta hasta limitada la propuesta panista cuando habla de una reducción de legisladores plurinominales en ambas Cámaras. Lo ideal es que se suprima toda representación proporcional y que sólo legislen quienes efectivamente hayan sido electos por mayoría de votos.

Editorial
(v.pág.4-A de El Informador del 14 de diciembre de 2004).


Era previsible el linchamiento en San Juan Ixtayopan, Delegación Tláhuac del Distrito Federal, porque, realmente, no es el primero, sino uno más de la turba enardecida cobrando deudas, sin reparar en causas ni esperar juicios. Turba armada por la insatisfacción, con el deseo de venganza, en un marco social donde priva la diferencia económica, ante la indiferencia del político enfrascado en la escalada de puesto público; escenario de la más descarada corrupción.

Pública nota roja que ya no divierte sino indigna, por ser desfile interminable de acontecimientos bochornosos para el país al ser difundidos en el mundo, mas no para los causantes cínicos, curtidos en el cieno de una burocracia carente de respeto.

Carlos Cortés Vázquez, consultor en comunicación
(v.pág.5-A de El Informador del 14 de diciembre de 2004).


Lo último que atiende la autoridad son los problemas de la gente y pareciera que están más preocupados por resolver los asuntos de su imagen y promoción personal.

Ramiro Hernández, diputado priista local de Jalisco
(v.pág.12-B de El Informador del 13 de diciembre de 2004).


En el tema de la reelección, el perredista Sodi de la Tijera advirtió que los legisladores no pueden seguir siendo rehenes de los partidos políticos y lamentó que tanto diputados como senadores no trabajen en función de una agenda nacional, sino en función de la agenda propia de los partidos políticos.

(V.pág.1B del periódico Ocho Columnas del 12 de diciembre de 2004).


El coordinador del Partido Revolucionario Institucional en la Cámara de Diputados, Emilio Chuayffett, aseguró que los políticos de hoy son ignorantes en su mayoría porque carecen de una cultura humanista y de preparación.

"Hoy -dijo- el político es aquel que contrata una casa cosmética para salir bien en la tele, para que la corbata entone con su traje, para que el rictus del ojo izquierdo no vaya a ser tan oblicuo y que destroce la visión de la nariz y del perfil", subrayó Chuayffett.

Chuayffet Chemor sostuvo que además de la falta de preparación, experiencia y visión hay falta de oficio político en estos tiempos.

Reconoció que el presidente Vicente Fox ha propuesto con buena intención reformas que el país requiere y que el PRI ha fallado en la formación de jóvenes para sustituir a los viejos políticos y estimó que de seguir así "ni el país ni los partidos van a ser garantía de estabilidad y de buen gobierno".

Criticó que se privilegie el pragmatismo y se desentienda de las ideologías y programas que se ofertan ante el electorado.

Admitió que la relación del congreso con el ejecutivo federal es difícil y reconoció que el presidente Fox es un hombre de buena fe, aunque le falta operación política.

(El Informador en línea del 11 de diciembre de 2004).


Creación del político perfecto
(Publicado en el suplemento "Ocio" del periódico Público del 10 de diciembre de 2004).

El abstencionista suele ser calificado como flojo o desinteresado en la política, antes que como inconforme, y su ausencia en las urnas es aprovechada por los políticos para llamarse indispensables. En México, a nivel federal, la única manera de sufragar contra todos los partidos es emitir un voto nulo, que se etiqueta como ignorancia.

Varios países reconocen el voto blanco -además del voto nulo- en distintas modalidades. En Perú, la constitución establece que los votos viciados (nulos) o en blanco no se computan, a menos que éstos superen los dos tercios de los sufragios emitidos, con lo que se anula la elección. En España, donde también existe, un movimiento ciudadano propuso el año pasado realizar una reforma legal para que los votos blancos estuvieran representados en el congreso mediante escaños vacíos.

Si se considera el rumbo que está tomando la contienda presidencial de 2006 en México, una propuesta así no es desdeñable.

Quienes rechacen a PRI, PAN y PRD no tendrán modo de manifestar su descontento con la partidocracia que va apoderándose del país. Tampoco aquellos que, de buena fe, han tratado de encontrar las diferencias entre priistas, panistas y perredistas, sólo para concluir que, a final de cuentas, sólo los distinguen algunos matices, y decidan abstenerse.

El voto blanco sería la opción para decirle a esos partidos: "No estoy de acuerdo con ninguno de ustedes, pero sigo creyendo en el juego democrático. Preséntenme mejores candidatos, no éstos, que sólo ven por sus intereses y que sin incapaces de pensar en el país por encima de colores y privilegios personales".

Además, representaría un incentivo para abatir el abstencionismo.

Una reforma legal para instaurar este voto a nivel nacional no tendría por qué ser complicada. A menos, claro, que los partidos le tengan miedo a la decisión libre de los electores.

Mientras los políticos no se topen con un rechazo claro de los ciudadanos, materializado en el voto -y no sólo en la repulsa que miden las encuestas-, no tendrán incentivo para cambiar de prácticas.

Pascal Beltrán del Río
(v.pág.14 de "La Revista" del 6 al 12 de diciembre de 2004 del periódico El Universal).


La policía y los partidos políticos en México son considerados como los sectores más corruptos, señaló Alejandro Salas, oficial de Programas para la región de las américas de Transparencia Internacional. De acuerdo con un reporte sobre la corrupción publicado en París por la organización no gubernamental Transparencia Internacional, los elementos de la seguridad en México son los segundos más corruptos del mundo.

Los partidos políticos, son las instituciones menos confiables del mundo explicó Salas a EL UNIVERSAL online.

Los mexicanos también opinan que el sistema judicial del país es corrupto, asi como las cámaras de diputados y senadores, la Secretaría de Hacienda y las aduanas.

6 de cada 10 mexicanos expresaron su preocupación por el impacto de la corrupción en la vida política del país y 1 de cada 3 encuestados estimó que la corrupción tiene un efecto directo importante en su vida personal.

Otro dato que se debe destacar, agregó Salas es que en los últimos 12 meses entre 11 y 20% de los mexicanos pagó algún soborno. En este rubro, México está en el cuarto lugar encabezado por Camerún, en donde más de un 50% de los encuestados confesó haber "dado mordidas ".

(V.El Informador en línea del 9 de diciembre de 2004).


Si los partidos políticos están en una crisis y no encuentran la forma para acercarse a los electores; si los políticos traen un desprestigio galopante y han perdido credibilidad; si la clase política no encuentra salida a sus diferendos y está complicando la sucesión presidencial en el 2006, ¿por qué no crear un nuevo partido? Hay poco tiempo para crearlo, y las asociaciones políticas que están dentro de los límites, dejan mucho que desear. Una, del magisterio, donde Elba Esther Gordillo decide qué, cuándo, dónde y cuánto se respira, y por tanto, a quién venden su amor; otra, la de los militares retirados, pero detrás de la cual se encuentran Salomón Faz, generación paleolítica del PRI, y Humberto Roque Villanueva, generación jurásica. La más cercana a convertirse en partido, la de Patricia Mercado, no ha demostrado músculo en el pasado. Hay quien busca construir un frente amplio, o redes ciudadanas para el jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador [ya] que ven que el PRD, por sí solo, no podrá ganar la presidencia.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.4-A de El Informador del 9 de diciembre de 2004).


Habermas decía que cuando el Estado se retrae, esos espacios dejados son siempre ocupados; para el caso de México, esto es claro, los espacios que el estado mexicano ha abandonado han sido tomados por: transnacionales, que marcan derroteros económicos, y aún los sociales, qué tipo de país, cómo la seguridad social, cómo la educación, cuáles contenidos, qué servicios, cuáles no... Espacios también ocupados por los medios de comunicación electrónicos, los que ya determinan hasta los ganadores de la "nueva democracia"... Espacios, dice Muñoz Ledo, ocupados por la delincuencia organizada, en las distintas caras del mismo organismo, delincuencia que hoy tiene a la ciudadanía secuestrada...

Y al panorama anterior: el caos político. Un presidente que confronta y se regodea en ello. Tres poderes que son sólo uno: el presidencialismo que decae... porque al mismo tiempo no se asume este poder y se dejan todos los cabos sueltos, los legisladores no miran el todo político, ya ni siquiera las parcelas de propiedad partidista, sino el personalismo, la visera, sin reflexionar, sin medir... el presidente golpea por golpear para que se sepa que hay alguien... pero, de verdad: ¿hay alguien?

Una sociedad hasta la saciedad hartada de deshaceres políticos... de inseguridad, de recortes presupuestales para la plataforma social, piso hoy socavado sobre el que poco se puede construir... una sociedad llena de rabia, de impotencia, de desesperanza... mecha flamable que puede ser manipulada por cualquiera. El caso del linchamiento reciente es una prueba de ello. Situación social altamente riesgosa que pocos quieren ver, menos quienes tienen la responsabilidad -porque fueron electos para ello- de cuidar el bienestar de la población.

Ocultamientos de la verdad, desinformación, declaraciones fragmentadas, fuera de tiempo, arrebatos, falta de oficio, pero sobre todo, la pérdida del sentido de nación como tal, del sentido histórico de lo que ha sido y es México. Errores que han provocado una complejidad social y económica como pocas veces antes... descontento de la población, empobrecimiento del país, cuestionamiento internacional aun de organismos que dictaron las medidas tomadas y que hoy se extrañan de los resultados... pleitos personales, de partido, de grupos dentro de los partidos, de grupos fuera de los partidos, de unos contra todos, de todos contra la estabilidad y el equilibrio de este país que se tambalea... porque México es fuerte, pero lo han minado tanto... su cohesión social polarizada, su identidad mermada, su esperanza ¿perdida...?

Y, ¿los políticos? Ellos, jugando el juego de las sillas... de una curul, a un puesto de funcionario y viceversa... de un corral presupuestal a otro, uno, cada vez más grande... de una designación por elección a la construcción de dinastías... de altos salarios en un país con mayoría de pobres... pero ellos miran para "otro" lado para no ver la situación real del país, para no ver cómo se les desmorona la nación entre las manos... para no saber que le han robado al mexicano su presente y su futuro... para no mirar que la resultante de todo es por su ambición, por su cortedad de mira, pero sobre todo, por su falta de patriotismo...

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A de El Informador del 8 de diciembre de 2004).


El congreso mexicano, bajo el mandato de dos senadores del PRI, debate actualmente una nueva propuesta de ley sobre "seguridad nacional" que haría más difícil para el público tener acceso a los archivos del gobierno. Si se aprueba, la ley daría a la rama ejecutiva el control total de la información que podría hacerse pública, y daría la máxima prioridad a las consideraciones de seguridad nacional sobre las decisiones relacionadas. También extendería el período de retención de los documentos de 12 a 30 años. En particular, el sector financiero de México ha cabildeado arduamente para obtener más restricciones en la información, temeroso de que la revelación total de información podría hacer que la economía de México se desmoronase [Algo gordo tendrán para ocultar - el webmaster]. "Estamos en medio de una lucha muy interesante", dice María Marván, directora del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública. "Se han vuelto mucho mejores para encontrar argumentos legales para [ocultar] la información, y nosotros nos hemos vuelto mejores al buscar argumentos para liberarla".

Scott Johnson
(v.pág.14 de la revista Newsweek en Español del 6 de diciembre de 2004).


¿Cómo recordará la historia a esta camada de "líderes" políticos? ¿Como los héroes que buscaron construir un México próspero para todos? ¿O los recordarán como los anti-héroes que, por proteger sus intereses y ambiciones, acabaron construyendo un México próspero para pocos, y una población victimada y empobrecida por guerras partidistas?

Ana María Salazar, académica del ITAM
(v.pág.4-A de El Informador del 4 de diciembre de 2004).


Políticos transgénicos
(Publicado en el periódico Público del 3 de diciembre de 2004).

Desde hace varios años, con la crisis de las instituciones, los medios han transformado su papel de vasos comunicantes entre gobernantes y gobernados, a actores políticos centrales, en particular los medios electrónicos por las audiencias masivas a las que alcanzan. Los políticos se han convertido en los principales clientes de los medios electrónicos, a los cuales han venido utilizando profundamente, creándose una perversa relación de te-uso-me-usas. Los políticos se quejan del abuso de los medios electrónicos, pero los han usado tan salvaje como productivamente.

Vicente Fox no sería presidente de no haber sido porque los medios, y en particular los electrónicos, sembraron el camino de la concientización política ciudadana. Durante años, la radio vapuleó a las autoridades, logrando que el elector le fuera perdiendo miedo al poder, modificara su correlación de fuerzas psicológica con él y decidiera utilizar la urna como su arma de castigo del régimen anterior. Andrés Manuel López Obrador, que ha sido un gobernante mediocre en el Distrito Federal, tiene fuerte presencia nacional gracias a que todas las mañanas de los últimos tres años ha ofrecido un sermón ante un grupo de periodistas que, en su mayoría, fue afectado por el Síndrome de Estocolmo, al ser seducidos por su interlocutor.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.4-A de El Informador del 2 de diciembre de 2004).


Gobernar democráticamente no sólo es dejar que las cosas sucedan y esperar que los problemas se solucionen por sí mismos, es necesario que los políticos tengan el valor de ejercer un liderazgo que en ocasiones va en contra de los impulsos y las corrientes de determinados grupos, porque gobernar no sólo es limitarse a que nada pase durante el mandato, para que sea el próximo gobernante el que cargue con los platos rotos. Gobernar es asumir una responsabilidad de liderazgo y de conducción que requiere de valentía y conocimiento que aún no han mostrado nuestros gobernantes.

Sergio A.López Rivera, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 1o.de diciembre de 2004).


Cortinas de humo a los problemas nacionales se tienden como tácticas de lucha entre los actores políticos en continua búsqueda de posiciones en la futura administración, olvidando su responsabilidad, el respeto institucional y congruencia entre promesa y actitud.

La población carece de garantías para la procuración de justicia en los diversos niveles y opta por la violencia en el marco de un total desaseo político. Denuncias se acumulan y sólo se ve, vive y siente la corrupción, y la negligencia rinde sus frutos.

Carlos Cortés Vázquez, consultor en comunicación
(v.pág.5-A de El Informador del 30 de noviembre de 2004).


Está ya en marcha una carrera desenfrenada de funcionarios de todo rango (en el fondo todos son "menores", como a veces se les dice a los empleados) por lanzar acusaciones contra el adversario partidista, o para defenderse de los señalamientos del otro.

El problema es que las respuestas de los políticos han hecho evidente lo que hemos constatado una y otra vez en los años recientes, cuando un asunto de interés público y/o de suma gravedad para amplios sectores de la sociedad (ahí está, junto con los linchamientos el caso del presupuesto federal, o antes el de las reformas "estratégicas", o el del aeropuerto, o...): que los políticos no alcanzan a ver más allá de sus intereses inmediatos.

La miopía de los gobernantes les impide mirar la gravedad de la descomposición social y la fragilidad institucional que se acumulan cuando ellos, ante un asunto importante para el país, para la sociedad, se concentran en sus oficinas, con sus cercanos e incondicionales, para delinear estrategias que les permitan defender su imagen y su presencia pública. Ahí está el rayito Andrés López que de inmediato advirtió sobre los ataques en su contra, por la evidente ineptitud de su aparato de seguridad para evitar los hechos de Tláhuac.

¡Ah que bola de inútiles! Ojalá que se hagan a un lado, digo, para no "politizar".

Víctor E. Wario Romo
(v.pág.4-A de El Informador del 29 de noviembre de 2004).


La separación real de los poderes, Ejecutivo y Legislativo, que anhelaban los constituyentes de 1857 y 1917 y que proponía Porfirio Díaz en el Plan de la Noria se ha dado por fin en este complicado 2004; aunque los constituyentes pensaban sin duda en legisladores maduros y no en diputados, como los que ahora tenemos, con la primera preocupación de oponerse a todo lo que el presidente propone y con el interés de sacar adelante las preocupaciones de su partido.

Después de siglos de autoritarismo azteca, español, juarista, porfirista y priista, no sabemos vivir en democracia y viendo el bien de la nación. No sé cuántos tropezones y raspones más necesite el país para ir avanzando hacia un estado de verdadera democracia, con justicia, equidad y dignidad humana.

Jesús Gómez Fregoso
(v.pág.24 del periódico Público del 26 de noviembre de 2004).


Algunos "funcionarios" no logran aceptar que existen otras personas capaces de realizar propuestas, bueno pero lo importante es que "no hay mal que dure 100 años..."

Cuauhtémoc Cisneros Madrid, presidente nacional de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística
(v.pág.4-A de El Informador del 25 de noviembre de 2004).


En las filas del PAN hay gente que se sabe la doctrina, que recitan a González Luna de 'pe a pa', pero en el cargo... ¡fallan!

Juan José Rodríguez Prats, senador panista
(v.pág.2A del periódico Ocho Columnas del 21 de noviembre de 2004).


El Presidente tiene todo el derecho de estar orgulloso de la estabilidad económica que ha existido en los últimos cuatro años, pero ¿será esto suficiente para ser un contrapeso a la irresponsabilidad y falta de visión de la clase política? La pregunta fundamental es: ¿En qué momento el México de caos e inestabilidad política, afectará al México de la estabilidad económica?

Ana María Salazar, académica del ITAM
(v.pág.4-A de El Informador del 20 de noviembre de 2004).


El retraso en la ejecución y conclusión de obra pública [en Jalisco] es un tema que lleva varias semanas en el candelero y las respuestas dadas hasta hoy para explicar qué pasa no han sido suficientes.

Pero lo que respondió ayer el gobernador del estado, Francisco Ramírez Acuña, es el colmo, una verdadera sorpresa, para dejar con la boca abierta a cualquiera. Resulta, que Ramírez Acuña dijo que la responsabilidad del retraso en las obras es de las constructoras, de los empresarios, que la Secretaría de Desarrollo Urbano sólo licita y ¡vigila! Nada más.

Pongámonos en el caso de que sí, de que efectivamente los constructores son los responsables del retraso en la obra pública ¿por qué en los procesos de licitación fueron elegidas? Si la Secretaría de Desarrollo Urbano las vigila y de todas maneras no hacen bien su trabajo ¿las vigila bien? Evidentemente no y ahí está una gran, gran, gran responsabilidad. O sea, que si la Sedeur lo único que hace es licitar y vigilar, pues tampoco lo está haciendo bien ¿es o no responsable? ¿Y la Contraloría del Estado qué papel juega en todo esto? ¿Si las responsables son las constructoras qué está haciendo la Contraloría para poner orden, para sancionar?

La cosa sería que, en primer lugar, el gobierno del estado asuma su responsabilidad y, en segundo, que corrija de inmediato lo que tiene que corregir en vez de pasarle la bolita a los constructores, que se han quejado de que no les pagan a tiempo (consigno aquí el comentario que un constructor envió ayer por correo electrónico a su servidora: "el señor gobernador debió mencionar cómo fluye el dinero de los pagos, de eso dependen los avances de la obras, las empresas no debemos financiar al gobierno, no pagan intereses y los atrasos rebasan los tiempos estimados en los concursos o asignaciones; ésa es la razón. Al contratista le conviene terminar lo antes posible, para bajar sus (costos) indirectos, pero las formas y tiempos de pago no lo permiten; en esta problemática también se involucra la Contraloría, donde se frena el proceso antes mencionado").

La salida del gobernador es lo más fácil, lo más barato, lo más cómodo... y alguien, pronto, pasará la factura.

Laura Castro Golarte
(v.pág.5-A de El Informador del 20 de noviembre de 2004).


Canadá puso en práctica durante la última década las reformas estructurales en materia energética que los mexicanos todavía estamos discutiendo, en tanto que la mayoría de los países de América Latina, como Brasil, Argentina e incluso Cuba, se han abierto también a los mercados energéticos.

En reciente conferencia que sustentó en Guadalajara, el doctor Luis Téllez, quien fuera secretario de Energía en el gobierno de Ernesto Zedillo, al señalar que como mexicano se sentía avergonzado de que en siete años de discusiones no hemos [¿hayamos?] logrado consensos, mientras que el resto del mundo ha cambiado radicalmente, recordó que él personalmente presentó una propuesta de reforma eléctrica ante el congreso, que en su momento rechazó la bancada panista, en tanto que ahora son priistas y perredistas los que se oponen.

Esto ha dado lugar a que dirigentes políticos de uno y otro partido se acusen mutuamente de revanchismo, pero nadie muestra la honestidad y la humildad necesarias para reconocer errores y crear consensos, al grado de que continúan congeladas no sólo la reforma energética, sino también la fiscal, la educativa, la política e incluso la reforma laboral, que hace unos meses estaba prácticamente consensuada.

La conclusión es que la clase política le está fallando a México, porque igual que hace siete años, los gobernantes de hoy tampoco muestran capacidad para lograr consensos y realizar las impostergables reformas. Pero no es tiempo de lamentaciones ni de nostalgias, sino de tener vergüenza, reconocer errores y rectificar el camino.

Editorial
(v.pág.4-A de El Informador del 18 de noviembre de 2004).


Bien les vendría a nuestros gobernantes leer a algunos de los clásicos, pasear entre la gente -sin su corte de lambiscones- utilizar de vez en cuando los servicios que los mortales comunes utilizamos, retomar la sensibilidad que en alguna ocasión les motivó a involucrarse en el campo de la política.

Cuauhtémoc Cisneros Madrid, presidente nacional de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística
(v.pág.4-A de El Informador del 18 de noviembre de 2004).


La aprobación de la Miscelánea Fiscal para 2005, es por demás defectuosa y ataca a los contribuyentes cautivos, lo que refleja que el país no está unido, y que personas que no tienen la preparación adecuada, ocupan cargos públicos que sólo perjudican a la población, señaló el presidente del Centro Empresarial de Jalisco, Juan José Frangie Saade.

Explicó que la miscelánea más que impulsar el crecimiento lo detiene, pues causará pérdida de empleos y de competitividad, por lo que es incongruente que "según ellos (legisladores), hablen de apoyar al país, y aprueben reformas que vayan en contra de lo que dicen".

"Es por eso que ya nos percatamos de que son mentirosos, porque manejan dobles y hasta triples discursos de acuerdo con el que sector que hablen". Y es que tan sólo hace semanas visitó Enrique Jackson a los empresarios de la Coparmex, y les prometió que no se aprobaría la miscelánea, "e hicieron todo lo contrario a pesar de que el PRI tiene mayoría".

(V.pág.8-A de El Informador del 16 de noviembre de 2004).


El ex canciller Jorge Castañeda indicó que los tres grandes partidos de México -(el Revolucionario Institucional, Acción Nacional y el de la Revolución Democrática)- no funcionan, no son auténticos, no tienen sustancia y están quebrantados, por lo que no hacen suyas las demandas ciudadanas que él ha recogido en su libro "Somos muchos. Ideas para el mañana de México".

(V.pág.12-A de El Informador del 16 de noviembre de 2004).


A los políticos se les ha olvidado el arte de gobernar, de politizar y dirigir por estar en el chismorreo, todo está muy fragmentado, estamos en crisis.

Edith Serrano
(v.pág.12-C de El Informador del 15 de noviembre de 2004).


La preocupación por los "accidentes fatales" que ocurren especialmente en la vía pública merced a las parrandas de fin de semana en antros, conexos, derivados y similares que pululan prácticamente por todos los rumbos -los ya proverbiales "borrachazos", que estropean el mobiliario urbano y, de paso, cuestan vidas humanas-, se plantearon varias alternativas: cerrar la circulación por ciertas avenidas, puentes y pasos a desnivel; limitar hasta las dos de la mañana la venta de alcohol; aplicar el "alcoholímetro" a los conductores que incurran en infracciones o participen en accidentes...

Y ahí iban, cuando a alguien se le encendió el foco...

En vez de prohibir, en vez de limitar, en vez de perseguir, en vez de sancionar, en vez de reprimir, en vez de vigilar (en una palabra: en vez de gobernar)... ¡eureka!: con-cien-ti-zar. (Es decir, lo mismo que se hizo con respecto al cuidado de las rosas, al desperdicio del agua, a la proliferación del "grafitti", etc... con los espectaculares resultados que constan en actas).

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A de El Informador del 10 de noviembre de 2004).


Los pueblos no fueron creados por la voluntad de las autoridades. Son éstas las creadas por la voluntad de los pueblos. Por lo tanto, la autoridad existe para gobernar en derecho y justicia.

La realidad actual y pasada no guarda relación con principios tan simples, para darle sentido de gobierno de quien asume la responsabilidad de cumplir el mandato popular de ser su autoridad y garantice justicia.

La deformación es tal que quien asume la autoridad presupone poder omnímodo para disponer de los recursos de la sociedad puestos a su cuidado, mas no a su disposición. Esta forma denota deshonestidad y elimina la posibilidad de autodeterminación.

Carlos Cortés Vázquez, consultor en comunicación
(v.pág.5-A de El Informador del 9 de noviembre de 2004).


Dentro de las grandes cosas que perdemos de vista es el saber qué México queremos, cómo lo vamos a reconstruir y hacia dónde lo queremos llevar; haciéndonos de la vista gorda y echando a un lado nuestros deberes de ciudadano, dejamos que manejen nuestras vidas -los políticos, por supuesto- a su antojo. Nosotros, impotentes en apariencia y acto, sólo vemos su mal accionar, quedándonos con el amargo sabor de la crítica, la frustración y nuestros bolsillos casi vacíos. Es más, nos han metido tanto en su juego que han logrado fabricar, junto con nuestra dejada voluntad, un país totalmente corrupto, realmente nos la hemos dejado meter... ¡hasta la misma médula!

Nos hemos dejado moldear, en esa corrupción, con una indiferencia atroz a nuestro buen accionar y tenemos como salida, además de las ya citadas frustración y crítica, los chistes en los que se resaltan las características de los políticos y de paso y sin quererlo ni sentirlo, hacemos mofa de nuestra grave apatía. Para eso sí somos muy salsas, para burlarnos de nosotros mismos.

Lucio Vázquez, médico
(v.pág.4-A de El Informador del 8 de noviembre de 2004).


México padece la "enfermedad del partidismo". Quienes están en una representación pública o puesto de gobierno "ni siquiera sabemos discutir". Los legisladores se estancan apenas escuchan el concepto de soberanía y sostienen un texto constitucional que muchas veces frena la buena marcha del país.

Lo anterior lo expresó Juan José Rodríguez Pratts, senador por el Partido Acción Nacional.

(V.primera plana de El Informador del 6 de noviembre de 2004).


Si el gobernador del estado, Francisco Ramírez Acuña, hubiera tomado la decisión de diseñar y emprender un programa de obra pública desde el primer día de su administración ¡imagínense amables lectores, la gran cantidad de obras que tendríamos en estos momentos! Pero no, había que aguantarlas hasta que falta poco para las elecciones, dos añitos.

Se dejó la "obra grande" para los dos últimos años de esta administración, con el propósito de "convencer" a los electores de que éste es un gobierno que ha hecho mucha obra pública.

Esa estrategia ya no funciona, pero como no tenemos políticos inteligentes, pues todo indica que no se han dado cuenta; y no sólo eso, también les ha faltado inteligencia para manejar la información de manera que nadie se percate y no sean exhibidos y criticados.

Es una vergüenza la forma como se ha manejado el programa de obra pública en Jalisco: llámese manipulación o incapacidad, ineficiencia o falta de planeación... estamos perdidos.

Alguien no está haciendo su trabajo y lo poco que está haciendo, no lo está haciendo nada bien.

Laura Castro Golarte
(v.pág.5-A de El Informador del 6 de noviembre de 2004).


En la calle la gente está harta de la política y de los políticos. Todos, dice, son iguales. Se anida ya el huevo de la serpiente. La democracia y sus instituciones se vuelven un lastre insoportable y se aproxima peligrosamente el tiempo de los farsantes, los profetas, los autoritarios. Cuando la gente se harta de la política se abre el camino a la dictadura.

Epigmenio Ibarra
(v.pág.23 del periódico Público del 5 de noviembre de 2004).


Como lo señala Alain Touraine, cuando los partidos políticos se convierten en coaliciones de grupos de intereses o en nomenclaturas ya sea políticas o tecnócratas, se desvirtúa el principio fundamental de la democracia pues esas élites dominarán el escenario político, ignorando las demandas y reclamos de la sociedad. Es lo que ha sucedido en nuestro país por décadas, sin que debamos desconocer que de alguna manera se han atendido necesidades básicas de la población y aquellas demandas que de no atenderse, podrían representar la pérdida del poder para el grupo en el gobierno; en gran medida ese olvido sistemático le representó al PRI la pérdida del gobierno. Se antoja que de la misma forma al actual gobierno federal se le ha olvidado el significado del voto a su favor, actuando durante los cuatro años que lleva, con total ignorancia del mismo y de sus más sonadas promesas de campaña.

La complejidad de la vida política aumenta en la medida en la que la democracia disminuye, y las élites gobernantes tienden a ignorar los reclamos populares y a decidir en su nombre pero sin tomar en cuenta a la sociedad. Es por ello que debemos plantearnos si en realidad queremos un gobierno auténticamente democrático y no sólo uno elegido democráticamente, pero que de inmediato desconoce que no es sino un simple mandatario y no el dueño absoluto del poder. Tales actitudes propician el debilitamiento de la participación política de los actores sociales, lo que se observa en el incremento de la abstención al momento de ejercer el voto, tendencia que en nuestro país sigue a la baja ante el desánimo de los ciudadanos que ven la inutilidad de su participación.

Quizá es tiempo que los mismos partidos políticos se cuestionen sobre sus postulados y planteamientos, pues si bien en el pasado representaban por lo general reclamos de clases sociales específicas, en la actualidad más bien representan proyectos de gobierno de sus élites internas y de los grupos que los integran, que no necesariamente reflejan las inquietudes de la misma sociedad. Por lo mismo, la ecuación debe ser revertida pues no puede existir una auténtica democracia representativa, si los actores sociales no pueden dar sentido a su acción política, en lugar de recibirlo y de ser inducidos por los partidos políticos, lo que implica el riesgo que los actores sociales sean convertidos en mero recurso político o sea en masa.

Cuando lo anterior sucede, los actores sociales pierden su único valor democrático, la representatividad y los actores políticos dejan de tener el necesario freno en sus funciones, o sea la limitación del poder, lo que nos arrastra a la partidocracia que es un elemento que necesariamente destruirá a la auténtica democracia, propiciando la existencia de un gobierno dominado por grupos económicos que actúan en beneficio de sus propios intereses.

Sergio A.López Rivera, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 3 de noviembre de 2004).


Los hechos durante cuatro años de gobierno de VFQ, demuestran ampliamente que los políticos mexicanos, a la democracia la convirtieron descaradamente en "partidocracia", desdeñando el supremo mandato popular, esa sagrada voluntad mayoritaria expresada en las urnas por la mayoría prevista en las leyes electorales, sujetando los partidos políticos a sus intereses parciales, los supremos intereses de la nación, de tal manera que cada partido "sólo pretende llevar agua a su molino".

Ningún partido, ni mandatario, tiene como objetivo a largo plazo, el bien de supremos intereses nacionales, sino sólo lograr un "hueso" inmediato pequeño o grande, mediante el engaño a la voluntad popular.

Gamaliel Guzmán González, abogado
(v.pág.4-A de El Informador del 2 de noviembre de 2004).


Los panistas no reconocen lealtades ni compadrazgos. Y es que estuvieron tantos años fuera del poder que forzosamente tuvieron que entretenerse en profesionalizar la intriga interna. Eso, realmente, es lo que les sale muy bien.

Isabel Arvide
(v.pág.11A del periódico Ocho Columnas del 31 de octubre de 2004).


Es claro: la gente descalifica a los funcionarios públicos que, estando en el desempeño de una responsabilidad conferida por la ciudadanía, se 'adelantan' a los tiempos electorales y manifiestan sus aspiraciones cuando, algunos, todavía no cumplen ni un año en su actual gestión.

Los datos de la encuesta patrocinada por EL INFORMADOR y Notisistema son más que contundentes: 74% de los entrevistados está en desacuerdo con esa, llamémosla práctica; 72% respondió que la anticipación genera desvío de recursos y distracción de los funcionarios.

Desde hace varias elecciones es una verdad dicha y escrita, que las "nuevas" campañas electorales hartan a la gente y el reflejo no sólo son encuestas u opiniones, sino una baja considerable en los niveles de votación.

Laura Castro Golarte
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 30 de octubre de 2004.)


Robert Putman, politólogo norteamericano, ha estudiado el funcionamiento de las democracias en diferentes entornos y encontró que ésta es más eficaz donde se da una mejor red de relaciones entre los integrantes de la sociedad, disminuyendo en función de la escasa o nula existencia de estas relaciones y el caso de México le da la razón en cuanto que la sociedad aún no se decide a participar más eficazmente en la política, Alain Touraine señala que la democracia existe de mejor forma en sociedades en las que la política se ha ciudadanizado en mayor medida, lo que aún no se da en el país y los mismos gobiernos panistas no han demostrado interés en que esto se logre. Concretamente más parece que pretenden inhibir esas acciones que de manera tímida se han dado en el pasado, para acumular más poder y autoridad en los puestos de gobierno, ignorando a la sociedad como actor político.

Mientras esos postulados no se logren de mejor manera, el país seguirá siendo gobernado por una élite política totalmente indiferente a la sociedad y ni las acciones demagógicas o populistas de políticos como López Obrador, muestran una sensibilidad y una identificación orgánica con la sociedad como actor político, y en el fondo son acciones para comprar y asegurar votos, pero en general todos los gobiernos hasta ahora, sólo piden a la sociedad que ejerza el derecho de voto en las elecciones, ignorándola luego totalmente.

Sergio A.López Rivera, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 27 de octubre de 2004).


Sam Dillon y Julia Preston, ex corresponsales en México del periódico estadounidense "The New York Times", expresaron con preocupación: los actores políticos, los líderes de los partidos y los medios de comunicación mexicanos tendrían que actuar con mayor madurez ante el reto de hacer que la nueva democracia rinda los frutos que el ciudadano común ha esperado como fuente de su bienestar. Sin duda, una declaración medular para el ejercicio electoral que sigue y en el que se consolida o... termina, la democracia mexicana.

Estos expertos, conocedores de la realidad mexicana y con la visión de lo que las acciones hechas pueden representar, agregaron: los medios de comunicación también tienen una gran responsabilidad en el proceso de cambios en el país; y pidieron que terminen ese viciado efecto de ser la 'caja de resonancia' de la clase política, para cumpliendo su responsabilidad, darle más voz al ciudadano común, es decir, regresarle su papel de sujeto en la construcción democrática, pero también en la construcción social y económica de la que ha sido privado.

Toca a políticos de todos los partidos, especialmente de los tri-partido-polio... los más grandes, ésos que gastan, con singular alegría, los recursos que el estado les asigna, pero que son producto del esfuerzo, otra vez, del ciudadano... el terminar con estos haceres que lastiman la vida política y social de los mexicanos... entonces, es momento en que los medios de comunicación electrónicos asuman su parte en la responsabilidad del cambio hacia una verdadera democracia, más allá de ganancias y trueques de poder... Entonces, es momento de pavimentar el camino a la consolidación de la democracia, de otra forma, si se deja al "libre mercado" este juego de intereses de poder político y económico, la democracia mexicana podría ser "flor de un día...": un valiente ejercicio de la población mexicana que los políticos y los medios de comunicación electrónicos se hubieran encargado de descomponer hasta volver este esfuerzo, una penosa mediatocracia... los medios como: el poder; los políticos como la comparsa y el ciudadano... sin siquiera poder saber cómo fue que le quitaron la quimera de una democracia por la que luchó y que, sin duda, seguirá buscando.

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A de El Informador del 27 de octubre de 2004).


Los aspirantes son tantos como las ambiciones de llegar a ocupar cargos públicos y servirse del poder como lo hacen los anteriores, sin considerar el riesgo grave que significa el letargo durante el tiempo perdido; igual que los empleos y la seguridad en todas sus facetas. Vivimos un periodo similar al de hace un siglo, cuando las ambiciones corroyeron sin emerger el consenso que privilegie la estabilidad, aprovechamiento de recursos y preserve la paz.

Carlos Cortés Vázquez
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 26 de octubre de 2004).


La iglesia católica en México afirmó, a través del semanario "Desde la fe", que los mexicanos estamos cansados de la 'decadente' clase política, la cual "no nos merecemos, no es el resultado que esperábamos de nuestro tortuoso arribo a la democracia".

(V.primera plana de El Informador del 25 de octubre de 2004).


Han sido cuatro años de discursos huecos, de reformas fallidas, de modelos alternativos ausentes, de políticas públicas muy poco eficaces. Ah, pero han sido también cuatro años de políticos gastalones, desfachatados, ávidos de poder. Políticos parlanchines que nunca se ponen de acuerdo en lo sustancial para el país, porque siempre buscan cómo evitar que el otro gane algo que le reditúe en nuevas cuotas de poder. Políticos de todos los partidos que apenas llegan a un cargo público y ya están desplegando sus redes para buscar el peldaño superior, de más poder, de más recursos.

Víctor E. Wario Romo
(v.pág.4-A de El Informador del 25 de octubre de 2004).


Cinco de cada diez latinoamericanos sostienen que la democracia no sirve, que sólo es pretexto para enfrentarnos todos, para el protagonismo de los políticos y para la descalificación.

¡Qué grave es que la mitad de la población sostenga que la democracia deteriora nuestro nivel de vida! Es grave porque las alternativas son la dictadura, el autoritarismo.

La alternancia provocó que los partidos políticos, las asociaciones no gubernamentales y los gobernantes de los tres niveles dieran un viraje en su manera de actuar.

Todos los partidos entraron en crisis. La política está tan devaluada, que la sociedad no cree en nada ni en nadie.

Todo este año nos la hemos pasado en videoescándalos, en dimes y diretes, en marchas, en tomas violentas de tribunas, mientras el país está paralizado frente a las grandes reformas que reclaman los mexicanos para hacer competitiva nuestra economía. Estamos perdiendo mercados y empleos.

Enrique Martínez Martínez, gobernador de Coahuila
(v.pág.13-B de El Informador del 25 de octubre de 2004).


Los políticos no se resignan a su finitud personal y social. Envenenados por la adulación, por la prepotencia, por la impunidad, no se han cerciorado de que todo lo humano es efímero.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 23 de octubre de 2004).


"El PRD es un partido de partidos que se odian entre sí -respondió Agustín Granados-, mucho más que a sus enemigos de distintas militancias."

Comentó el autor de Dicen los que saben..."Tienen un discurso amnésico: dicen que no cometieron una falta, sino un error". Y recordó que el general Obregón decía que "en la vida no se cometen errores, sino uno solo, pero con muchas consecuencias".

En sobremesa, un intelectual regaló al autor de estas líneas una de sus repentinas, ácidas y fulgurarentes reflexiones:

"Los perredistas se la pasan tratando de encontrarle sentido a lo que hacen y, mientras atinan a encontrar una respuesta, siguen cobrando..."

Carlos Marín
(v.pág.26 del periódico Público del 22 de octubre de 2004).


Lo que la diputada Padierna avaló y manipuló en el congreso, provocó que creciera la percepción de que el PRD estaba controlado por un grupo de porros políticos. La lumpenización del partido no los iba a llevar a ningún lado. El desafuero de Bejarano no los desinfectará en automático, pero ayudará al PRD a empezar a transmitir el mensaje de que hay algunos perredistas con los cuales no pueden ir de viaje y frenar la caída de más de 10 puntos en las preferencias electorales que le causó el desaguisado.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.5-A de El Informador del 21 de octubre de 2004).


[México] una nación que a lo largo de su historia ha superado todo, guerras de invasión, crisis internas, devaluaciones, acosamientos, aún la administración de la riqueza...todo menos la estulticia... porque ésa, cuando no se reconoce hace mucho más daño... porque cuando se ejerce desde el poder, es como el traje del rey... desnuda a la autoridad, pero en el cuento, era sólo un paseo... en cambio en este sainete en que han vuelto la vida política mexicana, daña profundamente porque los que hacen gala de traje de ignorancia tal... no sólo caminan contagiando a diestra y siniestra... sino que toman decisiones, hacen leyes, dirigen al país... con una deshonestidad e inconsciencia absolutas.

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A de El Informador del 20 de octubre de 2004).


Los políticos de todos los partidos nos están empujando irremisiblemente a un escenario de confrontación que, de mantenerse hasta el 2006, puede ser de nefastas consecuencias para el país. Es decir, para todos, no sólo para ellos, que hacen una política tan enfermiza.

Ahí andamos, al garete, cobijados por una endeble vida institucional, presenciando manipulaciones, atropellos a la ley, evasión (e invasión) de responsabilidades, con una casta política onerosamente retribuida con dinero público, que irresponsablemente derrocha el mandato que ha recibido para gobernar, y se solaza en un estercolero que no parece tener fin. Y valga la acotación: en Jalisco también flotan los malos olores de la política, con funcionarios que, sin un ápice de decencia, se promueven para próximos cargos sin haberle demostrado a los ciudadanos que son capaces de gobernar bien, o que ya pasaron por una responsabilidad dejando más dudas que certezas de su rectitud.

Hemos llegado al colmo: el destino de un aspirante presidencial tiene en vilo toda la vida institucional del país. Y nadie parece preocuparse.

Víctor E. Wario Romo
(v.pág.4-A de El Informador del 18 de octubre de 2004).


Un estudio de la Universidad Autónoma Metropolitana asienta que mientras en el 2003 el 58% de la población confesó alguna afinidad o simpatía por algún partido político, en esta ocasión cayó hasta el 27.5%.

Este estudio, que tuvo como objeto conocer las causas del abstencionismo, reveló datos importantes como el hecho de que el 58.2% de los encuestados dijo que prefería un gobierno no elegido pero eficiente, que realice bien su trabajo.

(V.pág.2A del periódico Ocho Columnas del 17 de octubre de 2004).


La desconfianza hacia los gobernantes y políticos en general ha permeado a la sociedad, que no acepta a individuos que sólo gastan dinero a costillas de los ciudadanos, y eso debe terminar porque la función de la política y de los políticos es buscar que el bien común llegue a todas las capas de la sociedad.

El estado ha fallado, ya que las premisas más importantes para todos los grupos sociales son sin duda trabajo y seguridad, lo que no se ha cumplido, aunque hay otras muchas necesidades ciudadanas que no se han dado.

Jaime Miguel Moreno Garavilla, diputado federal por el partido Convergencia Democrática
(v.pág.5B del periódico Ocho Columnas del 17 de octubre de 2004).


Debe sorprender más bien el grado extremo de simulación de los partidos más grandes, tan reacios a democratizar la vida interna partidista porque, con ello, se deshilacharía la disciplina que permite tener el poder a las dirigencias.

Si de veras quisieran hacer que López Obrador no mandase a sus diputados, entonces legislarían para democratizar a los partidos. ¿Por qué no lo hacen?

Vicente Bello en su columna "Tren Parlamentario"
(v.pág.7-A del periódico El Informador del 16 de octubre de 2004).


Primero son los intereses de México, después los del partido y luego los de ellos [los políticos], pero algunos políticos los tienen ahora al revés, tienen primero el interés personal.

Emilio Azcárraga Jean, presidente del Grupo Televisa
(v.pág.40 del periódico Público del 15 de octubre de 2004).


La analista y periodista mexicana Ana María Salazar, que fuera subsecretaria adjunta del Pentágono durante el gobierno de Bill Clinton, opinó que los gobiernos carecen de moralidad "pero les sobran muchos intereses", y defendió las presiones populares para que las autoridades se hagan eco "si no de la mayoría, sí de una parte importante de los intereses del pueblo".

La periodista dijo que con mucha frecuencia escucha a políticos atribuir la violencia a los pobres, "una expresión muy fácil, pero tan alejada de la realidad".

Salazar advirtió de que no se pueden incluir todos los problemas de un país como un asunto de seguridad nacional, "porque con ello se admite que el Estado ha fracaso en resolverlos".

(V.pág.12-A de El Informador del 14 de octubre de 2004).


Vemos también cómo en el ámbito nacional nuestros políticos, lejos de pensar en un diálogo franco y sincero que abra paso a los acuerdos nacionales que el país necesita con urgencia, luchan encarnizadamente entre sí para mantener o conquistar el poder público en las elecciones del 2006.

Los principales actores de esta lucha, llámense López Obrador, Creel, Madrazo, Calderón..., no cesan de ofrecer soluciones para todos los males de México, pero lo mismo hacía Vicente Fox hace seis años, y la realidad actual poco o nada tiene que ver con aquellas promesas.

Ya lo advierte la doctrina de Cristo: "Por sus hechos los conoceréis", ¡y vaya que en estos tiempos sobran ejemplos locales, nacionales e internacionales para conocer realmente a quienes ostentan o buscan el poder!

Javier Medina Loera
(v.pág.4-A de El Informador del 13 de octubre de 2004).


El presente nos ubica en una posición vulnerable y de potencial colapso en materia urbana, en la cual los ocupados, en la política más que en el gobierno, han perdido la visión de estado a favor de acciones recurrentes de populismo y demagogia, disfrazada de democracia. El mismo tratamiento de la comunicación ha derivado en la implantación de imágenes personales, antes de exhibir las realizaciones sociales como el producto mismo de la inversión y no el gasto.

Carlos Cortés Vázquez
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 12 de octubre de 2004).


En nuestro país, en todas las justas electorales para la renovación de todos los niveles políticos, siempre vemos las mismas cartas gastadas de una sucia baraja.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 9 de octubre de 2004).


Lo que se ve ahora es la inepta incapacidad y la falta de talento profesional y fibra moral en muchos de quienes se han encontrado, azarosamente un buen día, en los puestos de representación o servicio público donde están. Esta realidad va provocando mayor competencia por los puestos. A lo que antes se llegaba por complicidad o amistad ahora se tendrá que hacer por competencia. Bien va el dicho de donde no hay competencia, hay incompetencia.

No en balde, los gobernadores se han visto muy empeñosos en fortalecerse en el tejido federal, mediante convenciones nacionales hacendarias, conferencias nacionales de gobernadores y etcéteras por un lado, y por el otro en buscar promover su imagen local como legitimados democráticamente, desde abajo.

En contrapeso al autismo centralista y al auge caciquil, falta encontrar una fórmula que permita satisfacer a una población que cada día se ve despertando ante la realidad de un futuro que no llegó como se soñaba, sino que además de padecer a los políticos ahora tiene que responsabilizarse por haberlos puesto allí y por lo que hacen.

Norberto Alvarez Romo, promotor de desarrollo sustentable
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 9 de octubre de 2004).


Es imperativo que en la agenda legislativa del Senado de la República se incluya, además de las figuras políticas del plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular, la posibilidad de que los ciudadanos puedan revocar de su cargo a los funcionarios de elección popular que incumplan con sus compromisos ante la ciudadanía.

Luis Gallegos
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 5 de octubre de 2004).


Pocas son las personas e instituciones que mantienen la salud moral y la visión de estado; corroído por las traiciones de no pocos funcionarios del ayer, pero sumido en estado comatoso por una cepa de filibusteros ignorantes y derrochadores, que lamentablemente conducen el país.

La decadencia política y social ha afectado casi todas las esferas de la vida nacional: universidades, sindicatos, burocracia y demás cuerpos representativos, manifiestan un envejecimiento ideológico y visión parasitaria.

La llamada 'izquierda' mexicana, la que el Partido de la Revolución Democrática ha pretendido patentar, no es otra cosa que una parodia. Grupo de cincuentones y sesentones amargados contra todo y contra todos. Muchos de ellos golfos profesionales, que jamás han aportado nada a la riqueza nacional que no sean sus molestas marchas y dañinas agresiones contra la gente trabajadora y los ciudadanos pacíficos.

Una 'izquierda' peleada con el trabajo y ambiciosa hasta el extremo del dinero de los 'riquillos', llevando en su pecado la penitencia: ¡el desprestigio social!. La verdadera izquierda, y Europa nos puede enseñar mucho: es una ideología comprometida con la riqueza nacional, con el mejoramiento -en todos los ordenes- de obreros, campesinos y marginados. No enfrentándolos con el capital, sino educándolos a convivir con los dueños del capital: a eficientar sistemas de producción, distribución y venta, para que las clases trabajadoras suban hacia mejores estadios de vida, que además de aspirar a una vivienda digna, y una auténtica seguridad social, puedan viajar dentro y fuera del país. Y esto solo se produce con educación, esfuerzo y trabajo, mucho trabajo.

De la acomodaticia falsa izquierda alguna vez escribió el Che: '...Rebeldes, al principio, contra toda injusticia, rebeldes solitarios que se iban acostumbrando a satisfacer sus propias necesidades y no concebían una lucha de características sociales' (Pasajes de la guerra revolucionaria, pág.152). ¡Claro, es más fácil no trabajar y engañar bobos y borregos que modificar su dogmatismo, por lo que estorban el paso para que una izquierda educada y visionaria, los releve de un sitio del cual han sido indignos y falaces! (como si no fuese suficiente con la ultraderecha que nos asfixia y hunde en la pobreza).

Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 2 de octubre de 2004).


El problema es que la sociedad no encuentra todavía un punto de aprecio y coloca el papel de legislador casi en el rango de policías que no tienen mucho en aprecio. Ya me doy por bien servido que no estemos en el rango de los microbuseros, pero sí tenemos mucho que hacer para que el congreso le sirva a la gente.

César Jáuregui, vicepresidente de la mesa directiva del Senado
(pág.4A del periódico Ocho Columnas del 26 de septiembre de 2004).


Si yo fuera un analista político supongo debería hablar de ese callejero espectáculo en que se convirtió el Informe de Gobierno presentado por nuestro señor presidente, Vicente Fox en el que comunicó los avances que hemos tenido durante los primeros cuatro años de gobierno... el cambio, el gran cambio al haber sacado de Los Pinos al corrupto partido tricolor, supongo que debería haber analizado el por qué no hemos alcanzado el 7% de crecimiento del producto interno bruto.

Tendría que desmenuzar hoy las brillantes ideas y sarcásticas sátiras del mentiroso, del incongruente jefe de gobierno del Distrito Federal y primer aspirante a la presidencia para el año 2006 y también debería tratar de interpretar el remedio, la caricatura de programa para crear un plan alterno de una nueva nación.

También debería desmenuzar los apoyos incongruentes de los mojigatos blanquiazules tratando de encontrarle la cuadratura al círculo.

De los del Verde y de los de Convergencia y el resto de la chiquillada, si yo fuera analista de esa actividad enferma que le llaman política, de esos partiditos ni me preocuparía por analizarlos.

Una cosa me queda clara y para eso no hay que ser un gran pensador: los políticos saben prometer, pero jamás saben cumplir. La corrupción es la misma a nivel nacional a pesar de las promesas de transparencia del presidente, de los gobernadores, del jefe de gobierno del D.F., de los presidentes municipales...

La verdad me agobia, me fastidia, me molesta, la cultura de la mentira y de la irresponsabilidad de toda la clase política y la falta de profesionalismo y de ética de esos peleles maleducados diputados gritando, interrumpiendo y atacando al presidente, como si ellos sí supieran cumplir, como si ellos hubieran tenido la capacidad de aportar algo, de sentarse decentemente a proponer, a discutir, a corregir, a dialogar, a hacer buen gobierno. Qué fastidio saber de los altos sueldos que tienen este grupo de ineptos maleducados de quienes ya no espero que trabajen para hacer nuevas y más justas leyes, pero sí esperaría al menos que sepan cumplir la ley que ya está establecida, y que quede claro, yo tampoco estoy de acuerdo con Fox, pero hay que respetar las instituciones y la legislación, la ley es la ley.

La cultura de la mentira y del engaño ha tomado tal uso y costumbre que los políticos a veces llegan a creer sus propias falsedades. Con una sangre fría, digna de mejores causas, se atreven a decir, a criticar, a juzgar y hasta pretenden castigar a otros por supuestos malos resultados de los que ellos mismos son la causa.

Otros, con afán electorero, proponen un plan alterno, con propuestas infundadas, sin sustento y menos con proyectos completos y concretos para lograrlo. Ah, pero yo soy el bueno y el otro el malo. Promesas y más promesas nunca cumplidas, anteproyectos y proyectos que ni siquiera se inician y si lo hacen jamás llegan al cumplimiento total, porque se trabaja sin convicción, sin sentido patriótico y nacionalista, sin visión comunitaria. Lo único que importa es el político con nombre y apellido, importan las siglas de su partido, pero que se llegue al resultado final y al bien común, eso no importa.

Vergüenza, mucha vergüenza de mexicano cuando al final del evento toda la manada trataba de cantar un Himno Nacional que no se merecen, hasta allí llega su capacidad de engaño, hacían como que cantaban, pero ni siquiera conocen la letra del Himno.

Qué vergüenza que quienes supuestamente están dedicados a legislar, a crear nuestro sistema legal que debe regir el orden público, qué vergüenza que ni siquiera sepan escuchar a su presidente, muy malo por cierto en este caso, pero que por mandato de ley, está obligado a informar y por el mismo mandato los legisladores están obligados a escuchar.

Qué tristeza que la voluntad política del pueblo, manifestada en las urnas con los votos de la ciudadanía, haya determinado que un grupo de maleducados, perezosos, malintencionados y malos mexicanos sean una parte fundamental de nuestro sistema de gobierno. Qué tristeza que esa bola de ineptos descarados ganen un salario que no se merecen y que jamás podrán lograr con otro trabajo y con ese alto salario se presenten en público como payasos de barrio.

Qué ganas de enfrentarme con cada uno de los "diputados" que gritaron y echaron porras como si fuera partido de futbol y se pasearon grotescamente por el sagrado recinto del Congreso con letreros mal hechos, enfrentarme con ellos y preguntarles ¿y tú que haz hecho por México? ¿qué haz hecho para lograr un mejor gobierno? ¿qué haz aportado para que no exista de lo que tanto te quejas? ¿con qué cara reclamas?

Por desgracia en nuestro querido y devaluado México hay dos bandos: los que gobiernan mal y los que sólo critican el mal gobierno sin hacer nada para corregirlo. No basta sacar pancartas como chamacos traviesos, ni gritar groserías en un acto público y oficial, los hombres adultos, los hombres de ideas, los hombres responsables, debemos sentarnos a la mesa en la que la única visión es México y el bien de los mexicanos y ahí sí disentir, pero al mismo tiempo proponer, ahí sí criticar, pero aportar soluciones, ahí sí juzgar, pero ofrecer trabajo para lograr las metas.

Repito para que quede claro, no defiendo al presidente porque su labor es indefendible, pero no estoy de acuerdo con los salvadores de pacotilla escondidos en los agujeros, que salen de ellos sólo para exhibirse como mediocres "aviadores públicos", tanta responsabilidad tienen unos y otros y de una vez que se decida que aquellos que no hacen nada por lo menos dejen hacer.

Nacho Cadena
(v.pág.3E del periódico Ocho Columnas del 26 de septiembre de 2004).


Un migrante mexicano en Canadá me explicaba hace tiempo que en México tenía trabajo, sueldo razonable, casa propia y dos vehículos, pero le habían secuestrado dos veces y en una ocasión, un grupo de ladrones le tuvo retenido, junto con su familia, en su propia casa. ¡De vueltas a la delegación y promesas, ya ni hablamos! -dijo resignado-.

Siempre fui empleado de empresas -continuó-, contribuyente cautivo. Pagué hasta el último impuesto que correspondía y el seguro social que nunca utilicé. Estudiando subí de posición, me superé, y fue cuando todo sucedió. Entonces, solicité empleo a empresas canadienses y una me contrató. Al principio la paga no era tan buena como en México, pero la calidad de vida sería mejor. Adicionalmente, la compañía me apoyaría en créditos a 30 años para mi casa.

Viajé a un curso de preparación, y comprendí algo que me haría abandonar México: en la ciudad donde viviría, la gente lucía satisfecha, disfrutaba sus parques y museos, caminaban por todos lados, recorriendo su ciudad, disfrutando sus exposiciones, conciertos y eventos deportivos. Había en aquel entonces un índice de dos muertes violentas por año, y el Producto Interno Bruto de una ciudad más chica que el Distrito Federal, prácticamente se triplicaba. Quizá soy egoísta, pero mis hijos no sufrirán -sentenció-.

Entonces entendí -me dijo- que mi país me traicionó. Aun teniendo casa propia, era rehén de los políticos que solamente estaban interesados en disputar el control de mi ciudad, la cual nunca disfrutaría a plenitud sin riesgo de perder la vida, ante la ceguera deliberada de aquellos que cobran de mis impuestos.

Así terminó mi conversación con un buen mexicano que celebra el 16 de septiembre en francés, con lágrimas en los ojos, y que hoy, se iría de nuevo.

Alfonso Villalva P., abogado
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 22 de septiembre de 2004).


81% de los ciudadanos mexicanos no creen que los partidos políticos los representen, según una encuesta conjunta del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales y el Centro de Investigación y Docencia Económica.

92% afirman que cuando los políticos o funcionarios cometen actos ilegales gozan de impunidad, y la honradez de los políticos obtiene calificación reprobatoria. Tal vez por ello, se sienten alejados y desencantados con el sistema político.

70% consideraría bueno un cambio total al sistema legal en el país, y 45% cree que la Constitución debería rehacerse o modificarse. El sistema de leyes obtiene mejor calificación que los actores, pero aun así es inferior al seis necesario para aprobar.

(V.pág.8-A del periódico El Informador del 20 de septiembre de 2004).


"Hay un fuerte reclamo de los ciudadanos ante la ineptitud e ineficacia de los políticos que es potenciado por las altas expectativas que trajo la alternancia en el poder, advirtió Jacqueline Peschard Mariscal, ex consejera del Instituto Federal Electoral, al advertir la mala valoración que da la gente a las instituciones políticas.

Alertó que, de no cambiar la percepción que tienen los ciudadanos de sus instituciones y de los políticos profesionales, el país puede ver el surgimiento de "liderazgos que se sientan providenciales, pero no que no estén comprometidos con programas ni instituciones políticas".

Es un riesgo de que surjan personajes que se presentan como los líderes que redimirán y defenderán a los ciudadanos más allá de las leyes, agregó Peschard, quien es doctora en Ciencias Sociales y autora de varios libros en los que estudia temas sobre representación política, democracia y el significado del voto.

Al conocer algunos resultados de la encuesta sobre alienación política que se publicará hoy lunes en EL UNIVERSAL, la ex consejera del IFE destacó que se revela una falta de confianza de los ciudadanos hacia las instituciones políticas, los políticos profesionales y los partidos.

Pero también alertó sobre una falta de comunicación entre gobernantes y ciudadanos, a quienes aquéllos debieran atender y definir sus políticas públicas en función de las necesidades del pueblo.

"Lo que también se puede identificar es que hay un desprestigio clarísimo de la política. Se considera conveniente que los gobernantes no provinieran de la política, y por esto yo entiendo que los que están totalmente desacreditados son los partidos, y por eso la gran mayoría no se siente representada por un partido", dijo.

Para revertir el alejamiento que los ciudadanos sienten de sus instituciones, agregó Peschard Mariscal, es necesario que cada uno cumpla con las funciones y obligaciones que tienen asignadas.

"Que el gobierno cumpla con definir sus políticas públicas en función de las necesidades de los ciudadanos; que los legisladores cumplan con elaborar leyes conforme a las necesidades del país; que jueces y policías cumplan las tareas que tienen encomendadas".

(V.pág.15-A del periódico El Informador del 20 de septiembre de 2004).


Luego de conocer los resultados de la encuesta que publicará EL UNIVERSAL, el investigador de la División de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas, José Antonio Crespo Mendoza, destacó "el grave problema de representatividad" que se detectó, pues los ciudadanos no se sienten representados por los partidos, los diputados, los gobernantes.

"Sienten que sus representantes formales están encerrados en su propio mundo, que no los escuchan. La encuesta refleja que la gran mayoría de la gente piensa que su actividad política, sean marchas, opiniones o el voto, no tiene un efecto ni incide en la toma de decisiones, y eso es típico de un régimen autoritario", subrayó el también doctor en Historia.

Agregó que los ciudadanos no se sienten debidamente representados ni tomados en cuenta a pesar del cambio en el pluralismo político del país, "y eso lo que nos sugiere es que la transición [se] está haciendo del autoritarismo, no a la democracia, sino a la 'partidocracia''. En ese mismo sentido señaló que, además de una "partidocracia" y el surgimiento de líderes "antipartidos", el país puede enfrentar otro riesgos: una mayor decepción y desconfianza hacia la democracia.

(V.pág.15-A del periódico El Informador del 20 de septiembre de 2004).


-¿Qué piensas de los políticos?

La mayoría, una bola de descerebrados, irresponsables, sin visión de Estado, sin preparación ni capacidad.

Entrevista al caricaturista Daniel Camacho Angel
(v.pág.3A del periódico Ocho Columnas del 19 de septiembre de 2004).


Camarillas de improvisados y ambiciosos han sumido, primero Jalisco y luego a todo el país en una espiral de retrocesos marcados por la pobreza, el caos y la inseguridad.

Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 18 de septiembre de 2004).


Compañías transnacionales se han apoderado del mercado de semillas lo mismo en granos, oleaginosas o de hortalizas, sus sistemas de producción y venta son de lo más avanzado, mientras que en [la empresa descentralizada, dependiente de la Secretaría de Agricultura] Productora Nacional de Semillas, detrás del escritorio los funcionarios esperan que el programa oficial Semilla Mejor haga el milagro y la venta se realice, mientras tanto, los inventarios siguen creciendo debido a la mala planeación y a la exigencia de vender un producto prácticamente desconocido en el mercado.

Cuando Oscar Brauer fue secretario de Agricultura quiso cambiar la difícil situación de la paraestatal y nombró subdirector a un técnico capaz, experimentado y exitoso en la producción y comercio privado de semillas, con la esperanza de que pudiera revertir los resultados negativos, lo que sucedió fue que el designado al no poder cambiar los criterios dizque nacionalistas y modificar el aparato burocrático, prefirió renunciar y reintegrarse a la iniciativa privada.

Jesús Daniel Muñoz Ríos, agrónomo
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 18 de septiembre de 2004).


El conflicto político puede traducirse en conflicto social, lo cual se agrava de manera sustantiva cuando la conducta que muestran los políticos y las organizaciones políticas a la ciudadanía está caracterizada por la incapacidad de dialogar, por las amenazas, por la violencia verbal y por la identificación del enemigo.

La conducta de diferentes actores políticos que tienen responsabilidades del más alto nivel en nuestro país raya en la irresponsabilidad, se caracteriza por limitaciones evidentes y puede tener consecuencias mayores para la estabilidad económica y la paz social. Esta carencia de capacidades para resolver las diferencias supone una serie de riesgos potenciales si se atiende a una serie de hechos simples y evidentes como la falta de empleo y de oportunidades, y si se considera que la pobreza, la marginación y la exclusión social son condiciones que definen la existencia de la mitad de la población del país.

Que en esas condiciones de vida y que en esa falta de empleos y oportunidades los partidos y los actores políticos condicionen el diálogo a la obtención de prebendas, a negociar la ley y que, incluso, proclamen abiertamente que pueden poner en riesgo la estabilidad del país a cambio de lograr que sus interlocutores cedan, son comportamientos políticos que deben ser sopesados desde una profunda reflexión respecto del grado de degradación en el que ha caído la política en México.

Comprometer la estabilidad política de la nación en nombre de un interés partidista es ya de suyo un asunto que rebasa toda probidad ética. La ética en política hoy se hace necesaria y se hace más necesaria en las dirigencias de los partidos políticos y del gobierno federal, donde imperan el doble discurso, la simulación y una serie de prácticas políticas que si bien en otro tiempo probaron ser efectivas, hoy corren en paralelo a la construcción de una democracia moderna.

Los partidos políticos están atrapados por las cifras, por las encuestas y por, dicho sea de paso, la ambición del poder, así como por los privilegios que aún supone el tener poder en México. Los partidos políticos muestran una incongruencia sistemática entre los principios que suscriben y que dicen defender en relación con las prácticas reales en las que incurren sus gobernantes y sus dirigentes.

Los políticos deslindan responsabilidades, alegan desconocimiento, asumen la existencia de intrigas en su contra, urden defensas con base en los instrumentos y garantías que la propia ley les otorga, y en el proceso llevan a sus partidos a caer en la trampa de defenderlos. El problema es mayor en la izquierda política de nuestro país, la cual, lejos de fortalecerse, hoy se construye desde el culto a la personalidad y desde asumir el mismo doble discurso que tuvo la capacidad de cuestionar por décadas.

La política en México se enrarece más cada día, los verdugos aparecen como víctimas, los corruptos se enseñorean con el discurso de la honestidad, los que llaman al derecho son los primeros en violentarlo y sus posturas frente al diálogo ya están atravesadas por actitudes que denotan la agresividad, la grosería y la incapacidad.

La mentira se ha vuelto moneda corriente en las declaraciones de múltiples actores políticos, lo mismo que los análisis sin fundamentos, los cuestionamientos vacíos y las críticas sin mayor argumentación.

Pareciera existir una especie de consenso previo en las acciones de múltiples actores políticos respecto a la creencia de que el país puede resistir una continua y sistemática confrontación política sin que ocurra ni pase nada en el tejido social; pareciera creerse que la legitimidad y fortaleza de las instituciones es suficiente como para soportar escándalo tras escándalo y error tras error.

El problema de fondo es que la legitimidad no se renueva con el hecho de que los ciudadanos voten -cuando votan-. El problema es que los daños a la democracia comienzan a ser estructurales y ello se manifiesta en el nivel de desconfianza que tienen los ciudadanos respecto de los partidos, en la inconformidad, e incluso en la percepción que existe en diferentes sectores sociales en que se está dispuesto a renunciar a ciertas libertades a cambio de seguridad, orden político y estabilidad económica.

Mario Luis Fuentes, director del Centro de Estudios e Investigación en Asistencia y Desarrollo Social
(v.pág.20 del periódico Público del 17 de septiembre de 2004).


Estamos imbuidos en una lógica perversa... que está trastornando el sentido de lo que constituye la base de la política, sobre todo en una sociedad que pretende ser democrática: la capacidad de negocicación, de interlocución, de poder transformar la realidad a través del pacto y el diálogo en lugar de la confrontación y la violencia. ¿Desde cuándo la negociación debe ser percibida como parte de la transa, de la conspiración, del complot?, ¿desde cuándo la relación entre políticos de distinto signo partidario, de distintas formaciones e ideologías, de diferentes estratos de poder debe ser estigmatizada?

La lógica perversa no se formó ahora, sino de tiempo atrás y tiene su origen en los días posteriores a las elecciones del 88, con un entonces FDN marcado, en buena medida con razón, por la desconfianza. Cuando el PAN aceptó que el gobierno de Salinas podía legitimarse en los hechos aunque hubiera tenido un origen ilegítimo en las urnas, esa desconfianza se acentuó y, dentro del propio naciente PRD comenzó a crecer una corriente (en su momento incluso avalada por el propio Cárdenas) de rechazar cualquier lógica negociadora. Luego vinieron los capítulos que los priistas más reaccionarios y los perredistas más ultras (tan parecidos unos con otros) llamaron las concetacesiones. No fueron mecanismo que respetara escrupulosamente la legalidad, fueron acuerdos en las cúpulas, pero destrabaron problemas graves para la gobernabilidad del país, sobre todo cuando la legalidad electoral parecía estar muy atrás de la realidad política: pero esas concertacesiones (y ahora a más de una década de distancia ello puede percibirse con claridad) abrieron los caminos para la democratización del país y para el pluralismo político que ahora gozamos. Es verdad, el método llegó a deformarse, a desgastarse. Pero ello fue también responsabilidad de muchos actores políticos (uno de ellos, en aquella época, Vicente Fox), deslegitimaron la negociación y el acuerdo, insistiendo en que éste se daba en lo "oscurito" y pervertía la "auténtica" lucha política.

No negociar, no dialogar no se convirtió en sinónimo de intolerancia e incapacidad, a veces hasta de estupidez, sino de lo que ahora conocemos como "honestidad valiente" en cualquiera de sus versiones partidarias. En realidad, el político que no sabe negociar, que no sabe dialogar, que no escucha, que sólo tiene relación con los suyos, que exige la incondicionalidad como parte de la disciplina, no sólo es un mal político: es un intolerante que tarde o temprano acabará, o intentará hacerlo, con la democracia.

Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.26 del periódico Público del 17 de septiembre de 2004).


¿Pero es posible que nosotros, los mexicanos, hayamos votado por esa gente que el día primero del presente mes convirtió el Palacio Legislativo de San Lázaro en un circo barato?

Se supone que llegar a la categoría de diputado y senador implica poseer una educación cuyo refinamiento ha de mostrarse en todas las ocasiones.

Eligimos a unos señores para que nos gobernaran, nos respetaran, hicieran de México un país digno de admiración, a cambio de lo cual se les otorgan unos estupendos sueldos y, en cuanto les da la gana, dejan de ser aquello para lo que les seleccionamos y se convierten en otra cosa, payasos sin gracia. Nos han engañado los que patosamente exhibían los cartelones.

Ante la triste exhibición de los legisladores faltos de educación, los electores, simples mexicanos que pagamos los costes de su malacrianza, pensaremos dos veces, tres, cuatro veces lo que hemos de hacer en las próximas elecciones. ¿Darle a un vulgar individuo el alto y honroso cargo de legislador? ¡No!

Sería muy útil que los candidatos del futuro nos presentaran sus méritos como personas respetuosas y educadas, dignas del puesto que codician. Si en este curriculum utilísimo hay ejemplo de cordura, buenos sentimientos y mejores modales, tal vez merezcan nuestra aprobación. Lo otro, los ofrecimientos que nos hacen de dudable bienestar, ya los conocemos como oferta de "barata" de supermercado, es decir, que son ofertas caras o incumplidas siempre, escondidas tras los colorines de las cartulinas con que estropearan nuestros árboles.

Gabriel Paz, escritora
(v.pág.4-A del diario El Informador del 15 de septiembre de 2004).


La frivolidad de entregar el voto por simpatía o compromiso motivó el alto costo de dar autoridad a gente sin capacidad. El caso alcanza patetismo en el Congreso donde cobran 200 individuos electos por su partido y no por el pueblo; éstos son los permanentemente repudiados diputados plurinominales.

Hasta ahora las acciones reivindicatorias de la imagen de la política en México sólo provocan reacciones contrarias dentro de la oligarquía, en contienda tan permanente, impenetrable al círculo selecto de personas privilegiadas con puestos de elección popular para la correspondiente derrama de prebendas a instituciones, grupos y personas; soporte de la gran pirámide política, poseedores de impunidad para el manejo indiscriminado de los presupuestos oficiales. De estos manejos, expuestos a la luz pública por los medios de comunicación, no se libra partido alguno; todos tienen saldo en contra.

Y si existen acusaciones graves como para llenar de delincuentes el Estadio Azteca, la única explicación de no hacerlo es la ineficiencia del tercer elemento: El Poder Judicial, donde se allanan los caminos a esos delincuentes mediante juicios eternos y costos irrecuperables -más costos- para el erario.

La burocracia, en el sentido peyorativo que se le cita, está alejada de su significado etimológico: gobierno desde el escritorio y ofende dignidad e inteligencia del ciudadano común quien realmente es quien paga y es patrón de esos millones de empleados en los tres niveles de gobierno, desde el modesto afanador hasta el presidente de la república.

Así de simple es el enredo de la cuestión burocrática, propietaria de imagen desgastada, desprestigiada. Basta acercarse a cualquier servidor público, no importa nivel, para comprobar la incoherencia de su actitud, sólo explicable por la frustración producto del repudio social ganado por quienes ascienden a puestos de elección popular o son dirigentes de partidos sin practicar las doctrinas de su creación.

Carlos Cortés Vázquez
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 14 de septiembre de 2004).


[El secretario de la ONU] Kofi Annan criticó la falta de liderazgo político y la ausencia de reformas internas en los partidos políticos frente a las necesidades de la población y, aunque se refería, en términos generales, a la región, debimos ponernos el saco y reconocerlo como una de nuestras fallas en la encrucijada por la que atravesamos en México.

"El sistema de partidos -dijo-, tiene que modificarse para permitir una mayor participación de la ciudadanía en la toma de decisiones de los gobiernos del Hemisferio."

Y cuando revisamos las plataformas políticas de los partidos nacionales, esas mismas que en un tiempo nos permitían aclarar la diferencia entre uno y otro, ahora, creemos que no son más que un decálogo de buenos deseos que nadie le hace caso, pues sólo buscan -en lo inmediato- conocer los reactivos que les pueden dar una mayor popularidad, y con eso, la esperanza de lograr más votos en un futuro cercano.

Nadie habla, ni quiere pensar en el largo plazo, justo lo que Annan está señalando. Nadie traza y defiende las estrategias que hacen falta implementar en un plan de acción que nos permita saber si somos o no capaces de tener una democracia incluyente, en sus beneficios económicos como en los políticos. No sabemos cuál es la diferencia clara entre un partido y el otro, excepto esa que existe en el subconsciente colectivo, donde creemos que un partido está más a la derecha o a la izquierda del otro, si es que este sistema de coordenadas tiene algún sentido.

No se sabe bien a bien dónde está la línea divisoria entre un partido y el otro y, a la fecha, nos resultan demasiado egoístas para compartir las buenas decisiones -si es que lo consideran un éxito para el que está en el poder- y entonces, agazapados tras bambalinas, esperan la oportunidad para demostrar que ellos sí son los poseedores de la verdad.

Martín Casillas de Alba
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 14 de septiembre de 2004).


Duras y justas las recriminaciones [de la Coparmex a Fox]. Entre ellos saben bien a qué se refieren y por qué vienen la decepción y el reclamo.

Por supuesto que Fox no los iba a contradecir. Pero intentó una explicación que va así: "Pasamos de un sistema autoritario a un sistema altamente democrático, pero no hemos modificado los mecanismos que sustentaban el presidencialismo...". O sea: somos presidencialistas, pero ahora el presidente no sabe qué hacer.

Salió con aquello de que "es responsabilidad de todos". Como si todos los mexicanos tuvieran poder o cobraran el dineral que cobran los políticos. Otra vez el rollo y el cuento. Más demagogia... pero miren ante quienes.

Gregorio González Cabral
(v.pág.9A del periódico Ocho Columnas del 12 de septiembre de 2004).


Los empresarios mexicanos están cansados de encuestas para alcanzar una "popularidad estéril" en una lucha por el poder que frena el desarrollo del país, advirtió el director de Fomento Económico Mexicano, S.A. José Antonio Fernández.

Ante el presidente Vicente Fox, Fernández, quien habló a nombre de "más de 1,500 empresarios", dijo que la "visión de corto plazo y el interés individual" de la clase política, impide superar los atrasos históricos de México.

"La economía no tiene rumbo y se carece de gobernantes adecuados y de una clase política que dé vida a una democracia operante para frenar la caída de la competitividad".

(V.primera plana de El Informador del 11 de septiembre de 2004).


En México todo el mundo está de acuerdo en que el país necesita una serie de reformas básicas y todo el mundo está esperando que otro haga la propuesta para decir que no.

Faltan dos años para una confrontación electoral. Cualquiera puede ganar y cualquiera puede perder, pero quien gane haría bien en pensar que a los que se opone hoy, mañana le van a pasar un facturón terrible. Cuando se llega al poder, hay que hacer lo que se tiene que hacer y éste es un buen momento para que en México haya acuerdos.

Felipe González, ex presidente de España
(v.pág.4A del periódico Mural del 9 de septiembre de 2004).


No les diré que he estado en todo el mundo, pero conozco una buena porción de él y en ninguna parte he visto o escuchado [como en México sucede] que el gobierno publicite o se ufane por haber cumplido estrictamente con ese deber por el que devenga un salario que todos pagamos... para eso cobran y para eso los elegimos. Si fuera cierto, no habría por qué proclamarlo; pero resulta que además se trata fundamentalmente de puras mentiras.

Germán Dehesa
(v.pág.1B del periódico Mural del 9 de septiembre de 2004).


Ante los fracasos del gobierno del cambio y ante una cierta desconfianza hacia los regímenes del anterior sistema, las palabras llenas de demagogia de López Obrador suenan a una pequeña luz de esperanza y por eso su popularidad ha crecido. Ante la quiebra moral de los partidos políticos y el desprestigio de los políticos, este demagogo ha capitalizado esos ataques y sus adversarios han contribuido al fortalecimiento de su popularidad, pero al mismo tiempo ha radicalizado sus posturas y esto puede llegar a ser muy peligroso para el país, si se llegara a provocar en un enfrentamiento entre las posturas existentes.

Sergio A.López Rivera, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 8 de septiembre de 2004).


Mientras los pretextos llueven, la sociedad mexicana sigue estando cautiva de la clase política, del presidente y sus contrapesos, ineficaces ante los grandes desafíos nacionales.

Rafael Loret de Mola
(v.pág.9A del periódico Ocho Columnas del 5 de septiembre de 2004).


Un Congreso ocupado en muchas de sus curules por individuos que no tienen la menor idea de lo que es y significa la República -de todos los partidos-; que luchan por su beneficio personal y de grupo. De una izquierda falsa, manipuladora y belicosa incapaz de crear, pero sí de destruir; que gracias a las diputaciones y senadurías de regalo, mantiene un coto de caza política privilegiado.

Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 4 de septiembre de 2004).


Después de haber visto lo que ocurrió en el Informe Presidencial, estoy convencido de que México no merece esa basura de personas que asisten al Congreso con el cargo de diputados.

Mario Robles Ruiz
(v.pág.11-D "Buzón de nuestros lectores" el periódico El Informador del 4 de septiembre de 2004).


La tarea del gobierno democrático es encauzar el conflicto social hacia los espacios políticos para su solución, y no al revés. Ahora se ha invertido y la clase política mexicana ha dejado de ser mediadora, convirtiéndose en la promotora misma de la confrontación. El desplazamiento del conflicto desde lo político hacia lo social significa ir en sentido contrario y resulta de la incapacidad de los políticos, cuya escasez de talento sobre la mesa quieren compensarla mostrándose como fuerza de la calle. La fórmula es ya sabida, consabida y poco sana para procesos democráticos. Abundan los casos históricos y actuales donde los políticos frustrados inducen a los ciudadanos al conflicto, siendo su máxima expresión las guerras, ya sean internas o externas.

Hoy jugamos a la democracia, usando las reglas de un ayer cuando el juego era simulado.

Es una convicción, gravemente equivocada de los partidos, seguir insistiendo en que lo único que falta es cambiar a los que están, la alternancia por la alternancia, sin impulsar sustancialmente hacia una evolución del pacto social en la reformación de sus instituciones; insistiendo que bastan las buenas intenciones de los que llegan y se sienten más virtuosos, remachando que sí pueden hacerlo bien por tratarse precisamente de ser ellos.

Norberto Alvarez Romo, promotor de desarrollo sustentable
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 4 de septiembre de 2004).


Ni Fox ni nadie han logrado transmitir a la sociedad que la democracia no se reduce a la política, que es un sistema de organización social y un proceso de continuo aprendizaje. Lo que le han mostrado a la ciudadanía son gritos, pleitos y estancamiento en todos los niveles. Este es el mensaje equivocado de democracia que han proyectado. "La democracia -dijo Fox en su Informe-, es una conquista de la conciencia y la inteligencia". Cierto. Pero ni él ni la clase política que interactúa con el presidente han actuado con conciencia, ni con inteligencia.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.5-A de El Informador del 4 de septiembre de 2004).


Al margen del contenido del informe presidencial, del acuerdo o desacuerdo que se pudiera tener con él, llama la atención el comportamiento de los asistentes al mismo y más en el caso de legisladores.

Por momentos pensé que asistía a una mala copia de porra futbolera o inconsciente protesta estudiantil, en la que más que la protesta, se vive el relajo y desenfreno del momento.

Qué lejos estamos del comportamiento de aquellos senadores romanos cuya elocuencia ha perdurado a través de los siglos; aún se escucha la voz grave de Cicerón: "Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia..."

Da pena, vergüenza, desencanto y coraje ver cómo responden a la confianza del electorado; hay sesiones que se suspenden por falta de quórum, pero para protestar, para mostrar un protagonismo inconsciente e incivilizado, son los primeros; y ¡aún cobran y le cuestan al pueblo!

Tal pareciera que el perfil de un legislador debiera estar al nivel de una copia burda y trasnochada de porro con tendencias globalifóbicas, como las mostradas en Guadalajara hace meses...

Jesús H.Torres Ramírez
(v.pág.4 "correo" del periódico Público del 3 de septiembre de 2004).


A propósito de gallinas: en los ranchos, éstas se trepan en las ramas de los árboles para protegerse de los peligros, no para zurrar a las de abajo ni para ser zurradas por las de arriba. Sólo los malos políticos [¿hay de otros? - el webmaster] aspiran a lugares más elevados para tal fin.

Noé Pacheco Mendoza
(v.pág.4 "correo" del periódico Público del 3 de septiembre de 2004).


Nuestros diputados, que en un mes ganan lo que mucha gente obtiene fatigosamente en muchos años de trabajo, dieron muestras de bajísima categoría humana: "lo cortés no quita lo valiente" podría traducirse en "lo diputado no quita lo corriente".

Jesús Gómez Fregoso
(v.pág.20 del periódico Público del 3 de septiembre de 2004).


[Según el Latinbarómetro 2004] 75% de los mexicanos piensa que "El país está gobernado por unos cuantos intereses poderosos en su propio beneficio". Un 34% cree que nunca se eliminará la corrupción.

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.20 del periódico Público del 3 de septiembre de 2004).


¿Qué es el fuero en el México de hoy?, le pregunté por aquellos días al legislador Miguel Angel Yunes, quien acababa de presentar una iniciativa de reforma en la materia. "Es una protección a la función constitucional, que hemos deformado hasta convertirla en una protección de delincuentes", respondió.

Ciro Gómez Leyva
(v.pág.27 del periódico Público del 3 de septiembre de 2004).


Se necesitan reformas de fondo que o no se han propuesto o han sido rechazadas por los partidos de oposición en el Congreso de la Unión. Para un grupo de políticos y líderes sindicales, que buscan mantener un sistema económico corporativista, es importante que no se lleven a cabo esas reformas.

Sergio Sarmiento
(v.pág.4A de Mural del 2 de septiembre de 2004).


El secretario de Administración, Abraham González Uyeda, mencionó que el gobierno del Estado de Jalisco pierde 95% de los juicios laborales, y que para hacer frente a estos asuntos destina 600 millones de pesos que se entregan por el pago de salarios caídos y por las suplencias de elementos que son dados de baja.

(V.primera plana del periódico El Informador del 31 de agosto de 2004).


Los 45 meses de gobierno de Fox Quesada y López Obrador han aumentado el descrédito político. La población perdió la confianza sin encontrar al líder estadista capaz de ordenar al país. En ese proceso se libran guerrillas entre personajes desposeídos de los atributos y nexos que les dieran o den los cargos; Jorge Castañeda, Felipe Calderón, Carlos Medina buscan el cobijo de partido, aunque ideología, propuesta y programa de gobierno pasan a segundo término.

La batalla campal de la oligarquía política desprecia la opinión pública adversa a la interminable secuencia de denuncias y corrupción exhibida a través de los medios de comunicación nacionales y extranjeros. El cinismo ha suplantado a la ética sin que aparezca el hombre justo que revierta el círculo de vicio hacia la virtud de la autoridad.

Carlos Cortés Vázquez
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 31 de agosto de 2004).


Aparece frecuentemente en el discurso público una palabra que, viniendo de bocas gobernantes, al oírse desconcierta: la "ingobernabilidad". Es la idea de que los agentes de gobierno no pueden funcionar en su ámbito porque las condiciones necesarias no se dan por parte de la sociedad a la que se pretende gobernar.

Siendo palabra relativamente nueva en lo público, favorece a que cada quien la use y la acomode según el sentido que le convenga, frente lo adverso en su trabajo de ser gobierno. Un poco como acusando a causas ajenas por la ineficacia propia. Como si el médico se quejara de la enfermedad que no deja curar al paciente.

Norberto Alvarez Romo, promotor de desarrollo sustentable
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 28 de agosto de 2004).


¿Qué perdería la sociedad si los medios de comunicación decidieran silenciar los gritos de los políticos y dejar de servirles de bocinas? Si dejaran de difundir, por ejemplo, los eternos llamados del secretario de Gobernación Santiago Creel a un diálogo político, y los eternos rechazos de los políticos a ese diálogo. Si dejaran de difundir los insultos que se propinan recíprocamente los políticos de todos colores, o las ironías del presidente sobre las políticas de López Obrador y sus críticas sibilinas sobre la corrupción en el Gobierno del Distrito Federal.

Y si dejaran de difundir las declaraciones trasnochadas de la época de la Guerra Fría del presidente nacional del PRD Leonel Godoy, y las frases primitivas de su secretario general Carlos Navarrete, quien es capaz de inmolarse en su propia ignominia cuando ve un micrófono. O si también dejaran de difundir las palabras de López Obrador contra las instituciones, y las de Fox y la primera dama Marta Sahagún de que los verdaderos demócratas sí toleran las críticas. ¿Sabe qué perdería la sociedad? Nada.

Todas estas declaraciones están totalmente desasociadas de los factores que tienen incidencia en las preocupaciones y desarrollo de la sociedad y del país.

Silenciando los gritos no resuelve el problema de fondo, pero contribuye. En primer lugar, los escándalos sin destino ni sentido dejarían de tener foro. Sin foro, ¿para qué hacer escándalo que no dé réditos electorales? En segundo lugar, ayudaría a un cambio de percepciones, recordando siempre que la percepción es más fuerte que la realidad. Los medios, entonces, contribuirían realmente en un proceso democrático, sirviendo y no ser utilizados y manipulados. Obligarían a los actores políticos a actuar con mayor seriedad y empezar a discutir sobre los asuntos que sí importan, por su trascendencia, en el futuro de la población. Pensar en ello no es una utopía, aunque en muchos medios la práctica de banalizar las ideas los abrasa. Es una lástima la falta de un interés colectivo en los medios que, en otras sociedades en transición democrática, fueron las supercarreteras por donde los políticos construyeron sus nuevas naciones. Claro, existe la esperanza de que los medios hagan un alto en el camino y jueguen su papel como intermediarios reales en el proceso democrático que, los políticos, están echando por la borda.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.5-A de El Informador del 28 de agosto de 2004).


El impulso de justicia que mueve o debiera mover a quienes se dicen militantes de izquierda no soportó la seducción del poder. La izquierda institucional perdió totalmente el rumbo. Electorera, coyuntural, de aparato, se consagró en obtener, a cualquier costo y de la mano de cualquiera, cuotas de poder municipal, estatal, federal. Quienes luchaban por transformar el mundo se conformaron con transformar su situación personal. Con hacerse de un puesto y un salario.

Epigmenio Ibarra
(v.pág.19 del periódico Público del 27 de agosto de 2004).


Un ranchero que de veras cree que su presidencia es lo mejor que le pudo pasar a este país, después de la batalla de Puebla. A un costeñito que de veras cree que, de llegar a la misma, podrá solucionar todos nuestros problemas, aun a costa de las leyes que hemos creado para poner en orden a iluminados -o alucinados- como él. A un grupo de, en el mejor de los casos, inútiles, cuando no unos perfectos malandrines que creen que para poder legislar deben vivir como potentados a costa nuestra y tener permiso de romper las mismas leyes que se supone que deberían estar creando y mejorando.

Y para no ir más lejos, hemos llegado a un autoritario cacique local que cree que su trabajo es mandar y nunca discutir -prácticamente ha cerrado la comunicación con los estados vecinos-, ni escuchar, mucho menos obedecer. A él nomás lo regañan, dice, los jaliscienses. Aunque nunca dice cuáles. Han de ser los cientos de miles que se rifan el pellejo en Estados Unidos, porque a los de aquí, ni caso nos hace: a los universitarios no, porque son mafiosos -¿y quién lo culpa?-, a los empresarios poquito, y sólo cuando no están en desacuerdo con él. Al Cardenal, seguro que nomás cuando se confiesa...

Paco Navarrete
(v.pág.3B del periódico Mural del 19 de agosto de 2003).


La verdad, son políticos "de a peso", no tienen dignidad, son cínicos, no tienen vergüenza.

Arq.Ricardo de la Parra Saheste
(v.pág.4A de "Cartas a Mural" del periódico Mural del 16 de agosto de 2004).


¿Cuánto de nuestros impuestos se derrama en tratar de hacernos ver que ellos, los elegidos, la están haciendo bien? Haga cuentas. Claro que hay de campañas a campañas. Aquí sólo me refiero a las que en lugar de informar a secas buscan formar opinión. Es decir, moldear la apreciación de los ciudadanos sobre sus autoridades, recetando tácitamente una máxima: "¿a poco no soy tan bueno que hasta podría ocupar el escalón del poder inmediato superior?".

Pablo Arredondo Ramírez
(v.pág.9A del periódico Mural del 16 de agosto de 2004).


La definición más cercana a nuestro sistema de gobierno es la bovinocracia, el gobierno de los anuentes vacunos que militan al interior de los partidos políticos mexicanos y que mansamente se dejan mangonear por el primer monigote que se haga llama su líder (¡seco, duro y al hocico!).

En un país donde la militancia partidista es requisito sine qua non para ocupar un cargo público, lo menos que podemos exigir a los partidos que mantenemos con nuestra lana es que nos propongan individuos pensantes, y no bovinos cuya vida intelectual se reduzca a asentir a la línea dictada por el cabecilla de moda.

Como quien dice, si queremos que nuestra democracia sea algo más que el cansado ritual de ir a las urnas para dar a los partidos un cheque en blanco de tres o seis años, es necesario abogar para que los políticos (así sea una lacra priista con una docena de cirugías plásticas a cuestas) tengan libertad para tomarle el pulso a sus representados y votar en consecuencia. Porque si permitimos que a los militantes que discrepan de la dirigencia se le aplique sumaria y secretamente la "justicia partidaria" -como se estila en el PRI y los demás partidos-, sólo permanecerán en política los más abnegados besa traseros, (cualquier semejanza con Emilio Chuayffet es mera coincidencia), los arribistas sin escrúpulos (Murat) y ese inmenso rebaño de yes men amaestrados para mugir y bramar al son que les toque un burócrata encumbrado (Madrazo) que hoy por hoy tiene el privilegio de gobernar sin haber sido elegido por la mayoría de los mexicanos.

Claudia Ruiz Arriola, doctora en Filosofía
(v.pág.4A del periódico Mural del 15 de agosto de 2004).


Los partidos políticos y sus dirigentes que se llenan la boca hablando de la sociedad, de la gente y los intereses del país y cotidianamente los ignoran.

Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.24 del periódico Público del 13 de agosto de 2004).


El PAN tiene el riesgo de pasar a ser la tercera fuerza política, siendo el partido en el poder ¿Nos llegarán a convencer que es preferible la corrupción del PRI o el populismo del PRD a la incompetencia del PAN?

Víctor Manuel González Romero, profesor investigador y ex rector general, U. de G.
(v.pág.4-A de El Informador del 11 de agosto de 2004).


Lo que podemos observar es la pérdida entre los ciudadanos de confiabilidad y credibilidad, tanto en los partidos políticos como en los mismos políticos, de manera que las personas sensatas se preguntan si vale la pena participar en los comicios, cuando se observan semejantes desfiguros por parte de la fauna política nacional. Todo lo cual no ha hecho sino ampliar más, de manera por demás lamentable, la brecha y el abismo que existe entre las élites políticas y los mandarines del gobierno y los ciudadanos, quienes día con día consideran inútil y una auténtica pérdida de tiempo participar en los procesos políticos mediante el voto electoral.

Sergio A.López Rivera, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 11 de agosto de 2004).


Si la ética rigiese la conducta de los políticos y si la política fuera idealista y no utilitaria, no sería necesario, en modo alguno, pensar en leyes para prohibir bonos o privilegios.

El hecho de que se haya llegado a este extremo es reflejo fiel de la descomposición de la clase política y sirve para darnos cuenta de que la lucha o la competencia para acceder a los puestos públicos nada tiene que ver con el servicio a la sociedad ni con el afán de honrar ideales políticos.

Esa maquinaria, la que tienen constantemente en marcha los partidos políticos para llegar al poder, tiene el propósito de obtener la mayor parte del botín en el que se ha convertido la administración pública ya sea federal, estatal o municipal: bonos, tráfico de influencias, permisos, asignación de obras públicas, compras, agencia de colocaciones, viajes, impunidad, regalos, fama, etc.

Esta es la realidad de nuestra clase política y hasta el momento no ha llegado nadie capaz de romper el patrón, sustraerse y poner el ejemplo; antes bien, se diseñan reformas como las que han dado lugar a la "ley antibonos", que, en estas circunstancias, es mejor tenerla, que no.

Sin embargo, la ética en los políticos sigue siendo una cuestión ignorada que, en este proceso de cambio que vivimos en México, ojalá pronto vuelva a ser motor y eje.

Editorial
(V.pág.4-A del periódico El Informador del 7 de agosto de 2004).


La experiencia indica que los que están dispuestos a llegar al poder a como dé lugar, también intentarán perpetuarse en él a costa de lo que sea. Pudiéramos estar presenciando el retorno de lo más viejo.

Eduardo Rosales Castellanos
(v.pág.9 del periódico Público del 6 de agosto de 2004).


Necesitamos considerar en serio la posibilidad de que el IFE sea el encargado de la organización de todas las elecciones en México. Los organismos electorales locales siguen presos de una división de cuotas en función de la partidocracia, el gobernador en turno y los poderes regionales.

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.20 del periódico Público del 6 de agosto de 2004).


Que no haya manifestado jamás algún interés por el ecologismo y el medio ambiente era irrelevante, todos sabemos que en el partido Verde eso es lo menos importante.

Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.27 del periódico Público del 6 de junio de 2004).


La oposición política de izquierda no entendió que dejó de serlo porque ya está gobernando, a los del PAN no les ha caído el veinte de que están en el Gobierno de la Presidencia y los del PRI no han entendido que no volverán a gobernar como antes si quieren mantener su fuerza política. De allí sus erráticas actuaciones en el Congreso de la Unión. Por primera vez en la historia del país se vive un periodo cuando los tres poderes pueden actuar por sí solos y no saben cómo hacerlo.

La práctica de gobernar en una democracia no ha sido fácil, sobre todo porque no se instituyen los mecanismos de los cambios democráticos y hay una gran resistencia para hacerlo, sólo se busca que fracasen quienes tienen la responsabilidad principal. En fin, no hay una verdadera actitud de pluralismo político, de ser incluyentes y tolerantes, sólo se habla de ello, pero no se actúa en consecuencia.

Rodolfo Echeverría Martínez, analista político
(v.pág.4-A de El Informador del 4 de agosto de 2004).


Los partidos buscan más el tropiezo del adversario que la construcción de instituciones.

Eduardo Rosales Castellanos
(v.pág.15 del periódico Público del 30 de julio de 2004).


Los partidos exigen más lealtad a su partido que a México. ¿Qué tienen que ver las preferencias que tienen los votantes hacia un candidato con los méritos partidistas de ese candidato? Nada.

Si los partidos y el IFE tuvieran más apertura para que la opción de los ciudadanos fuera más amplia, más espontánea, y sobre todo más democráticamente representativa, podríamos trabajar para que a las alcaldías, diputaciones federales por distritos y a diputados locales, los ciudadanos independientes pudiéramos escalar a representar a la población sin necesidad de representar a los partidos. Obviamente ya basta la farsa de los plurinominales. ¿Qué es eso de representar una ideología? Excusas.

El bloqueo de los partidos hace que las elecciones se limiten al "Club de Tobi" y la representación quede muy alejada de los ciudadanos. Necesitamos regenerar la democracia, avivar las elecciones y permitir la liga directa, sin mediación, de los partidos entre el ciudadano y el candidato.

Enrique Canales
(v.pág.5A del periódico Mural del 29 de julio de 2004).


La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es muy clara, al definir en su artículo 41 que los partidos políticos son entidades de interés público, financiadas con recursos del erario, aportados por los contribuyentes a través de los impuestos.

Por lo tanto, todos los partidos políticos pertenecen por igual a todos los ciudadanos de este país.

Siendo todos los mexicanos "accionistas" de todos los partidos políticos, aunque existan ciudadanos que no militen en alguno de ellos, o participen en las actividades de sólo alguno de ellos, quienes contribuyen a su sostenimiento tienen derecho a pedirles cuentas a quienes dirigen o administran estas entidades de interés público que se financian con dinero de toda la gente.

Pedro Mellado
(v.pág.2B del periódico Mural del 29 de julio de 2004).


Hace algunas semanas destacó la información de un maestro, quien al rescate de la dignidad del gremio profesional, en otro tiempo respetable, denunciara y rechazara acatar la instrucción "superior" de aprobar alumnos de secundaria bajo su responsabilidad, con el fin de mejorar el sitio que ocupa Jalisco en la nómina del rezago (número 29), como ejercicio de simulación.

Carlos Cortés Vázquez
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 27 de julio de 2004).


La falta de eventos relevantes y la ausencia de procesos electorales federales que aumenten su rentabilidad, generarán un discreto reporte trimestral de Televisa y TV Azteca.

Hace un año Televisa captó 500 millones de pesos por publicidad política con un margen Ebitda muy elevado, pues su costo asociado fue muy bajo.

Siempre los ingresos por publicidad política son mucho más rentables que eventos especiales o deportivos. En el primer caso las televisoras no invierten nada y en la cobertura de un mundial de futbol o juegos olímpicos se gastan fuertes cantidades de dinero.

(V.pág.36 del periódico Público del 26 de julio de 2004).


Los políticos, son cada vez más afectos al disimulo bajo afanosas hipocresías del lenguaje, y ejercicios de una retórica insulsa y evasiva.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 24 de julio de 2004).


Todos los políticos deberían tener uno, así sabríamos dónde están cuando se roban nuestro dinero.

Armando Martínez, tendero de la Ciudad de México, después de que el procurador Rafael Macedo de la Concha informó que tenía un microchip implantado en su brazo que permitiría que fuera rastreado en caso de ser secuestrado
(v.pág.17 de la edición internacional de la revista Time del 26 de julio de 2004).


Esposas de mandatarios a las que se critica porque aspiran a suceder en el gobierno, federal o estatal, a sus maridos, aducen que en ese juicio hay misoginia, algo contrario a la verdad, lo que se prueba con la valoración que obtiene la participación y el triunfo de una política con trayectoria propia como Amalia García.

Miguel Angel Granados Chapa
(v.pág.9A de Mural del 22 de julio de 2004).


La gente está harta de los políticos y sobre todo de los tres grandes partidos.

Jorge Castañeda, precandidato a la Presidencia de la República
(v.pág.23 del periódico Público del 20 de julio de 2004).


"La política está fracasando en el mundo, no nada más aquí", dijo el secretario de Defensa Nacional, general Clemente Vega, en una entrevista con El Universal. "Eso nos está llevando a descalabros".

(V.resumen informativo de Notisistema del 19 de julio de 2004).


En México parece que todos los funcionarios son todólogos, las mujeres están en la Reforma Agraria, los ecónomos están en Turismo y sólo falta que médicos y abogados estén en Marina y la Defensa Nacional.

Adolfo Martínez López
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 19 de julio de 2004).


Los gobernantes justifican su ineficacia diciendo que no hay dinero para hacer obras públicas. Esta expresión nunca debió haber existido. Dinero sí hay y siempre ha habido. Lo que ha faltado ha sido capacidad para gastarlo en lo que se debe [y] no en lo que quiere el gobernante en turno.

En la época del presidente de la república Miguel de la Madrid, empezó a repetirse que no había dinero.

Lo que pasa, advierte Eduardo Padilla Quiroz, expresidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, es que los recursos se aplican en otras cosas, no en hacer las obras que reclama la sociedad.

"Dinero hay, pero la peor desgracia que hemos tenido es el aumento de la burocracia. Si comparamos cuánto se gastaba en burocracia hace 20 años y cuánto se gasta ahora, el desequilibrio es terrible. Cada quien dice necesitar más gente o recursos y esa no es la razón de ser del pacto social. Estas son complejidades creadas por la mentalidad de los gobernantes".

"Entonces, ya no hay dinero porque se lo gastaron en salarios, pero si la distribución de los recursos fuera proporcional, a todos nos tocaría en obras y servicios".

Cuando la cobija no alcanza para tapar a todos, los gobernantes se aseguran su pedazo y dejan al aire a los demás.

Es una visión distorsionada del servicio público asegurar sueldos y prestaciones de la burocracia en lugar de atender las necesidades de la sociedad.

En Jalisco tenemos 20 años de abandono en materia de obra pública.

La obra y los servicios públicos son primero que los sueldos y las prestaciones de los burócratas.

Satisfacer las necesidades de la gente antes que el bienestar de los gobernantes sería el primero y más importante paso hacia el cambio que espera la sociedad.

Marcos Arana Cervantes
(v."El Trilenio" en la pág.2-B de El Informador del 19 de julio de 2004).


"Justicia, sabiduría y fortaleza, custodian a esta leal ciudad": asegura un lema en la glorieta Minerva. Grabado que deberá quitarse pues ninguna de tan preciadas virtudes se conoce y practica en Guadalajara. Esa Guadalajara que nos vio nacer, pero que no tiene nada que ver con la actual en la que señorean: drogadicción, caos vial, mugre, degradación y, por supuesto, una delincuencia feroz.

La sabiduría se ha alejado tanto, que es probable que estos chamacos que ahora gobiernan, la confundan con la inteligencia, peor aún, con la astucia -se creen además "políticos" aunque de tan valiosa ciencia no tengan ni la menor idea-. ¿Dónde están aquellos funcionarios sabios que amaban Guadalajara y vieron por ella, trayéndole agua, abriendo calles para meter redes, drenajes y colectores, que de 1950 a 1992 construyeron 252 secundarias? ¿Dónde están los visionarios que hicieron la cruz de plazas, que ampliaron las avenidas Juárez, Hidalgo, Catalán (Revolución), etcétera, los que crearon las calzadas Federalismo y Lázaro Cárdenas, los que construyeron la Plaza Tapatía? Pena y dolor causa a los tapatíos viejos ver que los nuevos gobiernos carecen de sabiduría y visión para ir delante de los problemas; que ni siquiera son capaces de dar mantenimiento al patrimonio social que ya se tenía. ¡Su incapacidad y ambición son patéticas! Qué sabiduría puede esperarse de un presidente municipal que gasta una fortuna en campaña y asegura no tener dinero, que airado ante los medios dice que "...nunca he tomado ni un #*$%& [pinche] peso partido por la mitad". De un presidente de una ciudad cercana al colapso, y que al mejor estilo Bucaram, justo frente al lema con el que iniciamos (glorieta Minerva) y con camiseta de futbol, grita a todo pulmón: ¡...Arriba las chivas #*&%* [cabrones]!

Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 17 de julio de 2004).


Lamentablemente, los partidos políticos han preferido hacer de la confrontación una vocación para ellos y un penoso circo para los demás.

El problema no sólo es ponerse de "acuerdo", sino primero habrá que ponerse de "acuerdo" en cómo se pondrá de "acuerdo". En primera instancia, el único camino es con la venia de los partidos. Lamentablemente, para ellos el "acuerdo" es visto como una complicidad con el adversario; una tolerancia que admite debilidad; un reconocimiento vergonzoso a la estrechez de sus visiones particulares.

A decir verdad, no tiene nada de malo (sino al contrario) ser cómplice con el adversario para el bien común; ni aceptar que la tolerancia complementa fuerzas; ni reconocer que las perspectivas de los demás son tan válidas como las propias.

Sólo el "acuerdo" que resulte en compromisos, cuya falla cueste lo suficiente a la parte que incumple, podrá abrir nuevos senderos para la vida política mexicana.

Reconozcamos que el compromiso lleva consigo un riesgo; y el riesgo da miedo; y el miedo congela al inseguro; y el inseguro no se atreve a comprometerse.

Estamos, pues, en un círculo vicioso.

La historia ha mostrado que cuando una sociedad se traba por mucho tiempo en este ruedo, la salida se da por la vía de la rebeldía; que potencia rebeliones; que prenden revoluciones. Por ello, la negociación eficaz y prudente es indispensable; y sobre reglas claras, deben descartarse la violencia y los llamados a la ruptura.

Norberto Alvarez Romo, promotor de desarrollo sustentable
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 17 de julio de 2004).


La Presidencia de la República continúa un tanto aislada y las fuerzas políticas no logran ni siquiera precisar una mínima agenda de asuntos nacionales. Los temas relacionados con la eventual acción de la justicia contra el ex presidente Luis Echeverría por los sucesos de la llamada "guerra sucia", el proceso de desafuero en contra del jefe de gobierno del Distrito Federal, el ambiente generalizado de encono que se vive como consecuencia de la creciente inseguridad pública, la falta de acuerdos con el poder legislativo, la prolongada discusión de la Convención Nacional Hacendaria y la falta de acuerdos trascendentes entre los gobernadores y la Secretaría de Hacienda, han convertido a la actual coyuntura en una delicada situación para el país.

Hoy como nunca se hace necesario el diálogo entre los actores políticos. No podemos convertirnos en un país sin mínimos y básicos acuerdos nacionales. Por ello, se necesita activar inteligentemente el diálogo y la distensión. Dos años y medio son mucho tiempo con relación a las urgentes y necesarias reformas.

Además de reordenar su entorno, el presidente requiere retomar la confianza de los actores políticos para generar las condiciones de un proceso sucesorio legítimo y legal, en donde se garantice que no será el dinero proveniente del crimen organizado o del narcotráfico el que tenga una creciente cuota de participación en la representación política; o bien, el flujo de recursos de intereses norteamericanos.

Para ello se hace necesaria una fuerza impulsora de los acuerdos, un grupo plural de ciudadanas y ciudadanos con incidencia y respeto podría ayudar, siempre y cuando asegurara la interlocución entre éstos y los poderes ejecutivo y legislativo principalmente, y los partidos y fuerzas políticas nacionales.

El debilitamiento de la Presidencia de la República no ayuda a nadie ni es elemento propicio para la construcción de consensos, pero tampoco se podrá inventar o fabricar un pretendido fortalecimiento artificialmente. Más, si el principal problema es que el presidente Fox se ha quedado paulatinamente con muy pocos consejeros inteligentes y operadores eficaces. En este momento lo que más urge es una visión de la transición de aquí al momento electoral.

Tonatiuh Bravo Padilla, vicerrector ejecutivo de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5A de Mural del 15 de julio de 2004).


La partidocracia no deja nacer a la democracia y hemos aprendido que solamente la corrupción no tiene partido. Nos seguimos enterando de casos de corrupción en el gobierno y del esfuerzo que hace el presidente y su Gabinetazo por ocultarlos o minimizarlos. La frivolidad de la "Pareja Presidencial" es ofensiva y la incapacidad del equipo de Fox ha sido sobradamente demostrada.

Nos cansamos de la corrupción y por ello perdió el PRI la presidencia. Pronto nos dimos cuenta que la corrupción está en donde está el poder. No podemos confiar en la buena voluntad de quienes tienen poder, debemos idear sistemas que hagan difícil el que se comentan actos de corrupción. A pesar de los avances con la Ley de Transparencia, no hemos logrado estar enterados de los asuntos públicos. Los políticos en sus discursos y en sus páginas de Internet nos dicen lo que ellos quieren decir no lo que a los ciudadanos nos interesa saber. Cuando nos toque votar la próxima vez debemos pensar que todos los candidatos son corruptos, no hay mejores, debemos elegir a los menos peores. Los mexicanos le hemos dado mucha importancia a las elecciones (tenemos el sistema electoral más caro del mundo) pero hemos fallado en el seguimiento. Habrá que darle más importancia a lo que hacemos después de las elecciones sin que eso sea prepararnos para la siguiente elección.

¿Qué pasó con el Niño Verde? No me explico cómo alguien que es probadamente corrupto, anda suelto, le seguimos pagando de nuestros impuestos y aparece en fotos con el presidente en Los Pinos. No puedo concebir el cinismo al que hemos llegado con los actos de corrupción a tal grado que el "Niño Color de Dólar" siga siendo el presidente de un partido político. También ya se me estaba olvidando Bejarano ¿seguirá usando el mismo maletín que fue insuficiente para guardar el dinero que le dio Carlos Ahumada? ¿en qué casino estará jugando Gustavo Ponce? ¿Ya lo encontraron? ¿Ya saben quiénes fueron sus cómplices?

Víctor Manuel González Romero, profesor investigador y ex rector general, U. de G.
(v.pág.4-A de El Informador del 14 de julio de 2004).


En qué abandono se encuentra México... en qué desolación el ejercicio gubernamental... Que si la primera dama dijo que no y eso es la verdad... que si los precandidatos del PAN y sus luchas internas... que si el palacio de Cobían y su habitante evanescente... que si Felipe Calderón, su energía dejada y la obtenida al abrigo del gobernador de Jalisco... que si el anterior y simpático "gober", con todo el olvido de las propias limitaciones y su apertura a la búsqueda de elaborar el "mejor" perfil de funcionario para poder contender... que si el PRI y sus divisiones... que si el PRD y sus yerros... los verdes... muy verdes, salvo para hacer dinero... los demás, desfigurados y sin fuerza... Diferentes acercamientos, distintos modos, pero los mismos fondos: una falta de ética política... además de que a todos los une un común denominador: la búsqueda de la presidencia del 2006.

Que ¿cómo se encuentra la sociedad mexicana?, que ¿cómo sobreviven los 80 millones de mexicanos dejados fuera de la globalización?, que ¿cuál es la calidad de vida de los mexicanos? Salud y educación pública, empleo, servicios, seguridad... eso, eso es considerado y tratado como pecata minuta por quienes tienen, hoy por hoy, el voto del pueblo para "trabajar" por el pueblo... es considerada pecata minuta para quienes han tomado a la sociedad mexicana como rehén para ambiciones personales, para ambiciones que si bien serían genuinas cubriendo las necesidades de la ciudadanía, se vuelven ilegítimas cuando abandonan su responsabilidad social, su responsabilidad política, su responsabilidad constitucional.

Un país dejado en la indefensión por quienes dicen que gobiernan...

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A de El Informador del 14 de julio de 2004).


El PRI hoy se ha atrincherado en la defensa de sí mismo, ante el embate del Partido Acción Nacional y el PRD por que se castigue a quienes protagonizaron la llamada guerra sucia de los años 70. Y han salido en defensa del ex presidente Luis Echeverría.

El PRD procura lo mismo que el PRI: defenderse y contra atacar, cuando priistas y panistas acometen el fuero de Andrés Manuel López Obrador, jefe de gobierno de la Ciudad de México. El "Pejeman" es la carta fuerte del PRD para 2006.

Acción Nacional atiende varios frentes: 1: procura suavizar su rasposa relación con Marta Sahagún, emitiendo declaraciones en el sentido de que ella ejerce un liderazgo en el panismo, al que dicen respetar... 2: quieren sortear el aluvión de críticas perredistas en torno de que ahora no querrán la reforma electoral, porque sería como cinchar a sus desbocados precandidatos, como Felipe Calderón Hinojosa. Y 3: contra atacan al priismo y al perredismo. A los primeros, con lo de la guerra sucia. Y a los segundos, con lo del desafuero de López Obrador.

Tantas trincheras abiertas han dificultado a los partidos políticos escapar de la zona pantanosa de los desacuerdos.

Recuérdese que el inmovilismo del Poder Legislativo tiene sus orígenes en la preeminencia que el sistema de partidos tiene sobre éste.

Aquel viejo sistema político prohijó una ley electoral que hoy está imposibilitada para controlar madruguetes. Es por ello que hoy todos actúan, queriendo ganar terreno. Ni más ni menos, como lo hizo Fox, que comenzó su campaña a la Presidencia desde tres años antes. Y es por eso que ahora más están abocados todos en atacarse y defenderse -en su camino al poder- que en legislar.

Vicente Bello en su columna "Tren Parlamentario"
(v.pág.10-A del periódico El Informador del 14 de julio de 2004).


El gobierno más parece un ejercicio de mera vanidad, de narcisos estridentes y encontrados que la administración eficiente de lo público. Pero es que la retórica del yo no fui, fue Teté, está comenzando a darme en cara como nunca desde que Miguel de la Madrid se atejonó en el temblor. Ojalá la conducta fuera exclusiva de grises presidentes de tiempos pasados o de la actual primera dama. Pero no, de ninguna manera: allí tenemos a Durazo con su ojetísima renuncia, a Murat con su atentado -contra la inteligencia de todos nosotros- y a Felipe Calderón con su orgullo tan, pero tan oportuno. Sin olvidarnos, por supuesto, del señor de los complots, como si existieran políticos de alto perfil sin enemigos arteros, como si las triquiñuelas de los malosos excusaran cualquier mal paso, cualquier desliz, cualquier, digamos, jefe de finanzas corrupto y apostador.

No, no creo en las falsas bondades de las dictaduras, de las manos duras o de los caraduras. Esas son quimeras, espejismos oscuros y peligrosos que sólo nos conducirán más rápido y más eficientemente al abismo. Pero, ¿será mucho pedir que los personajes públicos en nuestro país asuman que la política no es para seres delicaditos y pusilánimes y, en caso de carecer de la presencia, la seguridad y la mínima dotación de huevos que el contexto exige, se abstengan de contender y mejor se dediquen al macramé?

Roberta Garza
(v.pág.19 del periódico Público del 13 de julio de 2004).


La opinión de expertos sobre México en Washington es que los tres partidos políticos no están funcionando y necesitan reformarse.

Gregorio González Cabral
(v.pág.9A del periódico Ocho Columnas del 11 de julio de 2004).


Si se desafora a López Obrador, por desacato a decisiones judiciales ¿cree que ahora sí recapacitará y acatará la decisión judicial de ahora en adelante, incluyendo el hecho de que no podrá ser candidato a la Presidencia? Ante la debilidad de los posibles candidatos en las encuestas, y las divisiones dentro de PRI, PAN, PVEM, ¿cree que los partidos, que se encuentran divididos y desorganizados, tendrán la capacidad de poner a un lado las diferencias internas en menos de un año y medio y seleccionar candidatos que tengan la mejor oportunidad de ganar las elecciones?

Ana María Salazar
(v.pág.4-A de El Informador del 10 de julio de 2004).


Los diputados del PRD [en el asunto del desafuero de López Obrador] argumentan que se quiere violentar la voluntad popular manifestada en las urnas en el año 2000, cobijándose en el artículo 39 de la Constitución que establece que la soberanía popular radica en el pueblo, pero se les olvidó leer el artículo 41 de la misma que complementa al 39. El artículo 41 señala que la soberanía popular se ejerce a través de los poderes de la Unión y evidentemente dentro del Estado de Derecho vigente.

José Espina, coordinador de los diputados del PAN en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal
(v.pág.5-A de El Informador del 10 de julio de 2004).


Estamos en la antesala de una crisis de gobernabilidad federal y la cultura política que está detrás de ella no ofrece perspectivas de solución. Si bien hay un funcionamiento del día a día en el ejecutivo federal, la capacidad de operación política del gabinete se muestra incompetente para generar las condiciones de gobernabilidad democrática; no le ayuda ni Acción Nacional, que no supo gestarse en partido en el gobierno, ni el sistema partidocrático, que se autonomizó como burocracia pública en búsqueda de beneficios partidarios y personales, sin proyecto de Estado. Tampoco el Poder Legislativo creo pesos y contrapesos entre los poderes republicanos desde perspectivas responsables. Ni se logró establecer la normalidad democrática en la competencia electoral, pues los retrocesos en la autonomía moral e intelectual del IFE, respecto de los partidos y del gobierno, han impedido que la legislación responda a las exigencias de calidad democrática, lo que limita esta experiencia despegada desde el 2000 al mero rito de la alternancia, sin transición democrática.

Queda la impresión de que esto no lo desatora nadie. Unos esperan al 2006 para empezar de nuevo. Otros, dicen que cuidarán al país para que no se les acabe antes de que venga la restauración priista. ¿Podrán el PAN y el gobierno Fox convivir con los atorones? El PRD tiene en el complot y en sus contradicciones internas otro atorón, cuya salida no aparece en el horizonte previsible. Tampoco aparece claramente la convocatoria a una reforma moral e intelectual de la cultura política dominante, que nos lleve a un pacto social con reforma de Estado.

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.22 del periódico Público del 9 de julio de 2004).


La mujer del gobernador de Quintana Roo podría ser candidata de la oposición a la alcaldía de Cancún, contra la voluntad de su marido, con quien riñó. En cambio, la senadora María del Carmen Ramírez y Martha Elena García aspiran a reemplazar a sus cónyuges, que las apoyan, en las gubernaturas de Tlaxcala y Nayarit. Como la del gobernador de Nayarit, la esposa del de Tlaxcala no había participado en política sino hasta que su esposo asumió la gubernatura, tras haber abandonado al PRI. Sólo a partir de entonces, y desde el poder, pudo iniciar una carrera política.

Miguel Angel Granados Chapa
(v.pág.9A de Mural del 8 de julio de 2004).


Jorge Kahwagi es ejecutivo de un diario mexicano, boxeador profesional y estrella de un "reality show" televisivo. Encabeza el Partido Verde Ecologista de México en la cámara baja del Congreso de la Unión, rara vez acude a las reuniones del comité y admite saber poco de ecología más allá de haber plantado unos cuantos árboles y ser el dueño de un chimpancé llamado Ramón. Durante las pasadas seis semanas, dejó de trabajar para aparecer en el "reality show" Big Brother: VIP. [Esto último] causó ira en un país que está harto de un Congreso que no hace nada. Para muchos mexicanos este legislador de medio tiempo simboliza gran parte de lo que está mal con la incipiente democracia del país.

El ascenso de Kahwagi, al que se le suele acusar de amañar sus peleas de boxeo, ha ayudado poco a mejorar la imagen del Congreso. Como parte de la joven clase alta de México -conocidos como "juniors"-, Kahwagi obtuvo su puesto en el diario Crónica gracias a su padre, que ocupa el puesto de presidente del medio y es un acaudalado hombre de negocios de origen libanés.

Al igual que 200 de los 500 diputados, Kahwagi no ha sido elegido por sufragio directo: fue nombrado por un pequeño grupo de líderes de su partido. La mayoría de los diputados en el partido son amigotes del líder del PVEM, Jorge Emilio González, que en 2001 heredó la jefatura del partido de su padre.

Su falta de experiencia es irrefutable. Hace poco se pregunto a Jorge Legorreta, congresista del PVEM, si reciclaba su basura. "Claro, lo elemental, claro", respondió. Cuando se le consultó cómo, el legislador dijo: "¿Cómo? ¿Cómo lo hago? ¿En qué sentido?"

"Es una pregunta muy sencilla", dijo el entrevistador.

"Bueno, realmente... técnicamente a lo menos no te puedo explicar...". Cuando se le insistió, el congresista admitió que no sabía y agregó: "A lo mejor no lo hago personalmente pues pongo a alguien que lo haga".

(V.The Wall Street Journal Americas del 8 de julio de 2004).


En el cuarto año los presidentes ya no ven, ni oyen. Les parece que la conclusión del mandato aún está lejana, y han desarrollado ceguera que les impide captar lo que ocurre en el país y sordera para no escuchar a sus críticos.

Miguel Alemán
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 7 de julio de 2004).


La ineficacia de tirios y troyanos por conseguir acuerdos los ha anclado en el territorio de la simulación, cuando la gente exige [que] estén en el de los resultados.

Vicente Bello en su columna "Tren Parlamentario"
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 3 de julio de 2004).


El ciudadano está cansado del inspector abusivo, del burócrata chambista carente absoluto de sus deberes públicos, del policía agresivo (o convertido en delincuente), del actuario ignorante e indolente, del Ministerio Público indiferente con la víctima e inútil en cuanto a su supuesta representación, del juez corrupto o codiguero que busca cualquier pretexto para liberar a los perversos y no cumplir con su deber, de los jefes policíacos buenos para declarar ante la prensa y malos para detener a los delincuentes, de los procuradores interesados en su carrera política y ajenos a la procuración de justicia, de los diputados zánganos -impreparados y de altísimo costo social-, de presidentes municipales habladores e incumplidores, de gobernadores enriquecidos apartados totalmente de sus gobernados, de presidentes paseadores y endeudadores del pueblo, que luego de cuatro años de ineficiencia, se atreven a decir que "librarán la madre de todas las batallas".

Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de julio de 2004).


Elección tras elección, los partidos políticos repiten la tradición viciada de las grandes concentraciones humanas mediante el arcaico sistema del acarreo como recurso para el número impresionante. Se ha eludido medrosamente la frescura de la espontaneidad para seguir con la burda mentira de la popularidad prefabricada.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernado de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de julio de 2004).


Las encuestas políticas son como las prostitutas: se van con el mejor postor.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras y exgobernado de Jalisco
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de julio de 2004).


Al margen que el objetivo principal de la marcha haya sido el agudo problema de la falta de seguridad, el fondo de la misma conlleva incuestionablemente el hartazgo de la población del país ante la indolencia, la indiferencia y el sectarismo de todos los políticos que ocupan puestos de responsabilidad gubernamental en nuestro sufrido México. Históricamente el mismo ha sufrido de una fractura tremenda entre sus élites gobernantes y el resto de sus habitantes, dedicados todos a actividades productivas en la medida de sus posibilidades, y parecen no haber entendido nuestros gobernantes que fueron designados mandatarios del pueblo y no les fue entregado en propiedad el cargo y la responsabilidad de gobierno como al parecer la mayoría así actúan, con las escasas y consabidas excepciones del caso.

Nuestros gobernantes se encierran tras una cortina, ya no de hierro ni de bambú, sino de una total indiferencia hacia la problemática social y política del país, y se dedican al turismo político, a disputas y discusiones estériles con otros gobernantes o políticos de diferente credo político y a mutuas acusaciones culpándose de la inoperancia y la esterilidad gubernamental, pero eso sí, no renuncian ni mucho menos a las jugosas canonjías que los puestos gubernamentales les confieren, las cuales usufructúan al máximo.

Ante los excesivos viajes de los actuales gobernantes, los de López Mateos que en total fueron ocho, durante su sexenio, se antojan de párvulos, pues el más modesto presidente municipal los realiza en su trienio y de ahí para arriba. Es por ello, que una manifestación pacífica, ordenada, silenciosa pero profundamente significativa como la que hubo el pasado domingo, representa un parteaguas, pues ha demostrado que la sociedad ya no está dispuesta a tolerar la ineptitud ni la indolencia de nuestros gobernantes; y no se crea que estuvo dirigida únicamente contra el cinismo y descaro de un MaLO (Manuel López Obrador), sino que incluyó por igual al Ejecutivo federal y de los estados, que viven totalmente aislados e indiferentes hacia la sociedad civil, ya sea celebrando reuniones internacionales de las que la población es totalmente excluida por auténticas barreras de acero o reuniones en exclusivos ranchos, soñando por un efímero tiempo que son los amos del mundo.

Pero a partir de esta marcha y de este grito ensordecedor de ¡Ya Basta! los gobernantes deberán entender que son precisamente eso, mandados, mandatarios, que deben cumplir con un encargo surgido de la soberanía del pueblo y que perciben elevados emolumentos de parte de ese mandante que son todos los ciudadanos del país, y por tanto se deben a ellos y no a sus intereses y sus ambiciones personales, por lo que deberán dedicar su esfuerzo a cumplirle al pueblo y no a labrar ni forjar una carrera política inacabable.

Sergio A. López Rivera, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 30 de junio de 2004).


En México empezamos porque la marcha [contra la delincuencia] dividió tajantemente a la sociedad civil de la política. Produjo un no consenso, una separación entre los "políticos" y sociedad. Porque, además, de entrada es evidente la diferencia: Vicente Fox, como muchos políticos, no comparte los mismos riesgos que un empresario, un comerciante o un transeúnte de la cualquier ciudad; ni los mismos riesgos, ni los mismos recursos, ni siquiera la misma capacidad de queja ante las autoridades para perseguir a los delincuentes.

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.18 del periódico Público del 29 de junio de 2004).


López Obrador, aparte de sus antecedentes de agitador y promotor de actos vandálicos, ya congregó en el Zócalo más de 50,000 almas y advirtió que no acudirá al Amparo, pero se defenderá. Juntando a los viejos a quienes da caridad y sus familiares, a los cómplices universitarios de Imaz, a los socios de Ponce y de Bejarano y a los miles de aviadores en listas de raya, con facilidad puede reclutar un ejército de vándalos y hambrientos que ni las policías, ni fuerza armada alguna podrán controlar.

Alberto Orozco Romero, licenciado en Derecho y exgobernador de Jalisco
(v.pág.4-A de El Informador del 28 de junio de 2004).


Desde el gobierno del D.F., López Obrador creyó conveniente modificar o disfrazar su verdadera naturaleza y presentarse como un hombre prudente, tolerante, bonachón y hasta simpático, para lograr su principal ambición: ser candidato a la Presidencia de la República en el 2006.

Conforme pasaba el tiempo y sus principales adversarios del PAN y del PRI se enfrentaban a problemas internos y externos, el plan del tabasqueño iba "viento en popa". Su posición en las encuestas, a la cabeza de ellas, reforzaba más su figura. Pero llegó el "bejaranazo" y el "techo se le vino encima". Sus declaraciones a raiz de ese caso fueron desafortunadas.

(V.pág.2A del periódico Ocho Columnas del 27 de junio de 2004).


El diputado X cree que con el hecho de ser diputado se quita lo tonto, pero no, lo que sucede es que se hacen presumidos.

Empleado al servicio del Congreso del Estado de Jalisco en 1996
(v.pág.3B del periódico Ocho Columnas del 27 de junio de 2004).


La verdad es la verdad, aunque se diga desde el Olimpo. Tiene razón Jorge Castañeda cuando denuncia la inconstitucionalidad de la viciosa legislación electoral por la cual un ciudadano sólo puede aspirar a un cargo de elección popular mediante postulación hecha por un partido político. He ahí una palmaria violación de los derechos de la persona humana. Los partidos detentan un indebido monopolio que atenta contra los individuos y cierra el paso a las candidaturas independientes. Muchas razones pueden aducirse para defender ese monopolio y justificar, o explicar, su ilegalidad. Un secretario de Gobernación me dijo alguna vez, cuando le pregunté sobre el asunto, que había el temor de que el narcotráfico se infiltrara en la política y ganara posiciones de poder a través de candidatos financiados con el abundante dinero de que disponen los narcotraficantes. El argumento, desde luego, es deleznable. En muchas formas se puede evitar esa posibilidad. Sucede más bien que los partidos han formado una especie de casta o clase política que disfruta de algo cuyo nombre no puede ser más expresivo: "prerrogativas". Esa palabra es definida por el diccionario como "Privilegio que se concede a alguien para que goce de ello". Las prerrogativas concedidas a los partidos se traducen en cuantiosísimas sumas de dinero -salidas, claro, del bolsillo de los contribuyentes- que sirven para mantener a una onerosa burocracia parasitaria integrada por gente cuyo trabajo consiste básicamente en desayunos políticos, comidas de política y cenas de lo mismo. Partidos riquísimos en paupérrimo país.

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.pág.5A de Mural del 24 de junio de 2004).


Lograr los cambios más importantes para México requiere varios sexenios. Por ejemplo, tener educación de calidad y capacidad científica competitiva, aún tomándose las medidas adecuadas, requerirá más de seis años. Por ello los políticos apoyan dichos cambios en el discurso, pero se olvidan de ellos cuando se les tienen que asignar recursos. Decir que se invertirá en ciencia da votos, hacerlo los puede quitar. Aumentar la inversión pública en ciencia implica quitar recursos de otras áreas que pueden tener resultados a corto plazo (antes de la siguiente elección).

Víctor Manuel González Romero, profesor investigador y ex rector general, U. de G.
(v.pág.4-A de El Informador del 23 de junio de 2004).


Es obvio que hay un enorme problema de impunidad en todo el país. Pero los primeros impunes son los políticos, quienes rara vez se ven castigados por su ineptitud y falta de capacidad, sobre todo de entender que su deber es entregar cuentas a los ciudadanos. Por eso incomoda tanto la actitud de quienes, como única respuesta, quieren responsabilizar a otros de sus errores, ineficiencia y pobres resultados. Que siempre habrá un enemigo listo para aprovecharse de los mínimos errores, debemos darlo por supuesto.

La impunidad es, pues, producto directo de la ineficacia política. Y la única manera de terminar con ella es exigiendo el rendimiento de cuentas a los gobernantes, no cada tres años sino de muchas otras maneras, incluida la movilización popular.

Roberto Blancarte
(v.pág.20 del periódico Público del 22 de junio de 2004).


En el colmo de sus desvaríos -o del cinismo, cualquier cosa es grave de suyo- el jefe de gobierno capitalino ha tomado como pretexto a los medios de comunicación (desde luego, no es la primera vez) para contradecir lo que él llama "el evangelio según Los Pinos", con una frase que es demoledora, pero para su propia figura cada vez más megalómana y paranoica: "En la democracia hay que aprender a autolimitarnos, yo creo que el signo de nuestro tiempo tiene que ser eso, esa palabra, autolimitarnos".

Con la autosuficiencia que le otorga el creerse rey de la transparencia, indestructible, incorruptible, auténtico y veraz, el político tabasqueño exige a los medios que digan la verdad y que hagan notar al mundo la buena noticia: en la ciudad de la esperanza la delincuencia ha disminuido.

Víctor E. Wario Romo
(v.pág.4-A de El Informador del 21 de junio de 2004).


La clase gobernante mexicana parece estar tan embebida en sus escándalos cotidianos y en sacarle el mayor provecho personal posible al presupuesto, que da la impresión de practicar la política del "ni los veo ni los oigo", famosa en la era del salinismo.

La clase gobernante da espectáculo, no resultados.

El comportamiento y la falta de resultados de quienes tienen en sus manos las riendas de la cosa pública desesperan a la sociedad.

Hay indicios ominosos en el horizonte. A ver si no es tarde cuando los ocupantes del cómodo edificio gubernamental se asomen y se enteran de los que está pasando afuera.

El correo electrónico difunde un mensaje que no es ocioso tomar en cuenta. Localiza su mensaje en la Sierra Madre Occidental y algunos de sus párafos dicen:

"Todos los visibles del PAN, del PRI y del PRD son unos mediocres, no los queremos para candidatos a la presidencia."

"Vamos duro contra la corrupción y la ineptitud, por el empleo y una vida digna, por la justicia y la igualdad, por una mejor calidad ecológica y de vida..."

El enfado popular tiene un límite, a partir del cual puede convertirse en enojo y, es de sobra sabido, el enojo es mal consejero.

Los políticos en el gobierno, de los tres poderes y de los tres niveles, han demostrado no compartir el sentimiento y las necesidades populares.

Si como sucedió en Argentina, el grito de "que se vayan todos" se generaliza, la estabilidad social andará en el filo de la navaja.

Por razones de supervivencia propia, los líderes del gobierno y de los partidos políticos deben dedicar unos minutos a la reflexión, antes de que sea demasiado tarde.

Marcos Arana Cervantes
(v."El Trilenio" en la pág.14-B de El Informador del 21 de junio de 2004).


Los diputados priistas, Salvador Cosío Gaona y Ramiro Hernánez García fustigaron las declaraciones del secretario de Medio Ambiente, Alberto Cárdenas Jiménez, quien calificó de "piojosos mentales" a quienes se oponen a la construcción de la presa de Arcediano.

El diputado presidente de la Comisión de Inspección fue cuestionado si este tipo de comentarios entorpecen más el avance del proyecto, a lo que respondió que "un hombre torpe, entorpece siempre; un hombre sin preparación que demuestra que le queda muy grande el cargo, viene a enrarecer más el ambiente".

Salvador Cosío Gaona manifestó luego que si él fuese el gobernador del estado, lo que haría sería decirle a Cárdenas Jiménez "no me defiendas compadre".

Lo que incomoda, dijo, es la forma tan desaseada en que se presenta a querer ser el que decida en Jalisco, cuando ya no le corresponde esa función.

Por su parte, el diputado Ramiro Hernández García, coordinador legislativo del PRI, consideró como inapropiadas las declaraciones de Alberto Cárdenas, y destacó que cada actor político tiene su tiempo y a éste debe sujetarse: "No es válido que se meta en un proceso que se está dando y que en su tiempo él no supo concretar".

(V.pág.8-B de El Informador del 19 de junio de 2004).


Prioridades del PAN: "A punta de balazos"
(v.pág.3 del periódico Público del 18 de junio de 2004).
Es probable que el Gobierno del Estado [de Jalisco] esté acostumbrado a ser descalificado, pues la eficacia no es una de sus cualidades.

Héctor Díaz-Santana, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(v.pág.5A de Mural del 17 de junio de 2004).


El sector empresarial aseguró que la sociedad está harta de escándalos y pleitos políticos que han colocado a México en una "gran inmovilidad", con un gobierno débil y una presidencia de la república minada.

Alertó que "la droga del populismo" como política de Estado no es la solución y sí, en cambio, podría hacer retroceder al país por 20 años, por lo que no se pueden esperar dos años a que venga un "líder mesiánico" a resolver los problemas de México.

José Luis Barraza González, presidente electo del Consejo Coordinador Empresarial, destacó que en las últimas semanas los actores políticos han demostrado su desinterés por la sociedad, pues lejos de ocuparse de los graves asuntos de la agenda nacional, como el desempleo y la ola de secuestros, alimentan enfrentamientos estériles con miras al año 2006.

"No nos importa si entre políticos hay complots o no, estamos aburridos de los escándalos y exigimos acuerdos reales, lo que necesitamos son soluciones".

No se dan cuenta, resaltó, que de no hacerse nada por controlar esta situación, quien gane los comicios federales se encontrará con una nación con serios problemas de ingobernabilidad.

(V.primera plana de El Informador del 16 de junio de 2004).


¡Arriba las chivas, cabrones!

Emilio González Márquez, presidente municipal de Guadalajara


Verborrea

(Publicado en el periódico El Occidental del 13 de junio de 2004).


Decir que el gobierno (federal) es mediocre no es una declaración de guerra, sino llamar a las cosas por su nombre.

Andrés Manuel López Obrador, jefe de gobierno del Distrito Federal
(v.pág.2-A de El Informador del 12 de junio de 2004).


La doctrina es muy clara, Manuel Gómez Morín lo concibió desde que el PAN surgió a la vida pública en 1939, y su primer[a] denuncia, su primer[a] insistencia, es que no se vale aspirar al poder desde el poder.

Juan José Rodríguez Prats, senador panista
(v.pág.6A de Mural del 10 de junio de 2004).


Los puestos públicos son la llave para estar presentes en los medios de comunicación y no tener que pagar por ello. De seguro los siguientes presidentes de México, como los anteriores, serán funcionarios públicos. El problema es que tal situación provoca tergiversaciones en el actuar de los funcionarios, ya que su desempeño depende más de sus aspiraciones que de sus obligaciones. Esta situación se ha agravado porque, con reglas o sin reglas, la campaña para la próxima elección inicia seis años antes.

Víctor Manuel González Romero, profesor investigador y ex rector general, U. de G.
(v.pág.4-A de El Informador del 9 de junio de 2004).


Se reproduce sin freno la actitud de los últimos años: el trabajo partidista parece atraer más a los gobernantes que las funciones de gobierno.

Eduardo Mar de la Paz
(v.pág.17 del periódico Público del 8 de junio de 2004).


Creel representa lo que fue Fox: un oportunista en el PAN, que quiere secuestrar la candidatura presidencial, que es como describen los panistas que sucedió con Fox en el 2000. Creel ya tiene un pacto político con la señora Sahagún, de acuerdo con personas que conocen el detalle, donde el secretario de Gobernación le dará su apoyo para que se lance a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal en el 2006, a cambio del respaldo a él para la candidatura presidencial. Quid pro quo en el entorno foxista.

Si se consuma la llegada de[l secretario de Turismo Rodolfo] Elizondo a la presidencia del PAN, se habrán tejido alianzas que hace un año eran insospechadas. Sería la de Fox y Sahagún con el senador Diego Fernández de Cevallos, que era enemigo de Fox pero más aún de Calderón, con quien se disputaba el control del PAN tradicional que estaba agraviado por el foxismo. El Jefe Diego no juega solo. Su carta para la Presidencia, porque puede manipularlo cuantas veces y como quiera, es Creel, quien ha sido su protegido desde que empezó a hacer carrera en el PAN, por cierto, hasta muy recientemente.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.5-A de El Informador del 5 de junio de 2004).


Que los funcionarios públicos coloquen por encima del trabajo y de las responsabilidades que son inherentes a los cargos sus expectativas, es algo que tiene consecuencias inequívocas sobre el modo de actuar de las fuerzas políticas nacionales. Dicho de otro modo, trabajar una candidatura desde una responsabilidad pública supone llevar tensiones adicionales sobre el desempeño de una institución debido a las respuestas esperables de los partidos políticos, y de los actores políticos que perciben en el ejercicio de la responsabilidad y del poder público una ventaja sobre sus propias aspiraciones. De ese modo, se corre el riesgo de contaminar el desempeño de una institución a partir del cuestionamiento a sus responsables.

Mario Luis Fuentes, director del Centro de Estudios e Investigación en Asistencia y Desarrollo Social
(v.pág.22 del periódico Público del 4 de junio de 2004).


Si Vicente Fox tiene o no cara (o autoridad moral, o partidista) para hacerles algún reproche a los acelerados, es otro cantar. El hecho de que otros panistas hayan incurrido en la misma práctica, en el pasado inmediato (Martha Sahagún, Santiago Creel, Carlos Medina Plascencia y Francisco Barrios), o a mediados del sexenio pasado (cuando el mismo Vicente Fox se desentendió del gobierno de Guanajuato para comenzar, con tres largos años de antelación, la campaña que lo llevaría a Los Pinos), no cambia la situación. El país requiere que su clase política y especialmente sus gobernantes se concentren en atender los grandes problemas nacionales, y no adelanten vísperas, con prematuras campañas electorales.

Juan José Doñán
(v.pág.49 del periódico Público del 4 de junio de 2004).


La verdad es que en este juego de aspiraciones presidenciales, no se puede hablar mucho de congruencia, de ética ni de respeto a regla alguna.

Cada quien busca la manera de posicionarse en lo que puede o le conviene, ya sea como aspirante directo o como parte del equipo de la persona que más posibilidades, según él, tenga. Por eso es que en todos los partidos sus militantes, tengan un cargo público o no, luchan a morir por puestos y candidaturas, sin tomar en cuenta ni a sus partidos, ni atender a las más elementales normas y principios éticos en el desempeño de los puestos que se les han confiado, pues con la mano en la cintura dedican el tiempo y recursos que sean necesarios para sus intereses personales.

Y lo peor es que el ejemplo de esto lo puso precisamente el presidente Fox, quien sin el menor titubeo se dedicó a promover su campaña política años antes de la elección y sin renunciar al cargo de gobernador que ostentaba.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.4A de Mural del 3 de junio de 2004).


La batalla por el poder se desató. Contrario al slogan priísta, ahora todos se mueven antes de tiempo, precisamente para salir en la foto... Si la ciudadanía está atendida, si los problemas del país se resuelven... eso, resulta irrelevante para quienes tienen precisamente al país como "su" botín: los actuales políticos mexicanos. Porque de un lado o del otro, del color que se pinten, lo que yace en el actual es la búsqueda inmoral del poder, ya no a través de servir a la sociedad, ya no a través de ejercer una función política y que, además de llenar personales ambiciones, posibilite al país de un futuro cierto y a la población la oportunidad de su desarrollo... ya no. Hoy, hoy, hoy sin gobierno, ni timón, lo que se ha abierto es lo que en este sexenio se ha trabajado desde el primer día: la lucha feroz, con recursos de la ciudadanía, por la sucesión presidencial.

Y, en esta rebatinga, otro prietito en la presumida democracia del cambio, el uso de la plataforma pública -reflectores, publicidad, interlocutores de alto nivel, capacidad de convocatoria- todo parte de una falta de ética que en la "nueva" política es utilizada con un sinnúmero de justificaciones... manipulación de recursos que fue criticada por el PAN cuando era oposición: las campañas con recursos públicos... sumado a esto, hoy, los integrantes del sexenio que desde el primer día han estado, no en la solución de problemas del país, sino en la persecución de la presidencia que sigue... Que qué sucede con la conducción del país... bueno, esa, como dijo el Presidente, ha sido tomada por la ciudadanía en un ejercicio de poder... un poder para jalar la carreta con demasiados políticos encima... pero quizá a eso llaman, hoy, el poder del pueblo... y, al final, ¿no es eso lo que busca de la "nueva" democracia mexicana?

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A de El Informador del 2 de junio de 2004).


No es sano para nadie la creciente probabilidad de que en 2006 únicamente compitan por la Presidencia dos viejos pájaros de cuenta: los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, "el PRIAN", como les dicen sus adversarios, y que (¡milagro!, ¡milagro!) quede fuera de la pelea un individuo cuyo principal defecto es haberse rodeado de asesores legales de muy baja categoría y que no haya quien le haga sombra en cuanto a preferencias electorales y de popularidad.

Aun si se tratara de actos de corrupción lo que suscitara el juicio de desafuero, no habría una diferencia sustantiva entre los delincuentes "de cuello blanco", que se reproducen como conejos en las filas panistas y priistas, y los "alborotadores y pandilleros" del PRD.

Parte de lo cierto es que, formalmente, el Talón de Aquiles de López Obrador es el desdén con que él mismo (personal y públicamente) ha tratado los asuntos relacionados con la ley sin que ninguno de sus achichincles le advirtiera que los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo... están plagados de abogados.

Carlos Marín
(v.pág.27 del periódico Público del 28 de mayo de 2004).


Durante décadas, las "autoridades-en-turno" creyeron estar apantallándonos con anuncios espectaculares de obras y remozamientos de calles, plazas y avenidas, con el consiguiente desembolso presupuestal. Y resulta que esas obras han sido remendadas ahora que estaremos en la mira de quienes gobiernan países en los que el chanchuyo y la corrupción no son norma de conducta.

¿Hasta ahora se dieron cuenta las autoridades locales que los registros de alcantarillas en calles y avenidas estaban a desnivel de la carpeta asfáltica? ¿Hasta ahora se percataron que algunas vías carecían de balizamiento? ¿Hasta ahora constataron que las rampas para discapacitados eran estrechas y con declives inadecuados? ¿Hasta ahora supieron que el acceso a Guadalajara desde el aeropuerto era una cloaca? ¿Hasta ahora advirtieron que las rejas y los barandales de puentes y avenidas estaban chuecos y despintados?

Quiero creer que todo eso lo sabían quienes gobiernan el Estado y los municipios metropolitanos. Lo que pasa es que tienen en la mente que gobiernan con mediocridad y hacen obras mediocres, porque suponen que los ciudadanos somos mediocres. En el fondo tal vez tengan razón. Mediocre es aquello de poco mérito, tirando a malo, dice el diccionario. Y es probable que los tapatíos no hayamos estado a la altura de escoger -no de ahora, sino desde hace tiempo- a las personas idóneas para que nos gobiernen.

Víctor E. Wario Romo
(v.pág.4-A de El Informador del 24 de mayo de 2004).


Al PRD no le molesta que haya corrupción, lo que le molesta es que se sepa.

Federico Dóring, diputado federal panista
(v.pag.3A del periódico Ocho Columnas del 23 de mayo de 2004).


No habrá tregua
(Publicado en el periódico Público del 21 de mayo de 2004).

Es justo y necesario poner un alto al cinismo con el que estos juniors políticos se burlan de todos nosotros. Es imprescindible reconstruir el prestigio de nuestros legisladores. Curiosamente son ellos mismos quienes pueden crear y aprobar las leyes necesarias para evitar que vividores inexpertos se adueñen de puestos legislativos sin que realmente aporten nada y encima le quiten la oportunidad de servir al país a otros servidores públicos o ciudadanos capaces y honestos.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.4A de Mural del 20 de mayo de 2004).


Toda la clase política del país está concentrada en cuerpo y alma en los pleitos entre partidos y grupos políticos. Estas disputas hacen que abiertamente los políticos afirmen que no hay posibilidad de tener diálogo con sus rivales. Quizá no se dan cuenta de que esta afirmación equivale a negarse a sí mismos su mismo papel en la sociedad. De nada nos sirve a los mexicanos tener políticos que no pueden dialogar, porque la política es, por definición, el arte de llegar a acuerdos que armonicen los distintos puntos de vista de una sociedad.

Los países del mundo que han logrado superar la pobreza lo han hecho, precisamente, porque sus políticos han logrado acuerdos sensatos.

Sergio Sarmiento
(v.pág.4A de Mural del 20 de mayo de 2004).


Cada grupo político cree avanzar exhibiendo las miserias de sus adversarios, porque desconfía de la capacidad de atracción de sus propias propuestas. Dado el reblandecimiento de las definiciones ideológicas, de la omisión de los temas que escinden a la llamada opinión pública, de la confusión entre espectáculo y política, el recurso predilecto para la descalificación del contrario no es más el de la lucha ideológica o política, sino el de la acusación de corrupción. Y dado que el arsenal es enorme, y las artes políticas escasas, la espiral tiene combustible suficiente.

Por supuesto que resulta venturoso que los fenómenos de corrupción se exhiban, que los ilumine la luz pública, pero si no somos capaces de trascender los juicios sumarios de opinión pública, para que esas conductas sean sancionadas conforme a la ley, no lograremos ni fortalecer a las instituciones ni a la convivencia de la diversidad que tanto trabajo costó construir. Porque si toda la política aparece como sinónimo de corrupción...

José Woldenberg
(v.pág.7A del periódico Mural del 20 de mayo de 2004).


La "4a. Encuesta Nacional sobre Democracia" (El Universal, 17-V-04) exhibe las principales fallas de la democracia en México: corrupción (32%), los partidos (13%) y los malos gobiernos (12%). Con lo cual se demuestra -supongo- que la democracia nos permite elegir, de entre diversas opciones, a los gobernantes... pero no nos garantiza que nuestra elección sea la correcta (la aseveración de que "La voz del pueblo es la voz de Dios" a veces raya en la blasfemia), ni, mucho menos, que haya sido acertada. ¡Se le mete cada "gol bobo" al pueblo en nombre de la democracia...!

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A de El Informador del 19 de mayo de 2004).


Todo hace notar que los cuatro partidos nacionales han logrado unirse en sus objetivos de corrupción, de tal modo que están a punto de lograr el cambio de los colores de cada instituto político, por un solo y único color que, como divisa, los hermane, los una y los identifique para siempre: el color caca... huate.

David Aréchiga Landeros
(v.pág.16-D "Buzón de Nuestros Lectores" de El Informador del 19 de mayo de 2004).


La diputada panista Cecilia Carreón Chávez copió textualmente la Carta de los Derechos de la Familia presentada por el Vaticano en 1983 para elaborar lo que presentó como su iniciativa de decreto "mediante la cual se crea la Ley de los Derechos de la Familia en el Estado de Jalisco". El plagio realizado por la diputada se configura además porque en su exposición de motivos no refiere la fuente.

(V.pág.13 del periódico Público del 18 de mayo de 2004).


Preocupante es constatar cómo una verdadera manada de auténticos idiotas han tomado al Congreso [federal], creando una pésima opinión de esta atacada actividad.

Octavio Alberto Díaz Rafols
(v.pág.4 "correo" del periódico Público del 18 de mayo de 2004).


Sistemáticamente, el discurso del hombre público común -y esto, en el caso de las preclaras democracias occidentales: los demás se brincan el numerito y pasan directamente al engaño, ahorrándoles a sus esclavos el gasto de increíbles cantidades de dinero en la manutención de estructuras que en el fondo son mascaradas- no está diseñado para iluminar al votante sino para convencerlo y arriarlo, aunque las intenciones reales nazcan del simple narcisismo o de la conveniencia de lucrar con dinero público.

Roberta Garza
(v.pág.19 del periódico Público del 18 de mayo de 2004).


Desde hace algún tiempo la política y la nota roja coinciden en no pocas ocasiones.

Román Revueltas Retes
(v.pág.43 del periódico Público del 18 de mayo de 2004).


Impuestos que de mala gana paga el ciudadano común, en parte porque constata la irresponsabilidad con que los gobernantes se lo gastan más en obras de relumbrón que de beneficio colectivo, y en parte -lo peor- porque comprueba la impunidad con que lo emplean más para acrecentar su riqueza que para ejercer la justicia distributiva; es decir, para mejorar las condiciones de vida de los que menos tienen.

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A de El Informador del 17 de mayo de 2004).


Para el politólogo Francisco Javier González Vallejo, asesor de la Coparmex Jalisco, lo más sano es que desaparezca la vía plurinominal -designados por su partido sin que medie el voto ciudadano- para llegar al Poder Legislativo y que se conserve la proporcionalidad (de mayoría relativa y de "repechaje", como se conoce popularmente, definidas por el sufragio popular), "a fin de que cada uno de los 40 diputados tenga electores a quién rendir cuentas".

(V.pag.2A del periódico Ocho Columnas del 16 de mayo de 2004).


En lugar de ver la forma de bajar la deuda externa e interna para que la planta productiva se active, los novatos que timonean este barco llamado México solamente buscan la manera de asignarse exorbitantes sueldos y prestaciones, así como allanar a sus socios -perdón, compañeros de partido- el camino a la próxima elección. En lugar de escudriñar y desbaratar ese megafraude llamado Fobaproa (que no tenemos por qué pagarlo, aquellos que no pedimos nada de ese dinero); pasean por el mundo como si nada sucediera.

En lugar de dejar a Pemex y a la CFE sus utilidades, que en un solo lustro les servirían para cubrir deudas y modernizarse; se las arrebatan para gastar un recurso que ni es renovable y que hasta ahora nos ha mantenido a flote. Lamentablemente este gobierno padece el síndrome del Titanic. Se dice que mientras los pasajeros más sensatos buscaban las lanchas para salvar su vida de aquella catástrofe, los más ambiciosos bajaron a buscar sus joyas y riquezas a las cajas de seguridad. Esta, aunque la mayoría de los gobernantes actuales no la acepten, parece ser su propia conducta. Nos encontramos amenazados por una quiebra económica y política de dimensiones incalculables, y estos señores en la rebatinga por los supersueldos, viajes, viáticos, comidas, supervisiones, aviones, hoteles, guaruras, y súmele lo que usted y todo ciudadano les observa hacer a diario.

Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 15 de mayo de 2004.)


Tiene toda la razón el presidente del PRD Leonel Godoy. La degradación de la política mexicana es lamentable y si se mantiene en esta tendencia puede conducir a consecuencias graves. Ya que Godoy tiene bien diagnosticado los síntomas, ahora se esperaría de tan distinguido personaje que extendiera la receta para el remedio. Un buen punto de partida lo puede dar él mismo, si empieza a recuperar seriedad, actúa con responsabilidad y muestra alguna dosis de profesionalismo, tan ausentes todos del escenario nacional.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.5-A de El Informador del 15 de mayo de 2004).


Los partidos políticos están en situaciones difíciles, divididos y desacreditados, como lo está la misma política.

Miguel de la Madrid Hurtado, expresidente de México
(v.pág.10-A de El Informador del 15 de mayo de 2004).


Lo que hacen y deshacen los partidos en su interior no es cosa solamente de ellos, también es cosa nuestra, pues nosotros les estamos pagando y ellos tienen la obligación legal y moral de llegar a ser muy buena opción para representarnos. No les pagamos para que ellos traten de vendernos alguna doctrina como medicina maravillosa que resolverá nuestros problemas. Si un partido nos quiere representar debería hacer el esfuerzo de parecerse a nosotros y no tratar de que nosotros nos parezcamos a ellos.

En el pecado llevarán la penitencia; si ellos no saben hacerle caso a los mexicanos, entonces los mexicanos no les harán caso. La democracia exige que dos o más partidos logren parecerse a nosotros abarcando nuestra diversidad. Si los partidos tan sólo se ven a su ombligo, dentro de unos meses aparecerá algún político populista con el negro corazón de un dictador.

Los méritos internos del partido no le importan a la gente. El compromiso del candidato tiene que ser con los mexicanos y no con ninguna doctrina. Al PAN no le gusta un candidato que represente a la buena gente común y corriente de México y que a su vez tenga afinidad ideológica con ellos.

¿El presidente ideal es el que representa a la mayoría de los mexicanos diversos de buena voluntad, votantes y no votantes, de cualquier partido? ¿Es así? O por el contrario, ¿el presidente ideal será el que representa la pureza de la doctrina panista? Me da la impresión que los panistas quieren al mejor panista y no al mejor mexicano.

Los fanáticos panistas dicen que nos quisieran representar, pero en el fondo nos desprecian. Para este PAN, la disciplina y la obediencia hacia el partido se consideran de enorme valor.

Todavía el PAN no ha entendido que las verdades políticas no son las verdades partidistas. Los panistas pueden considerarse demócratas en su interior, pero los mexicanos podemos considerar que no son demócratas con nosotros.

Enrique Canales
(v.pág.6A del periódico Mural del 13 de mayo de 2004).


Se dice que en tiempos de Catalina la Grande había un ministro apellidado Potemkin, que se encargaba de organizar "visualmente" los recorridos de la emperatriz. Y, así, a los lados del camino por el que la señora iba a transitar se disponían verdaderos decorados en los que se fingía una vida muy distinta a la que en ese entonces tenía el pueblo ruso. No se puede uno menos de acordar del caso, mientras la ciudad [de Guadalajara] recibe esta extraordinaria inversión de millones caídos del cielo federal. La obligación de los ayuntamientos sería tener, permanentemente y en beneficio de sus habitantes, la ciudad al derecho. Años de incuria y dejadez tratan de maquillarse en semanas.

Juan Palomar Verea
(v.pág.6-B de El Informador del 12 de mayo de 2004).


Desde hace un decenio, la política se degradó a niveles policiacos y los hechos de sangre, fraudes, calumnias y denuncias ministeriales pasaron a ocupar las primeras planas y los principales tiempos informativos en radio y televisión.

No son los actuales gobernantes ni la clase política la mejor camada que ha dado México. Más bien es una de las más mediocres, pero algo de positivo tiene el llamado a poner fin a los chantajes y los reproches mutuos de unos y otros, vividores todos del erario.

Carlos Marín
(v.pág.22 del periódico Público del 11 de mayo de 2004).


78.9% de los diputados federales está de acuerdo con la reelección legislativa, según una encuesta que mandó elaborar la Cámara de Diputados. Están "muy de acuerdo" 56.4%, y "poco de acuerdo" 22.5%; los que están "nada de acuerdo" suman 12.6% y los que "no saben" sólo 8.5%. Fueron encuestados los 500 diputados federales, pero la Consultora Mitofsky sólo presentó un corte con la opinión de 120.

Zánganos buscando huesos más duraderos.

(V.pág.6-A de El Informador del 5 de mayo de 2004).


Una y otra vez, los sondeos de opinión confirman que la política y los políticos están en el fondo de la aceptación ciudadana. Los números más recientes de las encuestas de María de las Heras, dejan ver que los senadores apenas despiertan 5% de la aceptación, mientras que los diputados están en el sótano con 4%; los legisladores son los personajes menos creíbles de la sociedad, aún menos que los policías. Se han ganado a pulso esa falta de credibilidad. Hay una condena general que, desafortunadamente, no distingue diferencias. Con ellos y sus partidos se asocia la corrupción ligada con los escándalos recientes, ellos y los políticos boneros y oportunistas que buscan paraísos salariales, han dilapidado lo poco que le quedaba de prestigio a la función pública, de la misma manera en que los legisladores muestran su inmadurez al no saber "disponer", frente a un Ejecutivo que "propone", en el marco de un presidencialismo acotado por voluntad propia. Esa visión ciudadana monolítica de los legisladores también refleja que esas opiniones no dan crédito a los que se presentan como víctimas, como los buenos, sino que responsabilizan por igual a todo el Congreso de la Unión, lo que es gravísimo.

El desprestigio de los políticos y la política, se ahonda por la ineficacia para resolver los casos de evidente corrupción que han ganado mayor visibilidad recientemente. El sistema judicial, aunque por encima de la credibilidad otorgada a la policía, no se ha reformado; arrastra ancestrales vicios de corrupción que están en la opacidad, de fiesta.

No se ven salidas inmediatas para este creciente desprestigio de mujeres y hombres ligados con los asuntos públicos. Los elementos que podrían dar certidumbre al oficio político y a los gestores de leyes y políticas públicas, se han menospreciado por los propios desacreditados. Abandonaron la reforma del Estado, substituyéndola por la morralla del éxito mediático instantáneo: el supuesto nacionalismo y la promesa de restauración priista como fines en si mismos; la oposición a ultranza perredista que no negocia con el gobierno, aunque esté de acuerdo en algunas cosas con él -digamos la reforma electoral; la vanagloria de los partidos pequeños como "fieles de la balanza", a condición de estar pasando la factura de sus diferencias con el gobierno; o el manido recurso de Acción Nacional de presentarse como víctima, sin asumir su incapacidad para hacer alianzas y convencer al gobierno de su urgencia. Como si con esos efectos mediáticos se pudiera construir un país.

Tímida, pero también tardíamente, la presidencia de Fox está retomando ese discurso que avala reformas de largo aliento que son necesarias para toda la nación. Falta, sin embargo, ese piso mínimo de acuerdos que active e interpele a la sociedad; el pacto social que dé sustento a las transformaciones del sistema político y de partidos, del régimen en sus tres poderes y órdenes de gobierno. Faltan sobre todo, los operadores que hagan creíbles posibles salidas contra el desprestigio de la política y lo político.

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.21 del periódico Público del 30 de abril de 2004).


Setenta años después de prohibirse la reelección legislativa, el Senado alcanzó consensos y ayer 89 legisladores de todos los partidos firmaron el predictamen que propone reformas a los artículos 59 y 116 constitucionales, con el fin de que los senadores puedan ser electos de manera inmediata hasta por un periodo y los diputados federales tres.

(V.pág.27 del periódico Público del 30 de abril de 2004).


En el escenario nacional vemos ahora a muchos políticos extralimitados en el ejercicio de sus funciones, ya que lejos de velar por el interés común, buscan desesperadamente afianzar posiciones futuras, personales o de grupo, olvidándose por completo de las tareas para las cuales fueron electos o designados.

Javier Medina Loera
(v.pág.4-A de El Informador del 28 de abril de 2004).


"Los políticos, queridos niños -nos aleccionan las abuelas, cuando ya empezamos a ser mayorcitos-, son engendros de la bruja de Blanca Nieves. Representan el modelo perfecto de los defectos que debemos evitar si aspiramos a ser queridos y respetados. Son falaces, cínicos, deshonestos. Prometen cualquier cosa con tal de ganarse la simpatía y el voto de los ciudadanos, pero rara vez llegan a cumplir sus promesas... 'Promesas de políticos' -nos ilustran, desde la cumbre plateada de su sabiduría-, son todas aquellas que hablan de un futuro demasiado hermoso para ser cierto: '¡No nos volverán a saquear!'; 'Defenderé al peso como un perro'; 'Bienestar para la familia'; 'Renovación moral de la sociedad'; 'El cambio'; 'Crecimiento económico del seis por ciento anual'... Todo aquello que pueda parecernos, por su propia naturaleza, ilusorio e irrealizable, como la olla de oro al final del arco iris, queridos niños, merece el calificativo de 'promesa de político'".

Fedro, poeta latino -contemporáneo de Cristo, por cierto- dejó escrito que "En un cambio de gobierno, el pobre rara vez cambia de otra cosa que no sea el nombre de su amo". Tolstoi enumeraba a los pilares de la política: "hipocresías, mentiras, castigos, cárceles, fortalezas y crímenes". Y Bernard Shaw definía a la democracia como "el gobierno de una minoría corrompida, elegida por una mayoría incompetente".

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A de El Informador del 28 de abril de 2004).


Hace apenas un mes, el señor López [Obrador] declaró que todo este escándalo de los videos parecía que se trataba de "el mundo al revés". Yo coincido con él, porque ahora resulta que los ladrones y corruptos se enojan y ofenden por haber sido descubiertos infraganti. No cabe duda, el cinismo de los fariseos no tiene límite.

José Espina, coordinador de los diputados del PAN en la Asambles del Distrito Federal
(v.pág.4-A de El Informador del 28 de abril de 2004).


Desgraciadamente los partidos políticos poco o nada se han preocupado por buscar alianzas para crear consensos y poder salir del inmovilismo, pues nuestra cultura política tiene poca o nula experiencia en el arte del compromiso que es la base de todo sistema democrático sano y progresista, y nuestros partidos están siguiendo un comportamiento similar al de los partidos chilenos en los años previos al golpe de Estado de Pinochet.

Sergio A. López Rivera, abogado
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 28 de abril de 2004.)


La paranoia en el mundo de la política se llama megalomanía. Se caracteriza por las ideas delirantes de grandeza, que hace que el individuo bajo su influencia se sienta plenamente satisfecho de sí mismo y por encima de la mayoría de las personas. Se creen importantes, perfectos, divinos, adelantados a su época, visionarios, profetas, reformadores, místicos y hasta santos. Se presentan con aires de suficiencia, superioridad o fingida modestia, con condescendencia o con arrogancia.

Hay en la megalomanía un sentimiento profundo de omnipotencia, es por ello que muchos políticos intensifican sus ideas de grandeza, negándose a aceptar el juicio y la critica, incluso rodeándose de mediocres. Así, solitario, taciturno y misógino, pero seguro de sí mismo, el megalómano se conduce como si no necesitara nada de nadie -si ha de pedir algo, lo exige...

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.17 del periódico Público del 27 de abril de 2004).


Desde chico siempre escuché decir a uno de mis tíos que la política era una actividad que desprestigiaba a quienes la practicaban, "que los diputados se enriquecían en tres años pero que la vergüenza de ser diputados les duraba toda la vida".

Adolfo Martínez López
(v.pág.5-A de El Informador del 26 de abril de 2004).


La desconfianza hacia los partidos viene de años, pues se percibe en éstos, incapacidad para dar cauce a los cambios necesarios, cerrazón en sus posicionamientos y desprecio por la ética en la política. De su desempeño en las Cámaras ni qué decir, ni toda la legislación que realicen sobre temas secundarios servirá para contrarrestar la percepción de que el Congreso no está a la altura de las circunstancias.

El sexenio culminará con finanzas públicas débiles, con mayores insuficiencias en materia de electricidad, en los mercados laborales, con abusos monopólicos en diversos sectores, como las telecomunicaciones, importando volúmenes extraordinarios de gas, etcétera. Pero las cosas podrían empeorar, si los partidos se esfuerzan estúpidamente en hacer reformas que le restan certidumbre al proceso electoral del 2006, como sería permitir el voto de los mexicanos en el extranjero y darle entrada a "creativos métodos" de protociudadanos, que se han autoerigido en los únicos capaces de poder procesar una contienda que se ve será muy cerrada.

Para el ciudadano común, ¿qué sentido tiene votar por uno u otro partido si, después, las cosas siguen siendo igual? ¿De qué sirve una mayor transparencia si, quien se llena los bolsillos de billetes, una vez descubierto, denuncia ser blanco de un complot y no pasa nada? El ciudadano también observa cómo el vacío político que se ha creado fortalece a grupos de interés específicos. Hoy intereses particulares predominan sobre los nacionales, diversos sindicatos aferrados a concesiones y privilegios financieramente insostenibles, y monopolios privados fuera de control imponen sus condiciones.

Ciro Mayen
(v.pág.6/A de El Occidental del 25 de abril de 2004).


Por lo que vemos hasta ahora, pareciera que la democracia es el camino, pero también que no hemos escogido a las personas idóneas, capaces de colocarse por encima de las visiones e intereses de sus grupos y sus partidos para buscar soluciones a los acuciantes problemas que nos aquejan. En el Congreso de la Unión, en la relación entre gobierno federal y gobierno de la Ciudad de México, en el Estado de Morelos, en el entorno del Instituto Federal Electoral, en la revisión de la situación de los sistemas de pensiones, y en otros ámbitos de diversa índole, lo que nos están mostrando los conductores de las instituciones es que no son capaces de ponerse de acuerdo, que no son capaces de trascender sus visiones inmediatistas para conformar -entre todos- una auténtica visión de Estado, que garantice estabilidad y reproducción de oportunidades para los más amplios grupos sociales.

Editorial
(v.pág.4-A de El Informador del 24 de abril de 2004).


Pareciera que la política hoy se reduce a ser un instrumento que sólo sirve para atender a objetivos sectarios o de grupo.

Carlos Rojas, senador
(v.pág.5-A de El Informador del 24 de abril de 2004).


El momento por el que atravesamos los mexicanos no sólo es patético sino muy preocupante, pues la disfuncionalidad de las relaciones políticas está contaminando la acción política y llevando a confrontaciones de forma, no de fondo. Los políticos mexicanos están en una especie de Torre de Babel en la cual no únicamente se refieren a temas en distintos idiomas, sino que, hasta quienes deberían estar actuando coordinadamente, se contradicen. Nadie dice nada. Nadie corrige. Todos siguen la marcha agudizando las contradicciones y polarizando los climas políticos. ¿Se ha esfumado la responsabilidad del funcionario y la prudencia del político? No parece. Lo que sugiere el momento en que se vive es que la calidad de los políticos es mediocre por ser cortoplacista e individualista, reducidos por las circunstancias y rebasados por la realidad. ¿A quién podemos culpar? ¿Al PRI por haber despolitizado a la clase política y dejado actores de reparto? Es una posibilidad. Otra es tomar la culpa nosotros, quienes los elegimos y los estamos padeciendo. Pero tomemos nota para la siguiente elección y emitamos un voto pensado, no uno derivado de la pasión o el encono. Estamos pagando muy alto el costo de hacer con el corazón lo que debemos hacer con la razón.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.5-A de El Informador del 24 de abril de 2004).


Nuestros candidatos políticos se nos muestran como superhéroes, como los más poderosos, como los que todo lo pueden y todo lo que dicen se hace realidad con sólo tomar una pócima mágica. Pero eso es lo malo, que necesitan muchos más medios para poder lograr su transformación, como miles de millones de pesos (o de dólares), tener en su gabinete a sus "súper amigos" para poder conformar un equipo más solido, contar con unos cuantos contactos extras para hacer "jugadas" por debajo del agua, asociarse con los medios de comunicación para que nos disfracen la realidad o nos distraigan con tonterías.

Jessica Rodríguez Ruiz, estudiante de 6o. semestre de preparatoria
(v.pág.9-E "Buzón de Nuestros Lectores" de El Informador del 24 de abril de 2004).


Es sospechoso que a Carlos Imaz se le acuse de "delitos electorales" y cohecho simple, como si no hubiera inflado los contratos para embaucarse finalmente ese dinero. Bátiz nos advirtió que los delitos que se imputan a Imaz no se consideran graves en el Código Penal y si regresa el dinero alcanzará libertad bajo fianza. ¿Esa es la justicia perredista? ¿En serio?

¿El delito no es grave? ¿Entonces Carlos Imaz no robó? ¿De cuándo acá un supuesto destino del dinero del robo determina si hubo o no robo?

Tampoco menciona Andrés Manuel que René Bejarano probablemente se llenó de billetes producto de haber inflado las obras contratadas, similar al caso de Carlos Imaz. Es muy probable que Rosario Robles esté involucrada en esquemas similares, pero no contamos con los datos objetivos. ¿Por qué? Porque a la mejor en el PRD, con tanto dogmatismo, no se sabe lo que es un dato objetivo y no distinguen entre un cochinito y un cochinero.

Enrique Canales
(v.pág.5A del periódico Mural del 22 de abril de 2004).


El Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, advirtió que urgen reformas al sistema político y puntualizó que de no llevar adecuadamente la democracia podría esperarse un dictador.

"Si se hacen las reformas que urgen empezando por la política, la económica, energética, podemos ir hacia una situación mejor que la actual pero si no se hacen, seguiremos igual o peor, por eso la exhortación a los que están al frente del gobierno para que se olviden de los intereses de partido".

"Cuando la democracia no se lleva bien degenera en caos y el caos reclama un libertador y ese libertador se comete en dictador y hay muchos ejemplos, los cambios no siempre son en sentido positivo, pueden ser en peor, y eso es lo que tenemos que cuidar en México", dijo.

Pugnó por adecuar las leyes a un Gobierno pluripartidista, ya que dijo están hechas para un gobierno monopartidista.

(V.pág.8A del periódico Mural del 22 de abril de 2004.)


Un fantasma amenaza al país: el fantasma del caudillismo.

La amenaza crece en proporción directa a la división interna de los partidos políticos y el hartazgo de la gente en los políticos profesionales.

El caudillismo es un fenómeno típico latinoamericano, una tendencia implícita del desarrollo político al sur del río Bravo, desde el fin de las guerras de independencia hasta la segunda mitad del siglo XlX. En otra perspectiva, más centrada en la figura del caudillo, se le considera como una expresión típica y común y hasta permanente de nuestros países, al margen de etapas históricas.

Las dificultades internas de los partidos políticos exhibidas como pugnas, riesgos de división y fracción ponen de manifiesto una nueva forma de expresión del caudillismo encarnada por gobernadores, líderes de tendencias, personajes como Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador, Elba Esther Gordillo y hasta las esposas de los gobernadores y del mismo Presidente de la República. Existe una permanente tendencia a la política sustentada en las personas y no en las organizaciones e instituciones.

El fraccionalismo en los partidos políticos ha sido reivindicado últimamente como un fenómeno positivo producto de la democratización del país y la destrucción de los partidos autoritarios. Sin embargo, su presencia ha sido considerada de manera negativa por los principales estudiosos del tema. Sus efectos perniciosos van desde la inestabilidad, la conflictividad y la desestabilización no sólo de los partidos sino de los congresos y los gobiernos. Si es difícil que tres partidos se pongan de acuerdo en el Congreso, más difícil será que lo hagan esos tres partidos divididos en varias facciones con un caudillo al frente de cada una de ellas.

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.17 del periódico Público del 20 de abril de 2004).


En operaciones realizadas al margen de la ley entre Hacienda, el Sistema de Administración Tributaria y Nacional Financiera, se instituyó un fideicomiso que engendró una empresa que opera con recursos públicos para realizar... ¡negocios privados!

La información del reportero Heliodoro Cárdenas revela que más de dos mil millones de pesos recaudados en las aduanas del país "no se han ingresado a la Tesorería de la Federación" porque, supuestamente, se destinan al pago de los servicios de procesamiento electrónico de datos, apoyo y control del despacho aduanero que tiene a su cargo la empresa Integradora de Servicios Operativos, Sociedad Anónima de Capital Variable.

Sobre las causas que dieron origen al fideicomiso y a la empresa ISOSA, Hacienda, el SAT y Nafin no dan explicaciones públicas pero, en el colmo, tampoco a la Auditoría Superior de la Federación.

De otro modo: el dinero de los fideicomisos es el que los contribuyentes pagan al gobierno para que éste -se supone- lo ingrese al erario. En vez de esto, Hacienda lo utiliza para gastarlo en una empresa privada.

Lo más emocionante no es el secreto que mantienen Hacienda, el SAT y Nafin sobre el desvío a favor de ISOSA, sino que en el diseño de esta empresa participó el actual secretario de Gobernación, Santiago Creel.

ISOSA manda a hacer softwares carísimos o redes inteligentes en edificios para el SAT, que después no sirven para nada, y adquiere proyectos de alta tecnología que luego no se usan, como por ejemplo, el cambio del control de accesos al SAT en tres ocasiones, a un costo aproximado de un millón de dólares cada una.

Francisco Gil Díaz, el Terminator de la vocación recaudatoria del gobierno, tiene que explicar con toda claridad por qué razón dos mil millones de dólares fueron a parar a una sociedad anónima que ni renta ha de pagar en las instalaciones del SAT.

Carlos Marín
(v.pág.22 del periódico Público del 20 de abril de 2004).


La incompetencia del gobierno federal para operar los ingenios azucareros y el abuso de algunos funcionarios que han sabido sacar "raja" de las fábricas, son los causantes de la situación que enfrentan estas empresas expropiadas en septiembre del 2001.

Alberto Santos Boesch
(v.pág.5A de la sección "Negocios" del periódico Mural del 19 de abril de 2004.)


Los pasos de López.

Paco Calderón
(v.periódico Mural en línea del 18 de abril de 2004).


Uno de los problemas endémicos del sistema político mexicano ha sido la corrupción. Desde que el presidente Miguel Alemán la institucionalizó en los cincuentas, mezclando la política con los negocios, donde los políticos se hacían ricos, la corrupción se convirtió en un estilo de vida. Llevamos casi medio siglo viviendo esa cultura y durante los gobiernos priístas teníamos escándalos sexenales donde el gobierno entrante ajustaba cuentas con un alto funcionario del anterior para limpiar culpas y arrancar de cero su cuenta. El rito no fallaba: se castigaba quirúrgicamente y se cerraban los ojos ante el resto de los abusos.

Se pensaba -y muchos lo creen así todavía-, que el problema radicaba en el PRI. Pero están equivocados. La corrupción política en México es sistémica y lo empezó a demostrar el PAN cuando comenzó a acceder al poder durante el gobierno de Carlos Salinas, y que tuviera importantes expresiones en la primera parte de la presidencia de Vicente Fox, cuando sus representantes municipales se vieron involucrados regularmente en actividades ilícitas.

Gradualmente, en la medida en que los panistas se fueron acostumbrando al poder, los excesos disminuyeron, repitiendo el fenómeno de los priístas. Con el PRD, que empezó a llegar a altas posiciones de poder desde 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la gubernatura, el fenómeno se trastocó. No procesaron el poder, sino que incrementaron los abusos.

Los recientes escándalos en los que se encuentra inmerso el PRD a raíz de la difusión de los videos entregados por el empresario constructor Carlos Ahumada no han divulgado algo que fuera secreto en las élites políticas, pero sí han socializado la corrupción de sus militantes. Ahumada, mecenas del PRD, se convirtió también en un transformador de personalidades.

Bejarano, quien se ha convertido en el epítome de la corrupción perredista después de ser visto retacándose de dinero de Ahumada los bolsillos de su saco en uno de los videos, ha estado señalando públicamente que él no es un hombre corrupto y que quiere lavar su imagen. Los videos no la empañaron, sólo hicieron del conocimiento general los abusos que sus propios compañeros perredistas, como el senador Demetrio Sodi o Marcos Rascón, habían venido denunciando hace más de un año.

Bejarano respondía a los intereses de López Obrador, quien efectivamente recibió fondos de Ahumada, de acuerdo con personas cercanas al actual jefe de gobierno defeño, varios de cuyos colaboradores están metidos en problemas de corrupción en el metro o, como el caso de la esposa de Imaz, una alta funcionaria de su gobierno que todavía esta semana elogió por su honradez, en presuntos delitos de peculado. Otros, como uno de los hombres que trabajaba en materia de seguridad política, lo dejó hacer negocio con las placas vehiculares, y en violación de la Ley de Responsabilidad de Funcionarios Públicos, ha ejercido el nepotismo. Su mismo hermano está metido en acciones de cohecho, sin que haya tomado la decisión de cortar sus vínculos. El problema en el PRD, en su esencia, no es distinto al del PRI o al del PAN. El problema, sin embargo, es mayor. Como establece un documento elaborado por el exprocurador de Cárdenas, Samuel del Villar, que el PRD insiste en mantener secreto, la corrupción dentro del partido se extiende por todos lados.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.5-A de El Informador del 17 de abril de 2004).


La política ha transitado peligrosamente hacia el lado oscuro de las conciencias, en donde se ha perdido toda dimensión moral y ética del servicio a la sociedad.

Pedro Mellado
(v.pág.2B del periódico Mural del 15 de abril de 2004.


Como las joyas falsas que en las primeras de cambio enseñan el cobre, así lucen hoy los partidos políticos de México, que además de convertirse en un obstáculo para el desarrollo del país (prueba de ello es mantener congeladas reformas tan importantes como la Fiscal y la Energética; lo mismo puede pasarle a la Electoral), se hunden en un mar de corrupción. Así lo mostraron en su momento los "Amigos de Fox", los involucrados en el "Pemexgate" y más recientemente los protagonistas de los videoescándalos del "Niño Verde" y los que traen en jaque al jefe de Gobierno del Distrito Federal, que vinieron a sumir al PRD en la peor crisis de su historia.

La verdad es que la democracia dirigida por los partidos no siempre funcionó en bien de la Nación, pero la debilidad del sistema se hizo evidente cuando el PAN y el PRD basaron su estrategia electoral en los errores que el PRI cometiera durante sus 70 años de predominio político. El desencanto de la gente se produce cuando, al llegar al Gobierno, estos partidos no sólo no llenan las expectativas que crearon, sino que cayeron en los mismos vicios que decían combatir.

Ante esta coyuntura histórica, adquiere fuerza la idea de lanzar candidatos independientes con miras a las elecciones de 2006. Contra esta idea se han pronunciado obviamente los dirigentes de los partidos nacionales que ostentan el monopolio del poder, aseguran que los candidatos independientes no son viables, porque según la Ley Electoral, deben apoyarse en un partido con registro. Sin embargo, de acuerdo con la Constitución General de la República, para votar y ser votado se requiere solamente ser ciudadano mexicano por nacimiento en pleno goce de sus derechos, y ninguna ley secundaria puede estar por encima de ésta.

Javier Medina Loera
(v.pág.4-A de El Informador del 14 de abril de 2004).


Reprochan la tardanza en nodo vial. Ofrecen reabrir lateral de López Mateos en tres semanas y ya cumplió cinco meses cerrada.

(V.pág.3B del periódico Mural del 12 de abril de 2004).


Los compromisos reales que los funcionarios públicos adquieren con la comunidad a la que en teoría sirven como empleados, se anulan a cambio de otros, contraídos con grupos específicos; de esta forma las promesas de campaña quedan incumplidas; unas por falta de presupuesto y otras por voluntad política. De no ser por la labor que hoy están desempeñando los medios de comunicación, todo quedaría en charlas de café disimulando la corrupción como siempre había ocurrido. Partidos polìticos y niveles de gobierno están seriamente cuestionados por la sociedad, con provocación a las instituciones y con ella a la estabilidad social. Las miradas están a la expectativa, quizás eso los haga detenerse para [¿de?] cometer actos ilícitos y sí cumplir con sus promesas de campaña.

(V.pág.6-A de El Informador del 10 de abril de 2004).


Es necesario que el Congreso brinde respuesta al desprestigio que tiene en México el llamado fuero, pues la gente percibe que esta institución tiende a proteger a ciertas personas por el hecho de que ocupan determinados cargos en el Estado. Pero la inmunidad no está diseñada para la impunidad, sino para evitar que, a través de actos arbitrarios, se tomen represalias o que autoridades menores logren impedir el normal funcionamiento de las instituciones más importantes de la República.

Pablo Gómez
(v.pág.15 del periódico Público del 9 de abril de 2004).


Ante la ausencia de un sistema de justicia eficiente y la poca transparencia de gobiernos de todos los niveles y partidos, los medios de comunicación han tomado mayor relevancia. Los ciudadanos estamos cansados del alto nivel de corrupción que existe en la clase política y a la vez decepcionados porque los sistemas de control no están funcionando. Las auditorías se han politizado y los partidos la única ética que conocen es la del poder, a través de la popularidad.

Víctor Manuel González Romero, profesor investigador y ex rector general, U. de G.
(v.pág.4-A de El Informador del 7 de abril de 2004).


Los recientes "videoescándalos" no labraron el desprestigio de los partidos políticos: se limitaron a acrecentarlo.

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A de El Informador del 7 de abril de 2004).


Recientemente el ahora titular de la Secretaría de Energía, Felipe Calderón Hinojosa, dijo en Guadalajara que existe el peligro de convertir a México en una país de cínicos; se premia a quien roba o hace trampa y se castiga económicamente a quien se conduce con honestidad, fue lo que más resaltó de su discurso.

México, un país de cínicos. Sí, pero de políticos cínicos, falsos, corruptos y corruptores, que se han venido posesionando y adueñando de los bienes y riquezas del país, metidos en partidos políticos que se dicen redentores, limpios, honestos y transparentes, siempre pegados de esa gran ubre que es el presupuesto -federal, estatal o municipal. Ellos, sin temor a equivocarme, son los cínicos.

Son la clase privilegiada, los que se han repartido el país y siguen todavía, como sanguijuelas, chupando la poca sangre que nos queda de riqueza y como nación.

Y para ello, basta conocer sus currículos personales como políticos: cuando no son dirigentes de un partido, son diputados federales, senadores, secretarios de estado o con cargos públicos, por cierto nada honoríficos, puesto que de todo y por todo ganan dinero a manos llenas, cantidades que jamás un simple ciudadano "cínico", por su pobreza y por no ser político, ganará o disfrutará.

Cínicos los partidos y los políticos, porque han elaborado leyes, reglamentos y disposiciones "legales" a su soberano antojo, para actuar con libertad y cinismo y para posesionarse de cargos públicos y dirigencias de partidos o de sercretarías de estado; esos son los que "denuncian" que estamos, como país, a punto de convertirnos, todos, en cínicos, cuando ellos casi toda su vida, como políticos, lo han sido.

¿Quiénes son los que viven mejor, los que ganan los mejores salarios y prestaciones, los que son inmunes a la ley, los que gozan de garantías y prebendas negadas a los demás? Los políticos, los dirigentes de partidos, los secretarios de estado y toda esa ralea que, con un cinismo mayor, de cuando en cuando se rasgan las vestiduras tratando de sorprender a los demás.

Juan José Ríos Ríos
(v.pág.14/A de El Occidental del 5 de abril de 2004).


[Los partidos políticos] siguen perdiendo credibilidad y legitimidad, y ya nadie los respeta. Este es el peligro mayor, porque los partidos son necesarios para procesar las demandas y permitir el funcionamiento de la democracia.

Luis Rubio, presidente del Centro de Investigaciones para el Desarrollo, con sede en la Ciudad de México
(v.pág.19 de la revista Newsweek en Español del 5 de abril de 2004).


Jorge G. Castañeda en su discurso criticó a los tres principales partidos políticos: PRI, PAN y PRD. "No sirven para nada", fue una de las frases que les dedicó, "son los partidos del pasado", agregó.

(V.pág.13 del periódico Público del 2 de abril de 2004).


Tenía que suceder. Es tal el desgaste en términos de opinión pública de los partidos y los políticos, que tenían que aparecer los discursos antipolíticos. El fenómeno no es nuevo. El Partido Verde Ecologista de México en algún momento lo explotó: "No votes por un político, vota por un ecologista", fue la consigna que le ayudó a abrirse paso y a lograr que franjas importantes de votantes le dieran su adhesión.

José Woldenberg
(v.pág.7A del periódico Mural del 1o. de abril de 2004).


La contrarreforma hecha desde el Congreso de la Unión al Cofipe -ya de por sí limitado- impide que en el futuro inmediato los ciudadanos que no formamos parte de algún partido político lo podamos formar libremente pues modificaron las condiciones legales para ello, sin tomar en cuenta la opinión de la ciudadanía. Esto lo hicieron desde la impunidad que les da estar en el Senado o en la Cámara de Diputados. Impunidad porque no le rinden cuentas a nadie de su gestión.

Los partidos políticos con registro han entrado en un serio y profundo proceso de descomposición política, veamos simplemente al PRI, al PAN, al PRD y al PVEM, cada uno trae sus problemas internos y los gastos que esos cuestan los pagamos los mexicanos. Después de las elecciones del pasado 6 de julio, se demostró plenamente que hay un rechazo ciudadano hacia esas formaciones políticas y que queremos otra cosa, estando conscientes de esto, los partidos optaron por cerrar la puerta democrática de la competencia y por lo pronto no hay las condiciones políticas para modificar ese cercenamiento político a la democracia.

Es evidente que las elecciones del 2006 van a realizarse sin una verdadera competencia libre, sólo estarán en el juego electoral los actuales partidos, como se dice que con su pan se lo coman y a su gusto.

Rodolfo Echeverría Martínez, analista político
(v.pág.4-A de El Informador del 31de marzo de 2004).


Nadie se debe decir engañado. La crisis que actualmente vive el PRD se anunció desde hace varios años, pues "lamentablemente no hubo la inteligencia, decisión y valor para corregir las causas que generaron la crisis, y ahora se tienen que pagar las consecuencias". Ahora en el PRD lo que importa es "ganar el poder a cualquier costo", señala Gilberto Parra Rodríguez, quien fuera su presidente en Jalisco entre 1996 y 1998.

Considera que las causas de esta crisis son una "severa desviación de los principios y fines de ese partido: la lucha por la igualdad social, la construcción de un régimen democrático y justicia para un sector mayoritario del país". Las elecciones se convirtieron en el fin supremo y el PRD subordinó cualquier otro medio a este fin, lo que trajo consigo "ganar el poder a cualquier costo". Además, "generó prácticas que se cuestionaron en el PRI: oportunismo, corporativismo, fraude electoral, pragmatismo, clientelismo, patrimonialismo y el uso de los recursos públicos".

(V.pág.10 del periódico Público del 30 de marzo de 2004).


Individuos particulares, lanzados por la libre, ninguno. Las leyes no lo permiten. Y ¿por qué no cambiamos las leyes? Pues, porque no. O, más bien, porque los que se reparten las suculentas tajadas del pastel no lo quieren. Están dispuestos a admitir a cualquier pelafustán en sus filas pero no quieren que los ciudadanos comunes y corrientes adquiramos el derecho de hacer el ridículo por cuenta propia. Un jerarca del PAN, un tal Zapata Perogordo, dice que hay que cerrar el paso a los "mesías" y a los candidatos "anticipados". Muy bien, ya lo entendimos: las martitas y los depositarios exclusivos de la "esperanza" deben ir de uniforme.

Román Revueltas Retes
(v.pág.43 del periódico Público del 30 de marzo de 2004).


Asombra el contraste de lo que antes hacían por Guadalajara y la ineptitud de hoy, hoy, hoy cuando una obrita como la de Los Cubos se les convierte en "nudo vial", porque son malos, ineptos, corruptos, caros y tardados.

Gregorio González Cabral
(v.pág.9A del periódico Ocho Columnas del 28 de marzo de 2004).


El chantaje que han venido ejerciendo los partidos al Gobierno federal, y por ende al pueblo de México, no tiene nombre. Han hecho una labor que se podría calificar como obra maestra. Los señores de que saben hacer política, la saben hacer, incluso llevándose de por medio al pueblo. Han sabido bloquear, tanto abiertamente como con sutilezas, las reformas necesarias para la buena marcha política, económica y social.

Manuel Zavala
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 27 de marzo de 2004.)


Un gran porcentaje de la clase política en México -sin distinción de partido-, ha perdido toda pizca de vergüenza, de decoro, de humanidad. La sociedad lamenta el día en que el voto, las amistades, o complicidades, llevaron al cargo público a esta cofradía de ambiciosos, pues no sólo han vaciado las arcas públicas con viejas y novedosas maneras, sino que además han robado el único capital que permitía la aceptación del quehacer político: ¡la confianza!

Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 27 de marzo de 2004.)


El tema de las candidaturas independientes golpeaba el rostro de los partidos políticos, hasta ahora dueños del monopolio de las candidaturas para puestos de elección popular en México.

Sólo los partidos políticos están autorizados por la Constitución para participar con candidatos en las elecciones. No existe la figura electoral de la candidatura independiente. Es decir, todo ciudadano que quiera participar en cualquier contienda electoral debe hacerlo a través de un partido.

Vicente Bello en su columna "Tren Parlamentario"
(v.pág.7-A del periódico El Informador del 27 de marzo de 2004.)


Nuestra presunta democracia corre el riesgo de desquebrajarse en la medida en que los partidos ya no cumplen con su papel. ¿No será tiempo para un nuevo modelo? Gastamos demasiado en la partidocracia que vivimos y aún así no se refleja ni en la credibilidad ni en el verdadero sostenimiento del camino democrático al que aspiramos.

Guillermo Dellamary
(v.pág.7-A del periódico El Informador del 27 de marzo de 2004.)


Bajo el eslogan "Somos muchos. Despertar Ciudadano. Jorge Castañeda 2006", el politólogo abrió su campaña y de entrada acusó a las tres principales fuerzas políticas de haber "secuestrado la democracia", de ser "los enemigos del México del porvenir" y de representar el pasado, la ignorancia, la simulación, la mentira, el paternalismo, la corrupción y la impunidad.

México vivirá estos años el enfrentamiento de dos grandes fuerzas, advirtió: "La de ellos, la de las dirigencias partidistas, la de los políticos del pasado, con los ojos en la nuca y las manos en la masa; y la nuestra, la de los ciudadanos, sin cola que nos pisen, con los ojos bien abiertos, viendo hacia el futuro".

Insistió en que el PRI, el PAN y el PRD "han secuestrado la democracia que nosotros construimos para el México del mañana" y machacó: "Su cinismo y corrupción demuestran que el país les importa poco; han frenado y querido diluir las energías positivas abiertas por el cambio del 2 de julio del año 2000".

(V.pág.23 del periódico Público del 26 de marzo de 2004).


La actual regulación obliga a quien quiere hacer política a crear monstruos. Si, auténticos monstruos. Si un grupo de ciudadanos harto de los partidos actuales quisiera formar uno nuevo, tendría que realizar 200 asambleas distritales, movilizando a 500 asistentes a cada una de ellas y entregar una lista de afiliados de 250,000 militantes. Es decir, bajo el argumento de evitar la creación de partidos familiares se obliga a algo peor: a la construcción de partidos enormes, burocráticos, a pactar con dirigentes locales que "controlen gente", de los que tienen capacidad de acarrear en unos cuantos días a un grupo de "ciudadanos". En otras palabras, la ley produce partidos burocráticos, corporativos, clientelares, partidos obsoletos y repudiables.

La radio y particularmente la televisión son medios onerosos a donde se destina el 80% de los gastos de las campañas electorales. Así, la Ley Electoral incentiva que los partidos se endeuden para invertir en medios, bajo el supuesto de que obteniendo por estas vías más votos obtendrán también mayor financiamiento público para la próxima elección.

En lugar de buscar lo fastuoso se debe simplificar. Hay muchas formulaciones sencillas que permitirían avanzar en estos temas. Por ejemplo, si se quiere abaratar las campañas se debiera impedir la compra de publicidad en medios electrónicos, tal como se hace en muchos países de Europa. Pero ahí sí se afectan intereses, los de los monopolios mediáticos.

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.18 del periódico Público del 23 de marzo de 2004).


El desprestigio de la política y de los políticos avanza por culpa de quienes no hemos sabido reivindicar las bondades del servicio público. La lucha encarnizada por el poder de grupos, partidos y políticos iluminados han logardo la nula credibilidad y el hartzago de la gente.

El deterioro del tejido social en México camina hacia el precipicio. La corrupción, la intriga, plagada de los antivalores de la demagogia, el cinsimo y la conjura desde el poder para denigrar a la política, se les ha revertido. Muy pocos creen ya las mentirosas verdades oficiales.

Ernesto Gil Elorduy
(v.pág.6/A de El Occidental del 22 de marzo de 2004).


La diputada local Liliana Flores ha hecho circular por internet un texto de su autoría titulado: "Enfermos de desencanto", del que a continuación se reproducen extractos porque en mucho reflejan el sentir de una sociedad que se siente agraviada por sus representantes.

Hoy parece que la distancia entre ética y política se hace más grande. La corrupción que ha sido una de las características de la clase política en el poder, la podemos ver en la televisión, provocando un desencanto y un repudio total a los partidos, los políticos y sus acciones.

Si la crisis de los partidos era grande ahora es abismal. Negro presagio. Porque la realidad de la mayoría de mexicanos es de un gran esfuerzo para sobrevivir. La calidad de vida está en franco deterioro. Todo este escenario exige resultados de los políticos; se requieren actos de gobierno que den salidas desde el poder.

El problema estriba en que sólo hay dos maneras de acceder a él: la vía de las armas y la de las urnas. Los partidos políticos se suponían instrumentos para que los ciudadanos accedieran al poder a través de las urnas. Pero los partidos están podridos, hasta la médula.

¿Qué queda a los ciudadanos? La política pragmática de los partidos y sus militantes se ha traducido en luchas intestinas para acceder a las candidaturas con discursos que nunca se cumplen y sin reivindicar en los hechos un proyecto de nación que los diferencie. Las ideologías han sido sustituidas por los intereses económicos. Los ciudadanos hemos enfermado de desencanto.

Esta enfermedad se agrava cuando la desesperanza afecta nuestro corazón y el enojo nuestra razón. Este es un momento más grave de lo que pudiera pensarse, ya que el efecto mediático de los videos proyectados ha sido tan brutal que la frustración acumulada se ha traslapado con la rabia y eso en lenguaje sociológico significa, agresividad social.

Los políticos en el poder y los dirigentes de los partidos políticos están orillando a la gente a cancelar la vía de las urnas como forma de acceder al poder y, a dejar así las cosas y que cada quien le haga como pueda, ojo por ojo, aunque todos quedemos ciegos. Todo esto en un contexto de agresividad social, ¡cuidado!

Por eso urge que los ciudadanos tomemos el control de nuestro destino. ¿Será esto posible?, sí. Con la ley en la mano y enamorados de nuestro país, vamos a enderezar todo.

No podemos aceptar que las acciones antiéticas de los funcionarios públicos nos enfermen a tal extremo que vivamos muertos.

Hoy más que nunca tenemos que hacer valer nuestra principal arma, nuestra decisión de elegir.

Ahora quien merezca nuestro voto tendrá que ser sujeto de la revocación de mandato. No hay de otra.

Nuestra tarea ahora es, que "la revocación de mandato" sea una realidad legislativa.

Guillermo Colín
(v.pág.23 del periódico Público del 19 de marzo de 2004).


Los altos costos de la publicidad en los medios electrónicos presionan a los partidos para conseguir dinero además de destinar una gran parte del financiamiento público al pago de spots que dicen poco y mienten mucho.

Pablo Gómez
(v.pág.23 del periódico Público del 19 de marzo de 2004).


Desde la llegada del Presidente de la República, Vicente Fox, se generó una especie de paradigma nocivo e ingenuo, donde los corruptos eran los priistas y los oporitores tradicionales, como el PAN y el PRD, eran los limpios.

El "toallagate" y todo lo relacionado con los Amigos de Fox, dañó brutalmente al Presidente de la República; el caso Pemexgate, ni se diga el impacto que tuvo sobre el priismo; sobre lo del PVEM no sabemos todavía que va a ocurrir, y al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, también le salió muy mal.

Federico Reyes Heroles
(v.primera plana del periódico El Informador del 17 de marzo de 2004.)


Fue como una cuestión de religiosidad sociológica. Se dice que había un vacío de poder y los políticos lo llenaron con la ilusión de repartirse el 2006. Se les acaba de caer y ahora tienen que inventar... otro 2006.

Carlos Monsiváis
(v.pág.22 del periódico Público del 16 de marzo de 2004).


Ayer, María de las Heras lo puso en blanco y negro: los partidos y sus dirigentes, pero sobre todo los legisladores, son los personajes de la vida nacional más desprestigiados. En su encuesta nacional en MILENIO Diario, confirmó lo que ya presentíamos: nadie les cree. A los diputados sólo el 3% de los encuestados les cree mucho, poco el 31% y nada, el 65%. Las cifras son casi las mismas para los senadores (a ellos les cree mucho sólo el 4%). Al Verde Ecologista le va hasta peor que a los senadores: cree mucho en ellos el 4%, pero el 64% no les cree nada. A los líderes de los sindicatos le va casi igual: su credibilidad es del 5%. Bueno, cómo estará la cosa que a los legisladores, al Verde y a los dirigentes sindicales se les tiene, hoy, menos confianza incluso que a los policías, que solían ser el sector más desprestigiado de la sociedad. Por el contrario y a pesar de lo que dicen los políticos, los periodistas tienen un grado de credibilidad mucho mayor al de ellos: el 37% les cree mucho a los periodistas de prensa escrita, un 49% poco y sólo el 11% no les cree nada. A los de radio, el 35% les cree mucho y un 46% poco. Los de televisión (consecuencias del duopolio quizás) están un poco más abajo, pero igual mucho más arriba que los políticos: 27% les cree mucho, un 63% poco y 8% nada. Entre los partidos, a los que les va mejor es a los panistas, con 17% de credibilidad, a los del PRI 9% y a los del PRD, el 8%. La clase política se derrumba y parece que los políticos son los únicos que no lo quieren ver.

Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.24 del periódico Público del 16 de marzo de 2004).


Los mexicanos sufrimos por contar con una clase política rezagada... Lejos de ese deseado desarrollo político, los mexicanos somos testigos del deterioro sistemático de la clase política pues, en lugar de que los vicios del viejo sistema priísta se eliminaran, lo único que se hizo fue generar las condiciones para que los demás partidos políticos se contaminaran y participaran de las peores prácticas de la política.

Gilberto Pérez Castillo
(v.pág.3/A de El Occidental del 15 de marzo de 2004).


¿Cómo se ponen a prometer curación, si todos miran la impunidad que ampara a los políticos en el país? Al que no le dan pitazo para que huya con la lana, lo amparan o ni siquiera lo molestan alegando "laguna legal" para actuar. Izquierda, derecha, centro, persignados o anticlericales, es el mismo cochinero de la política. Y todavía tienen el descaro de quitarle, vía impuestos, el dinero a la gente que en verdad tienen empobrecida, dinero que usan para sostener a los partidos políticos del gobierno. ¡Vaya descaro de la "Dictadura Perfecta"!

Gregorio González Cabral
(v.pág.11A del periódico Ocho Columnas del 14 de marzo de 2004).


Los partidos se empequeñecen y hemos perdido capacidad para elegir a nuestros gobernantes. Debido a la descomposición social y política, cualquiera sin preparación ni trayectoria quiere gobernar a México. El Presidente de la República soltó la rienda con tres años de anticipación y se lanzó la jauría en busca del poder. Hoy todos hablan de servir a México, sintiéndose paladines de estos tiempos, pero no se ve a uno con liderazgo o fuerza política real para sacarnos del marasmo.

Diego Félix Fuentes
(V.pág.12A del periódico Ocho Columnas del 14 de marzo de 2004).


Esa conciencia de que lo que uno hace produce consecuencias se adquiere con los años. Aunque, al parecer, no siempre. Ahí están, como si hiciera falta, el futbolista que siempre pierde por el árbitro, el maestro que afirma que sus alumnos no aprenden, que son unos burros, y los estudiantes de doctorado que culpan a los maestros de sus deficiencias, o el marido impotente que le pega a su mujer. Todos padecen del mismo síndrome: los otros siempre tienen la culpa.

Una especie de minoría de edad permanente tanto política como ética. Minoría de edad política porque remite a esa etapa juvenil en la que el político supone que todos los valores positivos están de su parte y que sus oponentes, por supuesto, encarnan el mal. Los bandos están clara y definitivamente trazados y todo sucede como en una especie de cuento de hadas.

Minoría de edad ética, porque la culpa, la responsabilidad jamás es propia, sino de otros. Esa forma de asumir la vida que se reproduce no sólo en los distintos ámbitos de la política sino en muchos otros, no puede formar sino ciudadanos y políticos irresponsables, demandantes de tutela para todo y para todos. Porque quien no asume la responsabilidad de sus actos desconoce incluso la dimensión de la ética, o para decirlo de otra manera: la ética sólo tiene sentido a partir del deber propio.

Lo más triste del espectáculo es que varios de los protagonistas ciertamente tienen energía vital, inteligencia política, y en ocasiones, hasta causas que valen la pena. Lo que les falta, sin embargo, es una cualidad insignificante, menos epopéyica, más modesta: sentido de responsabilidad. Los protagonistas nada deben, nada, absolutamente nada... si uno se guía por sus declaraciones.

José Woldenberg
(v.pág.10A del periódico Mural del 11 de marzo de 2004).


Todo indica que el ambiente político está cada vez mas dañado por la corrupción y quizá uno de los cambios en que nos encontramos, sea el hecho que ahora se publican los escándalos que se suceden con alarmante periodicidad, pero también cabe pensar con un poco de malicia e imaginarnos que muchos de esos escándalos están inducidos y maquinados para desprestigio de determinadas corrientes políticas, de manera que se les pueda descalificar con mayor facilidad con vista a las próximas elecciones presidenciales.

Al parecer ya se desató la fiebre preelectoral y lo que debe preocuparnos a los ciudadanos es la tremenda anorexia política que sufren nuestros representantes políticos, desde luego con las consabidas excepciones del caso.

El problema es que mientras los candidatos no sean elegidos por votación ciudadana general sino por grupúsculos insertados en los propios partidos, no tendremos una auténtica democracia, pues el ciudadano se ve obligado a elegir entre candidatos totalmente desconocidos y la mayoría de las veces totalmente impreparados y producto de las manipulaciones internas, en algunos casos, inclusive, con la compra de votos a cambio de promesas de colocación al llegar al triunfo, tanto interno como en la elección general.

Sergio A. López Rivera, abogado
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 10 de marzo de 2004.)


En Jalisco y en México, en general todos los partidos políticos son corruptos y me parece muy normal porque vivimos en un país de corruptos donde incluso la corrupción es hasta bien vista por muchos.

Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo de Guadalajara
(v.pág.1-B del periódico El Informador del 10 de marzo de 2004.)


México se está volviendo un país donde la mayoría de la clase política son una bola de cínicos.

Sin duda que los videoescándalos de la lacrita verde ecologista Jorge Emilio González (quien ni se inmuta con la cantidad de dos millones de dólares que le ofrecen), pasando por ese insecto jugador Gustavo Ponce Meléndez, quien se juega su resto en esta última ronda, René Bejarano y su desesperación por meterse los billetes verdes hasta en la boca, Carlos Imaz que ahora amenaza con quedarse en su cargo como delegado en Tlalpan y háganle como quieran, dan fe de que esta sarta de desvergonzadas bacterias deben creer que la moral es un árbol que da moras.

Y por más que varios políticos están declarando, un día sí y otro también, que hay que dignificar la política, no se ve un solo actor que tenga las manos y la conciencia limpias como para pretender erigirse inmaculadamente frente a todo este inmundo cochinero.

La reciente encuesta elaborada por la UNAM y llamada La cultura de la Constitución en México 2003, donde los ciudadanos piensan que los políticos son los que infringen y violan la ley muy quitados de la pena, debe prender los focos rojos en el tablero de los diferentes partidos, porque nadie sale victorioso de toda esta guerra.

Marcela Gómez Zalce
(v.pág.16 del periódico Público del 9 de marzo de 2004).


La gente quiere políticos responsables. No desea un Presidente que diga "¿yo por qué?" No ambiciona políticos perfectos; esos no existen. Lo único que quiere es que los políticos sean serios y asuman la responsabilidad de sus actos, aunque se equivoquen y cometan errores. Siempre y cuando los corrijan, por supuesto no reincidan y muestren su capacidad de cambio y de mejoramiento.

El electorado no es tonto. Sabe o intuye cuando algo no está bien. De la misma manera, se dan cuenta, como hasta ahora lo han hecho, si un gobierno es efectivo y cumple con lo que promete, si está trabajando para ellos o si simplemente está allí para sacar provecho.

Los dirigentes del PRD tendrían que hacer un verdadero examen de conciencia sobre cuáles son sus propias responsabilidades, por complicidad, incompetencia o simple negligencia. Si un hampón como Carlos Ahumada hizo de las suyas dentro del PRD es porque dicho partido se ha dedicado a recoger toda la basura que sale de otros institutos y medios políticos. No ha habido ideas sino pura ambición de poder. Bajo tales circunstancias, cualquier mafioso hace de las suyas en el partido. Los continuos fraudes electorales internos y toda clase de trampas se volvieron, desafortunadamente, el pan de cada día. Es por eso que muy pocos tienen la autoridad moral para señalar a quienes hoy están bajo la lupa de la opinión pública.

Roberto Blancarte
(v.pág.18 del periódico Público del 9 de marzo de 2004).


Qué cínico es el reclamo de los políticos sobre la exhibición de vídeos comprometedores. Ahora resulta que los protagonistas de hechos de corrupción se quieren hacer las víctimas porque alguien les está poniendo un "cuatro". ¿Acaso querían privacidad absoluta para cometer sus trapacerías? Lo que la opinión pública condena no es la forma sino los hechos que las imágenes revelan.

(V.pág.2/A de El Occidental del 8 de marzo de 2004).


El hecho [de] que se hagan públicos estos vídeos sobre casos de corrupción va más allá, pues aparte de que exhibe la debilidad de diversas personas e instituciones como Andrés Manuel López Obrador, al GDF y al mismo PRD, muestra la debilidad del sistema de partidos en México, además del propio Estado mexicano.

En los últimos años ha exhibido prácticas de abuso de poder, violación de la ley, tráfico de influencias y corrupción de la función pública por parte de casi todos los partidos políticos (y/o sus funcionarios), ya no excluyen al PRD.

Esto constituye un síntoma de lastimosa debilidad institucional, tanto en el sistema de partidos como en las estructuras de gobierno, al interior de los que no parece existir una efectiva rendición de cuentas.

El tránsito de un régimen de partido dominante hacia otro democrático no ha conseguido avanzar en la instalación de un andamiaje de pesos y contrapesos institucionales que regulen una competencia política equitativa y vigilen la operación responsable de gobiernos plurales.

En tanto ello no suceda, los partidos y el quehacer político perderán cada vez más credibilidad y autoridad pública.

El hecho de que estos acontecimientos sean dados a conocer por los medios y no por las autoridades competentes, delata la incapacidad del Estado para cumplir con dos de sus propósitos fundamentales: la garantía de seguridad pública y personal de los ciudadanos y la impartición de justicia.

Nydia Iglesias Urrutia, analista en el área de Estudios Económicos y Socio-Políticos de México de Banamex
(v.pág.1/F de El Occidental del 8 de marzo de 2004).


Algunos políticos y empresarios se han valido de promesas de cambio y supuesta honestidad, para calmar los ánimos de una sociedad cada vez más irritada, impaciente y desilusionada de una clase política que cada día le cuesta más sostenerla, sin recibir beneficio alguno a cambio.

La magnitud de los sucesos envueltos y la creciente desilusión de la sociedad hacia los políticos en general, sin importar ideologías o colores partidistas, y de muchas instituciones públicas que se perciben como cómplices informados de las tropelías de políticos corruptos, sitúan a la ciudad, el estado y al país mismo, en el riesgo de una irritación mayor de la sociedad, que puede desembocar en la inestabilidad y hasta en la anarquía, lo que resultaría perjudicial para todos.

Al respecto, el coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, Tomás López Miranda, dijo que los casos de pago y cobro de altísimo bonos para los regidores que fueron compañeros del alcalde Fernando Garza Martínez, "han sido los más escandalosos". Afirmó que el manejo de estos costosos documentos para la ciudadanía de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tlajomulco de Zúñiga, sobre todo, no obedeció a un manejo transparente, pero admitió que no se puede opinar en cuanto a los montos cobrados, si es poco o mucho dinero, "porque los bonos no están regulados y no hay contra qué compararlos".

Sin embargo, el dirigente industrial dijo que los regidores y directores de área y otros funcionarios del ayuntamiento sabían de antemano que su gestión iba a durar sólo tres años y luego podrían quedarse sin trabajo.

Luis Arturo Serrano Ruiz en "Mesa de Negocios"
(v.pág.3/F de El Occidental del 8 de marzo de 2004).


Es urgente una reforma integral de todas las leyes antocorrupción, pues está claro que las actuales no funcionan.

Raymundo Cárdenas, senador del PRD
(v.pág.6A del periódico Ocho Columnas del 7 de marzo de 2004).


Una ira está empezando a crecer contra toda la administración pública; desde que salí de mi casa ayer y hoy por la mañana francamente me sentí avegonzado y con ganas de ya ni venir, porque no puede ser que esté sucediendo esto.

Alejandro Villaseñor Tatay, regidor perredista de Zapopan y empresario de la industria metal-mecánica
(v.pág.4B del periódico Ocho Columnas del 7 de marzo de 2004).


El presidente del PRI Zapopan, Salvador Rizo Ayala, pidió al alcalde Arturo Zamora Jiménez espacios en su administración para la gente de su partido, palabras que arrancaron aplauso general entre los cerca de 400 asistentes al evento.

(V.pág.7B del periódico Ocho Columnas del 7 de marzo de 2004).

(Quieren que los pongan donde hay para agarrar a manos llenas... ¡cómo no van a aplaudir! - El webmaster)


El académico Jorge Alonso afirma que los manejos sucios y la corrupción que están evidenciando los partidos va a dar como resultado un mayor desaliento en la sociedad y el de por sí alto abstencionismo del 6 de julio del año pasado se puede ver incrementado de manera considerable en 2006 y sí, por supuesto que tiene razón y es el escenario más probable si el panorama ante nosotros persiste, pero entonces, la falta de legitimidad de quien llegue al poder será algo que obligue a continuar con la revisión y ofrecer a la sociedad auténticas opciones de representación que finalmente se traduzcan en mejores niveles de vida en todos sentidos. Es indignante el espectáculo que nos están dando los partidos, pero algo bueno tiene que salir de todo esto; este proceso natural de limpieza, producto del cambio, tendrá que reflejarse en un sistema político depurado y a la altura de la sociedad mexicana del Siglo XXI.

Laura Castro Golarte
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 6 de marzo de 2004.)


Se fugó el Secretario de Finanzas del D.F que filmaron jugando grandes cantidades de dinero en Las Vegas; regidores municipales se autodesignan bonos a espaldas de la ciudadanía; se descubren actos de corrupción de funcionarios de todos los partidos y en todos los estados y municipios. Se descubre la entrega clandestina de dinero en efectivo para supuestas campañas políticas; pero la joya que mejor ejemplifica este vergonzoso submundo de la política mexicana es el caso del "senador" del Partido Verde filmado en pleno tráfico de influencias.

Leí la transcripción del diálogo que este remedo de senador sostuvo en el video difundido en los noticieros de televisión. Su lenguaje y su manera de conducirse, así como sus alegatos y justificaciones posteriores son la prueba de que es realmente un "junior" incapaz, prepotente y corrupto. Es de dar vergüenza tener un "senador" así.

Todos los políticos corruptos tienen siempre una explicación a sus tropelías.

Para empezar un Senador con mayúsculas, no habla como patán.

Parece increíble que el senador panista Diego Fernández haya dicho al respecto: "en cuanto a un posible juicio de desafuero, con los elementos que se tienen no se puede proceder ya que no se consumó el acto".

A la ciudadanía no le importa si el juicio es de desafuero o de lo que sea. Lo que importa es que un funcionario público que intenta cometer un acto de corrupción, como mínimo, sea retirado de su puesto. Otro senador del PRD dijo: "coincido con Diego Fernández en que si a todos nos grabaran, todos estaríamos hechos pedazos".

Estos comentarios suenan a una especie de autoprotección y suponen que lo malo no es cometer un acto ilícito, sino que lo realmente malo es que lo descubran en el acto. Esto no es más que cinismo puro que hace honor al dicho: "pena no es robar; pena es robar y que te cachen".

Con gente así, vergüenza da ser mexicano. Y lo más probable es que no pase nada. Porque aquí en México, siempre que pasa igual, sucede lo mismo.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.4A de Mural del 4 de marzo de 2004).


Nuestros políticos siempre se han distinguido por su corrupción. Pero este hecho lo hemos intuido al ver el nivel de vida que se dan. Sólo ahora tenemos las confirmaciones a través de una serie de videos, grabados subrepticiamente, que han sido filtrados en los medios en lo que se ha convertido en un reality show más interesante que "Big Brother" o "La Academia".

Lo que los videos subrepticios nos están demostrando es que los políticos mexicanos son tan corruptos hoy como siempre lo habíamos pensado. Pero recalcan que la corrupción no se limita a un solo partido.

Me imagino que López Obrador le seguirá echando la culpa de estos escándalos a Carlos Salinas de Gortari y Jorge Emilio González al Secretario de Gobernación. Pero la verdad es que las nuevas tecnologías de videograbación y los medios de comunicación, cada día más abiertos, están comprobando que los políticos de todos los partidos son tan corruptos como lo sospechábamos. Del lado positivo, esta combinación de tecnología y medios nos está dando nuevos reality shows que están logrando lo que las contralorías no han podido conseguir en muchos años de trabajo.

Sergio Sarmiento
(v.pág.4A de Mural del 4 de marzo de 2004).


Atónitos, sin habla, perplejos, nos han dejado los acontecimientos de corrupción, cinismo y carencia de ética ocurridos en Guadalajara, Jalisco y a nivel nacional. Todo parece indicar que no se escapa nadie. Ninguna fuerza política nacional, al menos de las cuatro más importantes, ha quedado a salvo.

Primero el PRI, fue acusado y se le inició un proceso por la desviación de recursos públicos a través del Sindicato de PEMEX hacia la estructura partidista y el desarrollo de la campaña presidencial.

Después "Los Amigos de Fox", recursos del extranjero triangulados por particulares que a través de una estructura paralela fueron inyectados ilegalmente a las actividades electorales de la campaña del actual Presidente de la República.

Toca el turno al PVEM. "El Niño Verde" es exhibido en cadena nacional, en plena negociación de 2 millones de dólares, para facilitar a un empresario los permisos necesarios en la construcción e implementación de un negocio inmobiliario y turístico.

Martes y miércoles negros para el PRD y Andrés Manuel. Primero, las escenas del director de Finanzas capitalino en los casinos de las Vegas apostando y pagando importantes cantidades de dinero. Después su defensa por horas para que fuera escuchado. Más tarde su destitución y huída. Ahora su proceso por enriquecimiento ilícito. Hasta ahí, parecía haber un relativo control de daños.

En seguida, un nuevo video, esta vez del coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en la Asamblea Legislativa, recibiendo pacas de billetes en dólares de parte del dueño del periódico "El Independiente", 40,000 dólares aceptados por él, bajo el argumento de estar destinados al financiamiento de la campaña de una candidata a delegada que inmediatamente después lo desmiente. Petición inmediata de licencia en su puesto para la investigación del caso.

Excepción hecha del primer caso, que sí procede de una investigación oficial por parte de la Contraloría, los demás han sido dados a conocer por filtraciones a la prensa. El mayor fiscalizador ahora son los medios de comunicación (ya era necesaria una ganancia al menos).

El problema es si en estos términos se va a dirimir la política en el país. Es decir, lo que queda de la política. La descomposición campea en la política nacional, empañando los magros logros sociales o de otros sectores.

Tonatiuh Bravo Padilla
(v.pág.5A de Mural del 4 de marzo de 2004).


La dinámica entre partidos y medios de comunicación ha desatado una espiral que incrementa el costo de las campañas. Buena parte de los recursos públicos que reciben los partidos acaba en las arcas de las cadenas de televisión y radio. En la campaña de 1994 el gasto de los partidos en radio, prensa y televisión fue del 25.3 por ciento en relación al gasto total de campaña. No obstante, esa proporción se incrementó de manera considerable en 1997 y 2000, llegando al 55.0 y 54.3 por ciento respectivamente. Ello representó 1,093 y 1,314 millones de pesos.

José Woldenberg
(v.pág.5A de Mural del 4 de marzo de 2004).


Ya venía yo golpeadón por los videos del mequetrefe verde y de Gustavo el Bellaggio Ponce; pero las infames imágenes de Bejarano dejándose retacar los bolsillos por el inenarrable señor Ahumada me azotaron directamente contra la roca. Ya no hay ni para dónde hacerse: Jorge González Torres, Marta Sahagún, Andrés Manuel López Obrador, Roberto Madrazo (el de las misteriosas cajas) son ahora cuatro rostros del dispendio, la irresponsabilidad en el cuidado de ¡nuestro dinero!, la corrupción, la criminal tolerancia para con los "cuates", el desprestigio total de la tarea política, la frivolidad, la ineptitud y lo que ustedes se sirvan añadir. De algo estoy seguro: los actuales ciudadanos mexicanos no nos merecemos este porquerillero, o, como con trágica ironía lo llamó AMLO, este batidillo.

Creo que en el caso de López Obrador, es de justicia hacer algunas precisiones, puesto que no comparte la condición porcina de Madrazo, ni la actitud frívola e irresponsable de Doña Marta, o esperpéntica, mendaz y corrupta del Tucancuncito.

Según nosotros, y desgraciadamente el tiempo nos ha ido dando la razón, Andrés Manuel se había rodeado, con las excepciones del caso, de un compacto equipo de pícaros, ineptos y pícaros ineptos. Un verdadero desastre.

Germán Dehesa
(v.pág.1B del periódico Mural del 4 de marzo de 2004.


El silencio cómplice, la simulación, el encubrimiento, las relaciones perversas para transitar hasta los linderos de la delincuencia organizada, con el deliberado propósito de saquear los recursos del erario público, son elementos que pudren las estructuras de las instituciones del Estado mexicano, hacen naufragar a los gobiernos de todos los signos ideológicos y de todos los partidos, y erosionan la actividad política, que se envilece y pervierte hasta extremos inimaginables.

Por eso es saludable que los asuntos públicos sean discutidos y ponderados por los ciudadanos y expuestos, aún en forma descarnada, por los medios de comunicación, para que ante la ineficiencia de las estructuras de la justicia y la falta de voluntad de los funcionarios para acatar y hacer cumplir la ley, sea por lo menos la sanción moral de la sociedad la que caiga como una pesada lápida sobre aquellos que pretenden defraudar y burlar impunemente la confianza que en ellos ha sido depositada.

No es aceptable que con el prurito de preservar inmaculada la imagen de su partido, haya funcionarios y políticos que guardan una abyecta secresía frente a los excesos de otros presuntos servidores públicos, abusivos y corruptos, que medran con el dinero del erario y con los negocios ilegítimos que realizan al amparo de los cargos que desempeñan.

El deterioro de la imagen y prestigio de amplios segmentos de la clase política, en la entidad y en el país, es consecuencia de su propia impudicia, avaricia, deshonestidad, cinismo y voracidad en el miserable desempeño de sus responsabilidades, por su falta de decencia, vocación de servicio y patriotismo.

El Gobernador del Estado, Francisco Javier Ramírez Acuña, tiene razón en sentirse abrumado por el agudo escrutinio de los medios de comunicación sobre la gestión de los presuntos representantes populares o servidores públicos, pero el secreto cómplice, como norma de conducta de quienes se niegan a asumir plenamente las políticas de transparencia en la información pública y en la rendición de cuentas, daña al Gobierno y daña a toda la sociedad.

Pedro Mellado
(v.pág.2B del periódico Mural del 4 de marzo de 2004.


¿Cuál se salva?
(Publicado en el periódico El Informador del 3 de marzo de 2004).

En materia política estamos en un mundo gulliveresco plagado de enanos y mediocridad.

El riesgo que existe dentro de un escenario como el que se padece en muchos países, entre otros el nuestro, es que la apatía, el escepticismo y la falta de credibilidad y de preparación de los políticos alejan al ciudadano de la acción democrática y de su participación en la política, con el natural resultado [de] que el vacío que deja la ciudadanía lo ocupan los políticos aventureros y oportunistas y si bien la democracia sigue funcionando de manera formal, en el fondo se desvirtúa la misma y puede llegar la hora de los populistas y los demagogos que aprovechan esos espacios abandonados. Tenemos el caso específico de Venezuela.

En nuestro país en épocas pasadas el control estricto y férreo de los procesos electorales, tanto en tiempos del porfiriato como en los del PRI, llevó a la desilusión ciudadana y a la mayor apatía y abstencionismo, que únicamente pudieron romperse con la acción revolucionaria de 1910 en el primer caso, y con la voluntad ciudadana ayudada por la vigilancia y exigencia internacional de una mayor democratización interna en el segundo.

Las acciones erráticas y las luchas internecinas (sic) tanto del Gobierno como de las fuerzas que ahora constituyen la oposición no ayudan a clarificar las cosas, y el riesgo es que se pulvericen aún más los de por sí fracturados partidos políticos y no exista una corriente capaz de indicar rumbo y dirección al país, en cuyo caso corremos el peligro de que se trivialice aún más el arte de gobernar, lo que significaría un mayor estancamiento institucional que nadie puede prever las situaciones caóticas que provocaría.

Sergio A. López Rivera, abogado
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 3 de marzo de 2004.)


La delincuencia organizada
(Publicado en el periódico Público del 2 de marzo de 2004).

Pasamos de un sistema de partido hegemónico a uno de partido dominante y, finalmente, a uno competitivo. Pero para llegar a ello hemos tenido que pagar un precio muy alto, tanto económica como políticamente. En otras palabras, además de que nos ha costado a todos a través de nuestros impuestos, ha significado la generación de una clase política parasitaria, acostumbrada también a vivir del presupuesto, por medio del sistema de partidos políticos. El establecimiento de un sistema de financiamiento público a los partidos era una buena idea y tenía por objetivo ofrecer condiciones de igualdad a todas las propuestas ideológicas y partidistas pero, como muchas otras cosas, en el camino se pervirtió el objetivo y el dinero público se convirtió en objeto de rapiña de algunos políticos.

Los ciudadanos no siempre castigan la corrupción en las urnas o prefieren penalizar primordialmente otros errores, como la ineficiencia. En suma, prefieren un político corrupto, pero eficiente, que uno honesto, pero ineficiente. No se puede explicar de otra manera por qué algunos partidos políticos siguen recibiendo cuantiosos votos en su favor, a pesar del desprestigio por la corrupción que han acumulado a lo largo de su larga o breve historia.

La partidocracia puede adquirir muchas formas. La más común es cuando el tipo de sistema electoral permite a los partidos, una vez pasadas las elecciones, establecer alianzas para la conformación del gobierno. De esa manera, los partidos podían, eventualmente, escamotearle los votos al ciudadano común, quien así veía que los gobiernos formados no respondían necesariamente a sus intereses o inclinaciones ideológicas. Pero la partidocracia puede también adoptar otras formas más sutiles. Por ejemplo, el que los partidos controlen de tal manera el sistema electoral que impidan así cualquier reforma que los afecte. O cuando las instituciones que deberían ser ciudadanas se transforman en cotos de poder de los partidos. Algo así podría estar sucediendo en México.

Yo francamente me resisto a creer que unos cuantos vivales pueden echar por la borda todo el esfuerzo de una generación. Pero la solución supone atacar y a fondo algunas de las causas que en nuestro actual sistema de partidos han generado tal distorsión. Una de ellas es, por supuesto, el tema del financiamiento público de los partidos políticos. Sigo creyendo que en sí esta vía es la más adecuada para un país como el nuestro. Pero al mismo tiempo necesitamos garantías, vigilancia y seguimiento del uso de nuestros impuestos. Una verdadera democracia se construye con el dinero que aporta voluntariamente la mayoría de los ciudadanos. De otra manera, hacer política se vuelve un pasatiempo divertido para algunos políticos profesionales y en un juguete muy costoso para todos nosotros.

La legislación electoral en materia de alianzas contribuye a la deformación actual, donde partidos rémoras se aprovechan de los partidos tiburones a cambio de otros favores. Finalmente, una reforma del sistema de partidos tendría que permitir tamizar entre las iniciativas ciudadanas bien respaldadas ideológica y cuantitativamente y las solicitudes de registro que sólo buscan medrar del presupuesto, sin tener ningún sustento entre la población. En otras palabras, los partidos políticos cumplen una función esencial para la democracia y debemos establecer las normas para que así sea.

El escándalo del Niño Verde es muy grave, ciertamente. Y será necesario que, si es el caso, se castigue ejemplarmente al responsable de este acto de corrupción. Pero si queremos evitar que el incidente contribuya a la decepción y desánimo del electorado, tendría que convertirse también en el primer paso para una reforma de nuestro sistema de partidos.

Roberto Blancarte
(v.pág.18 del periódico Público del 2 de marzo de 2004).


Nadie niega actualmente que al sistema de partidos lo agobia una suerte de dictadura de los líderes. La 'partidokracia', suelen llamarle. Y se mira lo mismo en el Partido Acción Nacional que en el Revolucionario Institucional (el de la Revolución Democrática acaso, estaría alejándose del concepto, pero no puede escapar de la disputa carnicera de las 'tribus' que lo integran), o en el del Trabajo y, ni se diga, el Verde Ecologista de México. El Partido Convergencia tiene una estructura nada distinta de los demás.

En esta semana, de las cámaras no ha salido más que información referente a los intereses de los partidos. Un mar de declaraciones en torno de conflictos internos partidistas, las inundó.

No ha habido, por ejemplo, una sola comisión legislativa o un grupo de diputados o senadores, que propongan la revisión de todas las leyes que tengan que ver con la impunidad en los partidos. Y en el intervencionismo de gobiernos en campañas electorales.

Y hay dos temas que dan motivos de sobra para ello:
1: La gandallez del "Niño Perdido", otrora "Niño Verde".
2: La reincidencia de Fox en meterse en asuntos electorales, para beneficiar a los candidatos del PAN.

¿Cuáles artículos constitucionales tendrían que reformarse para que casos como el del "Niño Morado" no volviesen a suceder nunca en México? En este momento, ni en San Lázaro ni en Xicoténcatl se ve a algún grupo o equipo de legisladores o asesores que se reúnan para analizar legislativamente el caso. Reitérase: desde el plano legislativo.

Todos opinan, unos en contra, otros a favor, pero no se escuchan argumentaciones que conlleven el debate hacia el cambio de leyes que acaben con impunidades superlativas, bajo las cobijas de los partidos políticos.

Vicente Bello, en su sección "Tren Parlamentario"
(v.pág.9-A de El Informador del 28 de febrero de 2004).


Una lógica prostibularia sustituye el diálogo político y el grueso de la población cobra cada día más distancia del proceso democrático y empieza a preguntarse ¿para qué sirve todo esto?, ¿vale la pena participar en este juego sucio?

Entiendo que en todas partes -como dice el refrán- se "cuecen habas". Entiendo también que política y delito, como apunta Hans Magnus Enzensberger, van muchas veces -casi siempre- tomadas de la mano. Sé que el poder corrompe y que en nuestro país la corrupción es además una segunda piel. Aun así me parece excesivo el lamentable espectáculo que vivimos. Me ofende la impunidad con la que partidos políticos, dirigentes sindicales, funcionarios y gobernantes dilapidan y prostituyen el más precioso de nuestros bienes: la Democracia.

Joder la democracia es acercar al país, a nuestros hijos, al peligro de la confrontación y la violencia. Cuando la gente piensa que de nada sirve votar. Cuando se considera a la política sólo un negocio sucio más y a los partidos organizaciones casi criminales surgen de inmediato -y más en estos tiempos de poder mediático incontenible- el fantasma de los mesías y los dictadores y comienzan a rondar por el tejido social la apatía, el fundamentalismo, la discriminación, la intolerancia, la tentación de resolver las diferencias a tiros.

Yo -a pesar de que mi candidato, el ingeniero Cárdenas, perdió la batalla- salté de gusto la noche del 2 de julio de 2000, miré a mi mujer y a mis hijos con una nueva esperanza. Tenía miedo. El autoritarismo, la corrupción, la falta de equidad ahogaban entonces al país. Con la alternancia se abría una válvula, una posibilidad apenas de ir cimentando con participación, justicia y democracia la paz social en nuestro país. El único, el gran objetivo pendiente. ¿Qué derecho tienen estos políticos corruptos a robarnos a todos esa joven y frágil esperanza?

Epigmenio Ibarra
(v.pág.23 del periódico Público del 27 de febrero de 2004).


Los partidos de hoy en día son disfuncionales a la democracia. Sus dirigentes y legisladores no rinden cuentas, ni hay legalidad que los someta; reclaman las resoluciones del Tribunal Electoral y las califican como interferencia indebida en su vida interna; son beneficiarios y fichas sueltas en el complejo juego democrático; su influencia es real y efectiva, pero sus dirigentes la utilizan en beneficio propio... la corrupción es de escándalo. El problema es que no puede haber democracia sana sin partidos fuertes y representativos.

Los dirigentes de los partidos se resisten a la democracia y han resuelto cerrar la puerta a la competencia que pudieran significarle nuevas organizaciones. La reforma al COFIPE obstruye la formación de nuevos partidos; su intención no es la moralización de las fuerzas políticas sino reducir el club a sus actuales miembros. Pero los partidos no se conforman, ahora pretenden reproducirse indefinidamente al establecer la reelección consecutiva, medida que se torna definitiva, independientemente de sus discutibles méritos, ya que sus beneficiarios son los mismos que pueden revertirla.

Lo del escándalo del joven truhán [Jorge Emilio González Martínez] no sólo es del PVEM; sus expresiones afectan al conjunto del sistema de partidos y a las mismas cámaras federales. No hay perspectivas de cambio, porque sus beneficiarios han sido los primeros en pervertirlo.

Federico Berrueto
(v.pág.25 del periódico Público del 27 de febrero de 2004).


El lector Daniel González dice que el caso de Jorge Emilio González Martínez confirma que el Partido Verde es un negocio familiar.

"Todos los políticos corruptos de todos los partidos recurren a este argumento: 'mi contrario político me persigue, en este caso el gobierno me persigue porque soy opositor'. Los medios reproducen esta idea en busca de rating, pero por favor no dejemos que se salga con la suya este patán, a quien hemos mantenido con dinero de nuestros impuestos por demasiado tiempo. Vayamos en serio hasta el fondo, hasta el final del asunto".

Los entripados por el caso del niño que no es tan niño y que de verde sólo tiene el rabo y los dólares que ha vivido persiguiendo, desembocan en una misma exigencia: ponerlo fuera del combate por el poder.

La desgracia es que -por supuesto con sus excepciones- la política es más bien una gran porquería y Darwin tuvo razón en que hay una selección natural de las especies.

Tan lo es que los panistas se asociaron con los verdes para llegar a Los Pinos y ahora los priistas, ilusos, se aferran a su oportunista alianza... que asegura su derrota en el 2006.

Carlos Marín
(v.pág.26 del periódico Público del 27 de febrero de 2004).


En México el sistema con que se gobierna es una calca de las mafias a las que únicamente les interesa el control del poder y el dinero que genera. El bienestar de los ciudadanos les importa un comino. Los partidos políticos mexicanos encontraron la forma para llevar al Congreso de la Unión a 200 de sus incondicionales utilizando la figura de "diputados plurinominales", no tomando en cuenta el voto ciudadano. ¿Cuáles son los criterios que los conducen a hacer esos nombramientos? Hagamos cuentas de lo que se ahorraría el país si se sacara de la nómina a esos 200 supuestos legisladores que no eligió el pueblo y que realmente son burócratas ilegítimos.

En nuestra nación, no importando hacia donde se dirija la mirada, se verán mafias en los sindicatos, el comercio, las empresas industriales y financieras; en los gobiernos federal, estatal y municipal, los medios informativos, pero en un grado superlativo, en los partidos políticos.

Para terminar, citaré algo que en su tiempo sentenció Abraham Lincoln: "Los políticos se preocupan por el resultado de las elecciones; a los estadistas les preocupa el futuro de su país y el bienestar de sus habitantes". La realidad en mi querido México es que a los políticos no solamente les preocupa el resultado de las elecciones sino que su triunfo los conducirá a disfrutar de sueldos que no perciben los funcionarios de los países más ricos del mundo. ¿Estadistas en México? ¡Bah!

J.Jesús Jiménez Villa en "Tribuna Libre"
(v.pág.9/A de El Occidental del 22 de febrero de 2004).


Es momento de reflexionar seria y profundamente ¿hacia dónde vamos?, ya que siguen sobresaliendo la ambición, la mezquindad y el egoísmo a ultranza de entre todos aquellos que, o quieren seguir repartiéndose el pastel del poder o anteponen sus "necesidades" a cualquier otra demanda social.

Cada día campea más el interés personal por encima del colectivo, y esto, multiplicado por cada uno de aquellos que se dedican a la política, sólo nos debe poner en gran alerta, pues esta permanente búsqueda del propio beneficio deja abiertas las puertas al hampa, al desorden, a la omnipresente corrupción, a la falta de respeto por el derecho ajeno y al caos.

¿Qué nos espera entonces? Una vida cada vez más insegura e impredecible ¿o algo peor?, ¿ nos hemos puesto a pensar en medio de qué nos encontraremos mañana?

¿De qué manera podremos los simples ciudadanos contribuir a cambiar este estado de cosas, esta descomposición total?

Cristina Morfín, asesora en relaciones públicas y comunicación
(v.pág.6A del periódico Mural del 19 de febrero de 2004.


La declinación de las ideologías que ordenaban los campos de la política, el fortalecimiento del pragmatismo como posición predominante dentro de todos los alineamientos y la falta de visiones de Estado que graviten sobre el debate, han contribuido a secar el sentido y el significado de la actividad política, produciendo, por supuesto, hartazgo, desencanto, apatía. El escenario de la política se llena de ocurrencias, "frases ingeniosas", dimes y diretes, acusaciones e insultos mutuos, que divierten al "respetable" por un momento, ganan un número determinado de líneas ágata, un espacio efímero en radio y televisión, pero que en conjunto dejan una estela de desaliento y frustración difícil de remontar. En ocasiones se tiene la impresión de que el declive de las propuestas ha dejado el campo vacío y sembrado para la reproducción al infinito de acusaciones cruzadas sobre corruptelas varias, única forma en que de verdad se pretende desacreditar al oponente.

José Woldenberg
(v.pág.7A del periódico Mural del 19 de febrero de 2004).


Es muy probable que detrás del cambio del secretario de la Seder [en Jalisco] y de su equipo de colaboradores no se encuentren como razones principales la eficacia, el tipo de propuestas para el campo y los productores, los resultados obtenidos hasta ahora.

Más bien se trató de abrir espacios de poder para grupos asociados a un gobernador que se atrinchera a la mitad del sexenio para mantener el control del estado durante la doble sucesión, a Presidente de la República y a gobernador de la entidad.

En realidad el relevo del equipo de la Seder se inscribe dentro de las disputas internas del PAN en donde mediante un diseño elemental de esquema de lealtades se hace una gran purga.

Bajo el argumento de que la primera lealtad es con el PAN se elimina a un grupo de funcionarios de perfil técnico y académico, poco proclives a las luchas facciosas, a la politiquería, por el contrario, institucionales.

Pero la segunda lealtad es con el grupo que controla el Poder Ejecutivo, y bajo ese argumento se permite que asuman delicadas tareas de gobierno personajes cuyo único mérito es haber sido aceptados por el gran inquisidor y estar dispuestos a poner a las instituciones de gobierno al servicio de las pugnas políticas dentro y fuera del partido del cambio.

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.16 del periódico Público del 17 de febrero de 2004).


La coyuntura al interior de Acción Nacional no sólo exhibe los pobres avances estructurales de este partido a lo largo de los tres años del régimen foxista sino además plantea una cuestión de fondo: ¿han perdido los partidos su esencia representativa? Es decir, ¿los mexicanos, en conjunto, podemos identificarnos con organismos políticos que no ofrecen resultados ni crecen ni se transforman?

Rafael Loret de Mola
(v.pág.10A del periódico Ocho Columnas del 16 de febrero de 2004).


"Se puede argumentar que existen muchas inconveniencias así como estamos, pero pudiera haber más con la reelección."

Porfirio Cortés Silva, ex legislador jalisciense (4 veces federal y 4 veces local), ex presidente municipal de Tlaquepaque y líder de la CROC
(v.pág.20 del suplemento "Política" del periódico Ocho Columnas del 16 de febrero de 2004).


La iniciativa para poder reelegir hasta por dos periodos a los diputados y hasta por un periodo a los senadores, debe incluir la eliminación en el futuro próximo de todos los legisladores plurinominales. La eliminación de los plurinominales podría pactarse para que la mitad ya no regrese el 2006 y la otra mitad termine el 2012. Los plurinominales nunca podrían ser reelectos como plurinominales, pues eso sería un insulto a la ciudadanía quien nunca votó por ellos.

Que los plurinominales clásicos, que fueron, son o pudieran ser del tipo de Felipe Calderón, Enrique Jackson, Martí Batres, Demetrio Sodi, Jesús Ortega, Medina Plascencia, Manuel Bartlett, Diego Fernández y demás, se salgan a las banquetas a pedir el voto de la ciudadanía para lograr el título original de representar a la gente y dejar de portar un pasaporte falso emitido por su partido. Todo congresista debe representar a su distrito o a su entidad y no a su partido.

Es espurio el argumento de que los plurinominales representan a una ideología legítima "existente en el país" y que, si no fuera por ellos, entonces dichas ideologías a veces representadas en partidos menores nunca estarían representadas en el Congreso. Esa es una falacia superior porque las ideologías no son entes que existan en el mundo real y por lo tanto no requieren representación cual ninguna. Si ningún candidato de un partido menor logra ganar su elección en algún distrito, quiere decir que los ciudadanos no lo han querido. En esto no debe haber cúpulas superiores dictando lo que es mejor para los ciudadanos.

No es correcto tener representantes de las cúpulas. Pues al rato tendremos plurinominales empresariales, campesinos, indígenas, sindicales y feministas, como si fuéramos peronistas, fascistas o corporativistas. Todo representante debe tener su fundamento en el conteo de votos tachados, convertidos en "objetos objetivos" reales y contables.

Desde que el IFE aprendió a contar votos, estoy apoyando la reelección de legisladores. La medida es liberal, pues se regresa un poco el poder a los votantes y no a las cabecillas de los grupos. Todavía nos falta conseguir que se liberen las reglas para que un ciudadano independiente juntando un porcentaje, digamos el 2 por ciento de firmas, pueda lograr postularse a legislador estatal o federal por el distrito donde vive, con derecho de aparecer en la boleta.

A mi me parece extraño que en esta iniciativa no se hable de los legisladores plurinominales, pues son ellos las columnas principales de los proyectos que se llevan al Legislativo. Los plurinominales forman el cuerpo íntimo de cada partido y son los que más protagonizan "la irresponsabilidad parlamentaria y los espectáculos grotescos" porque ellos tan sólo tienen que quedar bien con una supuesta doctrina y con los jerarcas del partido sin ninguna necesidad de quedar bien con nosotros. ¿Ven por qué se se nos dificultan los acuerdos?

Enrique Canales
(v.pág.11A del periódico Mural del 12 de febrero de 2004).


El embajador de Alemania en México, Eberhard Koelsch, participó de la Mesa de Redacción de EL INFORMADOR, en la que abordó diversos temas:

El tratamiento de la basura en Alemania es muy avanzado. ¿Qué programas podría haber para México, y eventualmente para Guadalajara?

"Es un tema que me preocupa mucho, porque México es un país hermoso. Aparentemente, no se sabe qué hacer con la basura; no hay tecnología. Estoy de acuerdo con eliminar la basura, y los topes. Estamos estudiando procesos mediante los cuales quemamos la basura industrial, pero mediante procedimientos que permiten la gasificación de la basura, y así usar esa energía para múltiples usos".

¿Le comentaron el tema al alcalde de Guadalajara?

"Hemos comenzado la cooperación con temas más fáciles. Se analizó la posibilidad de un hermanamiento entre Munich y Guadalajara, para complementar la cooperación económica y la cultural".

(Comentario del webmaster: A los temas difíciles no les entiende,es muy bruto, sólo sabe "grillar" y ya quiere irse de paseo a Europa.)

(V.pág.2-A de El Informador del 11 de febrero de 2004).


Hoy, el PRD es un espacio en donde se distribuyen cargos y candidaturas, para muchos la única oportunidad de sobrevivir económicamente en el entorno recesivo que vive el país. La disputa por ellos es la argamasa que hoy une a los perredistas.

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.17 del periódico Público del 10 de febrero de 2004).


Llama la atención la propuesta presentada por la diputación panista en el Congreso de la Unión para promover la reelección inmediata de los diputados para completar seis años, pues tal parece que ya no les gustó gozar de las mieles del poder por un corto periodo y ahora muchos pretenden eternizarse.

La práctica de la reelección comenzó en nuestro país en 1824 y cesó en 1933, pero en opinión de los legisladores no es que quieran reelegirse nada más por lo que representa en términos económicos y de control político ser diputado, sino que ahora se acordaron que se deben al pueblo y por ello, dicen, quieren "devolverle el control ciudadano sobre los representantes de la nación".

El caso es que tampoco quieren seguir como diputados amateurs por siempre y pretenden seguir aprendiendo cómo legislar para no cometer tantas pifias, como suelen hacerlo y desde su perspectiva "la reelección no es un privilegio, es un atributo personal del ciudadano".

Su argumento de fondo para pedir la reforma es sencillo: "Los legisladores reelectos por el pueblo acumulan experiencia y se transformarán en guardianes de la institución y los valores parlamentarios, desaparecerán la irresponsabilidad parlamentaria, los espectáculos grotescos o las frivolidades que, por ahora, no tienen castigo".

Lo cierto de todo ello es que con tres años más como diputados lo que la naturaleza no les dio de inteligencia a muchos de ellos, sentándose en una curul por otro trienio para levantar el dedo no va a obrar milagros, porque muchos ciudadanos creen que con ver los lamentables espectáculos que protagonizan los "representantes populares" basta y sobra con tres años.

Imaginemos por un momento tener por seis años al diputado Madera en la LVII Legislatura de Jalisco proponiendo otras sesudas iniciativas como la de investigar de dónde proviene la carne de las hamburguesas del payaso, si son bultos o no las vacas de donde se obtienen los cárnicos.

¿Qué podríamos esperar de los diputados faltistas que un día sí y otro también no asisten a las sesiones del Congreso porque tuvieron un asunto "urgente" para atender las peticiones populares?

Quizá la única ventaja que tendría contar con sus brillantes iniciativas en seis años sería que las finanzas públicas sólo tendrían que desembolsar bonos una sola vez y no cada tres años, pero salvo eso, muchos diputados y senadores seguirán siendo inexpertos, porque la experiencia no sólo se gana dentro de la Cámara y percibiendo una jugosa dieta.

El problema de la inexperiencia legislativa no radica en permanecer tres o más años como diputado o senador, sino en la falta de preparación de muchos y la improvisación de diputados que llevan a cabo los partidos políticos, pues no llega a la Cámara el más capaz, sino regularmente el menos apto pero con mayores tablas en las lides de hacer 'grilla'.

Si para ser diputado se les solicitara previamente a los institutos políticos seleccionar a los más aptos en economía, derecho, problemas sociales, entre otros, sin duda que muchos de nuestros actuales legisladores quedarían reprobados, porque tal parece que en la actualidad se premia con una diputación a quienes se les deben favores políticos.

Resulta una desfachatez del PAN proponer que haya reelección y en lugar de promover estas normas quizá deberían capacitar a nuestros actuales diputados para que tengan una ligera idea de cual es su función, pero como es mucho pedir, sería prudente que al menos se les exija visitar sus distritos una vez al año.

La propuesta en sí misma refleja la desesperación de algunos diputados por seguir mamando de la ubre oficial porque nunca propusieron en su escrito algo que al menos hable de estrechar la comunicación con quienes votaron por ellos, pues a fin de cuentas los diputados, bajo el esquema político actual, a lo único que representan es a los intereses de sus partidos y no a los de la sociedad, pues a esta última ¿cuándo le consultan a favor de quién y por qué levantarán el dedo?

En los partidos políticos más deberían de revisar sus entrañas, la selección de sus candidatos, sus esquemas de comunicación con la sociedad, que pretender eternizarse en el cargo, pues no por nada existe en nuestras normas la prohibición de la reelección, pero tal parece que esto ya no importa a nuestros políticos de marras, sino más bien el interés primordial es seguir manteniendo su cuota de poder por un sexenio completo.

¡Cruz, cruz! para que no se eternicen por seis años en las Cámaras el diputado Madera, del PRD; Pancho Cachondo, Elba Esther, Tarcisio, Bartlett y otros muchos que tanto bien le han traído a Jalisco y al país.

Amado Vázquez Martínez
(v.pág.11 del suplemento "Política" del periódico Ocho Columnas del 9 de febrero de 2004).


La alianza PAN-PRD sólo prospera cuando ambos se disponen a saquear nóminas para allegarse bonos, pero en su contienda contra el PRI fracasa porque los fundamentalistas de ambos institutos políticos no perdonan.

José Luis Cárabes en "El humor de Lord Aspid"
(v.pág.4/A del periódico El Occidental del 8 de febrero de 2004).


Los legisladores quieren reelegirse y, de manera artera, sin consultar (sic) a nosotros los ciudadanos y pasándose de listillos, ellos mismos se proponen, se disponen y se deciden a autoapoyarse y autoaprobarse. Que cachaza. La democracia mexicana no será eficaz sin devolver el control ciudadano sobre sus representantes populares para impedir que se reelijan cuando tienen todos los recursos onerosísimos, si vale la expresión, que detentan cuando están en el poder, en el verdadero poder con edecanes, secretarias, asesores, coches, viajes, gasolinas, servicios médicos, aparatos de prensa y comunicación, computadoras, síntesis informativas y toda clase de facilidades que les pagamos nosotros los ciudadanos.

Cada diputado le cuesta al país casi 50 millones de pesos en los tres años que dura en la "represetación popular" portulado por los partidos que tienen secuestrada la democracia. La labor de los legisladores debe estar sometida al juicio de los ciudadanos en las urnas y por ende refrendar la prohibición de la reelección inmediata de dipuatdos y senadores. Es nada más la puntita. Lo que qieren en verdad es que haya reelección una y otra y mil veces, de diputados federales, senadores, alcaldes, regidores, síndicos, gobernadores, jefes de gobierno, presidentes de la República. Reelecciones inmediatas. No estar terminando un cargo y descuidarlo para entregarse a la campaña siguiente ¡pagada por nosotros!, no faltaba más.

Pues ni que la estuvieran haciendo tan bien esos cebados y opulentos "electos" de todas las denominaciones y partidos. El que está en un cargo tiene ventajas económicas, políticas y de toda índole frente a quien no lo está. Sería una competencia sucia, truculenta y nefasta, sabiendo cómo se las gastan. El asunto es simple. Si cada partido propone que se reelija a todos sus diputados, alcaldes, etc., pues sería el cuento de nunca acabar. Se irían enquistando, habría una caciquización del país. Nadie quiere soltarla.

Ramón Ojeda Mestre
(v.pág.6/A del periódico El Occidental del 8 de febrero de 2004).


¿Cuál es el futuro de México con gobernadores como el del estado de Morelos, que le dio más importancia a su casorio y su viaje de luna de miel a España, cuando su presencia era necesaria en su estado para atender el candente caso de Tlanepantla? Esa es la factura que se paga por llevar a los gobiernos a jovenzuelos irresponsables.

Hace tiempo que mi simplismo e ingenuidad me han conducido a pensar que urge la creación de un partido político que agrupe individuos con la experiencia que sólo se adquiere con los años y las vivencias de éxitos y fracasos. Que ya no tengan presiones económicas por tener que cubrir las necesidades de una familia si los hijos ya tienen ingresos propios y ya no dependen del padre. Que valoren la importancia de que sus familiares nunca tengan que avergonzarse por acciones que manchen su nombre y el de sus seres queridos. Que siendo hombres de bien pongan su capacidad intelectual para tomar las mejores decisiones por diez o quince años a favor de la comunidad y que dada su edad, no tendrán la tentación de eternizarse en los cargos públicos obstaculizando el arribo de gente tan valiosa como ellos lo hayan sido.

Ciudadanos con estas características formarían cuadros políticos que llevaran a la creación de un partido que podría denominarse "50 Plus", cuya declaración de principios se apoyara en el propósito de que se haga realidad el cambio que necesita el país para que los ciudadanos obtengan lo que legalmente merecen.

De acuerdo con los datos del INEGI, cada día hay más viejos y con el "50 Plus" no se tendría que echar mano de jóvenes de entre 30 y 40 años de edad, para ocupar escaños en la Cámara de Senadores como ocurre actualmente. Si en la Cámara de Diputados abundan congresistas [que están] lejos de cumplir 50 años, no tiene la mayor importancia ya que entre los 500 diputados que la integran se puede esperar que la madurez política de los de mayor edad influya en los trabajos legislativos de los efebos. Senador viene del latín "senex", que significa viejo. Entonces el Senado, para que haya congruencia, debe ser asamblea de viejos. Pero ni modo, por eso estamos como estamos, con leyes surgidas de la mente de gente que gracias a las decisiones de las mafias partidistas se han convertido en senadores antes de tiempo.

J.Jesús Jiménez Villa en "Tribuna Libre"
(v.pág.9/A de El Occidental del 8 de febrero de 2004).


Horas antes de conmemorarse los 87 años de la Constitución, una treintena de diputados federales exhibió en toda su magnitud la miseria intelectual y la inmoralidad política en que se formaron muchos de los legisladores que se dedican -o debieran dedicarse, como su denominación indica y la jugosa beca de que disfrutan obliga-, a la promulgación de leyes y a la vigilancia de la gestión del Poder Ejecutivo.

El espectáculo que ofrecieron los integrantes de la Comisión de Juventud y Deporte durante la comparecencia del responsable federal de Cultura Física y Deporte, Nelson Vargas, permite comprender mejor lo que sucede en otras 41 instancias del Congreso de la Unión.

Preside la comisión camaral el priista José Manuel Carrillo Rubio, asistido por los secretarios Rosalina Mazari Espín, del PRI; Jorge Roberto Ruiz Esparza Oruña, del PAN, y Jazmín Zepeda Burgos, del PRD.

Tal como lo retrató el reportero Félix García (Televisa), cuyo camarógrafo atrapó a unos durmiendo, a otros comiendo, a otra en el cotorreo telefónico y a casi todos "en la pendeja" (expresión común en Alvarado, Veracruz), el papel de los diputados que inciden en asuntos juveniles y deportivos de México fue mucho peor que deplorable.

"La chispa de la vida" surgió de un legislador perredista... Gerardo, hermano de Emilio Ulloa, quien estaba en la misma curul como "representante popular" de los habitantes de Nezahualcóyotl, Estado de México.

A Gerardo Ulloa se le ocurrió preguntar al comisionado Vargas:

"¿Por qué se aplica tanto dinero al beisbol, si no es deporte olímpico?".

Cuando terminó la sesión, advertido de la estupidez que había proferido y pese a lo cual se mostró sonriente y feliz, intentó disculparse:

"Tenía yo ese dato, me lo pasaron mal. Lo reconozco, es olímpico el beisbol".

Incitado por la perla del beisbol, el reportero hizo esta pequeña encuesta entre algunos de los papanatas:

-¿Quién fue el único medallista de México en Barcelona 92?

Una diputada: "Marchista... ¡Carlos Mercenario!"

Otro diputado: "¡Bernardo Segura!, ¿no...? Dime qué deporte y te lo digo...".

Uno más: "¿En Barcelona 92? No... No recuerdo".

Gerardo Ulloa: "¡Espérame tantito, es que me agarras muy rápido...!", eludió, a punto de carcajearse.

-¿Cuál fue el equipo con el que estuvo Hugo Sánchez en España?

Diputada: "Este... ¡es que me pones en aprietos!, de futbol no sé mucho".

Otro: "Seguramente fue el Rayo Vallecano".

Y otro: "Según lo que yo recuerdo, ¡sí!, ¡fue el Real Madrid!."

Ulloa: "Si no me equivoco, ¡a Sevilla! Y creo que por allí... creo que más o menos... ¡ya no...!"

-¿Cuántos juegos ganó Valenzuela cuando consiguió el Cy Young?

Mujer: "Desconozco...".

Diputado: "¿El número de partidos? Sí..., está duro..."

Otro: "Ni idea ni idea ni idea...".

Ulloa: "Creo que es 20... ¡o 21!".

-¿En qué mundial de futbol México obtuvo su primera victoria?

Uno: "Pues aquí en el 70, ¿no?"

Diputada: "Ni idea. En futbol soy malísima".

Otro: "Creo que fue en los 50 que ganamos una... ¿O a poco fue en el 70...?".

Ulloa: "No, ahí sí no. Ahí sí no, yo no te podría contestar. Ya tiene mucho tiempo y..."

Uno de los entrevistados fue el secretario de la comisión legislativa y ex futbolista símbolo del equipo Puebla. Tuvo que reconocer:

"Es increíble que nosotros los diputados no estemos preparados y no conozcamos bien los temas...".

Franciscano, el pobre Nelson Vargas dijo al salir que no estaba molesto con los duchos diputados.

"Lo único que me molesta es perder el tiempo", acertó.

Como lo perdieron el 6 de julio de 2003 los electores de esta runfla de vividores.

Carlos Marín
(v.pág.22 del periódico Público del 6 de febrero de 2004).


Los partidos políticos tampoco han podido digerir mejor la sucesión del fallido Gobierno del cambio. Están atrapados en la banalidad y en la disputa del país como si se tratara de un botín. La mayoría de quienes se autopostulan o promueven sus supuestas virtudes personales hasta ahora no tienen planteamientos de fondo, o los mantienen en el terreno del secreto y carecen de compromiso con la función pública. Todo se queda en las aspiraciones más superficiales, es decir, en la frívola idea de quítate tú para ponerme yo.

No hay proyecto de país, ya no digamos de futuro, sino para resolver los asuntos más urgentes, como la inseguridad, el desempleo o la pobreza. Todos, el Gobierno y algunos personajes en los partidos políticos, están inmersos y deslumbrados por la superficialidad de aparecer en los medios, ya sea en las páginas de sociales o en las columnas que analizan las posibles candidaturas.

Carlos Rojas G., senador priista
(v.pág.5-A de El Informador del 5 de febrero de 2004).


Las candidaturas ciudadanas son el futuro del país, sobre todo, mientras los partidos políticos que existen en México sigan actuando como partidos del pasado, divididos y enfrentados.

Una candidatura ciudadana puede perfectamente presentarse con el registro de un partido pequeño, pero entendiendo que se trata de un ciudadano que no está en manos de ningún partido, y que no va a reproducir los vicios de un partido político.

Esto es la única alternativa que nos impone una legislación electoral restrictiva y antidemocrática.

Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Exteriores
(v.pág.2-B de El Informador del 4 de febrero de 2004).


Los tres partidos políticos se "han agandallado, sí así se dice", la democracia y es urgente devolverla a los ciudadanos, afirmó Jorge Castañeda, quien negó que estuviera tratando de constituir una nueva fuerza política y dijo que en dos meses habrá definido si buscará la candidatura a la Presidencia de la República.

(V.pág.24 del periódico Público del 3 de febrero de 2004).


Han tenido miedo los legisladores de liberarse de las ataduras del viejo sistema. Y persisten en las costumbres de hacerse los dependientes de la dirigencias de sus respecyibos partidos políticos. Acaso el sueldazo -lo es, en comparación con la media de los salarios en el país- los hace olvidar su mediocridad. Pero ésta no desaparece. Ahí está, y afecta al país.

Vicente Bello, en su sección "Tren Parlamentario"
(v.pág.10-A de El Informador del 31 de enero de 2004).


Los vacíos prevalecientes y la obcecada actitud de los políticos divididos casi por gremios, nos tienen en jaque, como si el país todo fuera rehén de las discordias bizantinas, tan costosas como inútiles, y de la terquedad galopante de los cuadros oficiales que insisten en sus propuestas, como la de reforma fiscal, aun cuando por el ejercicio mismo de la democracia ya han sido rechazadas por una mayoría evidente.

Rafael Loret de Mola
(v.pág.10A del periódico Ocho Columnas del 26 de enero de 2004).


"El país no avanza, estamos atorados", pero tristemente las posturas de nuestros representantes fueron muy claras: "Quedó en evidencia que realmente lo que les interesa no es el país como ellos lo dicen, les importa prácticamente la particularidad de los partidos que los han llevado al poder".

Lo manifestó Javier Armando Elías Corella, al concluir la Convención de Industriales Careintra 2004.

(V.primera plana del periódico El Occidental del 25 de enero de 2004).


Podemos esforzarnos en combatir el desencanto político, causado por la impericia, el egoísmo, la avaricia y tantos otros adjetivos negativos que percibimos en tantos hombres, mujeres e instituciones públicas ligadas con el gobierno y el sistema político. La nueva cultura política proviene de los ciudadanos, no se puede crear por decreto, aunque, obviamente, no se puede despreciar el fomento institucional de valores democráticos. Aquí el reto es incrementar, potenciar, alimentar, la autoconfianza de la sociedad civil en sus logros: la democratización del sistema electoral, la creación de prácticas de rendición de cuentas, transparencia de la información pública, hacer visibles los temas de la corrupción y la exigencia de una prensa libre y responsable, o haber ciudadanizado gran parte de las arenas de debate público, empoderando [sic] diversos organismos ciudadanos que influyen en los asuntos sociales; esa autoconfianza, contribuye a terminar con la pasividad que descarga la responsabilidad cívica en mesianismos o providencialismos, de caudillos y personas "fuertes" -a las que incluso se les conceden o exigen comportamientos autoritarios.

Si bien la fuerza ciudadana surge desde la sociedad civil, no se puede aplazar más la reforma del Estado, pues el gobierno y las instituciones del sistema político necesitan reconocerla para integrarla en una nueva legalidad, en un pacto social amplio que cree y afirme espacios de legalidad y legitimidad novedosos, flexibles, adaptados a la muy dinámica realidad contemporánea. En razón de ello, el papel estratégico que se exige jugar al Instituto Federal Electoral para reformar al sistema de partidos, de manera que su financiamiento y funcionamiento interno sean sujetos permanentes del escrutinio público, se elimine la partidocracia coartadora de representatividad auténtica, se impidan los liderazgos autoritarios influyentes en el Estado y por el contrario, los partidos se obliguen a crear reglas claras para crear sinergias en el marco de la inevitable separación de poderes y gobiernos divididos, que es parte ya de nuestra realidad política.

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.21 del periódico Público del 23 de enero de 2004).


Nuestra clase política no está a la altura de las exigencias mínimas del país. Quienes tienen el poder y quienes aspiran a él están alejados casi siempre de la realidad de una forma tan notable que resulta hasta extraño que las cosas no se les hayan ido de las manos como ha ocurrido en otras naciones de América Latina en los últimos años. Quizás, como se dice, es que las instituciones en México han sido más sólidas que los hombres que las encabezan, o que, con todo, la capacidad de ciertas empresas permiten conservar un margen de estabilidad económica y financiera que ha impedido la ruptura. Pero el deterioro ahí está y la decadencia de la clase política se pone de manifiesto en demasiados hechos.

Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.28 del periódico Público del 23 de enero de 2004).


Tampoco en las Cámaras, dicho piadosamente, hay nivel, ya no tanto para poner en su lugar a los administradores federales, sino para entender siquiera las peroratas que éstos se avientan en San Lázaro.

Carlos Marín
(v.pág.22 del periódico Público del 20 de enero de 2004).


A propósito de Tlaquepaque y de problemas, todo parece indicar que se trata de una estrategia que maquinó alguien -muy posiblemente dentro del Comité Estatal del PAN-, pero coincidentemente en los Ayuntamientos en los que hay como presidentes municipales personajes a los que se les ven posibilidades de ser candidatos a gobernador, se ha presentado el mismo problema: los trabajadores salientes, por lo regular panistas, se rehúsan a irse así nada más, exigen indemnización y denuncian hostigamiento de parte del nuevo gobierno.

Son Zapopan, Puerto Vallarta y Tlaquepaque en donde está ocurriendo esto; qué casualidad, ¿no?

Si fuera yo uno de estos políticos (gracias a Dios que no), mejor me fijaba bien, pues sin el afán de parecer alarmista ni exagerado, por lo que falta de tiempo esto podría ser el inicio de una estrategia de desgaste con miras al proceso para gobernador de 2006.

Alfonso Javier Márquez
(v.pág.17 del suplemento "Política" de Ocho Columnas del 19 de enero de 2004).


Seguro que usted, amigo lector, al igual que yo, quisiéramos como por arte de magia desaparecer del planeta a tanto "poderosillo" que se nos cruza por doquier; poderosos políticos, la peor ralea de estos tiempos, que con base en su poder hacen y deshacen, con pésimos resultados para todos, excepto para ellos; que se surten de cuanto pueden y, no contentos con ello, todavía se llevan cantidades importantes de dinero para compensar su "servicio a la patria".

Cristina Morfín, asesora en relaciones públicas y comunicación
(v.pág.4A del periódico Mural del 8 de enero de 2004.


Para que la democracia marche, los partidos deben jugar simultáneamente varias funciones. De no hacerlo, la democracia tiende a desmoronarse. En el presente varias de las más importantes de estas funciones partidarias no están operando. La abstención de 60% de los votantes en la pasada elección federal es sólo la punta del iceberg que nos habla de la crisis del sistema de partidos. Es indudable que el primer objetivo de éstos -movilizar electores para que voten- no se está cumpliendo. Muy por el contrario, el pésimo desempeño de las fuerzas políticas ha ahuyentado de las urnas a una buena parte de la población. Peor aún, al no ser capaces de generar lazos permanentes que ofrezcan señas de identidad y de lealtad para el electorado, los partidos mexicanos están lanzando a la población a los brazos de líderes demagógicos que cínicamente hacen política a través de posiciones erráticas.

Lo que predomina hoy en día en la escena pública no son los objetivos de la política sino aquellos que las cúpulas imponen y que, por lo general, destacan por su pequeñez y mezquindad. Como resultado, los partidos mexicanos se han vuelto incapaces para agregar intereses. Hoy no son un vehículo creíble para traducir las preferencias de la ciudadanía en acciones del Estado. No han sido siquiera capaces de conducir y organizar los procesos para la toma de decisiones tanto legislativas como de gobierno. Su inestabilidad interna se ha convertido en fuente de la inestabilidad del régimen. Han infectado con sus pugnas íntimas la vida política de la nación.

Desde la oposición no se ha podido construir una opción partidaria (que no es lo mismo que una opción materializada en una sola persona), que despierte respeto en el electorado. La obsesión por oponerse en lugar de proponerse les ha desgastado. Desde el partido en el poder no se ha logrado modelar y normar la actuación del gobierno y el Presidente tampoco ha tenido en su partido a un aliado consistente que le resuelva los problemas dentro del recinto legislativo.

Habría también que reclamarles a los partidos mexicanos que, a causa de su esquizofrenia y cinismo, no se hayan convertido en instituciones que clarifiquen, para la ciudadanía, las discusiones y posiciones políticas en juego. Muy por el contrario, la visceralidad y pragmatismo reinantes han llevado a la confusión y a la desinformación sobre los asuntos que importan.

Los partidos mexicanos aún no son instituciones que ayuden a normar el criterio del ciudadano, tampoco han sido lugares de encuentro para articular propuestas que despierten el entusiasmo de la población. En sentido inverso, la crisis de los partidos se ha traducido en una potente máquina para la confusión y el nublamiento de las razones.

Es obvio que si los partidos están resbalando por la rampa enjabonada de la deslegitimación, quien le sigue en esa resbaladilla es el régimen democrático.

Ricardo Raphael
(v.pág.8A de Ocho Columnas del 5 de enero de 2004).


Puede decirse y repetirse que diputados y senadores, por el mero hecho de serlo, responden a sus electores o al pleno ciudadano, pero en los hechos diarios de la vida política su presente y futuro, hasta su pasado, penden de su ubicación en los circuitos partidarios y de lo que ahí pueda deliberarse y decidirse. La relación de supervivencia y complicidad entre políticos y partidos, entre éstos y el Congreso, entre todos y el conjunto del sistema político, debería ser evidente aunque el ruido que sus propias criaturas hacen y el que los medios se encargan de potenciar hasta el hartazgo, lleve a pensar lo contrario.

Buscan ahora los partidos del club democrático cerrar aún más las puertas de acceso al banquete de la política plural y formal, como si en efecto hubiésemos llegado ya a una terminal satisfactoria en términos de apertura y pluralidad. Sin tomarse el cuidado de hacer una evaluación sistémica, de conjunto, parece que las dirigencias de los partidos y sus legisladores se aprestan a hacer caso de execrables consejas mediáticas y, so pretexto de hacer menos cara la democracia, estrechar los conductos para la vida política estatal. Sin haber rendido la más mínima cuenta sobre su flagrante ineficiencia como organismos públicos encargados de darle fluidez y densidad a la política, resulta ahora que dicen sentirse satisfechos con lo que son y ofrecen y concluyen que así como están y estamos está bien. En lugar de ello, en vez de levantar barreras a la entrada y dar por construido el club de la democracia, los partidos y sus personeros deberían abocarse a abrirlo y ventilarlo, empezando por una revisión a fondo de sus propias conductas y formas de vida y arriesgando explicaciones de lo que evidentemente no han hecho bien, por ejemplo representar a la ciudadanía o a las regiones y territorios, convencer al público de la conveniencia de hacer política formal, llevar a la gente a votar. Sin esta rendición de cuentas elemental, los partidos carecerán de autoridad política para definir y diseñar un sistema político que bien a bien no ha cursado las asignaturas primarias en materia de agregación de intereses, producción de legitimidad a partir del juego abierto y plural, generación de políticas públicas e instituciones del Estado poderosas por su credibilidad y aceptación por parte de la gente.

Rolando Cordera Campos
(v.pág.8A de Ocho Columnas del 5 de enero de 2004).


Por lo general llegan a los cargos por y con intereses políticos, buscando el poder por el poder y no desaprovechan cualquier oportunidad para enriquecerse o caer en las garras de la corrupción, no importa el partido al que pertenezcan.

Por supuesto, la gente se da cuenta y ahí tenemos los reveses sufridos por todos los partidos: PAN, PRI, PRD y hasta los más pequeños; ninguno está exento, elección tras elección.

La confusión es tal que la gente ya está harta y los resultados son abstencionismo, apatía y hartazgo con respecto a todo lo que huela a política.

Hasta ahora la idea es sacar provecho del puesto, político o económico, y el problema de las siguientes elecciones, pues ya será de los dirigentes partidistas en turno; y es así que tenemos estos partidos y estos políticos.

Laura Castro Golarte
(v.pág.5-A de El Informador del 17 de diciembre de 2003).


Ayer en un artículo, Denise Maerker se preguntaba si tenemos la peor clase política del mundo. Coincido con ella, en lo personal, en cada uno de ellos, no pareciera que fueran de lo peor, pero cada día tengo menos dudas de que tenemos uno de los sistemas políticos más ineficientes del mundo. Este sistema no fue creado para una democracia relativamente funcional: se generó en un periodo de partido prácticamente único y luego fue reformándose para abrirle paso a la pluralidad y las oposiciones con sucesivas reformas electorales que sirvieron hasta el preciso momento en que cumplieron su cometido: hasta que le dieron paso a gobiernos de oposición. Primero, en 1997 en la Cámara de Diputados y en el 2000 en la presidencia de la República. Desde entonces el sistema se ha tornado disfuncional, no sirve, porque está construido para que la mayoría de la cámara coincida con el mismo partido que detenta el poder ejecutivo, y cuando ambos no coinciden, como ha ocurrido en los últimos seis años, el sistema se convierte en un rehén de cualquier apetencia de poder personal o de grupo. Lo vimos en el sexenio pasado (no nos olvidemos que estas mismas reformas, eléctrica y fiscal, que ahora se están debatiendo fueron rechazadas por muchos de los mismos que ahora las impulsan, incluyendo el presidente Fox e impulsadas por opositores como Emilio Chauyffet) mientras que la labor de destrucción se torna mucho más sencilla que la construcción de algo, de lo que sea. Por eso la sensación de que desde 1997 estamos ante una parálisis legislativa: eso se siente porque es sencillamente lo que está sucediendo.

El congreso no es funcional, no sirve para los intereses de la nación. Los diputados y senadores no responden a los intereses de sus electores o de sus estados en el caso de los segundos. El esquema adoptado, de legisladores uninominales, plurinominales, de bancadas fuertemente centralizadas en torno a un líder que cuenta con recursos a discreción para mover a "sus" legisladores, de periodos de trabajo muy corto y de grilla muy largos, de compromiso con el partido y no con los electores al no contemplarse la reelección, el mismo número (los 500 diputados y los 128 senadores ya no tienen razón de ser: se transforman en cámaras demasiado numerosas y muy poco representativas donde terminan llegando personajes sacados de los peores escalones de la zoología política, como el diputado admirador de Hitler que pide que se fusile a sus opositores), todo se conjuga para que la Cámara, sobre todo la de diputados, simplemente no funcione como tal. Lo que tenemos es mucho circo y pocas leyes.

Jorge Fernández Menéndez
(v.pág.30 del periódico Público del 19 de diciembre de 2003).


Ni siquiera se acordaron de que existimos, todo lo hicieron para su santo, para su caudal, para aspirar a tener el control de la totalidad del poder. Creo que eso lo hacen muy bien esa clase de pillos cobijados por su clara visión política que cosecha únicamente para su beneficio. Y, como muestran las fotografías, todavía se dan el lujo de burlarse de nosotros con señas, como la del famoso Roque.

La fallida reforma de hace unos días, evidencia lo anterior, la apatía y la negligencia de esos malhechores disfrazados de políticos -además con inmunidad- retrata fielmente el atraso de su nivel de sensibilidad. Lo que es peor, aún nos falta por soportar no sé cuántos años más. No hay ninguna brújula que dirija a esas cámaras de inútiles -para el pueblo, por supuesto- que, por medio de los partidos políticos, dizque nos representan y que solamente muestran su incapacidad para analizar y, en su caso, tomar decisiones para las verdaderas reformas que tanto se requieren.

Todo está hecho un tiradero: el sistema fiscal es un caos y sus políticos están tan hechos bolas que, parece, nos traen en reversa, comenzando por el Ejecutivo que queda tan mal parado y, además, evidenciado de que no tiene habilidades para hilvanar alianzas o para negociar pactos. Lo mismo sucede con los diversos actores de las Cámaras -alta y baja- así como también, los miembros del gabinete y los respectivos partidos que, "honrosamente", elegimos para que nos representen y nos protejan.

¡Qué espectáculo tan pobre nos han brindado al no saber identificar y sí mostrar su incapacidad para resolver problemas cruciales en momentos cumbres! La culpa y responsabilidad recae en toda esa clase política que, prácticamente, se torna en inoperante y en un puñado de inútiles que, aún sin cumplir con un compromiso adquirido, se dan el lujo de cobrar sueldos altísimos que se tornan como latigazos para el pueblo.

Lucio Vázquez, médico
(v.pág.4-A de El Informador del 17 de diciembre de 2003).


No podría ser de otra manera. El Congreso de la Unión es un mosaico que refleja el país. Ello explica que en él se encuentren representados partidos políticos e, inclusive, más que ellos, que haya representantes con distintas formaciones profesionales, con cercanía o pertenencia a distintos gremios, con diferente experiencia, proveniente de distintas regiones, en fin. Es un pequeño México, ni duda cabe, con todo, literalmente todo lo que hay en el país.

Tal vez por ello no debiera sorprender que así como hay gente letrada, con experiencia legislativa previa o con una carrera profesional que garantiza cierto conocimiento de los temas, así como hay representantes con estudios formales o con una experiencia profesional acumulada en la escuela de la vida diaria, hay quien llega a la Cámara sin más méritos que el compadrazgo o el oportunismo, sin más currículum que el construido en actividades en ocasiones poco transparentes si no es que en algunos casos inclusive al borde de la delincuencia, sin más experiencia que la de universos limitados (no por ello menos válidos) y que por ende confunda la Cámara con el palenque del pueblo. Total, si desafortunadamente en eso se resume el universo de muchos mexicanos qué esperar entonces del nivel del debate político que en ocasiones se presenta en el país.

Pero el grado del espectáculo que ofrecieron algunos legisladores el pasado jueves en la Cámara de Diputados sobrepasó cualquier parámetro razonable. Que la política es pasión no hay vuelta de hoja. Que tiene ocasiones más propicias para el álgido debate parlamentario que para el diálogo de altura, tampoco. Que no siempre se obtienen los resultados esperados por unos u otros es evidente. E inevitable. Pero todo ello no justifica el comportamiento tan denigrante de algunos diputados para con sus pares, para con otros que aunque enarbolen distintas banderas son tan representantes populares como ellos.

En la época en la que los países se distinguen de otros no por sus recursos naturales -los que cada vez está más claro que son menos importantes como precursores del desarrollo- sino por su capital intelectual, es patético el trato que se le da a la exposición de las ideas. Se les acusa entonces de dogmáticas, de arrogantes e irreflexivas.

Marco Provencio
(v.pág.21 del periódico Público del 16 de diciembre de 2003).


Volviendo al maratón de la reforma fiscal, si de esos tipos corrientes y de esas viejas escandalosas depende el poder legislativo de la nación, ¿qué podemos esperar del resto de nuestro país?

Parecían animales. Ni la gente más apasionada que va a gritar a las luchas, a encuerarse al futbol o a deschongarse a los conciertos de rock (que merece todo el respeto del mundo) se comporta como ellos se comportaron durante esa jornada que no tenía nada de deportiva, ni de divertida, ni de catártica.

Alvaro Cueva
(v.pág.2 del suplemento ¡Hey! del periódico Público del 16 de diciembre de 2003).


Si hay un momento histórico en que los políticos se están convirtiendo en una clase deleznable para el país es éste. Momento en el que un pueblo pobre y hastiado de tanta mentira, observa con molestia e indignación como muchos de sus gobernantes -por fortuna no todos- viven como reyes y trabajan como zánganos (al confundir la grilla con el trabajo nacional).

Lloran como plañideras argumentando falta de dinero, cuando los ingresos públicos son inmensos, pero nunca antes tan mal utilizados. Tiempo en el que supersueldos, prestaciones, bonos y demás, se han convertido en el botín de bucaneros de un oficio -el político- tan necesario para la buena marcha del país, aunque ajeno y desconocido por casi todos sus actuales detentadores.

El pueblo no importa, tan sólo es estadística. El IMSS funciona en condiciones lamentables y a punto del colapso, la economía se paraliza, la inseguridad y el caos reinan de frontera a frontera, en tanto que el Poder Judicial protege a la delincuencia y lastima a la sociedad. Un pequeño empresario mediante una campaña multimillonaria alcanza la Presidencia (rebasando los límites permitidos) y sus amigos son judicialmente exonerados, sin importar que se comprobara que recibieron recursos del exterior. Cientos de millones de pesos se gastan anualmente en anuncios televisivos oficiales y la obra pública brilla por su ausencia. Pero el Gobierno declara que vivimos en un país de maravillas. Un país que sólo el Presidente mira en sus fantasías.

Desnudado ante el pueblo a causa de su incapacidad e ignorancia de oficio, el Gobierno recurre al viejo truco '¡...al ladrón, al ladrón!', apoyándose en su fiel aliada la televisión para echar la culpa de sus propias ineficiencias a un Congreso, que de por sí no da el ancho; menos aún con la división causada por la amiga de doña Marta; la nefasta lideresa 'moral' del magisterio (¡cómo estarán sus líderes inmorales!).

Gobierno que gasta a manos llenas en supersueldos y en tantas tonterías, y se olvida que fue elegido para cuidar, dirigir y proteger a un pueblo que le concedió la mayor responsabilidad social que existe: ¡Gobernar! Lamentablemente los nietos de Don Porfirio confunden gobernar con enseñorear. No conocen el servir a los demás y sólo saben servirse de los demás. Lamentable pues y bochornoso, el espectáculo que están dando ante la República.

Manuel Hernández Gómez
(v.pág.4-A de El Informador del 13 de diciembre de 2003).


A mediados de noviembre más de 540 personas se contagiaron de hepatitis A, resultando en la muerte de tres personas, después de haber visitado un restaurante mexicano llamado Chi-Chi's, en el estado de Pennsylvania. Inmediatamente se le echó la culpa a las cebollas importadas de México.

Semanas más tarde la FDA, en un comunicado de prensa confuso y enredoso, anuncia que después de hacer una exhaustiva investigación no se encontró evidencia de que México fuera la fuente de la infección. Uno no se explica cómo no hubo inicialmente una reacción oficial del Gobierno Mexicano en defensa de los productos de nuestro país cuando surgió la acusación inicial. Y ahora que parece que el foco de infección, no está en México, tampoco salen a hacer declaraciones contundentes. ¿Dónde está Usabiaga? Entre tanto, me comentan funcionarios estatales y exportadores que ha caído en 40% el precio de la cebolla mexicana y cada día que pasa se cancelan más y más pedidos.

Se los juro, queridos lectores, que si la incompetencia fuera penalizada, al Secretario Javier Usabiaga ya se le hubiera condenado al paredón para enfrentar los cebollazos de los productores que dejaron de exportar.

Ana María Salazar
(v.pág.5-A de El Informador del 13 de diciembre de 2003).


Falta congruencia entre los principales actores políticos, que a todas luces se desentienden hoy de los objetivos económicos y sociales que interesan a los mexicanos, y que no hace todavía mucho tiempo fueron temas recurrentes de sus campañas electorales, para concentrar sus esfuerzos en la lucha por el poder, sin importarles que falten todavía tres años para que la sociedad determine con su voto el rumbo del país.

Javier Medina Loera
(v.pág.4-A de El Informador del 10 de diciembre de 2003).


Hace un par de semanas leía un artículo publicado en el diario ABC de Madrid, escrito por Edurne Uriarte, Catedrática de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos, en el que utilizando como ejemplo el caso de Schwarzenegger, se refería a los políticos aficionados, es decir, un ciudadano que decide un buen día dedicarse a la política. "La figura de los políticos está tan desprestigiada que ni siquiera los propios políticos reconocen su actividad como una profesión, es decir, como un oficio que requiere de una especialización que puede convertirse en la actividad laboral principal durante un periodo considerable de tiempo".

Si cualquier ciudadano tiene el derecho a convertirse en representante político ¿qué calidad de gestión, de conocimientos y de profesionalismo podemos esperar, cuando alguien, por más buenas intenciones que tenga, obtiene un puesto en el Gobierno debido a su capacidad oratoria o a su popularidad como artista y no debido a sus capacidades para conducir a la sociedad, proponer o elaborar leyes, administrar una ciudad, un estado o un país?

Hay quienes piensan, por otra parte, que la gente común, con sensibilidad humanista, o la llamada "gente decente" puede o debe ocupar los espacios de poder de los que se han adueñado los políticos profesionales que han destruido el país y empobrecido a la gente.

Ambas posturas, la de contar con servidores públicos profesionales que sepan verdaderamente lo que hacen, y la de contar con "gente decente" al mando del país son además de válidas, deseables.

En un mundo ideal, debiéramos contar con políticos que sean al mismo tiempo profesionales y decentes.

Salvo honrosas excepciones, la imagen que los políticos han creado de sí mismos nos dice que la sola idea de un servidor público profesional que sea al mismo tiempo honesto, es una incongruencia o una utopía, como igual de utópico es encontrar un ciudadano decente que al decidir de buenas a primeras incursionar en la política tenga experiencia en la administración pública.

Ricardo Elias, arquitecto y empresario
(v.pág.2A del periódico Mural del 4 de diciembre de 2003.)


De una u otra forma, nosotros los que observamos el circo político, vemos que el trapecista se cae estrepitosamente, vemos que el león se come al cirquero y que los chistes de los payasos son malos y de mal gusto. Desafortunadamente no tenemos opción de cambiarnos al Tihany ya que compramos boleto por seis años. En este circo obviamente incluyo a todos los actores políticos que deciden el camino de nuestro país: al Ejecutivo por su descoordinación interna y su falta de habilidad operativa y manejo de tiempos; en el Legislativo a los priistas por su deshonestidad con las voluntades del pueblo y su anticipada avaricia por el poder y, a los perredistas, por su comodona postura de no hacer nada que no suena a populismo y a desentenderse de los tragos amargos que tenemos que dar todos para mejorar -como si no les pagáramos por legislar-.

Alejandro Delgado Ayala, consultor en inversiones y derecho internacional, y fundador de la empresa GCR Consultores
(v.pág.2A de la sección "Negocios" del periódico Mural del 4 de diciembre de 2003.)


Un gobierno [el de Jalisco] que hasta ahora ha pasado sin pena ni gloria, que ha omitido ejercer el presupuesto en obras estrictamente necesarias, las que posiblemente empiecen a realizarse con fines meramente electorales y que por tanta dilación quizá serán obsoletas al terminarse, ¿tiene derecho a solicitar a los legisladores la aprobación de un presupuesto millonario para publicitar "lo realizado".

Falta tanto por hacer, pues ni siquiera tenemos salidas carreteras dignas hacia el resto del estado y los circunvecinos, ni vialidades alternas para desahogar el intenso tráfico, sobre todo en la zona conurbada de Guadalajara; ni carreteras bien mantenidas y adecuadas a los requerimientos de los usuarios, y esto sólo en el rubro de las comunicaciones terrestres. ¿Qué afán de jugarnos el dedo en la boca con tantas cosas "maravillosamente ejecutadas"? ¿Por qué menospreciar nuestra inteligencia al grado de vendernos espejismos, como si fuésemos niños de preescolar?

¿Y de Guadalajara?, ni hablar, pues el panorama que se deja al Alcalde sucesor no es nada halagüeño. Una ciudad saturada de vehículos, con cero estrategias para mejorar su vialidad; insegura, sucia, grafiteada y exprimida en sus arcas, entre otras cosas, por tanto que se han gastado en viajes de "conocimiento" cuyos resultados ya no alcanzamos a ver pues nuestros ilustres viajeros ya se van y sólo les importa tratar de asegurar su permanencia dentro del presupuesto, pues "vivir fuera de él, es vivir en el error". ¿Y lo aprendido, bien gracias?

Es decepcionante darnos cuenta del deterioro, inoperancia, ceguera y desfachatez de la mayoría de nuestros políticos y servidores públicos. ¿Qué no nos basta con las repercusiones económicas y sociales que padecemos, debidas a errores de mando y a sucesos a nivel mundial, para empeñarnos en buscar que se integren hombres realmente probos a los puestos de vital importancia, que puedan ayudar a nivelar un poco la balanza que ya se inclina demasiado hacia un terreno pantanoso y sumamente difícil de cruzar? Y en tanto eso sucede ¿no podremos los ciudadanos unidos, exigir lo que consideramos son nuestros derechos mínimos para una convivencia más digna y tranquila, dejando fuera a tanto corrupto, egoísta, cínico y sinvergüenza?

Cristina Morfín, asesora en relaciones públicas y comunicación
(v.pág.8A del periódico Mural del 27 de noviembre de 2003.)


México está hoy un poco a la deriva, su clase política está dividida y enfrascada en sus propias y mezquinas luchas; no se encuentra la solución al estancamiento económico ni, menos, hay un proyecto de futuro.

Lorenzo Meyer
(v.pág.9A del periódico Mural del 27 de noviembre de 2003.)


En los momentos actuales los partidos políticos, a través de sus candidatos, lo que buscan es el poder por el poder mismo y no la defensa de principios y programas políticos congruentes con su propia idiosincrasia y su ideología, plasmadas en sus doctrinas respectivas. Se ha desatado una inescrupulosa búsqueda del poder y de los beneficios que reditúa el lograr el triunfo en las elecciones, que ya no importan ni principios ni doctrina políticos sino el triunfo a como dé lugar. Esto desde luego que repercute en perjuicio de los habitantes y de las instituciones tanto públicas como de otra índole del país, y refleja el cambio que esos partidos han dado de institutos políticos a meras agencias de colocación de sus afiliados. Con las consabidas excepciones del caso, los políticos no buscan el cumplir con un servicio público sino medrar con los puestos públicos a los que acceden y asegurar el estipendio mensual que ello significa.

Sergio A. López Rivera, abogado
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 26 de noviembre de 2003.)


Los priistas, sólo se comportarán disciplinadamente cuando haya un Presidente de la República de ese partido que los someta, entretanto, lloran tanto su orfandad que no hacen nada. De los diputados perredistas no puede esperarse nada, pues los comanda "el señor No". El PAN tiene la vergüenza de haberse opuesto en tiempos del Presidente Zedillo a la reforma eléctrica.

Ante ese espectáculo diario que nos dan los políticos, se ve difícil que aporte algo este Congreso, emanado supuestamente de un proceso democrático.

Porque no ha sido en la libertad cuando el Congreso se ha visto eficiente. En el pasado, durante la "Pax priista" sí había acuerdos; sin ir muy atrás, recordemos el Congreso constituido en 1988, en aquellas elecciones en las que las malas lenguas dicen que el PRI se "agandayó" la Presidencia, el Senado y la Cámara de Diputados. Entonces, ese Poder Legislativo, dócilmente hizo cambios más polémicos que los que ahora se pretenden. Por ejemplo, los que hubo en materia de inversión extranjera que permitieron, en proporciones mayoritarias y en renglones como la banca, los cambios que pusieron orden a la situación jurídica de las iglesias, los que autorizaron el TLC, etc.

La conclusión negativa podría ser que el país para funcionar necesita una dictadura. Este Congreso tiene la palabra para demostrarnos que no es así.

Pablo Vargas Berrueta, en "Buzón de Nuestros Lectores"
(v.pág.6-A del periódico El Informador del 26 de noviembre de 2003.)


Si la política es una guerra sin sangre, conviene tener siempre presente el valor del engaño (Sun Tzu) como estrategia.

Del chileno Gonzalo Ureta Maturana son estas reflexiones: "El uso del engaño en el desarrollo de las guerras es una materia trascendental, puesto que constituye la esencia de la maniobra. Sin embargo, a veces se pretende extrapolar el empleo de este instrumento a las relaciones humanas que se dan en el interior de una sociedad en armonía, lo que indudablemente la deteriora y la pone en peligro. Frecuentemente se subordina el empleo de la palabra veraz a una cuestión de conveniencia (...); en el largo plazo, siempre es conveniente decir la verdad (...). En los fenómenos sociales en donde la ciencia no es aplicable, el costo (de mentir) se paga igualmente (...), traduciéndose muchas veces en un aislamiento progresivo (...) por practicar el engaño o burlar la buena fe depositada en su palabra".

El economista argentino Alberto Benegas-Lynch piensa que "mentir, no revela solamente disociación entre el juicio emitido y el objeto juzgado. Se requiere el ingrediente de la hipocresía. Se requiere fingir. Se requiere que la aludida disociación se haga a sabiendas. Se requiere la intención de trocar la realidad por ficción. Lamentablemente, es común la opinión de quienes, en la práctica, sostienen que la veracidad del discurso de un político no debe medirse con la misma vara con que se mide el discurso privado. La mentira, el engaño y la trampa son elementos deleznables en la vida privada (...). Cuando alguien objeta la actitud deshonesta de un político porque prometió A e hizo B, se dice: 'y bueno, qué esperan, es político'. Parecería que es inherente a la política el mentir (...). Sin duda que estas actitudes de hipocresías institucionalizadas se acentúan cuando los organismos de control administrativo no funcionan, cuando la división de poderes se debilita o cuando aparece como resultado de una absurda cosmética para ocultar el poder hegemónico (...). Cuanta más transparencia y más oxígeno, mayor será la dificultad para tergiversar y mayor la posibilidad de poner al descubierto lo fatuo de aquellos personajes de la política que mienten con la solemnidad digna de un sátrapa con pretensión de hombre decente (...). Se dice que la mentira tiene patas cortas porque tarde o temprano queda al descubierto (...)".

Voraces, glotones, irrefrenables en su avidez de poder, los políticos de la camada que hoy por hoy padece México se caracterizan sobre todo por su patente mediocridad.

Eso puede constatarse todos los días en el fétido desagüe de declaraciones cotidianas a que son tan proclives los dirigentes y cuadros medios en el gobierno, los partidos y el Congreso.

Los perredistas, por ejemplo, prometen una propuesta de reforma fiscal que, de manera irresponsable y cobarde, no presentarán en las cámaras, sino ante... ¡los medios de información! (como si los periodistas fueran los responsables de legislar). Tan pedestre es la formación económica y supina la asesoría "especializada" con que cuentan (o deberían contar, toda vez que para eso chupan dinero del erario) que ahí está el "partido de la esperanza" colgado de los pantalones de su ex "archi-recontra-enemigo", el senador priista Manuel Bartlett, dizque para defender la soberanía energética de México, dejando a la ilusa militancia colgada de la incertidumbre, sin respuesta que valga frente a la pregunta de por qué no existe una iniciativa propia, generada por los "comprometidos" con una "revolución democrática".

Y los panistas, ¿qué tal?: juraron y perjuraron que apoyarían la propuesta de Vicente Fox con espíritu de cuerpo, para salir ayer con la batea de babas de que presentarán una distinta.

Por lo que toca a los priistas, nada más hay que ver lo que ha sucedido en unos cuantos días con sus dirigentes Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, que exhiben hasta dónde no supieron aprovechar las victorias que su partido obtuvo en las elecciones de julio.

¿Cómo es posible que Madrazo presentara como "tricolor" la contrapuesta a la del IVA y antier pregonara que bueno, pues no... que en realidad fue la Secretaría de Hacienda del gobierno panista la que promovió lo que él mismo había dado a conocer como surgido del PRI?

Gordillo saltó ayer para acusarlo de mentiroso.

La mediocracia que domina el escenario político en México se trae una confusión que hasta hace poco los opositores a Fox atribuían como exclusiva del gobierno federal.

Silvestres (las contadas excepciones confirman la regla), los mercachifles con credenciales de partidos, con curules, escaños y huesos en el gobierno, confunden las ventajas del engaño con la estupidez de la mentira.

Carlos Marín
(v.pág.22 del periódico Público del 25 de noviembre de 2003).


Recordemos la frase de campaña de Luis Echeverría: 'Arriba y adelante', la cual hubiera sido muy poco proselitista si hubiera sido 'abajo y para atrás', términos que siempre se acoplaron estupendamente al PRI hasta que llegó el PAN y agregó su 'y de mal en peor'.

Rafael Tonatiuh
(v.pág.43 del periódico Público del 25 de noviembre de 2003).


La población no se siente representada por los diputados y diputadas y les tiene poca confianza. No se comprende cabalmente cuál es el trabajo parlamentario y se piensa que los diputados y diputadas no hacen nada; o bien son personas inescrupulosas que gozan de privilegios a costas del resto de la población. Sus errores, escándalos y deficiencias se proyectan ampliamente, llegando a instalar una percepción popular negativa y hasta contraria a la existencia del Congreso en nuestro sistema democrático.

Julio Huerta Chávez
(v.pág.8A de Ocho Columnas del 20 de noviembre de 2003).


Ser diputado se ha convertido en una responsabilidad de tres años y luego una vergüenza de toda la vida.

Ramiro Hernández, coordinador de los diputados electos del PRI en Jalisco
(v.pág.10 del periódico Público del 18 de noviembre de 2003).


No deja de ser ridículo que el PAN se encuentre batallando por sacar adelante las reformas fiscal y de energía que por (¿sin?) una ceguera partidista hubiera podido sacar más fácilmente con Salinas y Zedillo. Esa ceguera partidista les impidió pensar en un país que a ellos mismos les convenía gobernar.

Todos los políticos ven a la nación con el cristal manchado del interés partidista. La Teoría de Grupos predice que ningún militante escogería la opción de un país fuerte si su partido tuviera que quedar debilitado en el proceso. Esto desde luego es espantoso, pero es el costo de la ganadería partidista.

Enrique Canales
(v.pág.7A del periódico Mural del 13 de noviembre de 2003).


Es común que la administración pública pierda casos, de hecho, los abogados prefieren litigar contra el Gobierno que contra particulares (pregúntenle a Diego Fernández). Cuando el Gobierno pierde, pagamos todos, y cuando todos pagan se cree que nadie paga ¿que pasaría si pagaran los funcionarios que hayan cometido el error?"

Víctor Manuel González Romero, profesor investigador y ex rector general, U. de G.
(v.pág.5-A de El Informador del 5 de noviembre de 2003).


John Young, editor de la página de opinión del 'Wacco-Tribune-Herald', asegura que el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, no lee los periódicos. El líder del país más poderoso del mundo admite que ve los titulares sólo para tener una idea de lo que está pasando, pero que rara vez lee las notas. Dice que obtiene toda su información de 'fuentes objetivas'. Y las fuentes más objetivas -afirma Bush- 'forman parte de mi personal'.

Esto recuerda a cierto ex-gobernador de Jalisco, hoy secretario de Estado, que durante su mandato, en una reunión con sus paisanos de Zapotlán, les pidió no 'consumir' periódico, para que no se contaminaran con malas noticias. Hace unos meses el actual Presidente de México aconsejó algo semejante.

El señor Bush toma decisiones en base a la información proporcionada por su personal de confianza, es decir, por subalternos contratados y asalariados por el propio Gobierno. Esto, dice Young, es una manera inteligente de ver el mundo, un estilo, algo así como 'todo está bien, usted tiene los controles, señor'.

Realmente no extraña que el jefe de la Casa Blanca no lea periódicos, pues según varias versiones, no es amante de leer nada. Su incultura asoma con frecuencia.

La cuestión fundamental es que un buen gobernante tiene que ser necesariamente culto, a menos que como en el caso del rústico Sancho Panza, cuando fue a gobernar su ínsula, cuenten con un asesor del nivel intelectual de don Quijote de la Mancha.

Pero como aquí, en Estados Unidos y en muchas partes del mundo, la 'nueva democracia' impulsa al poder público, no a los más sabios, sino a los más ricos o a los más hábiles para financiar campañas electorales, ¿qué futuro nos espera?

Javier Medina Loera
(v.pág.4-A de El Informador del 29 de octubre de 2003).


En política aguantar vara y aprender a tragar estiércol no es lo más importante, es lo único importante.

La tremenda corte
(v.pág.3 del periódico Público del 28 de octubre de 2003).


Felipe Calderón, secretario de Energía, dijo que se arrepiente de que el PAN no haya votado a favor de esta reforma [eléctrica] cuando Ernesto Zedillo presentó la iniciativa en 1998. 'De hecho la instrucción era que se debía de apoyar, lo que ocurre es que a mí, en lo personal, mi responsabilidad como presidente del PAN terminó cuando el debate apenas empezaba'.

(V.pág.30 del periódico Público del 28 de octubre de 2003).


En el texto del domingo, Claudia Ruiz Arreola, ella compara a nuestros políticos con los músicos de rancho: nunca tocan, todo se les va en afinar, escupir y orinar.

El filósofo de Güemes, colega suyo por el lado de la filosofía, ya había descrito la formación de nuestros políticos diciendo: los buenos políticos son como el amor de madre; no se fijan en fregaderas del pueblo. Hablan mucho de democracia, pero la palabra del jefe siempre es mayoría. Y papá afirmaba que todos nuestros políticos tienen la conciencia limpia. Sí. Porque nunca la han usado.

Oscar H. Murillo
(v.pág.9A "Cartas a Mural" del periódico Mural del 16 de octubre de 2003).


Prevaleció en un buen número de Secretarios de Finanzas de las entidades donde gobierna el Partido Acción Nacional criticar a la Hacienda federal por su 'ineptitud histórica' en la captación de los impuestos. Hubo por ahí quien recordó a Pedro Aspe, cuando en los tiempos de Carlos Salinas 'muy pocos se les iban sin pagar impuestos'.

Vicente Bello, en su sección "Tren Parlamentario"
(v.pág.9-A de El Informador del 11 de octubre de 2003).


El mortal standard reconoce a priori su predisposición al error -por eso acostumbra comprar lápices con borrador-, mientras que los proto-humanos que acceden a las esferas gubernamentales adquieren ipso facto (o creen que adquieren, de tanto que los aduladores se los repiten) el don de la infalibilidad.

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A de El Informador del 25 de septiembre de 2003).


Son muchas, cientos y miles, las historias de los servidores públicos del gobierno federal que eran dados de baja para acomodar a recomendados o también a hijos de papá que les compraba el 'puesto' en alguna dependencia oficial. Las bajas y el reclutamiento de los empleados en los mandos medios de la administración pública, hasta hoy, se han realizado en formas caprichosas y arbitrarias en perjuicio de funcionarios probos, experimentados, responsables y capaces.

Se conocen muchas historias tristes de empleados injustamente despedidos al concluir una administración y de personal sin experiencia, reclutado para integrarse al servicio público. En general al iniciarse una nueva administración quienes son seleccionados para ocupar los mandos superiores reciben todo tipo de recomendaciones para seleccionar a sus colaboradores en los mandos medios: directores generales, directores y subdirectores de área, jefes de departamento o de oficina.

Para ocupar cargos en el gobierno federal los altos mandos reciben listas de recomendados de jerarcas de la Iglesia, de empresarios poderosos, de partidos políticos, de gobernadores, de representantes de universidades extranjeras y de todo tipo de personas con poder para recomendar. Si algún cientista social realizara una investigación sobre las presiones para integrar la administración pública federal los datos serían sorprendentes.

Vicente Oria Razo
(v.pág.10A de Ocho Columnas del 22 de septiembre de 2003).


Los legisladores mexicanos -con esa incapacidad que tienen para entender la economía- decretaron a fines del 2001 la aplicación de un impuesto especial de 20 por ciento a los refrescos elaborados con fructosa. El resultado ha sido el desplome de la industria de la fructosa en nuestro país y una inminente escasez de azúcar.

Hasta el año 2001 la fructosa -que se produce con maíz amarillo en lugar de caña de azúcar- representaba el 11 por ciento del mercado nacional de edulcorantes. De los 5 millones de toneladas anuales que se consumían en México, 550,000 eran de fructosa y el resto de azúcar de caña. La mayor parte del consumo de fructosa, 360,000 toneladas, se satisfacía directamente con producción nacional: sólo el resto se importaba. El golpe del impuesto, por lo tanto, ha sido muy directo en contra de una industria que había invertido grandes cantidades de dinero en México para ser competitiva.

El impuesto ni siquiera estaba diseñado para generar nueva recaudación fiscal. Su propósito era simplemente beneficiar a una industria -la del azúcar de caña- y golpear a otra, la de fructosa.

El precio en el protegido mercado nacional ha subido para beneplácito de los grupos que controlan esta industria. Y el alza, como siempre, la han tenido que pagar los consumidores. Mientras en México el azúcar al mayoreo tiene un precio de 5,700 pesos la tonelada, en Sudamérica cuesta 2,650 pesos la tonelada.

Con esta medida destinada injustamente a favorecer a un grupo de industriales, sin embargo, los políticos mexicanos han generado una nueva crisis. Ante el aumento artificial de la demanda de azúcar de caña, y el virtual cierre de las productoras de fructosa, el país se acerca a un déficit de edulcorante. Por eso la Secretaría de Economía está considerando la posibilidad de importar 120,000 toneladas.

Lo absurdo del caso es que, hasta antes de este impuesto, los mexicanos teníamos un excedente que buscábamos exportar a Estados Unidos. Ahora los azucareros mexicanos ni siquiera quieren abastecer a las empresas maquiladoras de exportación, que generan productos de mayor valor agregado, porque el precio internacional del azúcar es muy inferior al de nuestro país. México está abandonando un mercado internacional muy rentable en el largo plazo simplemente para proteger a los viejos monopolios azucareros.

Pero ni siquiera el precio artificialmente alto es suficiente para resolver los problemas de la industria azucarera de nuestro país. El problema de fondo es que tenemos un marco legal que ha hecho una industria ineficiente y corrupta. El llamado Decreto Cañero obliga a los industriales a pagar la caña al 56 por ciento del precio final del azúcar, lo cual genera una tremenda inflexibilidad de mercado y mantiene viva una parte de la capacidad instalada de producción que simplemente no es competitiva.

Sergio Sarmiento
(v.pág.6A del periódico Mural del 18 de septiembre de 2003).


Cofres les harían falta para guardar los lingotes de oro, si su eficiencia se midiera por las ganas que los animan. Pero si su afán de ganancias se juzga por los resultados, a como van las cosas, no van a juntar cacahuates, ni para llenar una bolsita de papel de estraza.

¿A qué viene lo anterior? A la declaración que hizo el entonces secretario de la Contraloría y hoy coordinador de los diputados federales del PAN, Francisco Barrio Terrazas, al anunciar que el régimen del Presidente Fox prefería los lingotes de oro que representaba el llamado pemexgate, a los cacahuates que significaban los acuerdos para lograr las reformas laboral, fiscal y energética.

Barrio daba por seguro que, en cuestión de días, metería a la cárcel a los líderes petroleros Carlos Romero y Ricardo Aldana, secretario general y tesorero, respectivamente, del STPRM, acusados de haber tomado dinero del gremio para la campaña de Francisco Labastida, candidato presidencial del PRI.

El contralor hacía cuentas y se imaginaba que con Romero y Aldana tras las rejas, no sólo tendría al PRI contra las cuerdas, sino que el PAN ganaría de calle las elecciones del 6 de Julio y con su mayoría en la Cámara sacaría adelante las reformas que quisiera.

La triste realidad: El líder petrolero Carlos Romero no perdió el fuero de diputado y mucho menos paró en una oscura bartolina. Cuando parecía que, ahora sí, las reformas laboral, energética, fiscal y del Estado, llegarían de la mano de los nuevos diputados federales, Fox, Barrio, Calderón, Creel, Bravo, Castro y demás cerebros que conducen la nave gubernamental vuelven a tropezar con la misma piedra. El líder Carlos Romero ya no es diputado y es el principal de los acusados, en consecuencia, por elemental sentido común, el grupo en el poder se le hubieran dejado ir a la yugular. El grupo en el poder tiene el aparato gubernamental a su servicio y dice poseer las pruebas para condenar a Romero y Aldana. Entonces, mil veces más efectivo es detener al jefe y, una vez que le pruebe todas sus presuntas fechorías, sus compinches caerán como fichas de dominó. ¿Para qué meterse a la bronca de desaforar al senador Ricardo Aldana, si cuando su patrón sea encontrado culpable, él caerá solito? Ahora, Fox, Barrio, Creel, Calderón, Bravo y Castro corren el riesgo de quedarse sin lingotes de oro y sin cacahuates, porque el tal Carlos Romero anda paseándose en la cara de sus acusadores, tan campante, mientras Aldana, se ha convertido en manzana de la discordia y pone en peligro los acuerdos para las traídas y llevadas reformas estructurales. O no saben o no pueden. En ambos casos, Fox y su equipo se están viendo mal.

Marcos Arana Cervantes
(v."Ni más ni menos" en la pág.4-B de El Informador del 10 de septiembre de 2003).


El Dr. Macedonio Taméz, presidente municipal de Zapopan, experto como lo es en asuntos de ginecología, es evidente que los dos o tres semestres que estudió Derecho no le sirvieron de gran cosa...

Manuel Hernández Gómez, escritor
(v.pág.6-A de El Informador del 6 de septiembre de 2003).


Me parece patético que con los graves problemas nacionales que padecemos tengamos casi que implorarles a todos nuestros gobernantes, que dejen de lado sus obvios intereses personales y partidistas y se pongan a chambear.

Igualmente penoso resulta el tener que hablarle a nuestro Presidente de esta forma tan elemental: Paso uno, reconocer el error. Paso dos: elaborar un plan de acción. Paso tres: ejecutarlo.

Aparentemente el primer paso, el de reconocer errores y carencias, lo acaba de dar. Tres años para eso, pero al fin lo dio.

Si la calidad de vida actual de los mexicanos es la que corresponde a la novena economía del mundo, ni hablar de la décima.

Con el Informe dado por el Presidente, supuestamente sabemos ya de dónde cojeamos. Ahora lo que toca es dar el segundo paso. Pero ¿cuál es el plan? ¿qué vamos a hacer al respecto y cuales son las soluciones que el Gobierno plantea a problemas como la inseguridad, el empleo y la mejora del nivel de vida de los mexicanos, especialmente de aquellos que no tienen nada?

La apuesta está hecha a la aprobación de una serie de reformas. Sin embargo no se sabe a ciencia cierta de que se tratan, si serán aprobadas y cómo, en su caso, se traducirán en beneficios tangibles para todos.

Por como se han planteado las cosas, las reformas, más que un plan estratégico parecen una solución mágica para los problemas del país.

Mágico sería, en todo caso, que los políticos parlanchines e irresponsables desaparecieran y que a la voz de 'abracadabra' aparecieran en sus lugar hombres sabios dedicados al trabajo que les fue encomendado en beneficio de la nación.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(v.pág.4A de Mural del 4 de septiembre de 2003).


Se han ido sí, tres años entre frivolidades de la 'pareja presidencial', veleidades, soberbia e impericia de los miembros del Gabinete y una falta total de apertura y patriotismo de diputados y senadores, y es urgente empezar a trabajar pero con seriedad y entrega, en todo lo que evidentemente no se ha hecho, en un real proyecto de país; es momento también de dar un voto de confianza a quienes ingresan, a los que permanecerán dentro del equipo de Fox y a los que se inician como representantes y defensores de los intereses ciudadanos, no nos queda otra.

Cristina Morfín
(v.pág.4A de Mural del 4 de septiembre de 2003).


Los jefes de primera nombran colaboradores de primera. Los jefes de segunda designan colaboradores de tercera. Son de cuarta quienes sin experiencia alguna ni conocimiento de la materia que administrarán aceptan cargos cuyo origen se finca sólo en la politiquería.

Armando Fuentes Aguirre "Catón"
(v.pág.5A de Mural del 4 de septiembre de 2003).


El PAN atribuye su reciente derrota electoral, no al mal desempeño de sus gobiernos, sino a que se mantiene en la nómina gubernamental de las dependencias federales a decenas y probablemente miles de delgados y funcionarios priístas. Aducen que el PRI se vale de ellos para acarrear el voto en contra del gobierno para el que trabajan. Pobre concepción del ciudadano y pobre concepción del funcionario público.

Si voltearan siquiera a analizar un poco la forma en que gobiernan, encontrarían más luz sobre el problema que les preocupa: mantener los puestos que ahora ocupan.

El gobierno de Fox genera una gran incertidumbre a la que se agrega el pobre desempeño de su gobierno estatal. El Presidente habla de la crisis, pero para empezar: ¿a cuál crisis se refiere? Aparecen crisis todos los días y en todas partes. En la economía, en las finanzas, en el IMSS y en el ISSSTE, en el Fobaproa, en la relación con los Estados Unidos. ¿Es una crisis o muchas? ¿Tienen unidad o están estructuralmente diferenciadas? De ser una, ¿dónde se ubica: en el Congreso, en el Gabinete, en el exterior, en el sistema económico?

La incertidumbre es nuevamente la condición del momento de nuestro país. No es una fatalidad pero sí una situación real, un estado palpable en que se pierden las referencias y todo empieza a parecer como posible. La incertidumbre es resultado de la acumulación de acontecimientos sin origen y sin destino. Es el desorden.

Por ello el PAN debe hacer un ejercicio más profundo. Hoy lo que está en crisis es la capacidad misma de gestión de la crisis: los gobiernos emanados del PAN.

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.17 del periódico Público del 26 de agosto de 2003).


Sin vigilancia y crítica de las acciones de los gobernantes, la información queda en la penumbra y el natural acomodo de los gobernados propicia fácilmente las alabanzas en pos de retribuciones particulares y aún de oportunidades de medro, de acuerdo con el mexicanismo adagio: -A mí no me digan cómo, nomás pónganme donde haya...

Cuando los socios de los partidos se involucran en tales organizaciones para convertirse en 'profesionales del poder', se corre el riesgo de que los dirigentes se apoderen de las ideas y las fuerzas y las pertenencias, al extremo de que compitiendo entre sí las organizaciones discutan y negocien al margen de los ideales y de que los partidos se conviertan en instituciones de lucro, de triunfo, de influencias, de corrupción e impunidad.

Jorge Eugenio Ortiz Gallegos
(v.pág.5-A de El Informador del 23 de agosto de 2003).


Siempre ha sido propio del político recurrir a la demagogia y a la palabrería verborreica como recurso para envolver a las mentes de los incautos ciudadanos en los manejos inadecuados del Gobierno. Ciertamente no es nada nuevo; sin embargo es ahora más patente y evidente que los medios no deben convertirse en voceros irreflexivos y acríticos de las mentiras que nos pueden estar contando los estadistas y funcionarios sin que las atrapemos antes de divulgarlas.

Simplemente los medios de comunicación no pueden caer en el error de ser repetidores de las mentiras de los políticos. Las noticias no deben pasar directamente al público sin una revisión concienzuda por parte de los productores, redactores y comunicadores.

Honestamente el medio que no revise y rectifique la información que lanza un político se puede hacer cómplice si se trata de una mentira.

El derecho a la información es también el derecho a exigir que nos digan la verdad.

Pero también es responsabilidad de nosotros el exigirla.

Guillermo Dellamary, psicólogo y filósofo
(v.pág.5-A de El Informador del 23 de agosto de 2003).


Los postulantes de otra hipótesis dijeron que el resultado electoral no era más que el preludio de la restauración: más vale ser gobernados por corruptos que por incapaces, fue la frase inscrita en algún letrero por alguna calle de la Ciudad de México.

Pablo Gómez
(v.pág.23 del periódico Público del 8 de agosto de 2003).


En ese espectacular, donde hace unas semanas había algún 'slogan' elaborado sin más intención que embaucar incautos, ahora se anuncia una dama que ofrece sus servicios profesionales como adivinadora de la fortuna, lectora del tarot y gestora a favor de la felicidad de sus clientes.

Hace unas semanas había ahí un anuncio en que se nos prometían gobernantes honestos, diligentes, comprometidos con el mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad y de cada uno de sus miembros; ahora la pitonisa nos promete salud, amor y fortuna.

Hace unas semanas, los candidatos prometían gobiernos comprometidos con la verdad y la honradez, en una crítica (ni tan velada después de todo) a los gobernantes que se han caracterizado por mentirosos compulsivos o por incompetentes, que ya sabemos que la incompetencia es una de las formas más acabadas y repugnantes de la deshonestidad de los gobernantes. La adivinadora, en este anuncio, garantiza resultados.

Si sumas todo eso, llegarás a la conclusión de que no hay mayor diferencia. Primero, porque tanto los candidatos como la quiromanciana viven de vender ilusiones. Segundo, porque unos y otra han hecho de explotar nuestras frustraciones su modus vivendi... Y tercero porque, al final, tanto aquéllos como ésta terminan viéndonos la cara...

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A de El Informador del 6 de agosto de 2003).


Todos los políticos, todos.
Son como gobernantes y jugadores de un mundo paralelo en que la realidad del País sólo se toca, usa y esgrime cuando conviene para sus juegos.
Los gobernantes son necesarios.
Los políticos no.
Nos sobran políticos.
Nos faltan gobernantes.
Es como una democracia sin demócratas.
Es como vamos.
Por eso vamos como.

Nemesio Maisterra
(v.pág.6A del periódico Mural del 24 de julio de 2003).


La verdad es que en la gestión de Gobierno y operación del país lo hemos hecho mal, con un costo enorme que no queremos ver. El fin del presidencialismo dejó un hueco que llenaron los partidos y el Congreso.

Pasamos del presidencialismo a la partidocracia y a la congresocracia.

No hacía falta esperar estas elecciones para saber la pobre voluntad de servicio de partidos y políticos. México ya perdió, sí, ya perdió la enorme oportunidad internacional que se abrió con el cambio. El mundo sigue y no espera a que nuestros pequeños y miopes políticos decidan lo que ya sabemos que tienen que decidir.

Nemesio Maisterra
(v.pág.11A del periódico Mural del 16 de julio de 2003).


¿Han oído hablar del voto razonado? Se supone que es la medalla de oro al mérito democrático: el ciudadano ejemplar, bien instruido y mejor informado, sabe qué quiere y qué puede esperar de cada partido y de cada candidato. Así, distingue y puede votar por equis candidato para Alcalde, por un partido diferente para el Congreso local, y hasta por un tercero para las federales.

El problema es cuando de todos no se hace uno. Así, ¿cuál voto razonado? A duras penas fuimos a votar. Antes digan que no empieza uno a formar su propia guerrilla o, peor aún, su cuerpo de midibuseros.

Y entérense, almas cívicas, que también existe la abstención razonada. Los cientos de miles (o millones) de ciudadanos informados, sí, pero también hartos del bajísimo nivel de los partidos, la ignorancia de sus candidatos y la franca incompetencia de los gobernantes. Si hay quienes no tienen el menor interés de hacer el caldo gordo a unos ni a otros, pues muy su derecho.

Paco Navarrete
(v.pág.3B del periódico Mural del 15 de julio de 2003).


México no puede estar dirigido por las cúpulas de los partidos políticos; la ciudadanía debe tener otros canales de participación abiertos como la candidatura independiente y mecanismos de democracia indirecta.

Jaime Cárdenas Gracia, consejero del Instituto Federal Electoral
(v.pág.4A de Ocho Columnas del 14 de julio de 2003).


El comportamiento electoral de los mexicanos fue de castigar al sistema de partidos en México al no acudir a sufragar su voto, y con ese hecho refleja un estado de ánimo de rechazo básicamente hacia los partidos y no tanto hacia los candidatos que en su mayoría fueron unos tristes desconocidos.

Rodolfo Echeverría Martínez
(v.pág.8A de Ocho Columnas del 14 de julio de 2003).


Tirados estrictamente a la basura 5,000 millones de pesos, convertida la elección intermedia en un ejercicio de medición del repudio ciudadano a la clase política, lo importante para los actores políticos no es replantearse seriamente la estructura de la arena donde quieren competir y mucho menos voltear a ver las necesidades del país, las reformas que el desarrollo nacional exige. Insisten en el juego del reparto del poder, sin debatir para qué se quiere el poder.

René Delgado
(v.pág.7A del periódico Mural del 12 de julio de 2003).


Qué triste clase política nos ha tocado llevar a cuestas.

¿Para qué votar? ¿A quién le importa en realidad quien nos gobierna? ¿De esos fanáticos que con sus banderas de distintos colores festejan ante las cámaras de televisión el triunfo de un determinado candidato, de 'su candidato', cuántos verán como resultado de esa victoria un cambio cualquiera en su calidad de vida? Habrá, claro, aquellos que aspiran a un puesto en la burocracia y para quienes la victoria puede significar un hueso. Son los menos. Los otros, la mayoría, son víctimas de una euforia transitoria. Están ahí vitoreando a un candidato que -ya lo saben- no habrá de cumplir jamás sus promesas y al que con mucha seguridad no habrán de estrechar la mano nunca. ¿Quién puede decir ahora, fuera de los cuadros profesionales de los partidos; 'ganamos' así, en plural, realmente convencido? La vida y la política caminan por senderos cada vez más distantes.

El altísimo índice de abstencionismo no es sólo un voto de castigo contra Vicente Fox. Se equivocan. Se engañan quienes eso piensan. La gente no sólo está desilusionada con el llamado gobierno del cambio. Está cansada de los políticos en general. No les cree. No los quiere. No le interesan. Se ha perdido un componente esencial de la vida democrática. La lucha por una vida mejor ya no se expresa en la arena política. Uno vota a lo sumo como medida defensiva para impedir que llegue alguien que lo joda más [¿Estás oyendo, Fox? Aquí se incluyen los aumentos de impuestos que tú y tu secretario de Hacienda quieren enjaretarle a la clase media. - El webmaster.] . Es muy difícil encontrar a una persona que esté realmente convencida de que su voto servirá para cambiar las cosas.

Estos que hoy no salieron a votar son los mismos ciudadanos que provocaron los milagros democráticos en el 88, en el 97, en el 2000. Los mismos, sólo que ahora se sienten y están abandonados, desilusionados, traicionados por una clase política autocomplaciente y mediocre. La culpa de este rotundo fracaso la tiene la inmensa pobreza de la oferta política y los tristes resultados que quienes han sido electos en el pasado han entregado.

No ganó nadie. No importa cómo se reparta el botín.

Epigmenio Ibarra
(v.pág.23 del periódico Público del 11 de julio de 2003).


Es justamente en el espejo argentino en donde la clase política mexicana debiera verse, empezando por el Presidente y los suyos pero también los Gobernadores y dirigentes de todos los partidos, incluyendo a los de Oposición. La democracia mexicana está dirigida por una clase política que, una vez más, no está a la altura de las circunstancias, y ante el desprestigio acumulado, debe modificar su conducta, debe relegar sus luchas internas y concentrarse en negociar los acuerdos grandes y urgentes necesarios para dar a los procesos político, económico y administrativo, los impulsos de los que hoy carecen.

Los resultados de las elecciones federales intermedias mexicanas se pueden interpretar de varias formas. Una de ellas, la principal, quizá, como un rechazo de una mayoría a los responsables de la conducción política... las cifras disponibles nos dicen que apenas 24.6 millones de mexicanos -el 41.8 por ciento- acudieron al llamado de las urnas. Y no sólo eso, sino que de quienes se tomaron el trabajo de votar en el arranque de nuestra vida democrática, casi un millón optó por anular su voto, de tal manera que apenas el 38.1 por ciento le dio su apoyo explícito a algún partido. Si lo anterior no es visto como un fracaso de todos aquellos que viven de la política, entonces es que el tristemente célebre 'ni los veo ni los oigo' es ya un mal crónico y generalizado.

Fueron dos teóricos italianos, Gaetano Mosca (1858-1941) y Wilfredo Pareto (1848-1923), quienes pusieron de manifiesto la existencia en cualquier sociedad de un grupo de políticos profesionales que, aunque dividido internamente y en lucha constante, en conjunto conforma una clase con intereses comunes frente al resto de la sociedad. Sobre ella se impone y de ella vive. Desde la perspectiva del grueso de la sociedad mexicana, se confirma lo atinado de la visión de los italianos: las dirigencias políticas aparecen como parte de un todo -una clase- particularmente ajeno e inepto y que no merece la confianza y apoyo de la sociedad de la que extrae recursos considerables y a la que dice conducir.

Si tienen sentido de la historia y de sus intereses de largo plazo, tanto aquellos políticos que hoy controlan el Gobierno federal como los estatales y los que dirigen a los partidos -al del Gobierno y a los de Oposición- deben modificar su visión y conducta y mostrar su lado constructivo, so pena de ahondar aún más la distancia que les separa de una sociedad que no está muy lejos de hacer suyo el lema de los argentinos: 'que se vayan todos', un lema imposible de llevarse a cabo, pero que puede desembocar en ingobernabilidades y retrocesos, un lujo que ya no podemos darnos.

La decisión en el 2003 del 62 por ciento del electorado de no acudir a las urnas o de anular su voto, debe ser escuchada por las dirigencias de todos los partidos no como una ausencia sino como pasos en su tapanco y hacerles temer, si no por el bien nacional, al menos por sus intereses particulares y llevarles a todos a revisar sus estrategias.

Como se ha señalado, con el control del PRI de la mayoría relativa en el Congreso -60 senadores y 238 diputados-, más la mayoría de las gubernaturas, el Presidente Fox, para ser efectivo, va a tener que moverse al compás que le marque el tambor priista o el de un improbable pero no imposible acuerdo con la izquierda. Sin embargo, el Presidente aún puede usar para negociar el peso de su popularidad y, sobre todo, el de su puesto y el de la libertad que le puede dar no tener que trabajar ya en función de lograr la mayoría de diputados o de tener que imponer a su sucesor, como era la costumbre del pasado.

Negociar el cambio y lograr la eficacia administrativa requiere hoy aceptar ceder algo para ganar algo. Los obstáculos son grandes, pues hay incompatibilidades de agendas partidistas, divisiones claras dentro de cada partido, pero el costo de no hacerlo es igualmente grande: ensanchar el golfo que ya separa a la clase política de la sociedad y embarcarse en un juego que puede llevar a que todos perdamos y nadie gane.

Lorenzo Meyer
(v.pág.7A del periódico Mural del 10 de julio de 2003).


Esta debacle de los partidos combinada con la desaprobación del gobierno de Fox, puede convertirse en un mayor inmovilismo. Cancelar cualquier tipo de reformas de carácter legal y más aún de orden constitucional, con lo cual los próximos 40 meses serán de mero trámite en materia de gobierno y de agudización de la lucha por la Presidencia en 2006.

La estrepitosa caída de los partidos podría tener un desenlace positivo si diese lugar a nuevas opciones. Si esta mediocre clase política no ha estado, y no pareciera poder estar a futuro, a la altura de las apetencias democratizadoras y reformadoras de la sociedad, queda como hipótesis la posibilidad de transformar el actual rechazo de la sociedad al gobierno y los partidos, manifestado en esta monumental abstención, en un gran despertar. Un nuevo aliento que aproveche lo conquistado, como lo es sin duda la existencia y eficacia del IFE, para construir nuevas opciones, no sólo en el plano electoral, que sean capaces de sepultar al viejo régimen.

Joel Ortega Juárez
(v.pág.21 del periódico Público del 8 de julio de 2003).


Vamos a ir a votar bajo protesta, inconformes con las paupérrimas opciones que nos proponen los 11 partidos que dizque nos representan (¿me están leyendo, inútiles?).

Dicho de otra manera: no vamos a ir a votar por los ineptos que nos pusieron enfrente, sino por el sistema de vida que sólo la democracia nos garantiza a todos (como la monja). Y es que, aún cuando cada tres años nos ofrezca el triste espectáculo de partidos improvisados y políticos que suplen su falta de méritos con saliva, la democracia más chafa es preferible a cualquier tiranía.

Claudia Ruiz Arriola, doctora en filosofía
(v.pág.6A de Mural del 6 de julio de 2003).


Si los partidos y los grupos de poder insisten en perpetuar la cultura del poder por el poder mismo, subordinando a esta ambición los intereses de la sociedad, estaremos en el umbral de una crisis de legitimidad, tanto de los partidos como de los políticos mismos.

Bernardo González Mora, socio fundador y consejero nacional de la Fundación Colosio y consejero nacional del ICDEP
(v.pág.6A de Mural del 6 de julio de 2003).


Después de haber invocado de mil maneras al abstencionismo y de haber ignorado el mandato ciudadano de hace tres años, a los partidos políticos ahora les espanta la sola mención de esa palabra y, en el remate de su lúgubre campaña electoral, le piden a la ciudadanía practicar un doble absurdo: elegir, sin ofrecerle qué escoger; y repartir el poder, sin decirle para qué lo quieren.

Del entusiasmo ciudadano hicieron una decepción. De la popularidad, un recurso sin sentido ni medida. De la negociación, un chantaje permanente. Del equilibrio entre los poderes, un juego de resistencias. De la obra pública, una promesa. Del debate, un escándalo que se lleva al ministerio público. De la rendición de cuentas, un acto de cinismo con certificado de impunidad política. Del valor de las investiduras, un baile de disfraces sin mascarilla. De la alternancia, la negación de la alternativa. Y de la esperanza democrática, un spot.

A lo largo de los últimos tres años, esas fuerzas y el Gobierno le contaron el mismo viejo cuento a la ciudadanía. La política es patrimonio de los partidos, no de la ciudadanía. La condición ciudadana se adquiere a los 18 años, pero sólo se ejerce de ocho a 18 horas, un domingo cada tres años. La ciudadanía vale sólo por el voto que representa. La democracia no es un sistema de vida, sino un ejercicio electoral. Lo más importante de un democracia es el reparto del poder, no el sentido de éste en su ejercicio.

René Delgado
(v.pág.7A de Mural del 5 de julio de 2003).


A la magra cultura jurídica y política de amplios sectores de la sociedad (y de individuos como el que esto escribe), deben añadirse factores tales como el desencanto frente a las promesas que los 'representantes populares' de todos los partidos, especialmente del PAN y del PRD en funciones, han generado en los tres años recientes, o la sarta de babosadas con que los aspirantes a vivir del presupuesto han ofrecido.

Como suele suceder, casi todos ofrecen algo mejor que el Paraíso, cuando en realidad se trata de promesas imposibles de cumplir.

Por eso, el que se vote o no se vote no es ni debiera ser causa para nadie de ir al bote.

Carlos Marín
(v.pág.26 del periódico Público del 4 de julio de 2003).


La verdad no se ve cómo, en las elecciones del próximo domingo, puedan elegirse diputados independientes de jefaturas y de partidos que respondan directamente a los electores que sufragaron por ellos a la hora de votar las grandes decisiones.

Gilberto Parra, coordinador del Centro de Apoyo al Migrante y ex dirigente del PRD Jalisco
(v.pág.5A de Mural del 3 de julio de 2003).


Esos políticos mercenarios sacan su propia tajada, es más, algunos listos se reúnen en la oscuridad, para proyectar la reelección consecutiva de diputados y senadores -al fin que los revolucionarios y la revolución están muertos-, mejor que fueran honestos y dijeran que están listos -como la campaña azul- para seguir viviendo del presupuesto y crear una mafia cameral como la de Estados Unidos, para provecho de las cúpulas del poder, aunque creo que eso de exigirles honestidad a la mayoría de los políticos es como pedirle 'peras al olmo'.

Victoriano Manzano Muñoz en "Tribuna Libre"
(v.pág.10/A de El Occidental del 29 de junio de 2003).


Queda claro que ya no se puede votar 'de cajón' por un partido, a menos que uno esté amarrado por intereses familiares, económicos o de a tiro mafiosos. Nótese que no mencioné 'ideológicos' ni 'de conciencia', dos valores muy a la baja actualmente.

No. Si no se comparte confesionario con los panistas, complicidades con los del PRI, o resentimientos con los perredistas -ni mucho menos se reparte el billete con los propietarios del dizque Verde Ecologista o del PSN-, lo que queda es buscarle gracias al candidato de sus preferencias, o disimular ante sus taras. Ni modo.

Paco Navarrete en su sección "Al tiro"
(v.pág.3B de Mural del 26 de junio de 2003).


Lo que necesitamos en México son nuevas generaciones de políticos, independientemente del partido al que pertenezcan, preparadas para ejercer el poder y no para dejarse seducir por él; personas maduras, conscientes, que tomen el servicio público como una carrera, casi como un apostolado y no como un negocio o un 'modus vivendi'.

Individuos para los que hacer política signifique tomar decisiones que beneficien a la mayor parte de la población que conforma el grupo de gobernados sin hacer cálculos electorales, simplemente por el hecho de servir y atender las demandas de quienes son, en primera instancia, los empleadores, los patrones, es decir, la gente, los electores y contribuyentes.

Editorial
(v.pág.4-A de El Informador del 14 de junio de 2003).


La ineficacia es una de las mayores lacras que sufre el aparato público. La corrupción es un cáncer que amenaza a todo el edificio institucional del País. La prepotencia no parece estar en retirada, los llamados servidores públicos encarecen los 'favores' que según las leyes deberían ser proporcionados como servicios públicos. El clientelismo político se esconde detrás de muchas de las acciones de gobierno, en fin, las deficiencias de la gestión pública se agudizan en vez de retroceder.

Sergio Elías Gutiérrez
(v.pág.7A de Mural del 5 de junio de 2003).


Lo que hay en este país no es democracia y la mera verdad es que a muy pocos les importa lo que sea. Aquí es un país de autoritarios, descendientes de caciques ¿de dónde van a salir democráticos? Es el puro cuento, el rollo.

Gregorio González Cabral
(v.pág.10A de Ocho Columnas del 2 de junio de 2003).


En México gobierna la 'partidocracia', lo que ha provocado que el país se encuentre en parálisis, luego de que el Congreso de la Unión no aprobó las reformas estructurales de 'segunda generación' que tanto se necesitan, por lo que todavía la democracia es representativa y no participativa, sostuvo el presidente nacional de la Coparmex, José Luis Barraza González.

Dijo que a los inversionistas, al igual que al resto de los mexicanos, les embarga una 'desilusión' creciente por los actores políticos, toda vez que partidos políticos, funcionarios y legisladores constantemente 'nos proveen de materia para dudar de la política, y a veces hasta de la democracia misma'.

Y es que, dijo, 'nunca sabemos a ciencia cierta los puntos de crecimiento que hemos perdido estos años. Nunca conocemos las inversiones que pudieron haber sido de haber existido las condiciones jurídicas adecuadas'. Sin embargo, se puede constatar con 'impotencia' al hombre que no encuentra una ocupación digna y segura; el abuso de la corrupción y de la delincuencia que medra en la pobreza; el científico, el trabajador y hasta el empresario que emigra para buscar las oportunidades que su patria no le puede ofrecer.

Todas ellas, realidades cotidianas en México, 'qué duro es el drama de tantos mexicanos, pero más duro es constatar la indiferencia y la ligereza con la que tantos políticos soslayan y aveces hasta utilizan la ignorancia y la pobreza para fines particulares', enfatizó el líder empresarial.

'¿Debemos concluir que la democracia en México no funciona? ...¡De ninguna manera!, más bien debemos reconocer que todavía no hemos llegado realmente a la democracia, a esa democracia plena que tanto buscamos'.

Ante esta situación, aseguró que sin duda el país abandonó lo que algunos llamaron la dictadura de Estado o de partido, 'pero en lugar de arribar a la democracia encontramos una estación intermedia: la partidocracia'.

En el pasado, el poder estuvo concentrado en la persona del Presidente, pero todavía no llegamos al gobierno del pueblo, porque en lugar de una persona son los partidos y sus dirigentes los que gobiernan al país, aseguró el líder nacional de los patrones.

(V.pág.26 del periódico Público del 30 de mayoo de 2003).


No se puede negar que muchos diputados, una vez que ganan con el apoyo del electorado, se olvidan del compromiso que asumieron con sus simpatizantes y asumen la defensa exclusiva de los intereses de su partido.

Carlos Medina Plascencia, coordinador general de campañas del Partido Acción Nacional
(v.pág.12A de Ocho Columnas del 26 de mayo de 2003).


Hoy los partidos respetables no existen y por lo tanto no sirven para definir la suerte de la competencia electoral. Todos los partidos han caído en el desprestigio bien ganado por sus pugnas internas y su incapacidad para resolver los asuntos de la población. Hoy los partidos no tienen activos; puros pasivos. Están al borde de la quiebra.

La nueva camada de gobernantes y congresistas que no saben legislar, jerarquizar demandas, tomar decisiones, utilizar los recursos del Estado, enfrentar presiones y resolver de acuerdo al interés general, retroalimentarán el desprestigio de la política y de las instituciones democráticas. El ciclo es cada día más corto y más perverso. Los candidatos son cada vez más producto de la mercadotecnia: rostros amables, desplantes estudiados, discursos prefabricados. La lucha electoral no sólo se centra en el poder por el poder, sino se vacía de todo contenido programático para insertarse vía mecanismos del mercado en la sociedad.

Este cinismo de partidos convertidos no en máquinas electorales, sino en maquinarias de simulación, tiene su origen en el fracaso de la política. La población ha llegado al convencimiento de que el Estado ya perdió la capacidad de conducir a la población a mejores niveles de vida. Antes creíamos en el progreso. Hoy, la mayoría hemos constatado que no vivimos mejor que nuestros padres y estamos seguros que nuestros hijos vivirán peor.

El avance médico nos somete a la pesadilla de ver a nuestros mayores en la pobreza y abandono. Los niños tampoco son productivos, pero a diferencia de los ancianos, son voraces consumidores. Hemos entregado todo al mercado y a los oligopolios que lo manipulan. Ahora mismo le estamos entregando a los dirigentes de la sociedad y del Estado: a los políticos.

Hoy la política se reduce al pleito por estar al frente de instituciones burocráticas sin recursos suficientes para dar seguridad, educación y salud, las más elementales funciones del Estado. Los nuevos administradores tienen el fracaso asegurado. Ello aumentará el número de malos gobernantes y la consiguiente decepción por esa actividad del pasado: la política.

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.19 del periódico Público del 13 de mayo de 2003).


Tras el desencanto causado por los políticos profesionales y los partidos, tarde o temprano las elecciones obligan a votar por el menos peor, ya no tanto por quien ofrezca las mejores perspectivas para conducir los asuntos públicos... ¿Podrán los menos peores hacerlo diferentemente?

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.19 del periódico Público del 2 de mayo de 2003).


Quienes se abstienen de votar, (que en algunos estados representan hasta un 60% de los empadronados), son hombres y mujeres convencidos de que los partidos políticos gozan de un brutal y muy merecido descrédito. Y difícilmente acudirán a las urnas por el simple hecho de que se les impartan cursos intensivos, para convencerlos de lo contrario.

Lic. Eduardo M. García Gutiérrez en "Tribuna Libre"
(v.pág.10/A de El Occidental del 27 de abril de 2003).


Ya que están con la moda, bien harían los panistas en llevar el polígrafo al Ayuntamiento de Guadalajara, a Casa Jalisco, con los diputados, al Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Si el polígrafo pitara, en esos lugares sonaría como carro de recién casados.

La tremenda corte
(v.pág.3 del periódico Público del 25 de abril de 2003).


88 por ciento de los nuevoleoneses desconfía de los partidos políticos.

Roberto Benavides González, candidato del PRD al gobierno de Nuevo León
(v.pág.4 del periódico Público del 8 de abril de 2003).


No es novedad que los partidos políticos arreglen la legislación electoral de manera que más convenga a sus intereses, pero hacerlo en pleno proceso raya en el abuso. Esta semana podría entrar a votación un dictamen en el Senado de la República, que entre otras cosas prohíbe que el IFE y el tribunal electoral vigilen y sancionen a los partidos en asuntos sobre afiliación y expulsión de sus miembros, elección, designación y remoción de dirigentes, así como postulación de candidatos.

Esta propuesta, presentada por la senadora Sara Castellanos, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con el apoyo de las fracciones parlamentarias del PRI, el PRD 'y una bancada albiazul indefinida que se espera lo vote a favor' (Público, 06/04/03, p.26), en caso de prosperar dejaría a los partidos políticos en absoluta libertad para manejar los asuntos de su organización interna sin tener que rendir cuentas a nadie, con lo cual se pondría en riesgo el carácter público de estas organizaciones.

Al margen del éxito o fracaso que tenga una iniciativa de esta naturaleza, está claro que tan sólo presentarla ante el Senado constituye un abuso, de ésos que siguen deteriorando la imagen de los partidos ante los ciudadanos y que lejos de fortalecer el sistema de partidos acaban por desacreditarlo.

Eduardo Mar de la Paz
(v.pág.19 del periódico Público del 8 de abril de 2003).


Si hacemos una encuesta y las últimas así lo reflejan, el problema es que la credibilidad de los partidos políticos está por debajo de la Policía en muchos estados.

Roberto Madrazo, dirigente nacional del PRI
(v.pág.10A del periódico Mural del 3 de abril de 2003).


Los grupos sociales se unen, cada vez menos, alrededor de las instituciones formales, cada vez menos alrededor de los partidos que debieran representarlos, pero que, ocupados en haceres alejados de esa misma sociedad que les dio origen, los han defraudado...

Lourdes Bueno, investigadora de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A de El Informador del 26 de marzo de 2003).


La crisis que enfrentan los partidos políticos en México parece que se recrudece en Jalisco. Los partidos y sus actores están para llorar, de todos no se hace uno y las excepciones (entre dirigentes, militantes y hasta simpatizantes) se cuentan con los dedos de las manos.

Editorial
(v.pág.4-A de El Informador del 1o. de marzo de 2003).


Lamentablemente son los viles y ruines los que llegan al poder y deciden por todos.

Raúl Cremoux
(v.pág.8A de Ocho Columnas del 17 de febrero de 2003).


¿A quién se debe un legislador? ¿A la nación, como sugiere el artículo 52 constitucional? ¿A los electores? ¿A los partidos políticos?

Obviamente la carrera política de un legislador depende todavía de sus partidos políticos.

Vicente Bello, en su sección "Tren Parlamentario"
(v.pág.3-A de El Informador del 8 de febrero de 2003).


En el momento que vivimos los partidos políticos se han convertido en minorías que tratan de atraerse en mayor número de personas, ofreciendo condiciones de vida mejor que las que se tienen actualmente, como combatir a la pobreza y la inseguridad que existe, promesas que olvidan una vez que llegan al poder.

Por desgracia la propaganda que hacen no es benéfica a la sociedad, porque tratan de beneficiar a su propio partido: así los mejores candidatos del Partido de la Revolución Democrática, por ejemplo, quieren conseguir votos diciéndole al pueblo que están dispuestos a llegar a situaciones extremas para abatir la inseguridad pública. Lo mismo argumenta el PRI, sin embargo conforme avanza el tiempo del proselitismo electoral, la irritación popular aumenta en cuanto a la contaminación anacrónica que han desatado los grupos minoritarios que buscan el poder.

Benjamín Gómez Cárdenas, jubilado de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.5-A de El Informador del 5 de febrero de 2003).


¿Voto razonado?
Esperarlo sería deseable
pero poco razonable.

¿Por qué no comienzan los partidos
por lanzar candidatos razonados?
¿Habrá?


Nemesio Maisterra
(v.pág.6A de Mural del 30 de enero de 2003).
El problema es que en este momento, los partidos, lejos de constituir elementos de cambio, emergen como rémoras sociales, verdaderos muros de contención del desarrollo político, social y económico de México.

Javier Medina Loera, supervisor de la Sección Editorial
(v.pág.4-A de El Informador del 29 de enero de 2003).


Los sentidos primarios del votante, sus ojos y sus oídos son cada vez más finos y objetivos, critican y visualizan con mayor exactitud, la indeseable exposición de protagonismos que los partidos y sus integrantes, realizan con frecuencia sistemática, donde la prepotencia, el descaro y el acto circense, están a la orden del día, en cada programa de radio y en cada periódico.

Arturo Muñoz Franco, abogado
(v.pág.7B de Ocho Columnas del 27 de enero de 2003).


Los partidos políticos no han cumplido, un candidato sin partido, con una buena trayectoria como ciudadano o empresario, podrá ser una nueva alternativa de cambio, no a la reelección.

Ernesto Aguirre Negrete, consultor de la Cámara Metálica de Guadalajara
(v.pág.7B de Ocho Columnas del 27 de enero de 2003).


La posibilidad real de acceder al poder transformó radicalmente la práctica de los partidos que antes eran oposición. Si antes los miembros del PAN y de los partidos de izquierda hacían de su militancia casi una misión espiritual, ahora que la posibilidad de triunfar significa grandes sueldos, compensaciones enormes, evasión legal de impuestos y fortalecimiento de su camarilla, la militancia política se vuelve un asunto pragmático. No únicamente para quien se lleva más votos, sino para los que aún perdiendo alcanzan puesto. Una simple regiduría representa un buen negocio.

El PAN se parece cada vez más al PRI y el PRD, también. Los ex opositores aprendieron de los prisistas los más variados trucos para llegar y mantener el poder: afiliaciones masivas, clientelismo, cuentas poco claras, corporativismo, acarreados y hasta burdas trampas en las elecciones internas.

Pareciera contradictorio, pero los partidos políticos se están conviertiendo en un peligro para la democracia. El gran riesgo es que nos terminen por convencer de que da igual tener democracia o no porque finalmente, en cualquier caso, los políticos simple y sencillamente trabajan por sus propios intereses y los de su camarilla.

Juan Carlos Núñez Bustillos
(v.pág.14 del periódico Público del 20 de enero de 2003).


Nuestros políticos no ven que el país va por otra parte, no ven ni advierten que la sociedad en estos años ha ido aprendiendo de sus mentiras y de sus excesos, de su palabrería desenfrenada y de su demagogia; no ven la realidad por el hecho de que importan sus deseos y sus caprichos, y no las aspiraciones o sentimientos de los ciudadanos. Por eso se equivocan, por eso se despeñan, por eso pierden elecciones.

Jorge Medina Viedas
(v.pág.17 del periódico Público del 17 de enero de 2003).


El consejero presidente del Instituto Federal Electoral, José Woldenberg, lanzó una señal de alerta al sostener que nada erosiona más la vida democrática del país que el desprestigio y la parálisis de los partidos o su incapacidad 'para atender en profundidad las expectativas de la ciudadanía'.

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.17 del periódico Público del 17 de enero de 2003).


Habrá campañas y elecciones todo el año: al principio, en medio y al final. Y, como están las cosas, no es difícil imaginar que los partidos políticos (que siguen sin entender que se deben a la sociedad y no a sus intereses) harán los cálculos necesarios y sus acciones responderán a la necesidad, casi urgencia, de continuar ganando espacios de poder. No importa lo demás.

Laura Castro Golarte
(v.pág.5-A de El Informador del 4 de enero de 2003).


Baste imaginar el escenario más probable, para el 2006, donde las opciones se reducen al PRI, al PAN y al PRD, para compartir un sentimiento de desolación, de mediocridad y de angustia ante tal panorama político. Resultaría poco estimulante haber destinado tantos esfuerzos en los años recientes, orientados a conseguir sacar al PRI de los Pinos si a cambio sólo se obtuvo una alternancia que ha sido incapaz de poner las bases mínimas y seguras que requiere el país para iniciar su despegue económico, político y social, tal como lo concibieron las transiciones española y chilena. Quizá por esto la gran energía crítica liberada tras el 2 de julio del 2000 se ha extraviado en observación y señalamientos de la conducta presidencial y de su equipo más cercano, resaltando temas y asuntos ligados a la frivolidad, dejando de lado la crítica seria a las limitaciones y titubeos de una presidencia que ha estado por debajo de las exigencias de un proceso de transición.

Despertar la imaginación y ser realistas para pedir lo imposible, puede ser de gran utilidad para luchar por construir, desde ya, un escenario político diferente. Acudir a todos los procedimientos posibles, tanto políticos como legales, para echar abajo la legislación inconstitucional que otorga el monopolio a los partidos para presentar candidatos a los distintos cargos de gobierno y de representación, lo que ha conformado una partidocracia, constituye hoy la tarea democrática por excelencia. Abrir a la sociedad y a los ciudadanos la capacidad de ser electos, es tan imperioso y tan importante como lo fue, a partir de 1986 en la lucha contra el fraude patriótico en Chihuahua, conquistar el derecho a elegir a nuestros representantes y gobernantes.

Si en los años por venir, de aquí al 2006, se conquista el derecho a presentar candidaturas ciudadanas independientes que no requieran ser registradas por partido alguno, será posible eliminar ese monopolio de la partidocracia y aprovechar la enorme riqueza de opciones que surjan del conjunto de la sociedad. El registro de candidaturas independientes junto con el establecimiento de la segunda vuelta en el caso de las elecciones presidenciales, conseguirían superar la actual oferta de un menú electoral gestado en el viejo régimen como lo son el PRI, PAN y PRD. ¿Es este el siguiente paso? Los cambios sólo se consiguen iniciándolos y hay que comenzarlos desde ahora para dar el siguiente paso democrático.

Joel Ortega Juárez
(v.pág.16 del periódico Público del 31 de diciembre de 2002).


Es increíble como a pesar de las constantes muestras de madurez de la sociedad mexicana, los partidos políticos siguen menospreciándola y creyendo que no se da cuenta, que en realidad no sabe o que no le importa.

Editorial
(v.pág.4-A de El Informador del 21 de diciembre de 2002).


La LVIII legislatura terminará con una fuerte deuda para la nación, se perdieron tres años invaluables que se antojaban ideales para consolidar la transición... Los políticos, partidos y legisladores dejaron pasar la oportunidad que representa tener un presidente sin oficio político, pero con aspiraciones democráticas. Impulsar los cambios para la próxima legislatura es mucho más complicado porque estaremos a tres años del relevo presidencial. Que lástima.

Me queda claro que la punta del iceberg está en los partidos políticos que no han sido capaces de crecer al ritmo de la sociedad y de los cambios en el mundo, se encuentran más interesados en la grilla que en los programas de interés nacional.

Juan María Naveja
(v.pág.21 del periódico Público del 19 de diciembre de 2002).


En términos generales el trabajo fino, pesado y de expertos está hecho por los diputados de Representación Proporcional que tienden a estar mucho mejor calificados que los de Mayoría Relativa quienes, en muchas ocasiones, ni la secundaria terminaron.

María Marván Laborde
(v.pág.21 del periódico Público del 10 de diciembre de 2002).


Habrá que hacer un partido político de mujeres solas, fuertes y decididas, ya hemos visto que fiarnos de las autoridades competentes -incompetentes- no sirve de nada.

Gabriel Paz, escritora
(v.pág.5-A del diario El Informador del 7 de diciembre de 2002).


No es de extrañar que las burocracias profesionalizadas de los institutos políticos se opongan a perder la mitad de los espacios de dicisión que tienen sobre los pluris, como se les conoce coloquialmente.

40 de cada 100 diputados que están actualmente como legisladores en la Cámara baja, no los elegimos quienes votamos sino que fueron designados por esa suerte de 'democracia de casino' que administran las jerarquías partidistas.

Esos 200 diputados plurinominales no tienen, entonces, una referencia territorial frente a la cual se esperaría que alguna vez rindieran cuentas sobre su desempeño legislativo.

Jaime Preciado Coronado
(v.pág.23 del periódico Público del 6 de diciembre de 2002).


Se ha confundido la política de servicio público, a la que debiera sujetarse todo gobernante y político que se respete, con aquella política electorera que busca a través del discurso y actitudes demagógicas, obtener unos cuantos votos en apoyo al partido, al grupo o al precandidato del momento, pero sin tomar en cuenta el interés general.

Es necesario retomar cuanto antes el sentido original de la política, que debe supeditarse siempre al interés público en tiempos de elecciones y fuera de ellos.

Javier Medina Loera, supervisor de la Sección Editorial
(v.pág.4-A de El Informador del 4 de diciembre de 2002).


¡Rompió el silencio! Bueno, así se interpreta el hecho porque ya salieron a la luz dos cartas seguidas de Marcos, el líder del EZLN y en ellas demuestra lo que algunos siempre hemos pensado de él, que es un payaso.

No me voy a referir a su crítica a los partidos, porque el subcomediante se quedó corto en esa crítica, ya que los partidos en México y no sólo los tres mencionados, merecen que se les llame la atención ya que dejan mucho que desear y algunos simpatizantes siguen creyendo en ellos, a mi juicio ya no tienen remedio, a menos que cambien radicalmente.

Rodolfo Echeverría Martínez, analista político
(v.pág.5-A de El Informador del 4 de diciembre de 2002).


El político se vuelve esquizoide, miente, dice un día lo que contradice el siguiente. Su personalidad es cambiante, promete pero no cumple, deja subsistir la impunidad, hace transcurrir el tiempo buscando la continuación de sus poderes y no el progreso de la nación.

José Eugenio Ortiz Gallegos, exdiputado panista
(v.pág.5-A de El Informador del 30 de noviembre de 2002).


Los partidos se preocupan por transformar militantes en candidatos ganadores ¿Cómo convertir un buen candidato en un gobernante pasable? Ese ya no parece ser su problema.

María Marván Laborde
(v.pág.21 del periódico Público del 26 de noviembre de 2002).


En las últimas semanas su servidor tuvo la oportunidad de participar en dos foros sobre política, tanto en la ciudad de Villahermosa, Tabasco así como en la Universidad Iberoamericana en Santa Fe. En ambos casos la participación de los estudiantes, y del público en general, se concentró en el valor de la política y en una crítica severa a los políticos. Más allá de lo que algunos han llamado el desencanto o no hacia la figura de Vicente Fox, lo cierto es que no se termina por encontrar el sentido y el valor de la política en función de lo que se ve, por lo menos en los medios de comunicación.

Javier Solórzano Zínser
(v.pág.4-A de El Informador del 23 de noviembre de 2002).


Los partidos le temen a los medios, especialmente a las dos cadenas de televisión nacional, cuya fuerza de penetración puede resultar destructiva para cualquier formación política.

Pablo Gómez
(v.pág.23 del periódico Público del 22 de noviembre de 2002).


El asesor jurídico de la Presidencia, Juan de Dios Castro, durante una de las presentaciones del gabinete presidencial en el Museo de San Carlos, dijo ante Vicente Fox: "Aquí tiene usted a la nueva aristocracia republicana".

"Trascendió..."
(v.pág.3 del periódico Público del 19 de noviembre de 2002).


Está también ese otro mito de que 'el Partido de la Revolución Democrática es una alternativa de izquierda'. Y no es que sea, en cambio, una alternativa de centro o de derecha, simplemente el PRD no es una alternativa de nada.

Seguramente me faltan mitos, pero sólo estoy mencionando algunos. Y estoy seguro que la revista Rebeldía los desnudará más radicalmente. Yo no lo hago así, porque ya se sabe que los zapatistas tenemos fama de "moderados" y "reformistas". Así nos llamaban los supuestos 'ultras' del Consejo General de Huelga [de la UNAM] que, por cierto, hoy están haciendo cola a las puertas del PRD más cercano a su corazón, y a su bolsillo, esperando una candidatura en el próximo proceso electoral.

"Subcomandante" Marcos, citado por Carlos Marín
(v.pág.24 del periódico Público del 19 de noviembre de 2002).


El surgimiento de una sociedad civil más fuerte es un fenómeno relativamente nuevo, que ha propiciado de alguna manera la pérdida de protagonismo de los partidos políticos y sus dirigentes, quienes han perdido en gran medida su carácter de interlocutores válidos pues no debemos reducir la democracia a la organización de elecciones libres, sino que debemos medir su vigencia por la capacidad del sistema político de legitimar las demandas sociales de los diferentes grupos que conforman la sociedad.

Sergio López Rivera, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 13 de noviembre de 2002).


Instituciones como las cámaras del Congreso, que no han podio sacudirse esa crisis en que han caído por causas múltiples, como el hecho de que los diputados y senadores obedezcan más a los intereses de sus partidos que al Poder Legislativo mismo.

Vicente Bello, en su sección "Tren Parlamentario"
(v.pág.7-A de El Informador del 9 de noviembre de 2002).


¿A dónde vamos con estos actores políticos que lo único que parece interesarles es el pleito y las elecciones?

Guillermo Valdés Castellanos
(v.pág.24 del periódico Público del 28 de octubre de 2002).


Platicando con un grupo de jóvenes profesionistas, ciudadanas muy sensibles, escuchaba su desesperación sobre la baja calidad humana y moral del quehacer político y de quienes lo realizan. Sus preocupaciones principales versaban sobre el bajo compromiso y desconocimiento de los políticos sobre su responsabilidad.

Salvador Caro Cabrera
(v.pág.6/A de El Occidental del 27 de octubre de 2002).


Cada vez tenemos menos opciones para votar, ya no votamos por el mejor sino por el menos peor...

Verónica Edith Ramírez Gutiérrez
(v.pág.6-A de El Informador del 23 de octubre de 2002).


Puesto que los partidos son organizaciones privilegiadas en la Constitución (monopolio en la presentación de candidaturas, financiación pública de gastos, etc.), resulta lógico que puedan estar también sometidos en otros aspectos a una especial regulación orientada a neutralizar la tendencia oligárquica de las grandes organizaciones a concentrar el poder en una minoría.

Gabriel Torres Espinoza
(v.pág.19 del periódico Público del 15 de octubre de 2002).


Antes de aspirar a una candidatura, los precandidatos a las presidencias municipales deben calibrarse con sinceridad: no "por andar metidos en el ajo" todos se crean capaces, que se examinen para ver si de veras tienen las cualidades suficientes para esos cargos, porque necesitamos buenos gobernantes.

(Comentario del webmaster: ...no como los que tenemos actualmente...)

Cardenal Juan Sandoval Iñiquez
(v.primera plana de El Occidental del 13 de octubre de 2002).


Quienes en Harvard estudian este fenómeno del abstencionismo, encontraron que cuando no acuden a las urnas dos tercios de los votantes, quiere decir que los partidos políticos fallan, que el sistema no es competitivo y que las estrategias del gobierno no están funcionando.

Según los mismos estudiosos de ciencia política de Harvard, el 'último límite aceptable' es cuando el 49 por ciento no vota.

Son tantas y tan absurdas las promesas que los políticos hacen en campaña que para pronto desilusionan a los ilusos. A los seis meses ya la gente está convencida de que los de uno y otro partido son los mismos y que todo es un cuento para seguir fastidiando a la ingenua gente.

Además, ven la realidad: todos los partidos políticos pertenecen al gobierno; es el gobierno quien reparte las "franquicicas" políticas; es el gobierno quien agarra el dinero de la gente para entregarlo a los partidos políticos; es el gobierno quien mada y paga, quien paga y manda. ¿Quién les cree, entonces, el cuento de las oposiciones?

La importancia del voto es sólo validar el sistema político. Evitarles a quienes están en el gobierno las presiones internacionales. De ahí para adelante, mientras menos voten, más temprano nos vamos a dormir.

Por todo esto no extraña la tendencia que aparece entre los posibles votantes del Area Metropolitana de Guadalajara, consistente en la declaración descarada de que no irán a votar el año próximo. Cuando les preguntas por quién van a votar, responden que por ninguno, que por nadie.

Es como una forma de manifestar desilusión y descontento.

Gregorio González Cabral
(v.pág. 10A de Ocho Columnas del 10 de octubre de 2002).


Sólo los partidos políticos no admiten lo que la ciudadanía, en los más diversos modos ha expresado: los legisladores son demasiados y los de representación proporcional, o de regalo, como afirma la voz popular, resultan francamente excesivos.

Marcos Arana Cervantes
(v. "Ni más ni menos" en la pág.2-B de El Informador del 9 de octubre de 2002).


Exige Garza a la jerarquía panista que Maz Hedonio no ventile en público lo que todos comentamos en privado: la carencia de virtudes privadas de nuestros hombres públicos: su falta de honestidad.

José Luis Cárabes en la sección "El humor de Lord Aspid"
(v.pág.3/A de El Occidental del 6 de octubre de 2002).


Si el 5% de los individuos dirige al resto en términos de cualquier actividad y de cualquier orden, sea éste global, continental, nacional, estatal, municipal o en lo que tenga que ver con un micro ámbito o un espacio no geográfico, la verdad es que no queda claro a dónde nos llevan, no hay un acuerdo sobre los objetivos básicos en esta situación.

Salvador Caro Cabrera
(v.pág.7/A de El Occidental del 6 de octubre de 2002).


Los arrebatos discursivos y las ocurrencias vulneran la prudencia política, y luego tienen o pueden llegar a tener consecuencias más o menos graves para quien se dejó llevar por el momento, dominado por la pasión, la euforia o la emoción. Para eso también existe el olvido, por supuesto, o el recurso moderno de echar la culpa a los medios, a quienes se suele hacer responsables de declaraciones bochornosas o delicadas de políticos y funcionarios de cualquier nivel. Nuestra clase política y las elites de poder y grupos de interés que la habitan y rodean, han aprendido pronto y bien el fácil oficio de dar vuelta a la página todos los días, a costa del deterioro de las instituciones que representan.

Adrián Acosta Silva
(v.pág.16 del periódico Público del 5 de octubre de 2002).


Mientras los partidos políticos sigan concibiendo a la corrupción, o mejor dicho, a las denuncias de corrupción, como un problema electoral y no tanto como un problema de gobierno y de administración pública, no se podrá atacar frontalmente el problema. Entre la demagogia y las buenas intenciones nunca estaremos en condiciones de tener mejores gobiernos. Si asumimos que el ser humano es por naturaleza corrompible, es mucho más fácil entender que la corrupción es, antes que nada, un problema de administración pública que exige buenos sistemas de control e información a través de los cuales burócratas y ciudadanos estén, permanentemente, atados de manos y bajo el escrutinio de los demás.

En este sentido es posible afirmar que la simplificación administrativa es una de las formas más sencillas de combatir la corrupción... Es el diseño del sistema lo que permite que a través de mordidas haya expedientes que caminen más aprisa en los laberintos burocráticos. Es la falta de control la que propicia que un inspector pueda registrar una de cada diez maquinitas para que el dueño de éstas, sea diputado o no, pague la décima parte de impuestos. Es menester reconocer que otro de los factores que ha favorecido la permanencia de prácticas corruptas es la ausencia de un buen sistema de servicio civil de carrera. La falta de seguridad laboral y la facilidad con la que cada político puede remover a los recomendados de su predecesor, así como instalar en las vacantes a sus leales, es fuente de corrupción aquí y en cualquier otro gobierno, municipal, estatal o federal, mexicano, chino o suizo. Resultan desalentadores los pocos avances que se han tenido en siete años en cuanto al servicio civil de carrera... Los políticos aducen, falsamente, que la estructura sindical ha impedido modernizar a los gobiernos en este aspecto. Eso puede ser cierto, pero sólo parcialmente, ya que es evidente que aquellos elegidos por el voto popular tampoco quieren perder la prerrogativa de repartir trabajo para pagar los compromisos de campaña con puestos en la administración pública. A su vez, los puestos se convierten en patentes de corso para extorsionar a los gobernados: si quieres un permiso, dame una mochada... si no quieres que te denuncie o que se interrumpan tus privilegios, dame dinero para la precampaña y la capaña mía o de mi jefe.

María Marván Laborde
(v.pág.21 del periódico Público del 1o. de octubre de 2002).


La mayoría de los panistas encumbrados de Jalisco [y del país, agregaría el webmaster] no se ha distinguido ni por su perspicacia ni por su rigor intelectual.

Juan José Doñán
(v.pág.51 del periódico Público del 27 de septiembre de 2002).


No confundamos rectoría del Estado, de las leyes, con manejos de la corrompida burocracia que padecemos.

Gustavo de Anda
(v.pág.10A de Ocho Columnas del 9 de septiembre de 2002).


Creo que la gran corrupción que está viviendo el estado tiene que ver con la telaraña de políticos corruptos que han subido al poder y con la protección que reciben funcionarios ineptos que, de no ser por sus amigos y relaciones partidistas, deberían haberlos corrido tiempo atrás.

José Gabriel Lima Covarrubias
(v.pág.2 "correo" del periódico Público del 6 de septiembre de 2002).


Uno de los constitucionalistas más prestigiados del país, el consejero [electoral Jaime] Cárdenas Gracia, enjuició la política y a los políticos que han acentuado el desencanto por la transición.

En un decálogo, resumió lo que a su parecer son las causas de ese desencanto: La lentitud de los políticos para arribar a arreglos institucionales democráticos; la propensión de la clase política a protegerse a costa del Estado de Derecho cuando existen imputaciones de ilicitudes en su contra; la falta de transparencia en los procedimientos para arribar a decisiones.

Ante congresistas de todo el país, destacó particularmente la 'partidocracia que empieza a constituirse en el país', la falta de canales de participación ciudadana directa en las cuestiones públicas.

Así como la debilidad de los mecanismos de control y de fiscalización del Estado, la ausencia de una cultura y prácticas de rendición de cuentas; la debilidad de los mecanismos de control del Congreso y a la ausencia de democracia en el ámbito legislativo.

'Pero también la poca importancia que siguen teniendo las vías jurídicas para solucionar conflictos y reivindicaciones sociales, políticas y económicas; y la ausencia de una cultura de desobediencia civil respecto a leyes, programas o políticas públicas injustas o alejadas de los intereses ciudadanos'.

El procurador capitalino Bernardo Bátiz urgió a una apertura de los partidos políticos a la sociedad como un medio de participación directa, 'pero no convertirse en monopolistas del poder político'.

(V.pág.22 del periódico Público del 23 de agosto de 2002).


El gobierno explícitamente identifica su propia ineficacia con la democracia. Una cosa debe quedar muy clara. De los fracasos del gobierno federal es responsable el gobierno federal. No podemos aceptar el discurso gubernamental que sostiene que la democracia es causa de la ineptitud. Si aceptamos ese planteamiento habría que volver a soñar, como los porfiristas hace un siglo, en que la Providencia nos entregara un dictador bueno... y longevo.

Jesús Silva-Herzog Márquez
(v.pág.18 del periódico Público del 12 de agosto de 2002).


Los panistas siguen menospreciando a la sociedad, creen que la gente no se da cuenta, que no lee, que no se informa, que las mayorías desdeñan la política y en gran medida es así, pero cada vez menos y ahora sí que en su salud lo hallarán.

Instalados en la soberbia, los panistas están confiados en el coraje de la gente contra el PRI, pero han descuidado muchos flancos y 70 años de lo mismo con otro pratido no habrá cuerpo que lo aguante.

La despreocupación de los panistas también tiene que ver con la negligencia priista, un partido que -insisto- no termina de aceptar su papel de oposición y continúa, igual, con la lucha interna por el poder.

El nivel de los partidos políticos en Jalisco es de lo más bajo que se ha visto en mucho tiempo, como los cangrejos, vamos para atrás.

Laura Castro Golarte
(v.pág.5-A de El Informador del 3 de agosto de 2002).


En la ciudad 90% no cree en los partidos

Más del 90 por ciento de la población de la zona metropolitana de Guadalajara confía poco, muy poco o nada en los partidos políticos de la entidad y casi 40 por ciento de los encuestados se ubica en un grupo que no sufragaría o no sabe qué hacer con su voto.

¿Qué le fata a los partidos políticos para que usted confíe en ellos?
Honestidad57.9 %
Cumplir promesas26.9 %
Eficiencia10.3 %


(V.primera plana del periódico Público del 29 de julio de 2002).
[La reforma política] se hizo hasta 1994 principalmente entre los partidos y con el Gobierno, pero con la ausencia de la ciudadanía, de tal manera que hoy tenemos el Cofipe que favorece principalmente a los partidos y no a la ciudadanía.

Rodolfo Echeverría Martínez, analista político
(v.pág.5-A de El Informador del 24 de julio de 2002).


De acuerdo con los proponentes, le reelección continua de los legisladores permitiría resolver dos grandes problemas: la inexperiencia de los legisladores, y que su fidelidad sea mayor al elector que los elige que al partido que los propone, eliminando la partidocracia.

Sin embargo, la mayoría de los legisladores, principalmente los líderes, han sido miembros de la Cámara de Diputados o de la de Senadores varias veces. Los diputados federales han sido antes diputados locales en muchos casos; es decir, son legisladores con experiencia.

La reelección no elimina la partidocracia. De permitirse la reelección, todos los dirigentes y legisladores notables de un partido, nacionales o estatales, tendrían 'su candidatura asegurada'. La no reelección obliga a los partidos políticos a realizar verdaderas competencias internas para seleccionar al mejor candidato.

Alberto Carrillo Armenta
(v.pág.19 del periódico Público del 22 de julio de 2002).


Servicios de tercer mundo, a precio de primero. Lo más molesto es la facilidad con la cual hacen pagar a la población las ineptitudes, imprevisiones, corrupciones, nepotismos y compadrazgos de los políticos.

Ellos la hacen, ellos se llevan la lana, ellos se equivocan y la gente la paga.

Gregorio González Cabral
(v.pág. 9A de Ocho Columnas del 21 de julio de 2002).


Los estudios de opinión recientes que han sido difundidos por diversos medios de comunicación, muestran una baja constante en la evaluación de los gobiernos metropolitanos y estatal, que se podrían traducir en pérdida de votos. Ni en la escala estatal ni en la municipal se han visto proyectos de gobierno exitosos, que permitan suponer que los ciudadanos estén formando una impresión favorable del panismos local [de Jalisco].

Con insistencia se ha dicho que las administraciones panistas carecen de una estrategia de comunicación adecuada, que les permita dar a conocer sus 'logros' como gobierno; sin embargo, el problema parece más grave que eso, pues aunque seguramente existen experiencias exitosas, no parece ser el común denominador de las gestiones blanquiazules.

Basta echar un vistazo a los recientes proyectos de los ayuntamientos metropolitanos donde los fracasos son más que los aciertos.

Eduardo Mar de la Paz
(v.pág.17 del periódico Público del 16 de julio de 2002).


Urgen opciones que representen a los mexicanos en esta hora de franca decepción ante el espectáculo de los partidos enseñoreados del poder que tanto han decepcionado a los mexicanos. Lo mismo el PAN que el PRD y no se diga el PRI cuya búsqueda del retorno es apuesta a favor de la amnesia de las mayorías.

Como vamos corremos el riesgo de que el sistema de partidos naufrague por los excesos, los dineros que despiertan ambiciones y la ausencia de amalgama entre una ciudadanía madura y unos partidos enfermos de arterosclerosis.

Rafael Loret de Mola
(v.pág.10A de Ocho Columnas del 11 de julio de 2002).


Es un hecho la pérdida de credibilidad y de legitimidad que han sufrido los partidos políticos y los mismos políticos.

Sergio López Rivera, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 10 de julio de 2002).


El Congreso está marcado por una irresponsabilidad institucional, congénita podría decirse. Separados de cualquier deber de rendir cuentas a sus electores, ligados a sus partidos antes que a los ciudadanos...

Jesús Silva-Herzog Márquez
(v.pág.18 del periódico Público del 8 de julio de 2002).


Basta ya de seguir postergando la recuperación económica del país y el surgimiento de oportunidades para la población por cuidar el jugoso negocio político de sólo unos cuantos, sean del partido que sean, todos parecen ser igual.

Marcos Shemaría Zlotorynski
(v.pág.4-A de El Informador del 6 de julio de 2002).


Evidentemente los dirigentes de los institutos [partidos] políticos parecen no darse cuenta de los efectos perversos que están causando entre la sociedad. Si siguen así, se puede vaticinar el triunfo del abstencionismo en 2003, en las elecciones federales y no se diga en las locales, sean concurrentes o no.

Laura Castro Golarte
(v.pág.5-A de El Informador del 26 de junio de 2002).


En México no hay un buen partido político ni de derechas ni de izquierdas, digo esto pensando en el bien del pueblo. De tu bien, lector. Del mío. ¡No lo hay! Dicen, y esto sí lo creo, que nos sobran diputados. ¡Fuera! Con verdadera vergüenza contemplo esas escenas que nos muestra la televisión de la Cámara de Diputados más vacía que llena. No van a su trabajo. También nos sobran expresidentes con jugosas pensiones vitalicias. ¿Así les premia la patria por sus errores? Y vengan juntas, cumbres, convenciones y relajos internacionales en los que únicamente nos dan los políticos del mundo sus palabras aburridas.

Gabriel Paz, escritora
(v.pág.5-A del diario El Informador del 8 de junio de 2002).


Antes se desconfiaba del PRI y los priistas pero ahora los gobernados desconfían de los partidos y los políticos. La ineficiencia de los partidos para llegar a acuerdos, los múltiples casos de corrupción y la incapacidad de ver más allá del próximo proceso electoral han alimentado la desconfianza de los ciudadanos en sus gobernantes, poco a poco crece la convicción de que no importa quién gobierne, de cualquier manera los problemas son irresolubles.

Si eso es grave, todavía es peor que los gobernantes desconfíen de los ciudadanos, y al menos en Jalisco, ya han demostrado tenerles miedo, sobre todo cuando están organizados.

María Marván Laborde
(v.pág.16 del periódico Público del 28 de mayo de 2002).


Ellos [los diputados], ya no pelean cosas de la ideología, pelean sus intereses y sus cotos de poder y de riqueza, porque han logrado hacer de la política un gran negocio, no un compromiso para defender a sus representados...

Sócrates A. Campos Lemus
(v.pág.9A de Ocho Columnas del 23 de mayo de 2002).


Se requiere reformar el Cofipe... en restarle su poder a los partidos políticos a favor de los derechos de los ciudadanos, ya que con esta ley, los ciudadanos no tienen derechos electorales.

Rodolfo Echeverría Martínez, analista político
(v.pág.12A de Ocho Columnas del 9 de mayo de 2002).


El poder absoluto de los políticos a futuro debe ser controlado evitando toda propuesta que le pueda dar más fuerza, como es el caso de la reelección de un presidente municipal, que por lógica, si es aceptada por el Congreso, entonces se dará con el tiempo en todos los puestos políticos, quedándose los políticos más tiempo en sus puestos, ganando más poder e impunidad, como sería en el caso del Presidente, los expresidentes, gobernadores, senadores y diputados y todo político. Cualquier político podrá ocupar el puesto, dos periodos seguidos, o repetir después de haber descansado uno o varios periodos.

David MacLennan Huerta
(v.pág.6-A de El Informador del 8 de mayo de 2002).


La democracia electoral consume la mayor parte del tiempo y energía de los políticos. Los grupos en el poder dedican más atención a la vida partidista que a las tareas propias del gobierno. A los políticos se les conoce por sus habilidades para moverse en los laberintos de la grilla partidista, pero pocos se destacan por su habilidad para organizar proyectos de gobierno que sean capaces de construir una voluntad colectiva en torno a un proyecto de la sociedad.

Eduardo Mar de la Paz
(v.pág.17 del periódico Público del 7 de mayo de 2002).


Un grupo plural [de diputados] de distintas comisiones inició encuentros para analizar el rezago parlamentario, las causas y las soluciones para que la Cámara de Diputados se convierta en un verdadero órgano representativo de la sociedad y no siga, como hasta hoy, sólo al servicio de los partidos políticos.

(V.página 21 del periódico Público del 3 de mayo de 2002).


Los excesos del presidencialismo se pueden ahora reproducir en algunos ámbitos del poder autónomo del Legislativo, con la desventaja de que no podemos pedir cuentas a nuestros legisladores, de los cuales los plurinominales, 40 por ciento del Congreso, llegaron ahí por la voluntad de los partidos -a quien deben fidelidad- y no de los ciudadanos.

Jaime Preciado Coronado, investigador de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.20 del periódico Público del 12 de abril de 2002).


Los políticos se echan la culpa unos a otros, pero en menor o mayor medida, todos tienen responsabilidad en la mala fama que ha alcanzado la actividad a que se dedican. El desprestigio de la política no es sólo nacional, ni reciente, ni parece que tendrá remedio al menos durante largo rato.

Los políticos... las más de las veces inconsecuentes con las promesas que hicieron al pedir el sufragio o el aval de los ciudadanos o al comportarse con insensibilidad o indecencia a los problemas de sus representados o gobernados, avivan ese descrédito.

Tal desprestigio no es problema de siglas, ni de circunstancias. Pasa por todos los partidos e incluso, el descrédito de unos afecta a toda la clase política.

Ninguno de ellos [los partidos políticos] ha tenido (y al parecer no tendrá) aptitud para presentarse como una auténtica alternativa al deterioro, para muchos irremediable de la honestidad de la política y sus protagonistas. El desprestigio de unos acabará por enlodar a toda la actividad política. Si los ciudadanos siguen confiando en algunos de esos partidos no es porque los conciban como opciones distintas a las tradicionales, sino porque quieren suponer que se trata de males menores frente a las opciones con las que menos simpatizan.

Raúl Trejo Delabre, analista político
(v.pág.5-A de El Informador del 10 de abril de 2002).


Las elecciones internas [del PRD y del PRI] y los errores presidenciales [de Fox] dejaron en claro que no ha sido la sociedad la que ha empobrecido la política, sino sus actores, quienes se han encargado de debilitar al régimen democrático. Prácticas como las que se observaron en estos procesos y durante estos meses de gobierno, erosionaron la legitimidad que le es consustancial y ello incide en un creciente desencanto de los ciudadanos hacia la política, que, como advierte Norberto Lechner, entre todos deben evitar que se convierta en un desencanto de la democracia.

Jorge Medina Viedas
(v.pág.17 del periódico Público del 5 de abril de 2002).


La inclusión indiscriminada de personas ligadas a la actividad partidista durante las campañas, sin genuino interés en la gestión pública, hace todavía más deficiente la operación de los ayuntamientos. Es común encontrar en puestos relevantes personas que politizan a tal grado las áreas de su responsabilidad, que las direcciones a su cargo se convierten en una extensión del trabajo partidista, en demérito del servicio que los ciudadanos deben recibir. Presupuesto y horas de trabajo dedicadas a preparar los cimientos de los próximos cargos del equipo gobernante.

Eduardo Mar de la Paz
(v.pág.13 del periódico Público del 2 de abril de 2002).


Ya no se trata de partidarismos sino de alianzas cuya proyección pretende mantener a la sociedad mexicana como rehén de una clase política que sigue bailoteando ante el fuego de la irritación pública.

Rafael Loret de Mola
(v.pág.9 de Ocho Columnas del 18 de marzo de 2002).


De verdad que los jaliscienses estamos amolados. Entre el PAN, el PRI y el PRD, no se hace un buen partido, un instituto de interés público que represente auténticamente a la ciudadanía.

Laura Castro Golarte, analista de asuntos políticos
(v.pág.5-A del diario El Informador del 16 de marzo de 2002).


Hemos de reconocer que en nuestro país, como en el resto del mundo, el sentido de la política tiende a degradarse. El aprecio social por la política, los políticos, los gobernantes y los partidos es bajo y provoca el sentimiento de que la política es prescindible por inútil.

Luis Felipe Bravo Mena, presidente nacional del PAN
(v.pág.4-A de El Informador del 13 de marzo de 2002).


En todos y cada uno de los partidos políticos existen partidocracias o nomenklaturas dominantes. Lo vemos por igual a nivel local como nacional. Estas partidocracias están unidas por un objetivo fundamental: el poder y el dinero. Saben que el domnio y el control da acceso a alcaldías, diputaciones y senadurías, incluso hasta la construcción de plataformas para alcanzar gubernaturas y presidencias.

Es cuando se desvirtúa el ejercicio de la política que debería ser la consecución del bien común. La corrupción de la política se presenta cuando el individualismo, el egoísmo, la mezquinidad y la soberbia se imponen sobre los principios éticos y los valores.

Gonzalo Leaño Reyes
(v.pág.9 de Ocho Columnas del 4 de marzo de 2002).


Es poco esperanzador el futuro para nuestro país a través de sus partidos políticos, pues mucha gente está harta de ellos, ya que no ve de qué forma con su participación, como miembros activos, sus intereses están representados, que es uno de los objetivos fundamentales de las agrupaciones políticas.

Enrique de Val Blanco
(v.pág.11 de Ocho Columnas del 4 de marzo de 2002).


La reelección sólo serviría para generar élites oligárquicas en los parlamentos. Ya nos imaginamos ahí a los 'Fidel Velázquez' eternos en el Senado o en la Cámara de Diputados.

Martí Batres, coordinador de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados
(v.pág 7-A de El Informador del 20 de febrero de 2002).


Los políticos además de vivir para la política, se dedican también a vivir de la política. Ellos son los que en una democracia, no del gobierno del pueblo, sino de los políticos, establecen las prioridades de la discusión pública, potenciada por los medios de comunicación. O juntos.

¿Y el pueblo? Quedó atrás o a un lado. Sirvió para las escaramuzas electorales. El politólogo estadounidense V. O. Key condensó así su condición manipulada: 'La voz del pueblo no es más que un eco'. Sí, de las voces de los partidos, de los candidatos, de la publicidad. Es el producto y no la fuerza propulsora del proceso político.

La ilusión democrática de que existe algo así como el gobierno del pueblo, ha sido siempre una constante invitación a usurpadores y nuevos monopolios.

Sergio Mota, economista; ha sido funcionario público y embajador
(v.pág.7-F de El Economista de El Informador del 20 de febrero de 2002).


[El examen obligatorio sobre panismo a los panistas] es un esfuerzo para borrar un poco la idea de que para llegar al poder, el saber estorba. Es verdad, pero hay que disimularlo.

Si el saber sirviera, en Estados Unidos los presidentes serían los Premios Nobel.

Gregorio González Cabral
(v.pág. 9 de Ocho Columnas del 7 de febrero de 2002).


El Presidente es un hombre nuevo, carismático y cariñoso, pero le falta experiencia para gobernar, porque desconoce la Constitución y la viola. No me opongo al Presidente Fox, pero sí a los actos que denotan su ignorancia histórica o jurídica.

Yo no sé qué consejeros jurídicos tenga, seguramente si pasaron por mis aulas, los habré, tal vez, reprobado. No saben derecho.

Ignacio Burgoa Orihuela, jurista y catedrático de la UNAM
(v.primera plana de El Informador del 6 de febrero de 2002).


El Presidente en gira perpetua es la presidencia en caos permanente. El desgobierno se funda también en la ínfima calidad de su equipo inmediato. El Presidente no tiene profesionales que lo cuiden. Se origina también en el vasallaje de la popularidad.

Jesús Silva-Herzog Márquez
(v.pág.22 del periódico Público del 4 de febrero de 2002).


Un sistema partidista, por cierto, que más que beneficios a la República [mexicana], le ha dado el nacimiento de cotos de poder y una clase política privilegiada, distante y discriminatoria hacia el común de la población.

Vicente Bello, en su sección "Tren Parlamentario"
(v.pág.6-A de El Informador del 26 de enero de 2002).


En sí la nación no necesita de tantos diputados, pero esto [su disminución] no lo verán nuestros ojos ya que es el Congreso el que manda y no va a legislar en contra se sus mismos intereses.

Benjamín Gómez Cárdenas, jubilado de la Universidad de Guadalajara
(v.pág.4-A de El Informador del 23 de enero de 2002).


Los partidos detentan el monopolio del acceso al poder político. Conforman un oligopolio, ya que sólo a través de ellos se puede ser candidato a un puesto de representación popular. Los ciudadanos podremos cambiar de partido cuando no nos gusten los candidatos de uno de ellos o, en el extremo anular el voto o abstenerse, pero a fin de cuentas los partidos seguirán gobernando. No hay escapatoria.

Los gobiernos están obligados a rendir cuentas y están supervisados por los congresos, pero el Poder Legislativo no le rinde cuentas a nadie, y los partidos que lo controlan, tampoco.

Por otra parte, los mecanismos para fiscalizar las finanzas partidistas y el apego del gasto de campañas a la normativa son muy imperfectos, de manera que hay una gran discrecionalidad para disponer de los abundantes recursos que la sociedad les entrega año con año, en cantidades que los mismos partidos determinan en el Congreso.

No es sino hasta que se presentan crisis como la argentina, la peruana o la venezolana, que se emprende la reforma del sistema de partidos para renovarlos y ventilar a la clase política. Mientras tanto, evaden el tema y prefieren proponer nuevas formas de acceder al pastel político (puestos, poder y dinero) y luego pelearse a muerte entre ellos (primero con compañeros de su partido y después con los candidatos de los otros partidos) para estar en los mejores lugares a la hora del reparto. Por lo que respecta a su relación con la sociedad, se limitan, durante las campañas, a ofrecer reiteradamente los mismos paraísos de siempre: empleos bien pagados, servicios públicos de primera, honradez, etcétera.

El crecimiento explosivo de las llamadas organizaciones de la sociedad civil se debe en parte a la crisis de representatividad de los partidos... Ellas ofrecen espacios nuevos de participación ciudadana... que puede funcionar como contrapeso o como colaborador del Estado y de los partidos. Por eso los celos de la sociedad política con ese nuevo actor incómodo, que les resta representatividad y legitimidad.

La vinculación con la sociedad -antídoto del autismo político- debe ir más allá: definir y poner [en] práctica mecanismos de transparencia en el uso del dinero público; considerar la pertinencia del referéndum y del plebiscito; estudiar los criterios y mecanismos para candidaturas independientes; innovar la práctica política en tiempos diferentes a los electorales.

Guillermo Valdés Castellanos
(v.pág.18 del periódico Público del 21 de enero de 2002).


Sucede, en la práctica, que los gobernantes que resultan electos, malinterpretando caprichosamente el mandato popular que recibieron a través del voto, 'creen' que también se les facultó para que nepóticamente designen a familiares, 'compadres' y 'cuates', etc., en cargos de altísima responsabilidad, aunque los escogidos sean totalmente ineptos, ignorantes, improvisados e impreparados en las tareas que se les asignan, las cuales desconocen; por ello en el ejercicio del cargo cometen 'burrada' tras 'burrada', que por regla general le cuestan al erario público gastos cuantiosos e innecesarios, pero el gobernante se siente con la facultad y obligación de solapar todas las tonterías en que incurra su nepote (familiar, compadre o 'cuate'), haciéndose el cargo que 'al cabo el pueblo paga'.

Gamaliel Guzmán González, abogado
(v.pág.4-A de El Informador del 19 de enero de 2002).


A la sociedad le resulta oneroso mantener un sistema apoyado en la plutocracia y la autarquía. Legisladores comprometidos con causas políticas trucan las necesidades del pueblo por las prebendas.

(V.pág.2 de Ocho Columnas del 18 de enero de 2002).


La Comisión Estatal de Derechos Humanos es un organismo creado para defender al ciudadano común contra las arbitrariedades de la autoridad.

En Jalisco, los grupos y los partidos políticos la han tomado como botín. Quieren usarla para evitar que les pisen los callos.

Como candidato independiente... He recibido "amistosas" oficiosas invitaciones a retirarme del proceso [de elección de presidente de la CEDH]. Me dicen que no tengo posibilidad alguna y que sólo estorbo a los demás. Personas ligadas con partidos políticos, instituciones educativas públicas y privadas, ONG's y grupos religiosos me han hostilizado. ¿Por qué? ¿Qué clase de intereses hay alrededor de esta Comisión?

Parece que mi mayor pecado es no pertenecer a grupos políticos. Que los ciudadanos ordinarios no tenemos derecho a participar en la vida pública. Estamos a merced de minorías que controlan el poder. Salvo para llevarlos al poder a través de las elecciones, para los políticos en el gobierno somos cero a la izquierda.

Francisco Jasso Méndez
(v.pág.3-B de El Informador del 12 de diciembre de 2001).


Me irrita la falta de congruencia entre las distintas autoridades que manejan este pobre país. No es justo que sólo un puñado de vivales sean los que definan el destino de los millones de mexicanos. La falta de un Congreso auténtico, la impunidad existente, el desacato a las leyes, la carencia de un gobierno fuerte y aficaz, así como una coordinación y congruencia generalizada de conceptos y leyes; aunado al falto objetivo de servir a México; permite que los triunfadores de uno u otro partido polítco dicten medidas a su libre y corrupto capricho. No se vale que el resto (nosotros) despreocupadamente veamos cómo se manipula nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos. La pasividad de la gran mayoría es el resultado negativo que hasta ahora hemos tenido que soportar, en lo que pudo y puede ser un gran país.

Luis E. Villa Herrejón, abogado
(v.pág.5-A de El Informador del 5 de diciembre de 2001).


De ningún modo puede alegrarme ver a un servidor público caer en la tentación, menos aún cuando emanó de un partido cuyos miembros se ostentan como la encarnación misma de la honestidad y la honorabilidad.

Ahora, a la política, se acude por interés, para evitar vivir en el error de quedar fuera del presupuesto. Los partidos políticos cuentan con jugosas partidas presupuestales procedentes de los impuestos que todos pagamos, se trata de industrias muy rentables para quienes las dirigen.

Agreguemos a ello que la militancia política acrecienta considerablemente las probabilidades de acceder a ciertos cargos públicos muy bien remunerados, para los cuales normalmente no se requiere ni de mucho talento, ni de capacidad o preparación demasiado elevadas, ni tampoco de gran trabajo para su desempeño...

Todos los anteriores resultan incentivos suficientes para que una persona con un mínimo de ambición se decida a la participación política. No hacen falta mayores ideales, ni programas bien estructurados para el desarrollo nacional, ni nada que se le parezca. Un poco de demagogia y otro poco de buena fortuna o de suficientes relaciones y el asunto está listo, se habrá construido una carrera política.

Roberto Martínez Espinosa, licenciado en derecho
(v.pág.6-a de El Informador del 24 de octubre de 2001).


"Los mexicanos, rehenes de los partidos políticos". La sentencia es grave y más si viene de una autoridad como el Dr. José Barragán, consejero electoral del Instituto Federal Electoral y doctor en Derecho Constitucional.

El consejero electoral manifestó su preocupación por el creciente poder de los partidos políticos y su actuación señida estrictamente a la defensa de sus intereses sin importar que con frecuencia, a través de los legisladores, las acciones sean en perjuicio de los intereses nacionalaes. Esto se refleja, entre otras cosas, en una grave falta de responsabilidad política "en este país nadie tiene la culpa de nada".

Editorial
(v.pág.4-a de El Informador del 4 de agosto de 2001).


Suponen [los panistas] que buenos gobernantes son los que no roban. Suponen que gastar el dinero del pueblo, aunque sea mal, los exime de toda culpa. ¡Necios...! No comprenden que el dispendio, como el de los millones de pesos dizque "invertidos" en obras suntuarias como Los Arcos del Milenio, por ejemplo, o torpemente gastados en otras de pacota, como el pavimento de la Avenida 8 de Julio, en el Cerro del Cuatro, además de ser una forma de deshonestidad, es una forma de estupidez.

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-a de El Informador del 1o.de agosto de 2001).


Por salud económica y política del país debe eliminarse cuanto antes la figura de representación proporcional en las Cámaras federales, locales y en los cabildos municipales.

Sin embargo, cabe adveretir que como los primeros afectados con esa medida serían los mismos que la aprobaran, es decir los diputados, senadores y regidores que ostentan cargos sin haberlos ganado en las urnas, tenga usted la seguridad de que estos políticos defenderán hasta las últimas consecuencias los privilegios de que gozan, sin importarles en lo más mínimo el bien de su país, de su Estado y de su municipio.

Javier Medina Loera
(v.pág.4-A de El Informador del 18 de julio de 2001).


Sólo hay dos tipos de partidos políticos: los que están en el poder y los que están en la oposición.

Vilfredo Pareto, sociólogo italiano
Las transformaciones de la democracia (1921).


Transitar de un gobierno corrupto a uno inepto o improvisado supone para la población gobernada lo mismo, pues el erario se ve afectado y se diluyen las posibilidades de lograr que los impuestos se conviertan en mejores servicios y oportunidades.

Con la alternancia en los gobiernos locales, particularmente con los de extracción panista... se coloca en los cargos de gobierno a empresarios, que en su lógica de buscar la ganancia y la comodidad, se olvidan de que la responsabilidad del gobierno es elevar la calidad de vida de los gobernados...

Gabriel Torres Espinoza
(v.pág.19 del periódico Público del 9 de julio de 2001).


Antes la política era un teatro y ahora se ha convertido en un circo; durante mucho tiempo, en el escenario de la política, se presentaron dramas, tragedias, comedias y hasta los "Strip-Tease"... ahora que se ha transformado en circo, hay muchos payasos, aunque de diferentes categorías. Aunque algunos son inteligentes y muy pocos son sabios, la mayoría sólo son seguidores de la campanilla del pastor.

Ignacio Burgoa Orihuela, jurista y catedrático de la UNAM
(v.pág.1b de El Occidental del 30 de abril, 2001).


A los políticos les gusta regalar lo que no es suyo.

Las prioridades del burócrata son ganarse el apoyo de los activistas, inflar el problema para lograr mayor presupuesto y asegurar la reelección de su padrino político, cueste lo que cueste.

Carlos Ball, director de la agencia de prensa AIPE y académico asociado del Cato Institute
(v.pág.17A del diario Ocho Columnas del 2 de abril de 2001).


También necesitan renovar los partidos. Es inmoral obligar a un pueblo pobre, a mantener con sueldos de ricos a tanto mediocre en el monopolio del poder. Necesitan abrir el juego para que haya auténtica competencia, ideas diferentes y que la gente tome interés en esas dependencias oficiales, cada día más desprestigiadas, como son los partidos.

Gregorio González Cabral
(v.pág. 5A de Ocho Columnas del 28 de febrero de 2001).


Antes la Ley Electoral (hasta el 67) establecía prisión y multa, para todo aquel que a sabiendas de su ineptitud, o pendientes legales, aceptaba una postulación [a un cargo público de elección popular]. Hoy esos ineptos o mediocres solicitan y les dan presupuesto para contratar asesores.

Lic.Carlos Pineda F.
(v.pág.6-a de El Informador del 22 de febrero de 2001).


Cuando las leyes sean justas en este país, la asepsia a que es necesario someter a las ciudades después de las campañas políticas, tan onerosas, tan rutinarias (y tan ociosas, como lo demuestran los niveles de abstencionismo que se registraron en las elecciones del domingo), debería correr por cuenta de los mismos partidos políticos. Ya bastante dinero del pueblo se malgasta en propaganda que no se traduce en votos, para tener que gastar más en recogerla. Es ofensivo que quienes manejan de manera discrecional, irresponsable, el dinero del pueblo, sean tan pichicatos para gastarlo en beneficio de su legítimo propietario, y tan liberales para dejarlo en manos de los parásitos, de los oportunistas, de los zánganos del panal... Si por mí fuera, yo dejaría todo ese cochinero como estaba el domingo. Así sabremos muy bien, porque estaremos viendo sus rostros, quiénes fueron los marranos que hicieron semejante atascadero...

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A del diario El Informador del 15 de noviembre de 2000).


Pareciera que en nuestro país lo que hay es ajuste, no rendición de cuentas. Hay facturas que nadie quiere pagar. Y aun cuando algún político pague por los errores del gobierno, quien al final de cuentas carga con el costo del error es el ciudadano común y corriente. ¿Hasta cuándo podremos pedir cuentas completas a nuestros gobernantes? En México existe una enorme impunidad en la actuación del gobierno, que va mucho más allá de los simples y burdos actos de corrupción. No me refiero a la impunidad que significa que un político robe y se salga con la suya: más bien pienso en una impunidad en un sentido más amplio, que tiene que ver con la falta de mecanismos institucionales para hacer responsables a los funcionarios públicos de sus actos de gobierno.

David Gómez Alvarez, analista político
(v.pág.16 del periódico Público del 20 de octubre de 2000).


Por una concesión que puede calificarse de monopolio, los partidos políticos postulan candidatos y se hacen cargo de la defensa de los votos que logran cosechar en sus registros, y sólo hasta ahí llega el sentido y valor del sufragio individual. "A partir de ese instante el ciudadano conserva el derecho de votar, pero ha perdido el de elegir" (v. Estudios Políticos y Constitucionales por Manuel Herrera y Lasso, p. 104, Ed. Miguel Angel Porrúa, 1986).

Cuando en un país como México sucede, pues, que el ciudadano, así sea cumplido votante, se abstiene de organizarse para la defensa de los intereses de la sociedad, surge la avidez de los políticos en las dos condenables conductas que empobrecen a nuestra nación desde los comienzos de su existencia como país independiente:

Primero.- "El Congreso no es el órgano responsable, sino el grupo o bloque parlante" señaló el maestro Herrera y Lasso (v.p. 132, op.cit.) ¡Ah pero como se despachan con la cuchara grande los grupos parlamentarios y sus mafias con frecuencia al margen inclusive de las dirigencias de sus partidos! ¡Y cómo la orientación de las leyes queda sujeta a lo que se ha definido como "la mezquinidad de los intereses partidarios"! (v. "La democracia amenaza a los partidos", por José Agustín Ortiz Pinchetti, p. 16, La Jornada, septiembre 17, 2000); lo cual puede también definirse como "la permanente perversidad de las partidocracias y sus allegados seleccionados como funcionarios públicos de elección".

Segundo.- La clase política se convierte en "vividora" del oficio: La democracia es muy costosa, se oye decir todos los días a los políticos profesionales. Y la insistencia a la reflexión ciudadana es un llamado a la conciencia de todos los mexicanos: ¡Cuántos, pero cuántos capítulos del gasto público son otorgados a los partidos políticos y debían ser reducidos para emplearse en el desarrollo social y en el alivio de la pobreza en que México se va hundiendo cada día más!

Jorge Eugenio Ortiz Gallegos
(v.pág.4-A del diario El Informador del 23 de septiembre de 2000).


En esta oligarquía demagógica, los políticos hacen lo que quieren y nos tratan como sus esclavos. No existimos. Nada más existen sus intereses, sus pleitos, sus partidos y su real gana. Nosotros nada más contamos a la hora de cobrarnos.

Y no me diga cuál partido se salva. Todos son cortados con la misma tijera: abusivos, arrogantes, influyentes y mantenidos.

Toman el bien general como pretexto; pero su única intención verdadera es seguir dentro del presupuesto.

Mientras los habitantes no se fajen faldas y pantalones, como sucedió en Francia, todos estos mantenidos por la sociedad seguirán creyéndose los dueños. Aquí los conejos les tiran a las escopetas. Los mantenidos son los señores... Nos traen como platos de fonda: fregados y boca abajo.

Ellos son los que dicen quién gana y quién pierde. Representan el teatro político, sin necesidad de coros y escenografía. Eso de la democracia electoral nada más ellos se la creen... porque de eso viven.

Los políticos no son "los mejores hombres", la mayoría son de lo peorcito. Ya estuvo bueno, ahora sí que estamos pagando porque nos peguen.

Gregorio González Cabral
(v.pág.4A del diario Ocho Columnas del 10 de septiembre de 2000).


Si para integrarse en el partido fuera necesario saber leer, comprender, discurrir, razonar, en México no hubiera partidos. La "neta" es que van por el poder y la única convicción es entrar a la gloria del presupuesto.

Dos principios inmarcesibles al respecto: "Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error", del Tlacuache Garizurueta y, otro mejor: "Amistad que no se demuestra en la nómina, es pura demagogia", como ilustró Guillermo García Oropeza. Así como una definitiva: "Nomina, nomina est".

En la nómina no estarán los principios, ni la doctrina, pero están los valores de cada quincena.

Y si todos van a lo mismo ¿por qué el público supone que unos son "buenos" y otros son "malos"? Porque así es la gente. Si traes la camiseta del América ¡guácala!; pero si te pones la de las Chivas, eres fenómeno social y salvación de la industria de la construcción.

Gregorio González Cabral
(v.pág.5A del diario Ocho Columnas del 23 de agosto de 2000).


...[en Jalisco] en nombre de la legitimidad de origen del gobernante -virtud que en el pasado no siempre se daba-, era común que se soslayaran la ocasional ineptitud o la decidida ineficiencia del gobernante.

Que el gobernante sea legítimo por su origen, lo honra. Es lo deseable. Eso lo salva del pecado original de ser espurio... Empero, ese simple hecho no lo inmuniza de por vida contra el riesgo, latente en todos sus actos, de cometer otros pecados, acaso más graves, por acción u omisión.

Quien gobierna puede rodearse de incondicionales ("El número de los aspirantes a cortesanos es infinito"). El gobernante puede soñar, si le place, en vivir entre nubes de aplausos y reconocimientos. Pero será más honesto consigo mismo, más congruente con su encargo -si lo entiende como una honrosa encomienda que el pueblo le otorga-, si se prepara para la indiferencia e incluso para la crítica.

...es común que, ante la crítica, el gobernante empuñe, en su defensa, el escudo de su honestidad personal. Desde luego, es inmoral que el gobernante sea deshonesto. Pero es igualmente inmoral que el gobernante inepto pretenda convertir su incapacidad en virtud, aduciendo que es honesto. Si el gobernante lo es en función del bien común, tan censurable debe ser en él la deshonestidad como la incompetencia.

Jaime García Elías, columnista y conductor radiofónico
(v.pág.5-A de El Informador del 7 de junio de 2000).


Respuesta del webmaster a una encuesta que el periódico "Público" llevó a cabo el 27 de agosto de 1999.

Pregunta: ¿Está a favor de que un alcalde o diputado dure 4 años?

Respuesta: NO
Porque más valdría reducir a 3 el período de gobernadores y presidente de la república, permitiendo una reelección inmediata. Así, si salen malos como suele suceder, nos podríamos deshacer de ellos más rápidamente.


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