Generador automático de discursos políticos postelectorales


Candidatos:

Estas palabras deberán ser un mensaje que exprese con toda claridad sus emociones y pensamientos; frases sinceras que provoquen en los ciudadanos el efecto conveniente. Lo único que ustedes tienen que hacer es colocar dentro del texto básico del mensaje las palabras de la opción seleccionada. Procure, al pronunciarlo, imprimir a su voz un tono de auténtico sentimiento nacionalista.

Jaime Almeida y Jairo Calixto Albarrán
(v.pág.46 del periódico Público del 2 de julio de 2006).

Inicia discurso
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Queridos conciudadanos:
Hace [ ] unos instantes se dio a conocer [ ] mucho que se arregló [ ] tiempo me daba miedo saber [ ] mucho calor pera ya sabemos [ ] gestos el que no le gustó el resultado de la votación nacional. Y me llena de [ ] gusto [ ] tristeza [ ] sospecha [ ] miedo [ ] vergüenza anunciarles [ ] que he sido el ganador [ ] que me voy a dedicar a otra cosa [ ] la gran barata de Liverpool [ ] la llegada de las vacaciones [ ] que soy gay . Esto es algo que no podría haberse logrado sin el apoyo de [ ] todos ustedes [ ] Elba Esther [ ] Chávez [ ] Washington [ ] Ahumada . Para el país es día de [ ] gran celebración [ ] profunda preocupación [ ] hacerse una limpia [ ] luto nacional [ ] ir pensando en emigrar .
El camino para llegar hasta aquí estuvo [ ] lleno de retos [ ] del cocol [ ] de pocas [ ] muy enredado [ ] equivocado , pero siempre supimos que [ ] el trabajo serio [ ] el dinero [ ] Chente [ ] Michael Jackson [ ] la corrupción es capaz de [ ] sobreponerse [ ] ganarle [ ] sacarle la vuelta [ ] convencer [ ] verle la cara a cualquier [ ] obstáculo [ ] güey [ ] complot [ ] ley [ ] amparo .
A mis adversarios les digo que [ ] nada tienen que temer [ ] se vayan escondiendo [ ] me dejé ganar [ ] terminen la primaria [ ] el que se ríe se lleva . Ellos serán el ejemplo de lo que significa [ ] la generosidad [ ] amar a Dios en tierra de indios [ ] salir espinado [ ] tener chorrillo [ ] caer al bote y tendré la capacidad para [ ] gobernar civilmente [ ] hacerlos sufrir [ ] que todo me valga [ ] hacerme muy rico [ ] ligar cueros .
A mis seguidores les aseguro que [ ] no los decepcionaré [ ] algo les va a tocar [ ] no soy lo que creían [ ] viajaré mucho [ ] seré más de lo mismo , y que cumpliré hasta el máximo de mi esfuerzo con todas [ ] mis promesas de campaña [ ] las que debo [ ] cada noche que pueda [ ] las mentiras que me creyeron [ ] las órdenes de mi esposa .
A todo el pueblo le pido que se una en torno [ ] a los más altos valores [ ] a mis ideas guajiras [ ] a los sueños de opio [ ] a las ilusiones [ ] a los espejismos y que como país somos capaces de [ ] alcanzar [ ] aguantar [ ] ignorar [ ] recomendar [ ] consumir para que nuestros hijos aspiren a [ ] un futuro mejor [ ] un desayuno escolar [ ] conocer a su verdadero padre [ ] irse de mojados [ ] llegar a viejos .
¡Viva la democracia!... ¡Viva el pueblo!... ¡Viva [ ] México [ ] Bush [ ] Polula [ ] yo [ ] la Pepa !... Fin del discurso. ------------------

Requisitos del oportunismo de todos los tiempos:

-Nunca incursione en la autocrítica, no se añada a las murmuraciones y las denuncias. Supongamos que usted, político profesional, transcurrió por décadas en el PRI, pernoctó en el PRD, y en ambas instituciones halló puestos y curules, hasta atardecer finalmente en el PAN. Si lo atacan, no conteste. Sería atizar el escandalito. Si alguien de buena fe (la única cualidad que existe en la nación) le pregunta el porqué de sus saltos, responda simplemente: "Yo no cambio, soy fiel a mi línea de congruencia progresista. Lo que cambia, y de modo artero, es la realidad". Y que no le preocupen necedades como la declaración reciente del PRI que le advierte a Calderón que no aceptará a "saltimbanquis" como miembros del nuevo gobierno. ¿Adónde iría el país sin gente que con rapidez madurísima se diera cuenta que si no salta se hunde?

-No dude en calificar de tránsfugas a los que hayan actuado exactamente como usted. Recuerde: el que califica primero califica cien veces. Algo no recomendable, salvo en casos de angustia extrema, es el recurso de "Si eso es ser maravilloso, entonces soy maravilloso". Un ejemplo, a usted en una reunión agitada lo llaman "oportunista, maromero, carente de columna vertebral, etcétera". Lo peor en estos casos es salir con "Si ser oportunista es llegar temprano a la defensa de mi patria; si ser oportunista es enfrentar la parálisis de la vida política; si ser oportunista es negarle tiempo al tiempo para llegar antes a la convocatoria de la república... entonces, señores, hagan lo que quieran de mi prestigio, porque si soy oportunista". Antes de soltarse con una así, piénselo, nadie agradece un momento así y todos lo recuerdan para siempre.

Carlos Monsiváis
(v.pág.16 del periódico Público del 26 de noviembre de 2006).


Entre las muchas mentiras que a punta de repetirse se convierten en medias verdades, están las otras flagrantes que los profesionales de la política repiten, a sabiendas de que nunca cumplirán. Estas son unas pocas de las que ya causan más risa que preocupación. Juan Alberto Vázquez
(v.pág.42 del periódico Público del 19 de agosto de 2007).


SISTEMA DE ELABORACIÓN DE LOS DISCURSOS

Tu también podrás hablar horas y horas sin decir nada, pero pareciendo que eres un gran experto.

Lee una cualquiera de las frases de la columna 1, seguida de otra cualquiera de las frases de la columna 2, a continuación otra cualquiera de la columna 3, y otra cualquiera de la columna 4.

Sigue tu discurso igual eligiendo otra frase , más otra, más otra y así sucesivamente hasta la eternidad. No hace falta que las frases sean de una misma línea. Cuanto más variaciones hagas, más importante parecerá lo que dices.

 

1

2

3

4

Queridos compañeros

la realización de las premisas del programa

nos obliga a un exhaustivo análisis

de las condiciones financieras y administrativas existentes.

Por otra parte,y dados los condicionamientos actuales

la complejidad de los estudios de los dirigentes

cumple un rol esencial en la formación

de las directivas de desarrollo para el futuro.

Asimismo,

el aumento constante, en cantidad y en extensión, de nuestra actividad

exige la precisión y la determinación

del sistema de participación general.

Sin embargo no hemos de olvidar que

la estructura actual de la organización

ayuda a la preparación y a la realización

de las actitudes de los miembros hacia sus deberes ineludibles.

De igual manera,

el nuevo modelo de actividad de la organización,

garantiza la participación de un grupo importante en la formación

de las nuevas proposiciones.

La práctica de la vida cotidiana prueba que

el desarrollo continuo de distintas formas de actividad

cumple deberes importantes en la determinación

de las direcciones educativas en el sentido del progreso.

No es indispensable argumentar el peso y la significación de estos problemas ya que

nuestra actividad de información y propaganda

facilita la creación

del sistema de formación de cuadros que corresponda a las necesidades.

Las experiencias ricas y diversas muestran que

el reforzamiento y desarrollo de las estructuras

obstaculiza la apreciación de la importancia

de las condiciones de las actividades apropiadas.

El afán de organización, pero sobre todo

la consulta con los numerosos militantes

ofrece un ensayo in tere sante de verificación

del modelo de desarrollo.

Los superiores principios ideológicos, condicionan que

el inicio de la acción general de formación de las actitudes

implica el proceso de reestructuración y modernización

de las formas de acción.

Incluso, bien pudiéramos atrevernos a sugerir que

un relanzamiento específico de todos los sectores implicados

habrá de significar un auténtico y eficaz punto de partida

de las básicas premisas adoptadas.

Es obvio señalar que

la superación de experiencias periclitadas

permite en todo caso explicitar las razones fundamentales

de toda una casuística de amplio espectro.

Pero pecaríamos de insinceros si soslayásemos que

una aplicación indiscriminada de los factores concluyentes

asegura, en todo caso, un proceso muy sensible de inversión

de los elementos generadores.

Por último, y como definitivo elemento esclarecedor, cabe añadir que

el proceso consensuado de unas y otras aplicaciones concurrentes

deriva de una indirecta incidencia superadora

de toda una serie de criterios ideológicamente sistematizados en un frente común de actuación regeneradora.

(Recibido por e-mail el 13 de marzo de 2009).


Nuestros candidatos son tan mediocres que ni siquiera hacen promesas atractivas. Siempre son las mismas 4: "Les daré seguridad, salud y educación", "Voy a acabar con la corrupción", "Con tu voto por mí, vamos a ganar todos" y "Mi gobierno será totalmente transparente". ¡Qué creatividad de sus publicistas!

Me pregunto: ¿no pueden inventar otras promesas? Hay mil temas, mil broncas, mil cosas que arreglar. ¿No conocen los problemas reales que vivimos día con día y no se les ocurre cómo resolverlos?

Miren, candidatos: para ganarse el voto tienen que vendernos la idea de que van a hacer algo diferente, que nos van a sacar de nuestra miseria y retraso, que nos van a hacer felices. Y para eso nos tienen que hablar al oído, dorarnos la píldora, hacernos promesas bonitas. Aunque luego no nos cumplan nada.

Pero no se preocupen, no nos vamos a desilusionar. Porque la verdad, esperamos tan pocos resultados de sus gestiones, que ya de perdida nos conformamos con que nos ofrezcan buenas promesas, no hechos. Igual que en la proclama sudamericana.

Como cuando le pregunté a mi tía, la que era bien pelada, por qué había tenido tantos novios, me contestó: "¡Ay, mi amor!, es que no me puedo negar cuando me las piden con frases bonitas".

Y esa es mi solicitud a los candidatos: Por lo menos háganos promesas bonitas para que les demos... nuestro voto.

Y para que no digan que soy un pelado y que nomás critico y no propongo, ahí les van 15 promesas que convencen ilusos. Les cedo los derechos para que las usen en sus campañas:

  1. Desterraré a La Maestra. Con todo y yerno... e hijita.
  2. Si me eligen, no me volveré prepotente y mamón.
  3. Prometo no dar un discurso diario.
  4. Juro no meter a la nómina a ninguna de mis amantes.
  5. Haré que los políticos anteriores regresen todo lo que se robaron.
  6. Juro no inventar ningún nombrecito para otro impuesto.
  7. Pena de muerte a las ladies de Polanco y al gentleman de Las Lomas
  8. A los líderes sindicales rateros, los colgaremos de los... de los... postes de luz.
  9. Voy a reducir los gastos de diputados en teibols.
  10. Despediré a todas las burócratas gordas que están en las ventanillas. Sobre todo a las que comen tacos sudados en vez de atender a los ciudadanos.
  11. Eliminaré todas la leyes que nadie entiende... ni los diputados que las crearon... como las del IFE.
  12. Eliminaré a todas las Secretarías de Estado y dependencias que no sirvan para nada. O sea, a casi todas.
  13. No me volveré loquito al cuarto año de gobierno.
  14. Para vivir en una democracia real: todos los ciudadanos tendrán fuero.
  15. De veras: soy el menos peor.
Órale ¿sí? Para que nos demos cuenta que saben por qué estamos hartos de ustedes y sus campañas.

Además, a lo mejor de todas esas promesas alguna se vuelve realidad. Y a ustedes hasta les conviene, porque esa esperanza puede evitar una revuelta provocada por el hartazgo.

Chance y así, nos animamos a ir a las urnas para votar. Y no sólo para anular nuestras boletas...

Alberto Martínez Vara
(v.pág.6 del periódico Mural del 23 de febrero de 2012).


Discursos como los del Peje.

Considero necesario iniciar, para nuestra salud mental, en esta temporada las bases para un diccionario electoral.

1a. Acarreado.- Sujeto que asiste al mitin político de otro partido, ajeno al propio.
1b. Militante.- Sujeto que asiste al mitin político del partido propio.
2a. Bloqueo.- Acción reprobable de otro partido que con cualquier pretexto interrumpe el tráfico.
2b. Movilización.- Acto democrático por medio del cual con cualquier pretexto nuestro partido interrumpe el tráfico.
3a. Guerra sucia.- Cuando los otros partidos le dicen sus verdades al candidato de tu partido.
3b. Guerra de contraste.- Cuando los miembros de tu partido le dicen sus verdades al candidato del partido contrario.
4a. Prensa democrática.- Cuando ésta da cuenta favorable de todos los actos ciertos o falsos del candidato de nuestro partido o de las gentes de su entorno.
4b. Prensa antidemocrática.- Cuando esta crítica en cualquier forma desfavorablemente los actos ciertos o falsos de nuestro candidato o de las gentes de su entorno.
5a. Encuesta objetiva.- Aquella que muestra como ganador o que ha obtenido un notable avance numérico a favor del candidato de nuestro partido.
5b. Encuesta cuchareada (Peje dixit).- La que muestra a nuestro candidato con una condición desfavorable o con un notable descenso en la preferencia y que suele descalificarse diciendo que la verdadera encuesta será la que se muestre el día de la elección.
6a. Elección incuestionable.- En la que el candidato de nuestro partido obtiene el triunfo.
6b. Elección cuestionable.- En la que el candidato de nuestro partido no obtiene el triunfo.
7a. Decálogo.- Normativa de vida, consistente en diez mandamientos, que Dios ordenó a Moisés comunicara al pueblo judío y que aproximadamente trece siglos después N.S. Jesucristo prácticamente los redujo a dos.
7b. Decálogo.- Infortunada declaración que muchos de nuestros amados candidatos, prácticamente de todos los partidos, emiten en número de diez promesas tratando de combinar promesas, sueños y buenos deseos con la absurda pretensión de que el electorado las lea, lo que afortunadamente no sucede, aunque haya algunos que pretendan utilizarla como instrumento de tortura.
8a. Democracia.- En nuestro país, actividad mitológica que pretende, con toda clase de engañosos artificios, que el gobierno depende del pueblo, que lo representa y que supone servirlo, siendo refugio de una cantidad increíble de delincuentes y se practica dentro del sistema más costoso del mundo.
8b. Partidocracia.- Sistema criminal, creado por la delincuencia verdaderamente organizada con el propósito de fingir que existe aunque sea un remedo de democracia y que ha convertido la política según Bierce en "la actividad preferida de las partes más degradadas de las clases delictivas".
9a. Izquierda.- Posición políticamente correcta en lo teórico pero que en lo práctico realiza las mismas actividades legales e ilegales que los otros partidos de signos diferentes en cuanto se trate de proteger sus intereses económicos o políticos.
9b.Derechas.- Posición políticamente incorrecta, al parecer inexistente en nuestro país ya que ningún grupo, ni los calificados como tales se reconocen como derechistas, pero que de existir se prestarían con gusto a las mismas trapacerías que los de izquierda.

Carlos Enrigue
(v.pág.5-B del periódico El Informador del 10 de junio de 2012).


Fui invitado a la ciudad de Querétaro por Fundap Editores a presentar un ingenioso libro, titulado Vocabulario mexicano de frases y términos políticos, autoría de Héctor Martínez Ruiz y 3 colegas más. La obra recoge, en orden alfabético, frases y términos que han marcado diversas etapas de la vida política nacional. Por ejemplo, el régimen de autoridad de principios del siglo pasado con expresiones como "Cañonazo de 50,000" (pesos), atribuida al general Álvaro Obregón, y que hace referencia a que cualquier persona que se precie de ser honesta, puede ser corrompida con dinero. O bien, aquellos términos de época de oro del priismo como "cargada", "carrusel", "carro completo", "dedazo", "cochupo", "compatriota" y el emblemático "fraude patriótico", solicitud hecha en los 80 al gobierno federal por los ahora legisladores Graco Ramírez y Porfirio Muñoz Ledo, para evitar que el Partido Acción Nacional ganara Chihuahua, pues según ellos, vendería una parte del territorio a Estados Unidos.

Existen en la obra otros términos y frases que muestran nuestro tránsito hacia el régimen de opinión como el "cállate chachalaca" de Andrés Manuel López Obrador; una crítica a la actitud del presidente Fox en torno al proceso electoral 2006. Otros más dan cuenta del lenguaje político de la alternancia (que no transición) como esos de "chiquillos y chiquillas", "mexicanos y mexicanas", "candidato ciudadano", "partido corporativo" o "partidos familiares"; éstos últimos describen a esas larvas parasitarias que crecieron en las axilas de la transición.

Hay otros términos de connotación animal que hacen referencia a nuestra clase política, tales como "caballo" (negro), pez (gordo), camaleón, delfín, pejelagarto y gallo. Oros más despectivos como "gato", "perrada" y "grillo". No podían faltar pleonasmos como "corrupción política", "bloqueo político", "compadrazgo político", "costo político" y "golpeteo político", ni los antónimos como "seso político" y "principios políticos".

Los autores, en ese esfuerzo plausible por integrar la mayor cantidad de expresiones posibles, incluyeron términos en desuso como "doctrina política" e "ideología partidista".

En lo personal, considero que publicaciones como el Vocabulario mexicano de frases y términos políticos son de las cosas que mejor sabemos hacer, ante la profunda levedad que caracteriza a nuestro sistema político. Y es que en política somos profesionales del comienzo. Muestra de esa vocación es que el próximo lunes 2 de julio comienza la carrera electoral 2018.

Por esa razón, al final de la presentación propuse, al igual que los presentadores que me antecedieron, incluir un par de términos para la segunda edición de esta obra: "estado de ánimo", como aquello con lo que gobierna nuestra clase política; y el término "nini de altos ingresos", como sinónimo de político. Propuse además al editor abrir la colección "menosmalismo mexicano", pues trabajos como éste, que tratan de registrar lo más granado del vocabulario político nacional, nos hacen más llevadero el desencanto político que padecemos como sociedad.

Carlos Alberto Lara González
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 30 de junio de 2012).


Va el resumen que hace el Skeptical Inquirer en su número de julio-agosto, de los vicios más notables en la discusión de un tema por creyentes y herejes:

  1. Hombre de paja (o espantapájaros). Tomamos los argumentos del opositor, los potenciamos hasta el ridículo y luego les damos de palos.
  2. Correlación espuria. Suponemos que si un hecho sigue a otro es porque el primero lo causó.
  3. Pendiente resbalosa. Afirmar que si permitimos que A ocurra la consecuencia será Z. Debemos evitar A por eso mismo.
  4. Argumento ad hominem. Si lo dice un oponente a nuestros puntos de vista, debe ser falso. [Hace poco puse párrafos muy buenos en Facebook, a propósito sin nombre de autor ni de publicación para evitar este vicio del razonamiento].
  5. Apelar a la emoción. Echar mano de emociones y no de argumentos: ¿Cómo pueden gastar en X habiendo tanta hambre en el mundo? Supone un acto de caridad cotidiano, sin observar que eso puede ser aún más destructivo.
  6. La falacia falaz. Suponer que si un argumento está mal sustentado necesariamente es falso. La empleó Juan Pablo II en su disculpa a Galileo para escatimarle méritos.
  7. Tu quoque. La supuesta exclamación de Julio César al ver entre quienes lo acuchillaban a su predilecto Brutus. Evitar una crítica regresando la acusación. La hemos visto en abundancia: 3 empresas afines a AMLO se llevaron sin licitar contratos por cerca de 200 millones. ¡Y por qué no mencionas no 3, sino 3,000 de que se ha servido Peña Nieto!
  8. Incredulidad personal. Como algo me resulta difícil de creer, debe entonces ser falso.
  9. Solicitud especial. Mover la portería cuando se comprueba que nuestra afirmación es falsa. La honestidad de mi político preferido resulta derrumbada ante evidencias. ¿Y qué me dices de Z, que eso ha venido haciendo toda su vida? Fidel Castro ha encarcelado a toda su oposición. ¿Y por qué no mencionas lo que hizo Pinochet?... o Somoza o Hitler o Nabucodonosor, ¿ah, verdad?
  10. Pregunta cargada. Construir una pregunta que no se puede responder sin aceptar culpabilidad. Tenemos el mejor ejemplo reciente: "El presidente Calderón debe responder ante el Pueblo de México si es o no alcohólico", lanza Carmen Aristegui. Si Calderón lo niega es mentiroso, si lo acepta el rumor queda probado.
  11. El carro con la banda. Asumir que si mucha gente sigue a la bastonera y al tambor mayor de Z es prueba de la gran valía de Z.
  12. Apelar a la autoridad. Los ejemplos abundan: eso lo condena San Pablo, aquello fue vapuleado por Fidel Castro.
  13. Genética. Juzgar si algo es verdadero o falso según su procedencia. ¿Cómo puedes creerle a X medio?
  14. Argumentación circular. La conclusión ya va incluida en la premisa: Es verdad porque lo dice la Biblia... Y Supermán, entonces, existe porque lo dicen sus historietas.
  15. Apelar a la naturaleza. La publicidad está llena: "producto ciento por ciento natural". El veneno de la cobra y la cicuta son ciento por ciento naturales... también.
  16. Anécdota. Mi tía M se fumaba 3 cajetillas al día y murió a los 89 años... en un choque de autobús.
  17. La carga de la prueba. De nuevo Aristegui: el Pueblo de México exige al presidente Calderón que compruebe que no es alcohólico.
  18. Ambigüedad. Señor agente: vengo sin luces en el túnel porque el letrero decía "encienda sus luces" y yo no las tengo, las tiene el auto.
  19. No es mexicano. Juan dice que los mexicanos comen mucho chile. Antonio dice que él no. Luego no es un verdadero mexicano.
  20. Blanco o negro. También lo hemos oído en estos tiempos: Si no estás conmigo estás contra mí.

Luis González de Alba
(v.periódico Milenio Jalisco en línea del 2 de septiembre de 2012).


El lenguaje de todas las campañas electorales está impregnado de una oratoria repetitiva y redentorista. Las vacuidades colman todos los espacios públicos. Lo de menos es la autoridad moral de los candidatos que aprenden como pueden un puñado de clichés que denoten seriedad y responsabilidad, o por lo menos ejercicio de vocabulario mínimo.

Flavio Romero de Velasco, licenciado en Derecho y en Filosofía e Historia y exgobernador de Jalisco
(v.pág.2-A del periódico El Informador del 15 de septiembre de 2012).


El contrasentido del político arribista: defenestrar antes que trabajar. Es típico en aquel que llega al cargo, sin que la gente sepa ni de dónde salió... y que, para poder medio lucir, requiere de descalificar a su antecesor, antes de sentirse cómodo y empezar a "disfrutar" del cargo; pues no tiene otro propósito. Llegó, como dicen en el rancho, "de raite", "colado entre la bola", y como parte de una de esas "campañas sui-géneris", donde "de haber competido de frente y a la buena", eran muy escasas sus posibilidades. Pero en fin, ya llegó, y ahora "¿cómo le hago pa' que luzca?". El camino más sencillo: "Calumnia, que algo queda", "di que nada te entregaron", "que casi se llevaron hasta la basura".

Cierto, muy cierto, es muy difícil encontrar "una administración perfecta", siempre los hay buenos y malos. Pero lo más lucidor "para el nuevo" es agredir al que se fue, magnificar sus errores, inflar las cifras en su contra y disimular los logros; con la utopía manifiesta del "yo sí lo voy a hacer muy bien". Pero los meses corren, el tiempo es limitado, mucho el trabajo por realizar; y cuando sólo se cuenta con una boca grande e ideas cortas (por no dedir que pobres), más le vale implorar al cielo que no venga a sucederlo, en unos meses, alguien con un perfil de su propia calidad.

Uriel Eduardo Santana Soltero
(v.pág.9-A del periódico El Informador del 23 de abril de 2016).

Con motivo de la temporada de informes me acordé que hace muchos años asistí a un informe y estoy por decirle que es una de las experiencias más enfadosas que puede padecer un ser humano y sin embargo supongo que para alguien debe ser un buen negocio que se haga un informe que a nadie interesa, que nadie consultará y en el que rige la mentira; y si bien la figura del informante y el show mediático son absurdos, no son las partes más ridículas del espectáculo, están esas figuras del surrealismo nacional que son los regidores perdidosos en la contienda y que son becados en premio a servir de patiños, y que si guardan silencio con eso cumplen pero que a veces les da por hacer patéticas declaraciones.

Sin embargo, y dada la intrascendencia del tema he decidido hacer una guía de desarrollo de informes de gobierno, dado que ni cambian ni mejoran, en este caso nos referiremos al del 1er. año de gobierno, comparando el baile con el brillantísimo informe que rindió el recontrasupermegaalcalde metropolitano señor ingeniero Alfaro, en camino al [20]18.

La 1a. parte de las 3 en las que se debe dividir la perorata debe consistir en criticar agriamente al antecesor que lo màs amable que se puede decir de él es que es una rata atejonada, un pillo desesperado y un sujeto cuando menos con cara de nalgas de calabaza en tacha, por no decir que es un miserable que aprovechó el puesto público y que ya yéndose se lo dejó al que informa, hecho pedazos con el drama de que si no fuera por alguien tan bueno cómo el que está informando, esto ya hubiera valido madre y desde luego aclarar que el antecesor dejó la institución adeudado hasta el contrato de luz, o cualquier otra cosa que pudiera deber pero que gracias al pueblo bueno que había elegido correctamente, se estaba salvando la situación.

La 2a. parte del discurso debe de decir que a pesar de que el antecesor dejó la caja vacía, sin lápices ni papel del baño, el informante, con esa bondad que lo caracteriza y que lo hace tan único, como el ave fénix, renació de entre las cenizas de la deuda para purificar el ambiente y de la nada sacar una inversión que pueda ser (disculpe pero me ganó la risa).

Y la última parte será las maravillas que se harán en el futuro.

Carlos Enrigue
(v.pág.3-B del periódico El Informador del 18 de septiembre de 2016).

La locura de las declaraciones es inversamente proporcional a la distancia que te separa del gobierno.

Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central de Argentina
(v.pág.12-A del periódico El Informador del 12 de noviembre de 2016).

Se ha vuelto una moda entre nuestros políticos decir "creo" antes de emitir cualquier opinión: creo que... en lugar de sé que, propongo que... como si su manejo del arte del buen gobierno, necesidades e intereses, estuviera cimentado en la irracionalidad y no en el análisis de la realidad, ni en su habilidad para construir escenarios que logren mejores resultados.

Lourdes Bueno
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de diciembre de 2016).

La palabrería de las autoridades es con frecuencia solo un parapeto para intentar esconder una ineptitud gubernamental.

Marco Provencio
(v.pág.4 del periódico Milenio Jalisco del 9 de diciembre de 2016).

Paradojas de la política: cada administración, sea la federal, estatales o municipales, dice que ha hecho mucho más que sus antecesores. Las frases se recrean y se reinventan con el mismo sentido: 2 veces más que la administración anterior, un esfuerzo inédito, un ejercicio sin precedentes, un cambio histórico. La paradoja estriba en que cada gobierno es, desde su muy particular y egocéntrico punto de vista, mejor que todos los anteriores pero el país, el estado y el municipio consideran que estamos peor.

Aquí solo hay de 2 sopas: o los ciudadanos no nos damos cuenta de los cambios y vivimos eternamente pichicateando los logros de los esforzados e incomprendidos políticos o los políticos viven en una realidad distinta donde todo es mejor, aunque esté peor.

Los políticos tienen un problema, y es pensar que el mundo comenzó con ellos y que "su legado" (lo pongo así entre comillas porque me parece de una soberbia insoportable) es lo más importante. La pavimentación histórica de Alfaro no es ni la más importante ni tampoco, como hemos visto, la mejor hecha; la inédita fiscalía especializada en desaparición de personas del gobernador Aristóteles Sandoval lo es porque antes no se necesitaba; la inversión sin precedentes del gobierno federal obedece a que cada sexenio aumenta el presupuesto. De los políticos que no hablan es, por ejemplo, del autismo "histórico" del gobierno municipal, de las "inéditas" desapariciones en Jalisco o de la corrupción "sin precedente" de la actual administración federal.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 6 de septiembre de 2017).

Contra lo que no hay defensa posible es contra la nefasta publicidad política, de eso no se salva y si bien todos no mienten absolutamente, porque alguno habrá que no mienta absoluta sino solo relativamente, pero la gran mayoría lo harán con absoluta desvergüenza y sobre todo con lo que parece obligatorio: que carezcan absolutamente como manifestación de inteligencia.

Carlos Enrigue
(v.pág.3-B del periódico El Informador del 10 de septiembre de 2017).

Todo alcalde en un 2o. informe previo a las elecciones aprovecha para hacer propaganda. El Informe es la última oportunidad para decir, urbi et orbi, y con nuestro dinero, lo buenos que han sido para gobernar, lo distintos que son, lo mal que estaba todo antes de que llegaran, y la suerte que tenemos los mortales de tener presidentes como ellos. Es normal. Lo hemos oído decenas de veces.

Los informes, pues, no son de fiar. Son actos políticos de auto evaluación, en el mejor de los casos. La pregunta es entonces cómo podemos realmente revisar el trabajo de los alcaldes, en qué hay que fijarnos para poder establecer una evaluación y una comparación entre un alcalde y otro, más allá de las cifras huecas que nos quieren vender y que no son comparables con nada.

Desconfiemos de entrada de cualquier afirmación que diga que se hizo una inversión "histórica" (palabra favorita de los naranjas) pues el gasto habría que verlo, en el mejor de los casos en pesos constantes o como porcentaje del presupuesto total ejercido. Si la cifra no viene en esos términos, puede usted estar seguro de que se trata de una mentira piadosa, cuando no de un flagrante abuso de las cifras. Es cierto, las cifras no mienten, los que mienten son quienes las manipulan.

Hay que desconfiar también de aquellas frases que señalen que un problema ha sido resuelto definitivamente. Ningún asunto importante de una ciudad se resuelve en 2 años. Si nos dicen que iniciaron acciones para resolver X o Y problema les podemos creer, y el resultado de esas acciones lo veremos, si hay continuidad, en 4 o 5 años.

No hay superalcaldes. Hay alcaldes responsables y alcaldes irresponsables; hay alcaldes que entienden que su paso por una presidencia municipal significa poner un ladrillo más en la construcción de la ciudad, y eso es lo que tenemos que evaluar: cuántas de todas las acciones que nos van a informar en esta semana reamente son un ladrillo más en esta construcción colectiva. Lo demás es propaganda.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 11 de septiembre de 2017).

Bien saben los políticos: los números no son como los sumas... sino cómo los cuentas.

Allá en La Fuente
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 11 de septiembre de 2017).

Es famoso el discurso de un alcalde del norte que en su informe de gobierno dijo sin tapujos: "Se hizo el 100% de lo que se pudo". No más, pero tampoco menos. Todo lo que se pudo, solo lo que se pudo y nada más lo que se pudo.

La forma es genial y aunque es un absurdo lógico resulta ser absolutamente realista. Los grandes proyectos y promesas que hacen los gobernantes al llegar al poder se van haciendo chiquitos con el paso de tiempo y al llegar al quinto año se enfrentan a algo terrible llamado realidad: el tiempo se acaba y el dinero no ajustó.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 12 de septiembre de 2017).

El 2o. Informe de Gobierno de Enrique Alfaro ciertamente no fue un acto de rendición de cuentas, sino una extraordinaria puesta en escena para usar las cuentas como presentación de campaña.

Se explayó al decir que Guadalajara pondrá la muestra y que la ruta, demostrada en 2 años de administración tapatía, es clarísima como el agua: dignificar la política, gobernar con vergüenza, no prometer cosas que no se puedan cumplir y entender que la gente manda.

A mí me encanta. Es tan claro tan claro tan clarísimo que lo han dicho Maduro en Venezuela, Trump y Obama en Estados Unidos, el Bronco en Nuevo León, Moreno Valle cuando estaba en Puebla, Maerkel en Alemania, Le Pen en Francia y Trudeau en Canadá, por poner sólo 9 ejemplos de los miles que pueden encontrar vía Google, entre políticos de izquierda, derecha y triangular.

Es oratoria hueca.

La ley es muy restrictiva y lo único que produce son políticos de oropel que recurren a todo tipo de medidas para anunciar sus anhelos.

Ivabelle Arroyo
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 13 de septiembre de 2017).
GUIA PARA SACAR PROVECHO POLÍTICO DE UN TEMBLOR

Está lo de donar las partidas electorales a la reconstrucción. Eso sí luce. No es mi idea pero nos la podemos robar. La soltaron en las redes sociales como exigencia a todos los partidos (méndiga gente siempre haciendo caravanas con sombrero ajeno), pero si nos van a sablear mejor sacarle provecho. El PRI puede hacerla suya y hacer ver a los otros partidos como unos miserables agarrados.

El Jefe me va a decir que estoy loco, que eso de dar el dinero del partido a los menesterosos son tarugadas. Pero al final no pasa de 300 millones de pesos, una morralla comparado con lo que nos mandan los gobernadores. Solamente la constructora española nos dio el doble por debajo de la mesa.

La ventaja es que los demás partidos viven con el agua al cuello a la hora de pagar la luz y la renta. Se las van a ver en chino para soltar sus prerrogativas, si de eso viven. Son de párvulos a la hora de conseguir dinero extraoficial.

***

-Oye, ¿y si hacemos como si sí, pero no?

-No le hagas al Cantinflas.

-Es que eso es lo que hay que hacer, cantinflear. Mira, decimos que ¿cómo que solo la mitad de las prerrogativas? Ni madres: el PAN está dispuesto a entregar el 100% del subsidio que reciben los partidos.

-Ora sí que el sismo te removió la neurona, ¿estás loco?

-No, lo planteamos como una reforma oficial y definitiva y no solo como un acto de caridad momentáneo. Con eso nos adornamos durísimo.

-¿Y dónde está la ventaja?

-Para hacerlo oficial y definitivo se tiene que cambiar la ley electoral, pero como ya comenzó el proceso de 2018, no es reversible; aunque lo discutamos y votemos ahora tendría efecto hasta el 2021.

-Mmmm. No suena mal. Quedamos como reyes y hacemos ver a los otros partidos como unos tacaños. Total de aquí a 4 años ya veremos, por lo pronto seguimos en control del partido y con la lana intacta.

Jorge Zepeda Patterson
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 27 de septiembre de 2017).

Hemos inventado las elecciones, en las que las malas noticias se desvanecen, florece el bien, como por arte de magia la bondad renace y una multitud de sujetos que me hacen pensar que ser tan bueno, debe de ser doloroso. A pesar de esto último, hay una gran cantidad de ciudadanos plenos de amor por la humanidad, dispuestos desinteresadamente a hacer hasta lo imposible por nuestra felicidad, sí, aunque muchos no lo crean, todos ellos -que son muy buenos, buenísimos- darían, de ser necesario, su vida por nosotros. Si usted no me cree, simplemente lea lo que cada aspirante a candidato dice de sí mismo y más si por alguna extraña situación el suspirante ya ha clavado su bella dentadura en la ubre pública (que tiene la característica de ser terriblemente adictiva, una vez que se prueba su sabor parece que quienes la catan no pueden prescindir de ella). Pero usted no debe engañarse, el dinero de la nómina lo aceptan, no por gusto, por su parte estoy seguro no cobrarían, pero como la Constitución los obliga, ellos, como ciudadanos responsables, no pueden ni quieren desobedecer.

A mí sí me sorprende que tanta gente buena y desinteresada se lance a representarnos, que tanta gente ame tanto a sus conciudadanos que estén dispuestos a renunciar a sus comodidades y bienestar por servir, yo sí los admiro y humildemente reconozco no tener ese espíritu generoso.

Escúchelos, cómo los que ya han probado la ubre pública, las grandes obras que han hecho y desde luego que nadie había hecho antes; no se deje engañar, si usted ve baches, es una ilusión óptica, cheque usted cómo la violencia ha descendido tanto que están planeando importar delincuentes porque aquí ya no los hay. En fin, esto es casi el paraíso o, si así lo quiere ver, en este pueblo no hay ladrones.

Bueno, se elogian tanto, dicen que han hecho o irán a hacer tantas cosas que yo, que soy un gordo amargoso, concluyo que ser tan bueno con seguridad debe ser doloroso.

Carlos Enrigue
(v.pág.4-B del periódico El Informador del 19 de noviembre de 2017).

El discurso político tiene como objetivo la conquista del sentido común de la gente.

Conquistar el sentido común del mexicano promedio es también simplificar el discurso, enfatizar las contradicciones y exagerar la distancia entre los relatos que se colocan en la mesa electoral.

A un relato le llamo: "a pesar de todo, no estamos tan mal". El PRI, como gobierno y exponente de la continuidad es el partido político que más acude a este discurso. La idea central es: es cierto que las tasas de crecimiento no son las mejores, que la inseguridad no ha dado cuartel durante una década y que la percepción sobre la corrupción del gobierno está en niveles altísimos. Sin embargo -y ahí está el matiz-, no somos Venezuela, aquí se generan empleos, existe estabilidad, instituciones más o menos funcionales, inflación controlada y el resto de indicadores que prefiguran valorar el estatus quo. El relato se construye sobre la base de un México con estabilidad económica, con una endeble pero existente clase media y distinta a otros países de América Latina. "No demos un salto al vacío", es una de las frases más repetidas de los principales liderazgos del PRI desde 2015. Una continuidad con crítica y matices, pero el relato busca decirle al mexicano promedio: cuida lo que tienes, que nadie te asegura que un radical no pueda echar todo a la basura. En 2006, el PAN logró detener a López Obrador con un relato que tocaba las fibras más íntimas de los miedos de las clases medias.

Por el otro, está el relato más rupturista de López Obrador. Lo podemos llamar: "el México pobre y corrupto se debe a que siempre han gobernado los mismos". El país que pinta el tabasqueño es el del México pobre, excluido y gobernado por sátrapas. El pueblo mexicano es bueno por naturaleza, pero sus dirigentes son la corrupción convertida en sistema. "La mafia del poder", esa articulación entre poderes políticos y económicos que tienen como fin saquear al país. El discurso de Morena, más que de López Obrador a últimas fechas, busca hacer una continuidad entre el viejo régimen, la transición y los gobiernos de alternancia. Y no sólo eso, detrás de la argumentación, existe una ofensiva que entiende que los gobiernos del México post-transición son corruptos porque sus líderes siempre lo fueron. México saldrá de sus problemas cuando se vayan los corruptos, representados en el PRIAN, y lleguen aquellos que asumen el servicio público con honestidad valiente. El voluntarismo como eje de la construcción del país.

El Frente Ciudadano por México ha querido colocar un relato que dispute ambos imaginarios, pero hoy en día está lejos de entrar en el sentido común de los ciudadanos. El Frente habla de "cambiar de régimen -no habla del sistema-, y asume buena parte del proyecto reformista de la administración que se va. Se mueve entre coqueteos con el rupturismo y acercamiento a la estabilidad. Es todavía el discurso del Frente una enunciación muy elaborada que conecta más con las élites y el círculo rojo, pero que todavía no tiene una historia tan contundente que contar al gran público. Es su riesgo: perderse entre 2 modelos de país que se disputan con más nitidez.

Enrique Toussaint Orendáin
(v.pág.6-B del periódico El Informador del 26 de noviembre de 2017).

Acaso será posible que los manzanos den peras, o que los monjes nieguen a Dios. Bueno si son políticos de un sistema que practica la corrupción, tal vez como personas puedan eludir el predicado, pero representan partidos y grupos en el poder que no están extintos de la corrupción. Por lo tanto pueden prometer a los demás combatir la corrupción y a su vez no poderlo hacer con el grupo que representan. En consecuencia, se engañan a sí mismos y de paso intentan engañar a los demás.

Es como sugerir que la gente esté bañada y pulcra, mientras uno está metido, más o menos, en el fango.

El problema de fondo no es que los candidatos prometan o argumenten lo que les venga en gana, sino que hemos caído al punto de no explorar y cuestionar, con rigor analítico, aquello que dicen. Y una verdadera democracia, no se debe de fundamentar en cantar y prometer regalos a la población, con tal de ganarse el voto.

Si los más preparados no cuestionan críticamente las propuestas, y si lo hacen se quedan en charlas de café. Qué podemos esperar del grueso de la población que nomás oye y no escucha y con una muy limitada memoria, la masa no se acuerda de lo que ayer les dijeron.

La corrupción no se erradica, no se deroga con un decreto.

Sí es muy importante que escuchemos con claridad, cómo es que se planea reducir, controlar y regular la tentación de seguir en un país que se regodea en la corrupción y la impunidad.

Guillermo Dellamary
(v.pág.8-A del periódico El Informador del 11 de enero de 2018).

Vemos como normal que un político mienta o diga medias verdades o solo la parte de la verdad que le conviene. Peor aún, esa capacidad para distorsionar la realidad es aplaudida como una astucia, como un activo político. Los políticos se quejan de lo mal que hacemos nuestro trabajo los periodistas, no lo voy a negar ni a discutir, pero no es lo mismo informar mal (periodismo chafa) que mal informar (estrategia política de comunicación).

Después de los ciudadanos, las víctimas más frecuentes de los políticos son las palabras. En boca de los políticos las palabras sufren de un terrible fenómeno de vaciamiento, pierden su significado para convertirse en vulgares insultos o lugares comunes ausentes de sentido.

Entre los "significados alternativos" de la clase política mexicana y los "hechos alternativos" del gobierno de Donald Trump hay solo un paso. Nos reímos y criticamos mucho de lo que pasa en la Casa Blanca, pero vamos para allá que volamos. Cuantas veces hemos escuchado la frase "nosotros tenemos nuestros números" para desvirtuar algo tan concreto como el resultado de una elección. Solo entre los políticos la suma de los mismos números de las actas de las casillas puede dar un resultado diferente. Lo peor del caso es que lo hemos normalizado a tal grado, que publicamos en los medios ese tipo de declaraciones absurdas sin reírnos a carcajadas, que es lo que deberíamos hacer, de quien lo dice.

Evacuar las palabras, vaciarlas de sentido para convertirlas en caja de resonancia de sus propios egos, ha sido la peor herencia de la clase política. Recuperar la ética de la política pasa en gran medida por recuperar el valor de la palabra. Honrar la palabra, como les gusta decir pomposamente a los políticos, no es solo cumplir con lo que prometen (esté o no firmado ante notario) sino comprometerse con lo que dicen, darle valor al significado de las palabras.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 12 de enero de 2018).

No creo que México sea el único país donde la retórica sofista, es decir el arte de engañar y seducir con el discurso, tenga tanto poder, pero debe ser uno de los que más se han destacado en este difícil arte.

La presente "pre" campaña, o campaña anticipada, nos ofrece un muestrario bastante amplio de lo que significa el discurso retórico, particularmente cuando "pre" candidatos que ya ejercieron un cargo público y ahora buscan otro, son cuestionados acerca de los pendientes que han dejado de cumplir, un ejemplo es justamente el tema de la seguridad: si al aspirante le dicen que en su mandato anterior no pudo resolver el asunto de la delincuencia, dirá que "el ejercicio de las autoridades municipales en lo que mira a la seguridad ciudadana está firmemente orientado a la prevención del delito, tarea en la que ha demostrado con números fehacientes resultados encomiables", pasando enseguida a citar la crecida cantidad de delincuentes capturados por la policía, para enseguida aclarar que no obstante, las autoridades judiciales los dejan luego en libertad, por lo cual no es a su gobierno al que compete la responsabilidad, sino a quienes los liberan de inmediato, en otras palabras, el juego de ping pong en toda su expresión.

Armando González Escoto
(v.pág.5-B del periódico El Informador del 21 de enero de 2018).

En la mayoría de los casos lo que hacen los candidatos es decir lo que ellos creen que los electores quieren escuchar y lo que hacemos los electores es votar con el estómago (cuando tenemos hambre) con el hígado (cuando tenemos coraje) con el corazón (cuando tenemos esperanza) pero casi nunca con la cabeza (a partir de un razonamiento serio).

Esperar un debate de ideas en una campaña es forzar demasiado la máquina. Aun suponiendo que los candidatos las tienen, los electores estamos cada vez menos propensos a escucharlas, por el contrario, lo que la gente quiere escuchar son compromisos, da igual si a donde van es a la mesa de una cámara empresarial o a la Mesa Colorada. Compromisos que todos sabemos que no van a cumplir pero que nos parece importantísimo "comprometerlos". Lo que tendremos será a la adjetivación hasta la náusea de unas pocas ideas poco originales.

Diego Petersen Farah
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 27 de marzo de 2018).

Contrario a lo que teoriza el marco legal que rige a las campañas electorales, los candidatos no tienen como propósito superior informar su proyecto de gobierno o extender a los potenciales votantes el conocimiento sobre su visión de solución y mejoría de la vida comunitaria. No, su pretensión es influir en el ánimo de las personas para provocar una identificación emocional que los convierta en "la opción" momentáneamente más atractiva (no la más adecuada) para la jornada electoral.

La anterior es una visión carente de atractivo, pero no por eso menos cierta. Por eso, recurrentemente, en los equipos de campaña se contrata a diseñadores de imagen, constructores de discurso y estrategas que organizan la ruta de la campaña para alcanzar la única meta que es importante: ganar la elección.

Jorge Octavio Navarro
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 3 de abril de 2018).

Los estudios sobre el liderazgo indican que hay todo un perfil que indica qué tantas capacidades y destrezas se necesitan para serlo. En los hechos, cualquier persona puede serlo, basta con saber dirigir a un grupo al cumplimiento de sus necesidades. Así, por ejemplo, si un grupo de jóvenes se encuentra perdido en la montaña, y un humilde campesino del lugar conoce la salida, sin duda le harán caso y lo seguirán.

De igual manera, si una población está harta de la corrupción, el que prometa resolverla con argumentos válidos, va a obtener mejores resultados.

Juega un papel muy decidido el que se tenga la sensibilidad para decirles a las personas lo que ellos necesitan escuchar. Lo que la gente quiere oír y espera, es muy importante a la hora de decidir a quién hacerle caso.

De aquí que muchos candidatos no hacen otra cosa que detectar con acierto lo que la gente necesita o desea, y se los ofrecen de una manera convincente. Es mejor, claro está, que con una buena oratoria se cumple mucho mejor el objetivo. Hablar bonito y de una manera atractiva es muy valioso.

En muchos esquemas de las campañas políticas es una de las tareas más importantes a detectar "qué es lo que quiere la gente", "cuáles son sus principales necesidades". Una vez que las tiene el candidato sabe bien qué hacer con ellas.

A la gente hay que darle lo que quiere "pan y circo" no importa el nivel social o cultural, la gente va a elegir la propuesta que quiere oír, esa es la que más le agrada.

El poder de convencer es mucho más fácil cuando se saben las necesidades, eso es lo que suelen hacer los diversos métodos de ventas. No es nada nuevo.

El problema de fondo es que la política ahora está en manos de la mercadotecnia y no en el arte de gobernar.

Guillermo Dellamary
(v.pág.10-A del periódico El Informador del 17 de mayo de 2018).

El que promete puede bien no cumplirte, y mantenerte motivado y subyugado a su voluntad, en aras de que algún día te lo va a cumplir.

Pues los políticos de todos los tiempos han sabido el poder mágico que tiene el prometer, pues realmente se basa en seducir con palabras y encantadores discursos, aquello que la gente desea e insistir en que se los van a cumplir.

El prometer no obliga a cumplir, sólo la moral es la única fuerza que reafirma la calidad de palabra que tiene una persona. Pero por ello mismo, una persona seria nunca promete algo que no pueda o deba cumplir.

Sin embargo no es tanto el que promete, sino el pensamiento mágico e iluso del que se las cree.

También, a lo largo de la historia se ha concebido muy claramente que la mayoría de los pueblos ignorantes se pueden creer muy fácilmente las cosas que les dicen y prometen. Es más, no sólo los ignorantes, sino hasta personas y grupos sociales con cierto nivel educativo y cultural pueden comprar ideas y conceptos irrealizables, simplemente porque no analizan las cosas y se quedan nadando en la superficie de lo que les prometen.

A pesar de no ser un comportamiento ético, el prometer lo que sea para llegar a conseguir algo es una vieja práctica. Y se ha convertido en un arte que se desarrolla, con astucia y vigor, en muchos políticos que recurren a este poder mágico. Y desde luego que lo logran y se reafirma así la eficacia de la palabra.

El único riesgo que corre el que promete, sabiendo que no puede o va a cumplir, es que se lo reclamen con agresividad y violencia cuando no se cumple. Pero hasta para eso hay muchos recursos. Uno de ellos es prometer 10 cosas y sólo cumple con una o 2 de ellas. Eso tranquiliza y sosiega. Y si no, prepara la justificación y salida del por qué no lo cumpliste. Regularmente se busca echarle la culpa a alguien, para que la ira y la frustración recaigan en él y no en el que promete y no cumple.

Por eso prometer es mágico.

Guillermo Dellamary
(v.pág.8-A del periódico El Informador del 12 de julio de 2018).
Manual de respuestas para chairos.

Excusas

Paco Calderón
(14 de enero de 2019).


Según el webmaster, el siguiente podría ser un clásico de la verborrea política.

Sergio Sánchez Martínez, subsecretario de gestión para la Protección Ambiental de la Semarnat, afirmó que el compromiso de esta administración federal es atender las causas de fondo que afectan a los manatíes, el ecosistema y la población local.

Resaltó que se integró un diagnóstico sólido e interdisciplinario, basado en el mejor conocimiento disponible, orientado a la acción. Con base en éste, el gobierno de México y el de Tabasco preparan la implementación de un Plan de Acción, articulado con los 3 órdenes de gobierno y vinculado con actores clave de la sociedad civil, la academia y el sector privado.

Para la implementación del Plan de Acción se realizó una reunión de trabajo.

Se solicitó a los participantes aportar información relevante para continuar mejorando las bases que propicien una acción decidida y concertada, para lograr resultados efectivos en los menores plazos posibles en el marco de una visión integral de problemas y soluciones, además de sus compromisos para la puesta en marcha de acciones inmediatas.

(V.periódico El Informador en línea del 24 de enero de 2019).

Descolocar a un orador con abucheos orquestados es una idea genial para aniquilarlo a él en el templete y a su planteamiento en el mundo de las ideas. Mostrar a las cámaras que a ese orador nadie lo quiere escuchar, mientras que a otro le aplauden, le gritan vivas y le avientan rosas, genera una sensación de unanimidad de ideas que trasciende ese templete, ese acto, ese día e incluso, al orador hostigado. Lo que importa es la permanente y repetitiva imagen de las flores, las loas y los elogios que glorifican al 2o. orador, el que es el bueno.

¿Eso qué significa? Desde la lógica del mensaje finamente construido por el poder, eso significa que el aplaudido y sí querido es el que tiene razón, naturalmente. El amor se le entrega porque su verdad es la buena, sus enemigos son los verdaderos, y su lucha es la importante.

Lo que sigue, después de inocular esa idea nacida no de la fuerza de un argumento, sino de vítores y abucheos retransmitidos en ondas expansivas, es pensar que con esa verdad se identifican todos alrededor.

Todos saben que ese orador tiene razón, porque todos piensan como él y él piensa como nosotros. Y nosotros somos todos. Se ha creado ya la sensación de unanimidad.

Ahora bien, si ese orador debe emitir su mensaje fuera de un templete, con altavoces que lleven su palabra a todos los rincones de sus dominios, la cosa cambia, sobre todo si no es dueño de todos los altavoces.

La parte genial es que, haciendo suyo el micrófono, puede centralizar el suministro de información. Su mensaje se impone y tiene eco porque él es la fuente de la palabra legítima. Pero hay una parte a resolver: los dueños y representantes de altavoces pueden ser un incordio: a veces abollan la palabra y en ocasiones, osados, se atreven a hurgar en el mensaje frente al líder.

Pero nadie dice que no se les pueda descolocar. Sólo hay que hacerlo en otro momento. Para eso es útil alentar o consentir una vasta red de informadores distribuidos en muchos espacios con el objetivo de reforzar, comentar y limpiar el mensaje. En esa red puede crecer una hidra que ataque personalmente a los atrevidos críticos. Que los descoloque, los ridiculice, los distorsione, los identifique con el gran enemigo de la honrosa lucha y termine por silenciarlos a ellos y por desaparecer sus plumas y sus ideas.

Ivabelle Arroyo
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 13 de marzo de 2019).

Cuando se cuestiona alguna decisión o iniciativa presidencial o se exponen datos que demuestran algún error, incongruencia u omisión de su parte, las respuestas del propio presidente y de los bien llamados "AMLOvers" siguen un patrón estereotipado que va desde responder una pregunta con otra pregunta o culpar a terceros, hasta salir con un "domingo 7", como lo es hablar de béisbol cuando algo no se puede o no se quiere responder.

Aunque se trate de asuntos diferentes, las respuestas son siempre las mismas y se repiten y adaptan como si fuese el guion de una obra de teatro aprendido al pie de la letra, el cual cuenta con un extenso menú de frases y evasivas que forman parte del vasto repertorio que AMLO acuñó y acumuló durante 18 años de campaña y reclamos al sistema, y del cual eligen la que mejor aplique al caso y tipo de persona que tienen enfrente.

Entre los principales argumentos y evasivas de la obra teatral del nuevo régimen, que bien podría titularse "Domingo 7" y espero pertenezca al género de la sátira y no de la tragedia, están los siguientes:

Prometer, prometer y prometer, lo cual obliga a creer, creer y creer;

Descalificar la crítica y al crítico preguntando: ¿dónde estaban los críticos antes?;

Dividir el país entre liberales (los buenos) y conservadores o fifís (los malos), lo cual obliga a escoger bando. Los críticos son conservadores. Los aduladores son liberales;

O se está con AMLO o se está contra él;

Oposición es sinónimo de corrupción;

Los pobres son parte del pueblo sabio y honesto; los ricos, de la mafia del poder;

Si los datos duros no son favorables, sacar o asegurar tener otros datos;

Purificar, perdonar y dar segundas oportunidades a toda persona útil con pasado oscuro;

Nunca usar la fuerza pública en contra de los delincuentes afines;

Culpar siempre al pasado por los males presentes;

Por decreto, la 4a. Transformación ha iniciado. El periodo anterior (neoliberal) terminó;

Si algo iba bien es porque alguien se beneficiaba indebidamente, por lo tanto hay que eliminarlo o cambiarlo;

La opacidad anterior alimentaba la corrupción, la opacidad actual es para limpiar el gobierno;

Si las leyes existentes impiden hacer algo u obligan a procedimientos engorrosos o inconvenientes, se modifican o no se aplican. La justicia está encima de la ley;

El poder ejecutivo debe controlar todo. La separación de poderes no sirve si frena lo que el ejecutivo quiere hacer;

Si alguien critica al presidente o a su equipo, hay que atacarlo y callarlo;

Los empresarios económicamente poderosos que apoyan al Presidente son empresarios valiosos, los que lo critican son corruptos;

Toda corrupción anterior fue mala. La nueva es buena porque detrás de ella hay un fin superior, el de la 4a. Transformación;

En la democracia el pueblo manda. No se necesitan diputados que los representen y decidan por ellos. Las consultas públicas directas, con preguntas a modo y votación a mano alzada en el momento son válidas y vinculantes;

El pueblo sabe más que los expertos;

El pueblo confirma y justifica lo que el presidente quiere hacer;

Los mexicanos más educados y con opinión propia no son parte del pueblo, son piedras en el camino;

Por último, el as bajo la manga: Si de alguna manera los acorralan, la salida será siempre el domingo 7.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(3 de mayo de 2019).

Para quienes cobran como políticos en México y en el mundo -no quiero meterme a profundizar acerca de si realmente lo son, o nada más viven de ello-, el "hacer política" con la lengua, con saliva o con discursos, es cuestión de todos los días, pues gracias a su decir, llegan a ocupar cargos de suma relevancia. La tarea no debe ser cosa fácil de lograr, ya que tener un discurso diario sobre tan múltiples temas como los que implica su alta responsabilidad; sin embargo, más difícil ha de ser tener que decir 2 discursos encontrados acerca de lo mismo.

Cuauhtémoc Cisneros Madrid
(v.pág.11-A del periódico El Informador del 13 de mayo de 2019).

No sabemos discutir. Se nos dificulta hasta extremos inverosímiles procesar información, valorar el conocimiento y sobre todo argumentar. Pero eso sí, tenemos más que afiladas las capacidades de adjetivar, descalificar e incluso amenazar. Y si creen que exagero pueden darse un paseo por las redes. El siguiente es un manual para no perderse en la siempre tortuosa búsqueda de comprender, sino para activar una serie de recursos probados contra sus contrincantes.

1. Si usted piensa que los argumentos de una persona u organización son deleznables por ser precisamente de ellos, tiene en sus manos una herramienta infalible. Si cree que son chairos o fifís, conservadores o liberales, no se tome el tiempo y menos el trabajo de escuchar y valorar sus planteamientos. Están viciados por venir de donde vienen. Active de inmediato las descalificaciones.

2. Las explicaciones de su adversario pueden ser ignoradas explorando y explotando su descendencia o ascendencia, sus amigos y conocidos. "Es hijo de, es primo de, hay una foto en la que aparece con, sabemos de buena fuente que en 2o. de primaria jugaba con Permanganato de U, hoy un notorio huachicolero". Esas relaciones -ciertas o no- son una nube perfecta para evadir los dichos fundados de su rival.

3. Hay una reacción más elemental y contundente. Más vigorosa y estúpida. Si usted no está de acuerdo con lo que dice fulanito de X no es necesario que se esfuerce en contradecir con pruebas sus afirmaciones. ¿Para qué? Acúselo de recibir "chayote", de escribir por consigna. Eso hace innecesario el estudio, la auténtica confrontación, la búsqueda de entendimiento.

4. Existe un recurso un poquito más sofisticado. Descalificar por las supuestas intenciones que se encuentran tras lo que se dice. No por lo que se afirma, sino por lo que usted "descubrió" que está detrás: una intención aviesa, una fórmula para hacerle el caldo gordo a los infelices que son sus adversarios. Así, no tiene que rebatir las evidencias y puede olvidarse de lo que se postula. Usted es un exorcista que no se deja engañar y descubre que las proposiciones no son más que máscaras que esconden lo realmente inaceptable.

5. Hay una técnica relativamente novedosa, preguntar al otro ¿qué estaba haciendo, digamos, durante la masacre de los tutsis en Ruanda? El resorte que se activa es el de la indignación moral porque nadie que haya dado la espalda a una tragedia de esas dimensiones, según usted, está calificado para emitir una opinión, y peor aún, un juicio. Con ello, los dichos de esos insensibles sobre cualquier otro asunto no deben ser tomados en cuenta y pueden colocarse, sin rubor, en el cesto de la basura.

6. Inhabilitar a su adversario de una manera "elegante". Digamos, si se preocupa por el cierre de las estancias infantiles, puede usted revirar "¿y no es mucho más grave el conflicto comercial entre China y los Estados Unidos? Eso si nos traerá secuelas nefastas". De esa manera no entra al asunto y lo reduce hasta hacerlo intrascendente, no digno de perder el tiempo por él.

7. Existe un recurso de recursos. Tradicional y con cierta alcurnia, el dictado amenazante: "se le hace el juego al enemigo" (que puede ser la derecha o la izquierda, el gobierno o la oposición, Estados Unidos o Rusia -ootra vez-). Así las balbuceantes o sólidas opiniones de una persona no son eso, sino parte de un mecanismo superior de confrontación entre 2 bandos. Entrar a desmenuzarlos no es más que una pérdida de tiempo, porque la razón nunca está en los argumentos, sino, a priori, en el bando de su preferencia.

Hace años un amigo me contó que, en la Gran Bretaña, a los niños se les enseñaba desde primaria a debatir (no sé si sea verdad), a contestar a los argumentos de sus compañeros. Y por supuesto no se valían recursos ad hominem, ni leer intenciones, ni insultos, ni chantajes. El problema entre nosotros es que creemos en otro código: la fuerza del argumento no se encuentra en él, sino en el beneplácito de la banda.

José Woldenberg
(v.periódico El Universal en línea del 14 de mayo de 2019).

Propongo un manual para saber con anticipación qué se va a decir en esa fuente inagotable de noticias que es la conferencia mañanera del presidente López Obrador en Palacio Nacional:

Si sale algún resultado económico negativo -empleo, crecimiento del PIB, inversión, actividad industrial- la respuesta del presidente será que él tiene otros datos, que la economía va muy bien y que eso a sus adversarios, los neoliberales, no les gusta.

Si algún banco, fondo de inversión, consultoría, grupo financiero, recorta su pronóstico de crecimiento del país, o peor aún, si alguna calificadora baja el grado o pone a la economía mexicana en peor perspectiva, la respuesta será que son neoliberales que callaron como momias cuando al país lo saqueaban, y que, con todo respeto, no toman en cuenta que él está combatiendo la corrupción y que eso va a dar resultados económicos.

Si Donald Trump tuitea o declara contra México, si amenaza o anuncia algún castigo, la respuesta del presidente López Obrador será que él respeta, que no se va a pelear con Trump, que va a buscar el entendimiento.

Si hay un episodio brutal de violencia (toco madera), evitará dar el pésame a las víctimas y culpará a las administraciones anteriores de haberle heredado un país en llamas. Recordará la guerra de Calderón, los muertos de Peña Nieto y dirá que eso pronto se va a acabar porque -abrazos, no balazos- la gente ya se dio cuenta que hay un gobierno diferente, y si se portan bien los de arriba, se portan bien los de abajo.

Si crece la presión contra el gobernador de Veracruz, hará otra gira a respaldarlo y dirá que es culpa de Yunes. Si crece la presión contra la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, organizará un mitin, le levantará la mano y dirá que no está sola, aunque no les guste a sus adversarios, los conservadores.

Si los medios de comunicación revelan algún escándalo de corrupción de algún gobernante de Morena, dirá que antes los medios callaban como momias la corrupción, pero que ahora hay libertad y que ahora sí se denuncia, pero que él no cree que nadie se haya portado mal, que seguramente los datos de la investigación periodística están mal, pero que de todas maneras se va a investigar.

Si los que están contra el aeropuerto de Santa Lucía ganan otra suspensión o amparo, los tachará de corruptos y retará que esa terminal aérea se va a construir -me canso ganso- porque el pueblo lo decidió en una consulta.

Si surge algún episodio de desabasto, despidos, cierres, inoperatividad, falta de atención generalizada, a consecuencia de los severos recortes presupuestales, dirá que no es cierto, que no es tan grave como se dice, pero que "disculpen las molestias" porque están acabando con la corrupción y que "ya se está atendiendo".

Si anuncia algún proyecto nuevo del que no se ve cómo habrá dinero para pagarlo, dirá que saldrá de la venta del avión presidencial.

Y así.

El Presidente se ha vuelto predecible. Sus pegajosas frases, que en cualquier otro significarían la hecatombe, en él son gritos de guerra que abrazan sus seguidores y se repiten entre los mexicanos, no pocas veces con gracia y empatía. Vamos a ver si dura la fórmula.

Carlos Loret de Mola A.
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 24 de junio de 2019).

La identidad es una entelequia inventada por el poder para garantizar lealtades que dependan de símbolos, rituales y excusas fáciles de construir y reproducir. ¿Para qué? Para disponer de la vida y los recursos de los creyentes de la identidad, para crear enemigos que justifiquen las acciones del poder, para mantener en calma a los subordinados. La religión fue extraordinariamente eficiente para ello, creó identidades que aún hoy se utilizan como disfraz del poder de sus jerarcas, inútiles para todo salvo para justificar su misión con ritos que a su vez le dan sentido a cuestionables sueños de salvación.

Los nacionalismos son algo parecido. Son ridículos pero son útiles para el poder, que usa la mentira de las costumbres y rituales para generar una idea de nosotros. Piénsenlo 2 veces y verán lo absurdo: hay un nosotros porque comemos chile, odiamos los lunes, cantamos mariachi, hablamos a gritos y sabemos hilar frases de adoración a una virgen. Francamente es tonto, pero no tanto porque eso nos hace sentir que existe un grupo al que hay que proteger, con el que hay que ser solidario y, ojo, al que hay que defender de los otros.

Ese es el punto peligroso, siempre usado por el poder. No hay nosotros sin la otra cara de la moneda: los otros. A los que se les puede culpar, a los que hay que eliminar.

Los nacionalismos son la semilla de los discursos de odio, porque basta con que se le riegue un poquito de más con sandeces ante un micrófono para que nazca una planta perversa que se alimenta con temor y desprecio, con constantes alusiones a los otros como culpables del granizo y la sopa salada.

Nosotros los europeos, los otros los musulmanes. Nosotros los lopezobradoristas, los otros los prianistas. Nosotros los blancos, los otros los morenos. Nosotras las mujeres, los otros los hombres. Nosotros los que tenemos que acabar con los otros porque tienen la culpa del frío y del desempleo. Nosotros los que estamos haciendo una transformación. Nosotros, los que haremos de este país grande otra vez. Sin los otros, claro, porque ellos son responsables de que ya no seamos grandiosos.

¿Les suena algo de esto? Es algo que dice el poder porque le sirve para justificar su inutilidad y sus abusos. El poder es culpable de estas ideas que encumbran tiranos, crean asesinos y ponen muertos, a veces en una guerra, a veces en el súper[mercado].

Ivabelle Arroyo
(v.pág.8-A del periódico El Informador del 7 de agosto de 2019).

Cuando los políticos empiezan a hablar en términos místicos, ¡cuidado! Podrían intentar disfrazar y justificar el sufrimiento real envolviéndolo en palabras altisonantes e incomprensibles. Sea el lector especialmente prudente a propósito de la 4 palabras siguientes: sacrificio, eternidad, pureza, redención. Si oye alguno de estos términos, haga sonar la alarma. Y si resulta que vive en un país cuyo dirigente dice de forma rutinaria cosas como "Su sacrificio redimirá la pureza de nuestra nación eterna", sepa que tiene un problema grave. Para conservar la cordura, intente siempre traducir esa monserga en términos reales: un soldado que grita agonizante, una mujer que es apaleada y vejada, un niño que tiembla de miedo.

Yuval Noah Harari
("21 lecciones para el siglo 21". Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2018).

Irreprochable... El gobernador Enrique Alfaro se lució a nivel mundial. Al participar, como portavoz de todos los gobernadores mexicanos, en la Cumbre del Clima COP25, en Madrid, dijo verdades que sonaron como pedradas en el tejado. Su voz no desentonó con las de celebridades que han abordado esos temas: la del Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si ("Alabado seas"), del 24 de mayo de 2015, que plantea la visión de la Iglesia sobre el cuidado de la tierra y el medio ambiente ("nuestra casa común"), por ejemplo; o la joven activista medioambiental sueca Greta Thunberg, proclamada "líder de la próxima generación" por la revista Time, con sus encendidas proclamas ecologistas ("Nuestra biósfera se está sacrificando para que las personas ricas en países como el mío puedan vivir de lujo. Los sufrimientos de muchos pagan por el lujo de unos pocos (...). Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo, pero les están robando su futuro ante sus propios ojos...").

Alfaro, en su discurso, propuso varias acciones que deberían realizarse para reducir los impactos al medio ambiente. Algunas fueron meras abstracciones ("medidas de adaptación, mitigación y resilencia, que reconozcan la transversalidad de la agenda climática en instituciones y sectores" [?]); otras, más concretas, plantearon, verbigracia, "la lucha contra la deforestación y la degradación de nuestros bosques y selvas"; "el desarrollo de proyectos de transporte público y movilidad sustentable"; "la gestión integral de residuos sólidos"; "las políticas que favorezcan la calidad del aire, de planeación territorial (...) para disminuir el cambio de uso del suelo y la degradación de los ecosistemas", etc.

Lo dicho: irreprochable...

Faltaría, si acaso, que Jalisco, en su administración, como se ha planteado reiteradamente en esas "cumbres", pasara de las palabras a la acción. Que fuera ejemplo de congruencia. Que tomara medidas para contrarrestar algunas agresiones a la naturaleza que aquí se han perpetrado sistemáticamente. Por ejemplo, la sobreexplotación del Lago de Chapala; la contaminación del Río Santiago con la descarga de las aguas negras de la zona metropolitana de Guadalajara; las agresiones al Bosque de La Primavera; la insuficiencia de las medidas orientadas a reducir la contaminación del aire ocasionada por ladrilleras, fundidoras, cementeras y demás industrias; el saneamiento de la Cuenca del Ahogado; la preservación de la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, y un largo etcétera.

Sería una pena que el irreprochable mensaje del gobernador fuera un ejemplo del proverbial "candil de la calle...".

Jaime García Elías
(v.pág.5-A del periódico El Informador del 11 de diciembre de 2019).

Los políticos de actualidad que suelen defender lo que no creen por razones de mera conveniencia y oportunidad, y han universalizado ese horrendo lenguaje político contemporáneo, hecho de lugares comunes y estereotipos, en el que las palabras disolutas han reemplazado a las ideas y valen para todo y todos, de manera que ya no sirven para nada, salvo justificar los apetitos, o disimular los pecadillos y pecadazos de funcionarios, dirigentes y teorizadores.

El vocabulario político de nuestro tiempo está hecho de lugares comunes y tal vez ese abismo que percibimos entre lo que dicen los discursos de los profesionales de la política y la realidad de la vida política sea tan grande que la confusión haya hecho presa del mundo, tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados. ¿A quién creer si lo que oímos por doquier son generalmente mentiras, cosas obvias o flagrantes disparates en los que no creen ni sus propios voceros?

Mario Vargas Llosa
(v.pág.6-B del periódico El Informador del 19 de enero de 2020).

El llamamiento a la unidad nacional asciende cada que una crisis nos acecha. Recordemos, hace 3 años, Enrique Peña Nieto nos pedía unirnos para enfrentar el desafío que suponía la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Nos decía que olvidáramos el gasolinazo o sus promesas incumplidas (acordémonos del famoso: con la reforma energética van a bajar los precios de la gasolina): era el tiempo de estar juntos.

Por ello, cuando analizamos el discurso de los políticos o de sus propagandistas, tenemos que ser muy cuidadosos. No debemos equivocarnos al hablar de unidad, porque la intencionalidad puede ser la persecución del disenso.

Enrique Toussaint Orendáin
(v.pág.11-A del periódico El Informador del 29 de marzo de 2020).

"Burro, peor, crisis, mal, ridículo, criminal, terrible, violencia, pérdida, locos, ilegal, culpa, preocupante, feo, destruir, tiempo, emergencia, solo, ignorancia, grave, ignorante, recesión, contagio, vergüenza...".

Quién es propenso a usar estas palabras "negativas" en cientos y cientos de mensajes en Twitter: ¿Gerardo Fernández Noroña o Javier Lozano?

¿No saben cuál de los 2 políticos usa esos términos? Va nueva pista: "Bruto, desastre, incompetencia, desgracia, cobarde, desinformación, ingenuo...".

¿Ya? ¿Listos con su respuesta? Si eligieron al actual diputado o al excolaborador de Felipe Calderón, se equivocaron. Si eligieron a los 2, acertaron.

Los términos arriba incluidos son compartidos por el morenista y por quien en la campaña de 2018 apoyara al candidato priista José Antonio Meade.

Hay una herramienta para análisis de discurso llamada AFINN. Ese instrumento clasifica las palabras con respecto a su carga emocional, otorgándoles valores positivos o negativos.

Un buen amigo que domina esa metodología, y que prefiere quedar en el anonimato, corrió 2,583 mensajes de Twitter de Fernández Noroña y un millar de trinos de Lozano. Me explica el colega que la diferencia en el volumen se debe a que el 1o. tuitea más que el 2o., pero que al final los resultados muestran tendencias parecidas.

Fernández Noroña y Lozano tienen 1,411 palabras en común en los mensajes analizados. Pero, ojo, no todos esos términos están catalogados por AFINN. Sin embargo, veamos los que sí fueron localizados en esa plataforma.

De las 370 palabras emitidas por Fernández Noroña que sí tienen concordancia en diccionario AFINN, 218 son consideradas por esa metodología como "negativas", es decir 58%.

Por su parte, de las 170 palabras utilizadas por Lozano que sí corresponden al diccionario AFINN, 93 son consideradas "negativas", o sea 54%.

En otras palabras, si el mundo de los valores positivos o negativos de las palabras fuera como lo dice AFINN, tendríamos que los tuits de Noroña y Lozano recurren casi en la misma proporción a términos malos y buenos.

Y para más claridad de lo anterior están todas las palabras entrecomilladas en los primeros párrafos de esta columna, que son, ni más ni menos, sólo algunas de las que ambos utilizan y que están clasificadas por la metodología AFINN como negativas.

Palabras más usadas por Gerardo Fernández Noroña y Javier Lozano.

Salvador Camarena
(v.periódico El Financiero en línea del 29 de abril de 2020).


Quiero reflexionar sobre el lenguaje de la guerra que al final se trata del lenguaje de la política en nuestros días.

Vladimir Putin no desplazó su ejército hasta Ucrania, en cambio, envió "tropas de paz" (el concepto suena tan ilógico como disparar una pistola para expresarle amor al prójimo). El Kremlin tampoco atacó ciudades de la región separatista del Donbás, más bien lanzó una "operación militar especial" para "proteger a Rusia" y ayudar a la "desmilitarización y desnazificación de Ucrania" (desmilitarizar con más militares es equivalente a afirmar que 2 + 2 = 0). Si nos apegamos a la literalidad de sus palabras, Putin merece el Premio Nobel de la Paz.

Esta guerra y en general el lenguaje de la política actual está lleno de eufemismos o trampas que dificultan más la comprensión de los hechos. No se trata de una novedad y Occidente no es ajeno a este fenómeno. Ronald Reagan se refirió a un misil de alcance intermedio de 10 ojivas como "pacificador", y George W.Bush "liberó" a Irak en 2003, no lo atacó.

La diferencia ahora radica en que, al aumentar los canales de comunicación, crece también la confusión.

Jonathan Lomelí
(v.pág.3-A del periódico El Informador del 26 de febrero de 2022).

Existe una propaganda ideológica, dedicada a desunir y a confrontar, en vez de fomentar la solidaridad. La vieja astucia política, de buscar desalentar las concentraciones grupales y diseminarlas, de tal manera de que no puedan sublevarse ni poseer la fuerza de enemistarse con los que poseen el poder, ha sido practicada, muy eficazmente, por muchos reyes, gobernantes y caciques. Se trata de romper a la posible oposición, dividiendo a todos los contrincantes que piensan de distinta forma, en un problema o solución dictaminada por el grupo en el poder.

Divide et impera o divide et vinces, atribuidas a Julio Cesar y después a Napoleón, pretende establecer una estrategia social que involucre la confrontación y la pluralidad, tratando de obtener una mayor diversidad de puntos de vista, de tal manera que proliferen la discusión y la polémica entre los divergentes y así no se unan en contra de las decisiones que interesan a los que sustentan el poder. Al fragmentar a la oposición, desde el poder mismo, se puede lograr una cierta sumisión a los intereses de los allegados y aliados, para así mantener la fuerza frente a una oposición débil y sin acuerdos sólidos.

Guillermo Dellamary
(v.pág.8-A del periódico El Informador del 6 de marzo de 2022).

Entró el secretario de Hacienda a la oficina de un presidente mexicano (cualquiera de ellos) y le dijo: "Señor Presidente, tenemos que subir los impuestos porque ya nos repartimos todo lo que había y la Tesorería está vacía. Pero la gente se va a encanijar y ya no va a votar por nosotros".

"Jajajaja, no te preocupes mi querido amigo", contestó el presidente. "¿Y a cuanto lo necesitamos subir?" "Pues... del 10 al 16%", contestó el secretario con gesto de pavor.

"Ay weeey, es un chorro... Bueno, pues utilicemos el famoso 'Truco del Susto'. Mira, dile a tu subsecretario que haga una rueda de prensa y declare que, debido a los malditos gringos, tenemos que subir el IVA del 10 al 25%".

"!Pe...pe...pero mi Señor, eso no es cierto! Y solo necesitamos subir el IVA al 16%, si lo subimos al 25%, la gente se va a enfurecer".

"¡Oh 'perateee!, además dile que anuncie que, como lo hizo Don Antonio López de Santa Anna, vamos a implementar el impuesto a las ventanas, porque los riquillos que tienen casa propia están abusando del uso del sol".

"Mi Señor, dijo el secretario, si además les cobramos por la luz del sol que entra por las ventanas, nos van a linchar".

"Por supuesto que no mi querido amigo, si se arma la protesta y el huateque, salimos tú y yo en todos los medios y declaramos que el idiota del subsecretario es un infiltrado de otro partido y que el aumento va a ser solamente del 10 al 16%".

"Y lo corres por traidor y corrupto...".

"Y también declaramos que el impuesto a las ventanas era una idiotez del mismo tipo".

"Y lo metes a prisión preventiva por 10 años...".

Así lo hicieron y todos los ciudadanos agradecieron el gesto magnánimo del mandatario/estadista/prócer de la patria. Y se fueron muy contentos a sus casas.

¿Les suena conocido el truquito?

Con ese truco nos han cambiado las leyes a su favor y nos han llenado de impuestos absurdos.

Alberto Martínez Vara
(27 de agosto de 2022).

Juguemos a que soy un alto funcionario o funcionaria -no cobro menos de 100,000 pesos al mes-, corbatita Ferragamo o vestido de diseñador de Julia y Renata y todo, y les anuncio con beneplácito: "Hoy inauguramos el Seminario de Lanzamiento de Metro Resilience Guadalajara, Reunión de Alto Nivel para desarrollar una estrategia de gobernanza y resiliencia metropolitana por medio de un modelo operativo de centros de acopio a través de Puntos Verdes que se basarán en un enfoque de economía circular para la correcta clasificación y valorización de los residuos sólidos urbanos, mismos que, déjenme darles la buena noticia, tendrán un potencial de escalabilidad y replicabilidad. Este es el proyecto de resiliencia urbana más importante en las últimas décadas en la metrópoli".

¿Alguien entendió algo? Les juro que esa palabrería, casi textual, fue usada en la rueda de prensa del Imeplan y el Gobierno de Jalisco para anunciar el programa allí mencionado. Después de casi 50 minutos de terminajos envueltos en un mar de tecnicismos anestésicos que no dicen nada, no queda claro qué harán y, mucho menos, cómo lo harán. Esto es lo que denomino "la mirada burocrática de las cosas", una moda de los gobiernos "progres" para desactivar con palabras y disfrazar de acciones positivas una realidad problemática (en este caso, la gestión de la basura).

Jonathan Lomelí
(v.pág.4-A del periódico El Informador del 28 de septiembre de 2022).

La clase política mexicana está empeñada en una especie de concurso de estupideces. Pasamos de los fallidos intentos de descalificaciones creativas, como una forma de dar peso y visibilidad al argumento, a vulgares insultos que van más allá de lo personal. Está bien que se insulten entre ellos, motivos les sobran, pero cuando la descalificación es por pertenecer a una región el país el chistorete se convierte en un acto discriminatorio.

El gobernador de Nuevo León, Samuel García, que no se distingue por ideas, dijo en una de sus desatinadas intervenciones hace algunos años que "en el norte trabajan, en el centro administran y en el sur descansan", un cliché que estereotipa a los habitantes del país por regiones y que por supuesto pretende mostrar a los de la región del norte de México como moralmente superiores, a los del centro como burócratas improductivos y justificar la pobreza de los estados del sur a partir del estigmatizarlos como flojos. La declaración de García esconde una idea profundamente racista de que los indígenas, concentrados principalmente en los estados del sur del país, son pobres porque quieren, porque no trabajan.

El secretario de Gobernación, el tabasqueño Adán Augusto López, que ha decidido no aprovechar oportunidad alguna para quedarse callado, respondió a aquel insulto con otro insulto, ahora a los norteños: "Pues lo que no saben es que nosotros somos mucho más inteligentes que ellos, y quienes se precian de ser inteligentes pueden hacer las cosas con menor esfuerzo, mejor y de mejor manera". Nosotros y ellos. Los que son como yo y los diferentes. ¿Cayó en la trampa?, ¿no lo pensó? "Haiga sido como haiga sido", lo cierto es que en lugar de responderle al gobernador con el que está enojado terminó insultando a toda una región del país por quedar bien con sus paisanos.

El chauvinismo es una moda peligrosa. El argumento de los gobernadores ante la sordera y el desprecio que muestra el gobierno federal por las administraciones estatales es recurrir al regionalismo, actos de autoafirmación que fácil y rápidamente se convierten en descalificación del otro, en diferenciaciones tan absurdas como xenófobas. Es cierto, México es una suma de regiones, pero es la suma lo que nos da identidad.

¿Dónde ponemos el límite? Más aún, ¿quién pone el límite a los insultos de una clase política decidida a arrastrar al país a sus muy particulares inquinas, intereses y juegos políticos? Cuando el secretario de Gobernación, los gobernadores, los senadores y el mismo presidente no tienen límites en la descalificación se vuelve muy complicado generar una idea común de país y de futuro. El diálogo tendrá que construirse en otros escenarios y desde otras instancias porque, queda claro, la clase política ha renunciado a ello.

Diego Petersen Farah
(v.pág.2 del periódico El Informador del 21 de octubre de 2022).

Para que un producto se venda, todos los compradores potenciales deben conocerlo. Y la única forma de hacerlo es con una campaña de publicidad.

Pero para lograr que lo compren, el publicista tiene que convencerlos que no pueden ser felices... si no compran nuestra maravilla.

Para meter esa necesidad en sus cabecitas, un buen publicista tiene que mostrar que nuestro producto es el único camino para lograr su bienestar.

El problema es que tiene que convencer al comprador en unos pocos segundos, porque vivimos en la era de la comunicación rápida y concentrada. Y después de un minuto, el oyente cierra sus oídos... o prende su celular.

¿Ton's por qué los aspirantes a la Presidencia de México siguen haciendo las mismas campañas antiguas y aburridas que no nos muestran el beneficio que tendremos si los elegimos? ¿Quién les dijo que pintar bardas, hacer mítines multitudinarios con obvios acarreados, gritos, banderitas, mantas y discursos de media hora, convence a alguien?

Por favor candidatos, ¡modernícense!

De chorrocientos aspirantes a esos puestos, no ha habido uno que se venda con una simple listita de los proyectos más importantes que llevaría a cabo.

Hablan y hablan y hablan y no proponen nada, solo comentan generalidades, solo critican a los gobiernos anteriores o al que está en el poder, pero no nos dan esperanzas de como compondrían este relajo en el que vivimos hoy.

Como simple ciudadano, me gustaría que nos gobernara gente inteligente, gente con un "Proyecto de Nación" en su mente, gente que dé soluciones pragmáticas a nuestros problemas.

Miren candidatos, a nosotros nos interesa que nos digan qué van a hacer para resolver las broncas que vivimos a diario los ciudadanos. Por ejemplo:
Seguridad.
Salud.
Educación.
Crecimiento económico.
Certeza Jurídica.
Robo de nuestros impuestos.
Aplicación de la Justicia para todos, incluidos todos los anteriores políticos.
Cambio de sistema fiscal moderno y que no se utilice como Espada de Damocles.
Promoción de la inversión internacional.
Mantenimiento, limpieza, embellecimiento y modernización de todo el país.

¿Sería mucho pedirles que, para ganarse el puesto, en 10 anuncios de un minuto nos pudieran comunicar cuál es su proyecto de gobernación?

Digo... si tienen alguno.

Alberto Martínez Vara
(5 de noviembre de 2022).

En política, dicen los que saben de esto, nunca hay que bravuconear porque te miden.

Diego Petersen Farah
(v.pág.2 del periódico El Informador del 6 de diciembre de 2022).

Me gustaría ser inmortal, pero alto funcionario o político. De esos que viajan a Nueva York, París o Glasgow para salvar al planeta y sostienen, muy serios y convencidos, sin que nada los perturbe: "Estamos logrando lo que nadie en 40 años".

Mientras asiente con la cabeza un community manager -que esa noche cenará en un rascacielos- junto con otros altos funcionarios -que cenarán en otro rascacielos más alto- esa misma noche. Pero no sólo decirlo sino creerlo porque nadie del pasado vendrá a reclamar y nadie en 40 años se acordará de este momento.

Me gustaría ser inmortal, pero alto funcionario o político para conjugar el verbo presentar-acciones en inglés, submit-actions, con traducción simultánea al francés, soumettre des actions, y al italiano, presentare azioni.

Y decir, sin calibrar el terrible peso de mis palabras, que estas acciones son "una apuesta por la siembra de conciencia colectiva para cosechar en el futuro" y que "atacamos el desabasto de agua y el cambio climático con una acción basada en la naturaleza". Y no sentir remordimiento al saber que después de estas palabras ya sólo está el dios dador de vida.

Quisiera ser alto funcionario y escribir en un diario nacional, sin sonrojarme, cosas como: "Mi reincorporación a la Secretaría Ejecutiva es una reivindicación personal, claro. No me convierte en un ente imprescindible, pero constituye un modesto triunfo de la legalidad, la constitucionalidad y la razón".

Y declarar que gracias a la institución que presido el país tuvo estabilidad política, que construí la paz pública durante más de una década, que ahí les dejo un país listo para defenderse de la autocracia, luego cobrar 2 millones de finiquito y refugiarme en un aula magna a dictar cátedra sobre lo ejemplar, maravillosa, imbatible, digna y feroz que ha sido mi lucha por la democracia.

O mandar reunir a 500,000 en una gran plancha de cemento para asegurar, sin ruborizarme, que en el país ya "no hay corrupción, no hay impunidad ni existen relaciones de complicidad con nadie". Y tener la fuerza moral para quedarme solo esa misma noche en mi Palacio y luego en silencio, antes de apagar la luz, ignorar el remordimiento feroz y criminal de saber que soy un gran fraude. Y conciliar el sueño dulcemente.

Quisiera ser alto funcionario para no leer libros con frases incómodas como: "Si no levantas los ojos, creerás que eres el punto más alto".

Quisiera ser de esos altos funcionarios que trabajan "a tope", que se levantan a primera hora y asisten a juntas durante 460 mañanas en un año. Y que gracias a eso todo marcha muy bien. Y no este desvelado que se levanta antes de las 6, no le alcanza el día, pierde el tiempo en redes sociales más de lo que quisiera, lucha contra el sueño a media tarde y se tropieza cada tanto.

Quisiera ser alto funcionario para sustraerme un rato de esta odiosa realidad. Para descansar de la imperfección con un buen video en Instagram o Tiktok. Quisiera saborear el triunfalismo inconsciente y feliz de un alto funcionario, ser el orgullo de mi familia o de una madre y un padre venerables, un hijo o hija que me perdonarán todo, aunque cada día decepcione a una ciudad o un país entero.

Jonathan Lomelí
(v.pág.2 del periódico El Informador del 24 de marzo de 2023).

Los hoy precandidatos y más adelante los candidatos nos dirán por qué ellos sí saben cómo hacerlo. Todos son unos genios cuando están en campaña y sospechosamente se embrutecen nomás en llegando al poder.

Diego Petersen Farah
(v.pág.2 del periódico El Informador del 16 de junio de 2023).

Agenda. f. 1. Conjunto de materias, sociales, económicas, de servicios públicos, seguridad, etc., que los políticos suponen son de interés principal de la gente y que categorizan según las necesidades de la mercadotecnia (véase) y de acuerdo con su postura personal al respecto, es decir, no su postura en relación con los intereses de las personas, sino hacia la mercadotecnia. 2. poner la (agenda), acción de los más conspicuos integrantes de la clase política que busca obligar a que en los escenarios de debate se hable y escriba sobre cuestiones del tipo de las que se determinan en la acepción primera de agenda; lograrlo es considerado un triunfo, aunque en razón a cómo las y los ciudadanos perciben las materias que contiene la tal agenda no haya efectos concretos.

Compromiso. m. 1. Optar por decisión personal e indudablemente por un bando, un candidato, mujer u hombre, o por una idea, y manifestarlo; opción que a su vez se distingue por ser efímera, se agota en cuanto el compromiso exige hacer algo, gastar o nomás perseverar. 2. Compromiso con el compromiso: comprometerse con lo que sea que cualquiera se haya comprometido; énfasis imprescindible porque, ya quedó dicho, el compromiso a secas es fugaz; no obstante, para que el compromiso con el compromiso no sea una camisa de fuerza, es usual que, pasado un tiempo, el concepto se resignifique: operación de revisar si el compromiso es con el compromiso establecido o sólo con la voluntad por comprometerse. Lo que usualmente retorna a lo definido en el vocablo original: más vale que el compromiso sea pasajero, para qué arriesgarse.

Futuro. m. Tiempo político que acomoda el resultado de la acción en algún momento remoto (e imprevisible) al instante en que se emite el discurso; a pesar de que el gasto imprescindible para la acción se conjugue siempre en presente.

Género. m. y, en este caso, también f. Véanse: mercadotecnia y compromiso.

Leyes. f. Conjunto de normas que tiene 2 funciones: proveer argumentos para denostar a los enemigos políticos y fungir como conjuro mágico para ahuyentar los problemas; no importa que estos permanezcan, lo relevante es legislar, no la realidad (véase). Las leyes obra de los políticos son muestra de que cumplen sus promesas; si los males persisten es atribuible a la participación de alguien más, a la mala suerte, a la veleidad de la economía, a la capacidad de reacción del crimen organizado o a la vecindad con Estados Unidos.

Mercadotecnia. f. Referida a la política, técnica, casi ciencia, que estriba en que las ofertas de campaña, una institución o un sujeto (mujer u hombre), parezcan lo que no son y lo que no han sido, y asimismo puedan lo que no pueden. Lo exitoso de su aplicación está en relación directa al costo que tenga, aunque lo producido no sea lo prometido, ya que cuando la mercadotecnia política falla, la culpa es de las circunstancias que no entendieron que debían a adaptarse a la visión de las y los mercadólogos. (véase honestidad [ pero como este es un glosario formal, evitamos incluir una entrada para este vocablo y causar risa, primero, y llanto después]).

Nosotros. pronom. pers. m y f. Dicho por los políticos este plural comprende, invariable y exclusivamente, a ellos mismos, incluidos sus rivales. Expresado por los ciudadanos los abarca a todas, a todos, pero sin las y los políticos.

Participar. Intr. Dicho de una persona: hacer, en lo público y comunitario, lo que los demás consideran debe hacer, en la forma en que esos demás decreten y para los fines que postulen correctos. De donde se desprende que participar, válida y útilmente, no tiene que ver con lo que dicte la conciencia individual, sino con el juicio externo; en latín se enuncia: dicunt me participare ergo sum (dicen que participo, luego existo).

Realidad. f. 1. Existencia real y efectiva de algo que se contrapone polarmente con la descripción que los políticos en el poder hacen de ese algo; por ejemplo, si para ellos y ellas en su ámbito de influencia han propiciado un ambiente benéfico, seguro e ideal para progresar, en la realidad que rutinariamente se les atraviesa, su gestión se advierte perniciosa, como la realidad misma. 2. Invento de los enemigos de los políticos (pueden ser otros políticos) que se presenta inopinadamente, aunque para que lo haga invariablemente media la voluntad de perversos que nunca faltan y que, por lo visto, disfrutan de un poder inmenso, ya que la realidad acaba siendo más elocuente que las narraciones vacuas de tantas y tantos gobernantes quienes, cuando dejan de serlo, adquieren súbitamente la capacidad de contemplarla enterita, en toda su degradación.

Augusto Chacón
(v.pág.2 del periódico El Informador del 2 de julio de 2023).

En México corrupto es un insulto, no una categoría moral, mucho menos una acusación formal. Si algo ha logrado el presidente López Obrador es vaciar y vulgarizar la palabra corrupto. Corrupto no es aquel a quien se le prueba el delito de peculado, desvío de fondos o tráfico de influencias. Corrupto es quien le cae mal, le hace sombra o no comparte su idea única de país. Los corruptos de verdad, que están en uno y otro bando, viven en santa paz, sabiendo que lo peor que les puede suceder es salir en la mañanera o que te acusen en redes, incluso en medios de comunicación, pero nadie los va a perseguir.

Estamos llegando al final del sexenio y al igual que pasó con Fox no hay peces gordos en la lancha. A diferencia del panista, López Obrador supo hacer que picaran, pero a ninguno lo pescó. Al igual que Fox, los escándalos de corrupción en su administración opacaron los pecados, los reales y los imaginados, de los gobiernos anteriores. Comparado con el fraude en Segalmex todo se hizo chiquito, pero, sobre todo, el discurso de combate a la corrupción perdió toda credibilidad.

¿Tiene algún efecto que López Obrador y sus seguidores acusen a Xóchitl Gálvez de corrupta o que la oposición señale a Rocío Nahle de enriquecerse con la construcción de la refinería en Dos Bocas? No, mientras ni una ni otra sea procesada judicialmente. Los seguidores de Gálvez no le creen al presidente, y los de el presidente, y por tanto de Nahle, no creen a los voceros ni a los medios asociados con la oposición. Es un juego de suma cero.

El problema de llevar la corrupción a la categoría de insulto y no de delito es que sólo favorece a los corruptos. Como en un pleito infantil (Imaginemos la escena: -¡Tonto! -¡Tú más tonto!) en la batalla verbal contra la corrupción no hay ganador porque ninguno de los 2 pasa al acto. Cuando 2 niños se dicen tonto es muy probable que ambos tengan razón, pero no son los datos -en este caso de IQ- lo que está en juego; cuando 2 políticos mexicanos se dicen mutuamente corruptos, pasa lo mismo.

La peor herencia de nuestra clase política ha sido la corrupción del lenguaje. A fuerza de abusar de las palabras, de convertirlas en discurso ramplón, éstas perdieron su sentido y su fuerza; fueron vaciadas de contenido para dejarlas sólo como una coraza de sílabas vacías. No se puede moralizar la política -y ese ha sido quizá el gran error de López Obrador- sin revalorar la palabra. Y no "la palabra" en el sentido macho del término de los pretendidos "hombres de palabra" cumplidores y bragados, sino semántico.

El día que la palabra "promesa" vuelva a significar "obligarse a hacer algo" y no ocurrencia; cuando "honesto" signifique nuevamente "cualidad de decente, decoroso, razonable, honrado" y no amigo o comparsa; el día que el corrupto sea "el que soborna, el que destruye" y no el enemigo en turno, entonces podemos hablar de que hemos iniciado el combate a la corrupción.

Diego Petersen Farah
(v.pág.2 del periódico El Informador del 14 de julio de 2023).

En periodismo hay un subgénero maligno que llamo "entrevistas sin preguntas". Observen cómo casi siempre el entrevistador afirma en vez de preguntar: "La inseguridad rebasó a su gobierno", dice el periodista. Y el entrevistado responde: "Cada mañana afinamos la estrategia".

Estas no-preguntas son muy comunes en política: "Xóchitl, eres la puntera del Frente Amplio Opositor". "Presidente, hay espectaculares de sus candidatos en todo el país". Hacemos afirmaciones, no preguntas: bolas fáciles que los políticos responden hasta contentos.

Un clásico de este defecto son las entrevistas a futbolistas a nivel de cancha: "Alexis, un partido complicado"...

Otro vicio consiste en formular preguntas cuya respuesta sólo puede ser Sí o No: "¿Sabía del desvío ilegal de dinero?", pregunta el entrevistador: "No", responde el funcionario. "¿Es usted culpable?": "No, soy inocente".

O preguntas generales: "¿Cuál es la política ambiental de su gobierno?". En vez de concretas: "¿Por qué construyó el Tren Maya sin una manifestación de impacto ambiental?".

Cuando el político evade una pregunta casi nunca volvemos al punto. La poca resistencia que oponemos facilita que el poderoso se vaya por la ramas. La pregunta importa, pero importa más la repregunta.

Los hombres y mujeres en el poder se sienten cómodos con este modelo de periodismo sin preguntas. Nada los incordia, dueños de la última palabra. Ven al periodista como simple amplificador de su discurso monopólico.

Sin embargo, cuando ese guion cambia, se enojan, se salen de sus casillas, agreden y descalifican. La entrevista a Claudia Sheinbaum que se viralizó hace unos días es un ejemplo virtuoso del periodismo que necesita este país.

El reportero tabasqueño Hugo Triana le preguntó si sabía quién había colocado los espectaculares a su nombre en toda la ciudad. Ella respondió que sus simpatizantes. El periodista le repitió: "En el caso de Tabasco, ¿quién los puso?". Ante la insistencia, Sheinbaum le reclamó: "No sé por qué tanta violencia, estamos acostumbrados a tener una conversación normal, tranquila". Triana partió del sentido común: ¿cómo es posible que ninguna "corcholata" sepa de dónde salieron cientos de espectaculares ilegales que inundan el país?

Hace poco Marcelo Ebrard enfureció en Puerto Vallarta ante la periodista Susana Carreño, que le preguntó sobre su papel en el cartel inmobiliario de la CDMX a partir de un reportaje difundido por una revista: "¿Quién te mandó?", la increpó el ex canciller y se negó a responder. "¿Por qué?", repreguntó Susana. "Porque no". ¿Qué esperaba Ebrard? Seguramente hubiera preferido una pregunta sobre el clima vallartense.

Si la clase política enfrentara 1 o 2 de estos momentos todos los días, el cinismo sería un deporte más costoso. Pero están acostumbrados a tener una conversación normal, tranquila.

Jonathan Lomelí
(v.pág.2 del periódico El Informador del 20 de julio de 2023).

Es súper fácil. Mira: tú cree en mí. Déjate convencer que yo soy el futuro y no me compares con los de antes, porque ya sabemos que no sirven.

Ármate un grupo y esparce la voz. Diles que yo sí cumplo. Haz que cada uno de sus integrantes integre su propia tribu y repita la fórmula. Y luego que cada uno de ell.. ¿ya me entendiste? ¡Ándale! Así te voy a sacar del hoyo.

¿Mentirte? ¡Jamás! Con el poder que me den tú y los tuyos podré hacer lo que quieras. Te voy a quitar la inundación y la sequía al mismo tiempo. Va a haber agua sólo cuando tú quieras y en las cantidades y temperaturas que decidas.

Ya sé, ya sé. Te lo han dicho tantas veces que ya no crees. Sé que hay quienes nomás vienen en campaña y se olvidan de ti en cuanto levantan la mano y dizque juran cumplir y hacer cumplir la ley.

Pero yo no. Yo sí soy distinto a los que dijeron que eran distintos de los que eran distintos.

Yo cambié a mi pueblito y le di la vuelta. Sí lo conoces, ¿no? Era el patio trasero y lo convertí en el referente de la ciudad. Estoy seguro de que, algún día, una de sus calles con menos baches llevará mi nombre.

Por eso es que vengo a pedirte una nueva oportunidad. Déjate ayudar. ¿Qué necesitas para que esa bella cruz se estampe en mi nombre y en los de todos los de mi partido?

Es que, si tú nos apoyas en bloque, el mundo será nuestro. Sí: o sea, de ustedes los ciudadanos y de nuestro partido. Ajá: compartido. No creas que nuestro-nuestro. ¿Pues qué clase de PRI crees que somos?

Busca entre tus contactos, anda. Junta a todos los que tengan su credencial de elector en casita y ponlos a apoyar este proyecto que, ahora sí, me cae si no, va a transformar tu realidad.

Porque eso somos: transformadores.

Una vez que tú y los tuyos nos lleven arriba, mirar abajo y resolver será tan sencillo que no te la vas a creer. ¿Más y mejores escuelas cerca de tu casa? Dame un año. ¿Seguridad pública efectiva? 6 meses. ¿Agua clara y potable? Le echamos clorito y, 5 minutos después, de manantial.

Sólo yo puedo con lo que los otros no han querido. Yo sí te escucho porque, como tú, vengo desde abajo. Yo vendía birotes en la Central. No me crees, ¿verdad? Pues fíjate que yo estudié en prepa pública. Acá hay humildad, rey.

¿Inundaciones a mí? Tú dame chanza. Ya sé que ahorita lo que te preocupa es que se te llena de agua la casita. Por lo pronto sube tus cosas al segundo o tercer piso cuando se esté nubland... ¿cómo que no tienes?

A ver, tráiganme a la de ya una despensa, gorras y paraguas con mi nombre para entregarlas a esta pobre familia. Pero las buenas, de las que van a durar 3 elecciones más.

Ustedes no se me preocupen. Acá estamos completamente preparados para resolver ese problema histórico que yo mismo prometí resolver, y que por obra de aquellos que quieren que nos vaya mal no se ha logrado.

Así como mi nombre es Candidato Genérico X, me comprometo públicamente, aquí ante mis agencias de publicidad, a que después de que nos demuestres tu compromiso con el partido podamos, por fin, resolver ese problema histórico que tanto ha causado problemas y pérdida de muebles.

"ConmigDIGO", con todo el equipo que está aquí al frente pidiéndote un poco de amor en forma de votos, tus impuestos van a estar bien gastados. No sólo te voy a quitar las penas de sacar agua con baldes de tu casa en cada lluviecita, sino que te voy a poner de los parques más bellos de todo México.

Ajá: aquí al ladito, para que veas cuánto te quiero, Potencial Votante Genérico X.

Porque, como siempre lo he dicho yo antes que nadie más: las obras que valen la pena siempre son difíciles, pero el cargo dura lo que el pueblo quiere y la vergüenza de hacer mal tu trabajo cuando ustedes nos tienen la confianza para hacerlo... esa... esa dura toda la vida.

Los eventos narrados en esta columna son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Isaack de Loza
(v.pág.2 del periódico El Informador del 5 de agosto de 2023).

Los políticos, sobre todo los que están detrás del candidato, esos que hacen la famosa "logística del evento", saben como atraer efectivamente al público: van por ellos y los regresan en distintos servicios que proveen hasta la esquina más recóndita del municipio, surten a sus familias con lista en mano de una vasta despensa para la semana, no se olvidan jamás de darles a cada uno un lonche y un chesco en el lugar, les medio prometen que quizá tengan trabajo si gana el candidato. Y olvídese de cuando empieza el evento, ¡cómo reciben a los candidatos!, me da una envidia: mariachi, música híper festiva, confeti, serpentinas voladoras, botargas que nunca asemejan al mero mero pero que el intento ha de valorar. Después de su inexistente 3a. llamada (le han de decir de otra forma), los ahí presentes siguen instrucciones precisas de dónde y cómo escuchar al actor (político) y a dónde voltear o cuándo aplaudir y claro con qué actitud reaccionar ante el discurso que se aviente el y sus compañeros del estrado.

Argelia García F.
(v.pág.3 del periódico El Informador del 27 de agosto de 2023).

Apuntar hasta arriba para caer donde sea, pero que el hueso siga crujiendo. Esa ha sido la tramposa estrategia de comunicación pública entre la clase política mexicana desde que la memoria nos asiste.

En cuanto los astros se alinean y la elección se acerca, todas y todos nos recuerdan que son el rostro más fresco y dulce del entarimado político; el perfil que ha entregado su alma y espíritu para servirnos y hacer del lugar en donde vivimos un paraíso idílico que ni al mismísimo Walt Disney se le ha ocurrido.

Sonreír a la cámara, disparar metrallas de logros alcanzados -o no, qué le hace, igual nadie lo va a notar- y que el ego se infle mientras tus invitados desgarran sus palmas porque, sí: gracias a ti el sitio que gobiernas hoy es un lugar menos peor que como te lo dejaron los de atrás.

Acuérdate: los de antes eran los malos, pero llegaste tú y los desterraste con el poder de tu carisma. Ya estabas por encima de ellos desde que tu camarógrafo captó el momento en que abrazaste a la primera señora que tus guardaespaldas dejaron acercar, pero el tiro de gracia lo diste cuando se te ocurrió morderle a una torta ahogada en bolsita. Ahí sí ya ni el "Checo" Pérez te tumba de la jugada.

Y si así de bueno eres, y si todo el planeta quiere foto contigo y si sólo asomar tu hermoso rostro por las calles o las redes sociales te llena de aplausos, ¿cómo no vas a merecer esa candidatura a la Grande? Olvídate de la gente: tu partido te ama porque el partido existe gracias a tu bella sonrisa.

Esta semana hemos sido testigos de un fenómeno que a nadie sorprende: informes de actividades que se convierten en plataforma de anuncio para aspirar a otro cargo de elección popular. Estratégicamente no es una mala idea, pues antes de subir a la tarima el político en turno ya pagó decenas de espectaculares, pautó miles de publicaciones en redes... y hasta cómics le hicieron.

El informe es EL evento. TU evento. Ahí tienes a los que quieres, les pones vallas a los que no y luces cual Cenicienta antes de las 12. ¿Cuál partido no querría ponerte la zapatilla?

A ver, espérate... ¿Que ese evento iba dirigido a tus gobernados? Igual y en otra ocasión, porque las elecciones están a la vuelta de la esquina y ni modo que te quedes mirando mientras los otros te pasan de lado mientras tú, torpemente, te pones a gobernar.

En la teoría, durante el informe político que tienes enfrente debes destacar tus logros y proyectos exitosos. La meta es consolidar tu imagen positiva y ganar credibilidad. Mostrar que has cumplido tus promesas electorales y trabajado en beneficio de la comunidad para reforzar el perfil político.

Pero, como has hecho tanto y tanto, mejor concéntrate en lo que importa: tu brinco. Tú saltaste al escenario y tomaste el micrófono para cantar la canción que todos te piden: vas a ser gobernador.

Si no te posicionas en el espectro político local, o incluso le mandas un guiño a tu compadre de Nuevo León para que haga lo propio en lo nacional, mejor bájate del escenario y sigue tomándote fotos abrazando a gente que nunca más volverás a ver.

Pero si resististe y sigues con el micro en la mano, aprovecha que no sólo te ven los políticos, sino los poderosos. Esos que van a apostar por ti y eventualmente te van a echar la mano para que llegues a donde quieres y mereces estar.

Tu base de seguidores está ahí, a tu lado. Las palmas que truenan son de manos llenas de billetes que van a soltar unos cuantos para que seas tú el elegido. De nuevo: los logros déjalos de relleno. Ahí en tu informe es donde construyes tu base de seguidores, recaudas fondos y generas atención mediática mucho antes de que comience oficialmente la campaña.

Total, ni que existiera alguna autoridad electoral. Tú brinca encima de tus rivales como champis en Mario Bros. Aplástalos y a lo que sigue.

Y si el peor escenario se presenta, tú ya hiciste lo que te toca. Apuntaste al cielo y caíste en algodón. Qué importa si el algodón es una regiduría o una curul en el congreso. Total, dispararte al cielo para caer en blandito ha sido, es y será parte de nuestra lastimosa clase política mexicana.

Isaack de Loza
(v.pág.2 del periódico El Informador del 16 de septiembre de 2023).

Porque, aunque hoy este mensaje va dirigido únicamente a simpatizantes y militantes del Partido Político Genérico X, es imposible dejar de admirar ese hermoso espectacular con la cara más sonriente, photoshopeada y limpia del planeta. Y el que está una cuadra adelante. Y los cientos que inundan cada espacio en Guadalajara.

¿O a poco no lucen súper bien las paredes repletas de apellidos que acompañan frases políticas de superación genéricas como: "vamos en unidad", "nadie por encima de la ley" o "soluciones ya"?

Tampoco hay manera de describir el placer auditivo de encender la radio y que una voz enjundiosa nos recuerde que este, ahora sí, es el momento del cambio. Aunque hace 3 años también lo era. Y 3 años atrás también. Y así hasta remontarnos a los orígenes del bello modelo de democracia que tanto nos ha ¿dado?

Al fin llegamos a esos tiempos en los que la brisa matutina está acompañada por ecos de cambio, bocinas parlantes, tenis fosfo-fosfo, bastones y banquitos de mando, pegas de calcas y, sobre todo, políticos enfundados en el narcisismo de una camisa bordada con su nombre o apellido y abrazando a cada señito que le acerque un plato de birria.

Aunque, eso sí: el mensaje va dirigido únicamente a militantes y simpatizantes del Partido Político Genérico X.

Resulta bastante curioso atestiguar que la historia de quien eventualmente va a subir los impuestos o la tarifa del transporte, llenarte de vallas el sitio donde tienes todo el derecho de protestar, o quien va a contratar un crédito que tú y todos quienes conoces van a pagar, inicia en un plato con carne deshebrada, chiles, condimentos y sal, acompañado de arroz y frijoles.

Eso sí: no importa dónde, será el mejor plato que va a probar en su vida; el lugar que se hará famoso porque ahí comió el nuevo o la nueva Mesías.

¡Ah, las precampañas!

Esa época en donde los políticos muestran que, si algo saben hacer bien, es pegar calcas derechitas, repartir despensas como si fueran el mismísimo Santa Claus y, por supuesto, caminar por calles que probablemente ni volverán a pisar si los votantes los coronan.

Apelando a la moda de reality shows insulsos, este es el inicio de un desfile de talentos donde se compite por el título de Mejor Actuación de Cercanía con la Gente.

La clase política, tan llena de momentos memorables, está por iniciar su época de performances, canciones horribles, entrega de gorras, camisetas y paraguas, la pasarela de botargas confeccionadas por su peor enemigo y sí: candidat@s bailando con el tumbao de una coliflor.

Pero antes que todo, y primero que nada, atestiguaremos a la clase política pasarse la Ley Electoral por donde tú ya imaginas, porque si algo nos deja en claro esta precampaña es que esto es un cóctel de todo excepto un mensaje dirigido exclusivamente a militantes y simpatizantes del Partido Político Genérico X.

Poniéndonos serios: si desde el arranque del proceso electoral quien aspira a hacer aplicar la ley inicia burlándose de ella, poca redención, cambio y soluciones se advierten para el futuro. Y como hemos podido constatar en esta administración, seis años sí son muchísimo tiempo como para no ponernos exigentes desde antes de que los políticos con hambre obtengan el poder que tanto anhelan.

Isaack de Loza
(v.pág.2 del periódico El Informador del 25 de noviembre de 2023).

Insultar se volvió la forma más socorrida de los candidatos para hacer política. Viéndolo en la distancia se trata de una evolución. Hace algunos años la violencia física era la forma más socorrida de manifestar un diferendo. Hoy, en la era de "las benditas redes sociales", lo nuevo es ofender, poner calificativos y denostar al enemigo político. Y bueno, nadie puede negar que es mucho más civilizado poner un trancazo en Twitter, un tuitazo, que un puñetazo, o peor, una bala, en la cara del enemigo.

¿Para que sirve insultar a un enemigo político? ¿Qué ganó Fox diciéndole dama de compañía a Mariana Rodríguez o Samuel García llamándole "mariguano" al ex presidente? Un rato de risa de sus seguidores, encantados de asistir al pancracio, y poco más. No hay tuitazo que se convierta en votos. Pero, vamos a suponer, que se traduce en simpatías y por lo tanto, si lo hacen bien, es más fácil que, en el remoto caso -como dicen en los aviones- de que un joven decida votar, lo haga por el que le caiga mejor.

Diego Petersen Farah
(v.pág.2 del periódico El Informador del 30 de noviembre de 2023).

Se supone que las campañas políticas existen para que todo aquel que aspira a un cargo de elección popular presente a los ciudadanos lo que propone cambiar o mejorar y cómo piensa lograrlo, es decir, sus planes de gobierno, y así los electores podamos comparar las diferentes propuestas y decidir en las urnas la opción que mejor nos parezca.

Eso se acabó. Hoy las campañas políticas son una burla, un juego de ocurrencias, una competencia de frases pegajosas, de trapos sucios reales o inventados, de quién puede hacerse famoso más rápido y atraer votantes por medio de tonterías. Hoy no gana el más capaz o el que tenga la mejor propuesta, sino el mejor histrión, el que mejor divida a la sociedad en buenos y malos y el que mejor se presente como su salvador. Las propuestas serias y el debate de ideas son irrelevantes.

Todos pueden decir hoy por quién votarían, pero pocos podrían decir o explicar cuál es el plan de gobierno de su candidato favorito, cómo piensa abordar y solucionar los principales problemas del país, como el de inseguridad, el de la pobreza, la salud pública, la corrupción, la educación, etc.

Ningún candidato o partido vende y ofrece soluciones concretas a los problemas, sino ideas abstractas alrededor de un solo argumento: los gobiernos anteriores son o fueron peores, punto. No hay más razones para votar por uno u otro. En el caso de Morena, lo único que Claudia Sheinbaum atina a decir es que ellos son "diferentes" cuando todo indica que son iguales, y claro, sin reconocer que muchos de los males añejos que criticaban, no sólo no los han solucionado, sino los han empeorado y hasta creado males nuevos.

En el caso del Frente Amplio, el argumento central para votar por Xóchitl Gálvez es el mismo: los de hoy son peores que los anteriores, y en su caso además con el problema de que "los anteriores" son precisamente los partidos que la apoyan y nos llevaron al punto en que estamos. Y en el caso del novel candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García, ni qué decir. Pretende lograr votos no sólo porque los gobiernos anteriores y los de hoy son igual de malos, sino porque él es... joven.

¿Y lo que los ciudadanos queremos y necesitamos qué?

Si no exigimos que cada candidato nos diga qué piensa hacer para sacarnos del hoyo en que estamos, y nos aseguramos de que las promesas se cumplan, al final sólo habremos servido para darle el poder al que mejor nos engañó o mejor nos cautivó.

Los candidatos hablan de todo menos de lo que piensan hacer si ganan.

Sin planes de gobierno claros y comparables, la elección del 2024 será una elección entre quimeras, miedos y trivialidades: las quimeras de una prometedora transformación que resultó ser la misma "gata revolcada"; el miedo a que la 4T continúe y el miedo a que los demonios del pasado regresen al poder, y las trivialidades de un imberbe que pretende ser Presidente de un país, haciendo chistoretes en las redes sociales, convirtiendo la política, la vida y el futuro de todos en un simple juego. Pura verborrea. Nada de fondo.

La única salida que veo a la trampa democrática en la que estamos metidos es obligando a la clase política a hacer planes de gobierno medibles y a dar resultados.

Basta ya de mentiras y engaños. No más promesas incumplidas.

¿Quieren el puesto? Comprométanse a dar resultados, y si no los dan, sean "hombrecitos" y "mujercitas" y renuncien sin chistar.

Ricardo Elías, arquitecto y empresario
(1o.de diciembre de 2019).

El ejército de candidatas y candidatos que ocuparán los espacios públicos durante las campañas llegará al espacio público con una carga enorme de propuestas para los más diversos problemas sociales. Pero sobre todo, aprovecharán cada segundo de tiempo público, cada oportunidad de expresarse, para atacar a quienes han ejercido el gobierno hasta ahora. Será una cascada de ataques y acusaciones contra los que ocupan espacios de poder; será también una avalancha de análisis simples para explicar una realidad que, como todos conocemos, es mucho más compleja e intrincada que lo exhibido en unas cuantas frases y videos. Y después, como remate, pedirán el voto.

Después de ese voto, vendrán las soluciones, la mejoría. El cambio. Que se supone, es un cambio para mejorar.

Y cosa irónica: todos y todas hacen lo mismo. Se atacan, se descalifican y se ofrecen como la mejor, la única opción de solución.

Alguna vez, en ese interminable intercambio de puntos de vista que son las redes sociales, leí el mensaje de una persona que anunciaba: voy a votar por quienes me han dado algún beneficio.

Esa breve expresión nos recuerda que en las contiendas democráticas, aunque las instituciones que las organizan nos recuerden que detrás están ideales como la libertad, el derecho de votar y ser votado y la construcción de la sociedad, lo que finalmente moldea resultados y triunfo electorales es el más llano y pragmático interés de obtener una ganancia. Un beneficio.

Ese interés es mucho menos brillante y etéreo que los ideales teóricos. Pero es lo que rige el orden social, la distribución de presupuestos y en suma, el reparto del poder.

En 2024, debemos recordar, porque así ha sucedido en todas las elecciones que preceden a la de este año, los ciudadanos tenemos el derecho de votar para determinar, por mayoría, a las élites que gobernarán, distribuirán los presupuestos y tomarán decisiones limitadas sobre cómo proponer soluciones para realidades complejas.

Es una visión más disminuida en comparación con el discurso. Pero es más realista.

Se elegirán autoridades. Punto.

Las soluciones dependen de cuestiones mucho más complicadas que un voto.

Jorge Octavio Navarro
(v.pág.2 del periódico El Informador del 5 de enero de 2024).

A la luz de las campañas electorales, nos creamos una imagen de quiénes son esos candidatos y candidatas que vemos en spots publicitarios, en redes sociales o en eventos públicos. Se trata de personajes que se van y han ido construyendo, creando una imagen de quiénes son (o pretenden ser) y apelando a la percepción que la gente tiene de ellos.

Hay quienes tratan de mostrarse populares y no lo son; quienes procuran mantener su vida personal reservada y quienes explotan o capitalizan esa privacidad; quienes se presentan como personas de familia y tras la puerta la realidad es otra. O incluso quienes son excelentes candidatos o candidatas, que saben comunicar bien y son asertivos (hablando en público, argumentando y tienen buena imagen), pero a la hora de gobernar o administrar una ciudad, la historia es otra.

Una figura pública se construye, hay una estrategia y lineamientos como base, discursos armados para saber de qué y a quién hay que hablarle. Detrás del telón del escenario público hay investigaciones y especialistas en estadísticas, consultores y opinólogos. Es una construcción.

"A diferencia del marketing, no puede disfrazarse un candidato, no sirve -en el mediano plazo- revestirlo de cualidades que no tiene: el elector tarde o temprano terminará descubriéndolo y castigándolo por su mentira a través de los votos", precisa el consultor argentino Daniel Ivoskus en su libro "Matrix Política: la construcción del candidato".

En las elecciones se busca mover emociones y apelar a los sentimientos, construyendo figuras que encarnen valores con los que simpatice el electorado, el reto es identificar si el personaje es real o ficticio, una construcción o alguien congruente con quien es en realidad.

Al final, será el elector quien decidirá en las urnas por qué personaje votar, esperando que sea congruente con quien es fuera del escenario público. Electores inteligentes demandan candidatos inteligentes... esperando que además sean gobernantes

Vania de Dios
(v.pág.4 del periódico El Informador del 7 de enero de 2024).

Estamos entrando de lleno a la era de las campañas puramente mediáticas y virtuales, las matracas, pancartas y templetes son del pasado. Hoy salir charlando con el Papa es una mayor garantía para adquirir más popularidad, para que se note que estoy cerca de los grandes líderes del momento.

El grave problema de esta tendencia, es que fácilmente se cuelan los ineptos para gobernar. Serán muy populares y simpáticos charlistas con miles de likes, pero para convertirse en estadistas o líderes políticos hay distancia. Y claro, los resultados se dan de inmediato, es el pueblo ingenuo que ha votado por ellos, el que también acaba pagando el plato roto a la hora de ejercer el poder.

Por lo que se hace indispensable regular de una manera prudente y sensata esta inadecuada fórmula, para que no cualquier vivales con una cartera llena de seguidores se gane una curul, una gobernatura o hasta la silla presidencial.

Guillermo Dellamary
(v.pág.3 del periódico El Informador del 18 de febrero de 2024).

Es tu momento. Te has preparado tanto para estar encima de este escenario que nada puede salir mal.

El coordinador de campaña está frente a ti. Te muestra una sonrisa tan amplia que bien podría derrotar a Batman. Sus ojos llorosos, repletos de alegría, se encuentran con los tuyos y, tras mirar al reloj, hace una seña para que subas con él. Son las 12 de la noche con un minuto. Oficialmente inició la campaña. Es el momento. Tu momento.

Como profesional de la política que eres, caminas con firmeza, alzas la mano y la ondeas de un lado a otro. Saludas a quien conoces y a quienes no. ¡Qué importa! No cabes de la alegría, ya te pasaron el micrófono y el mundo es tuyo.

¡Buenas madrugadas, Jalisco!

Hoy, en este día lleno de esperanza y oportunidad como ningún otro, me dirijo a ustedes con humildad y determinación. Porque sé que juntos, como un gran estado unido, podremos alcanzar el cielo y las estrellas, y transformar todos nuestros sueños en una hermosa realidad.

Estoy aquí, ante ustedes, como su voz, quien los defenderá. Y quiero decirles que escuché sus clamores, sus anhelos, sus deseos de un mañana mejor. Por eso (puño de esperanza, ¡no olvides el puño de esperanza!) les prometo que trabajaré in-can-sa-ble-men-te cada día, cada hora, cada minuto, para hacer realidad esos anhelos y construir un futuro más brillante para todas, todos y todes nosotros.

(Aplausos, júbilo, amor y aclamaciones de esos jugosos votCIUDADANOS, ciudadanos libres).

Hoy iniciamos un viaje. Pero no cualquier viaje, sino un camino hacia la grandeza, hacia la justicia, hacia la prosperidad. Un viaje que nos llevará a través de desafíos y tribulaciones, pero también nos conducirá hacia la luz al final del túnel. Y, ténganlo por seguro, en ese camino jamás estarán solos, porque yo estaré aquí, junto a ustedes, liderando con valentía y determinación.

Conmigo al frente, todos los semáforos serán reemplazados con piñatas gigantes para que cada cruce de calle se convierta en una fiesta. Cada taco vendido llevará en su interior un billete de la lotería. Convenceré a los chiles de ser menos picantes los lunes y al café de ser más intenso el mismo día. ¡No más lunes de flojera y chorro!

No más viajes de 3, 4 o 5 horas para un bronceado de playita. Si sus votos me favorecen, transformaré cada rincón del barrio en una playa caribeña. ¡Hasta en los cerros pondremos palmeras y arena!

(Silencio. Aguántate unos segundos. Disfruta tus aplausos).

Comprendo los problemas que enfrentamos como país. Las dificultades que muchos de nosotros padecemos cada día: la pobreza, la corrupción, la violencia... Porque también vengo de abajo; porque yo también vendía birotes en la Central. Porque también me estoy aprendiendo las nuevas rutas que nadie conoce y nadie sabe por qué las cambiaron. Porque a mí también me llega la comida fría con Rappi y Diddi. Y por eso, porque nos une la determinación y la visión de un mejor futuro, superaremos cada obstáculo que se nos presente en el camino hacia un Jalisco más fuerte y próspero.

(Más aplausos. Déjate querer).

Y es justo por eso: porque somos un estado de luchadores, de soñadores, de gente buena que nunca se rinde, que nada podrá detenernos. Así que les pido que se unan a mí en este viaje, en esta misión de construir un mejor mañana para nuestros hijos, para nuestras familias, para nuestro hermoso estado.

(Puño en alto, aquí va el puño en alto).

Así que ya saben: apoyen al partido genérico que me postuló, y al cual eventualmente podría traicionar, y con el poder de sus deliciosos votos, WE'RE GONNA MAKE JALISCO GREAT AGAIN.

Isaack de Loza
(v.pág.2 del periódico El Informador del 2 de marzo de 2024).

La virulencia desatada contra Jorge Castañeda por expresar que el componente que falta en la lucha de Xóchitl Gálvez por la Presidencia es una campaña negativa, no es necesariamente desproporcionada. Castañeda pudo haber abusado del lenguaje e incurrido en ligerezas por la manera como lo planteó durante el programa La Hora de Opinar en Foro TV, al mencionar "chismes" y "guerra sucia" como parte de esa estrategia que lo dejaron en medio del torbellino de la polarización, pero lo que explica su linchamiento es que su argumento es correcto y desde hace mucho tiempo, "chismes" y "guerras sucias" han sido utilizadas por los políticos en el mundo para obtener ventajas.

Puede gustar el recurso o no, pero sólo los hipócritas, los ingenuos o quienes temen a esa estrategia, pueden sorprenderse del planteamiento, empezando por López Obrador, quien durante casi 30 años la ha utilizado como una de sus herramientas políticas más efectivas. La reacción contra Castañeda no es exagerada, ante la posibilidad de que su grito resuene en donde deba y provoque una avalancha.

López Obrador movilizó sus fuerzas para sepultarlo políticamente, y se puede argumentar que no fue una reacción circunscrita al ámbito personal, sino a lo que planteó una voz que es escuchada. El presidente debe temer una campaña negativa, no sólo porque lo sufrió -"es un peligro para México", fue la etiqueta que le grabó el PAN en la piel en las elecciones de 2006-, sino porque conoce, porque lo hicieron él y su maquinaria de propaganda en el pasado, los alcances que puede tener si se conectan realidades, verosimilitudes, "chismes" y "guerras sucias" con el electorado.

Las campañas negativas, una forma políticamente aceptable que sintetiza las caracterizaciones de Castañeda sin generar las turbulencias que provocó, son muy populares en la política moderna, aunque no son nada nuevas. Hace casi 180 años, el entonces candidato presidencial en Estados Unidos, James Polk, fue acusado de marcar a sus esclavos, lo que era una mentira. En el último cuarto del siglo pasado, el equipo del candidato republicano, George H.W.Bush, inventó que el candidato demócrata, Michael Dukakis, cuando era gobernador de Massachusetts, perdonó a un criminal, mostrándolo como un político suave con el crimen que no pudo sacudirse el resto de la campaña.

Al candidato demócrata a la Casa Blanca, Gary Hart, le buscaron sus secretos, y uno, una relación amorosa con una guapa washingtoniana, terminó en la portada del semanario sensacionalista, National Enquirer, que lo obligó a retirarse de la contienda. Buscaron hacer lo mismo con Hillary Clinton en 2016, con el llamado "pizzagate", que tomó vida en las redes sociales como una red de pedofilia ligada a la demócrata. En esa campaña, el republicano Donald Trump utilizó a Cambridge Analítica, que administró ilegalmente información de 50 millones de usuarios de Facebook para llenarlos de noticias falsas sobre candidatos, diseminar mentiras y buscar desalentar la participación electoral.

Las campañas negativas son estrategias arriesgadas y, como se vio con las palabras de Castañeda, altamente controversiales. Pero son empleadas de manera amplia porque de lo que se trata es de ganar elecciones. López Obrador, que ha dicho que el fin no justifica los medios, utilizó a través de sus propagandistas la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa para decir que fue un crimen de Estado y llevar a juicio a funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto, que no se ha probado. A la candidata del régimen, Claudia Sheinbaum, le montaron una campaña sucia para decir que había nacido en Bulgaria. A Felipe Calderón le colocó la etiqueta de "borracho" un colaborador de López Obrador, un chisme que se le quedó para siempre, pese a que quien lo hizo se disculpó públicamente tras reconocer que había mentido.

Las campañas incluyen el contraste, donde se enfatizan los errores o deficiencias del adversario. López Obrador podría enfrentar una campaña negativa a partir del análisis contrafactual derivado de la pregunta, ¿estamos mejor hoy que en 2018? Sheinbaum muy probablemente se verá forzada a responder sobre los colapsos de la escuela "Enrique Rébsamen", cuando era delegada en Tlalpan, y de la trabe de la Línea 12 del Metro, cuando era jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Los propagandistas de López Obrador tienen desde hace varias semanas una línea de ataque contra Gálvez para sembrar en el imaginario colectivo que es la candidata del PRI, para que chupe los negativos de ese partido.

Apostar por una estrategia de esta naturaleza tiene riesgos, como el rechazo del electorado, aunque esto sucede más en democracias maduras, no incipientes como la mexicana. Aquí, como lo vivió López Obrador en anteriores elecciones, es un incentivo para la movilización y la cohesión de sus clientelas electorales que se traduce en votos. Pero sobre la base de su propia experiencia, sabe que puede haber un punto de inflexión para él y para su candidata Sheinbaum. ¿Será esta la motivación para linchar a Castañeda e inhibir esfuerzos y recursos que puedan inyectarse a las campañas negativas? A saber.

La campaña presidencial apenas inició y muy probablemente habrá materiales en las redes sociales que dañen la imagen de una candidata y modifique la narrativa. Esto, en el fondo, es de lo que trata una campaña, del control de la narrativa, por el potencial para cambiar el curso de una elección. Castañeda decía la verdad cuando observaba la falta de una campaña negativa de Gálvez, una idea que López Obrador está tratando de matar porque si la oposición encuentra el formato adecuado que penetre el cerebro del electorado, que reacciona ante lo negativo, no lo positivo, puede convertir el día de campo que piensa el presidente será esta elección, en una pesadilla.

Raymundo Riva Palacio
(v.pág.3 del periódico El Informador del 8 de marzo de 2024).

Los demagogos logran tener un sustancial éxito en la mente de sus seguidores, incluso llegarlos a tener como verdaderos fanáticos e irrenunciables ideológicos, a todo lo que expresan.

Se la creen de todas todas, pierden hasta el pensamiento crítico y compran todas las ideas que su héroe les propone.

Pero en el fondo están siguiendo a un experto en la retórica, en la desinformación y claramente apoyados en la propaganda y los medios de comunicación. Finalmente son objeto de manipulación. Lo que además nunca llegarán a admitir.

Una de las principales razones de su éxito es un uso simplificado del lenguaje, accesible a todo tipo de mentes, pero en vez de estar dirigido a la razón, se esmera en lanzar todo al mundo emocional, es decir a crear una serie de sentimientos que tengan que ver con el enojo, la tristeza, el miedo y la esperanza o deseos de un mundo mejor.

Al hablar de manera sencilla los temas más complejos y ponerlos al alcance del pueblo, llegan a convencer de que están bien informados y comprenden las cosas que se necesitan para progresar. Y así generar una mayor simpatía e identidad con los valores emocionales y sociales que se desean exhortar.

Pero también lo conjuga con promesas muy deseadas por el pueblo, aunque sean irrealizables.

Que suenen grandiosas y sumamente atractivas, como bajar el cielo y las estrellas, aunque esto no se pueda lograr, pero se escucha maravilloso.

Una estrategia muy utilizada por los grandes demagogos es el apropiarse de la agenda y manipular la información a su antojo. No importa cuánto la distorsionan, y a veces sin caer en la mentira, pero llegan a acomodar las cosas a su favor e intereses.

Una de las más gustadas y efectivas es el inventar enemigos o chivos expiatorios para crear un sentimiento de animadversión contra alguien, que se irá nutriendo progresivamente como parte de la manipulación emocional. Pueden ser los inmigrantes, los ricos, los aristócratas o incluso invasores del pasado en guerras anteriores.

Sin duda, son populistas, con un lenguaje coloquial, sencillo, directo y hasta simpático y dicharachero. Pero con ello logran caer bien y así llegar a explotar las necesidades básicas. Dando soluciones mágicas a problemas complejos, como son los temas de la salud, la vivienda o la seguridad.

Los demagogos son el opuesto de la democracia, usan su carisma personal para el beneficio propio, de sus ideologías o de sus partidos. Y tratar de mantenerse en el poder lo más que puedan.

Alertar al pueblo a que tenga cuidado y más pensamiento crítico, frente a esta plaga de vividores que se aprovechan de la ingenuidad e ignorancia de la gente.

Guillermo Dellamary
(v.pág.2 del periódico El Informador del 10 de marzo de 2024).

La debilidad y la fuerza de los candidatos se mide en eventos vivos, como los debates. Los mensajes en redes sociales, la publicidad, los discursos en entornos controlados, son construcciones de una realidad y de una persona que regularmente, no existen.

Jorge Octavio Navarro
(v.pág.14 del periódico El Informador del 19 de marzo de 2024).
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